Kenshin X Sanosuke
Por fin soy feliz
Por: Denisse
Una hermosa noche de luna llena se alzaba fresca a los ojos de Sanozuke, quien recordaba el décimo aniversario de la muerte del Capitán Sagara, por suerte podía recordar y llorar libremente al hombre que había sido su mentor, padre y amigo. Al hombre de quien había tomado su apellido y lo llevaba con honor.
Se encontraba solo en aquel lugar que ahora era su hogar, no tenía muchos momentos de soledad desde que se mudó al dojo Kamiya, él no quiso aceptar, pero la verdad era que ya muy poco tenía para comer y la insistencia de Kenshin fue demasiada.
Kenshin, era la persona más importante en su vida ahora, luego del capitán, era lo único y más importante que él tenía.
Él tenía amigos, claro!! Entre ellos estaban Kaoru aquella chica que lo había alojado dándole un cuarto para él solo, asumiendo la incomodidad de tener que dormir con un mocoso en su propia casa *sonríe* Yahiko. Como olvidarse de aquel niño que había comenzado como un dolor de cabeza y ahora era su constante sombra de alegría (no había nadie que lo hiciera reír como Yahiko y tampoco muchos momentos de alegría). También estaban el Dr. Genzai , Ayame y Suzume, a quienes ya consideraba como un abuelo y 2 sobrinas respectivamente.
Se sentía feliz, por primera vez desde la muerte del capitán Sagara, se sentía feliz, podía decir que a sus 17 años por fin había encontrado una familia.
Tenía a Kaoru quien era una hermana para él, a Yahiko, el molesto hermano menor, tenía una gran amiga como lo era la Dra. Megumi (aunque a veces lo sacaba de sus casillas ¬¬), a su abuelo y 2 sobrinas *una gran sonrisa sale de sus labios* y tenía a Kenshin, qué era Kenshin para él? Le asustaba esa pregunta ya que sus sentimientos aunque no estaban claros para él ya eran obvios, sentía un gran cariño por Kenshin, un cariño no del todo normal, un cariño que no había sentido por nadie, ni por el capitán Sagara.
Sus ojos se llenaron de lágrimas que no trató de ocultar ya que estaba solo, solo con sus recuerdo y con su confusión, después de todo él era un chico que se había obligado a madurar muy temprano, al igual que Kenshin, después de todo tenían mucho en común, pero Kenshin ya tenía todo asumido y era tan solo 5 años mayor que él mientras que él era un total mar de confusiones, de tristezas y tormentos. No había día en que dejara de recordar la masacre de sus compañeros, la sangre...el dolor.
Lo que había comenzado como pequeñas lágrimas surcando sus mejillas ahora eran sendas cascadas acompañadas de leves gemidos de dolor.
De repente sintió la presencia de alguien, una persona que posiblemente llevase rato observándole.
-Salga, se que alguien está aquí-retiró sus lágrimas con la palma de su mano.
Sanosuke giró y se encontró la imagen de un preocupado Kenshin observándole.
-Ah, eres tú, por un momento pensé que podría ser un ladrón que hubiere entrado al dojo.
-Te vi llorar Sano, ¿te encuentras bien?
-Viste mal, olvídalo-dijo tratando de restarle importancia.
-Vamos Sano, sabes que puedes confiar en mí.
De repente Kenshin se acercó a Sanosuke y lo rodeó con sus brazos. Sanosuke sintió que toda la desesperación acumulada por años de sentimientos guardados se rompía en ese mismo instante y lloró...lloró en brazos de quien ya consideraba su amor.
-Eso es Sano, déjalo salir, verás que muy pronto te sentirás mejor
Luego de varios minutos Sanosuke se separó suavemente de Kenshin.
-Gracias Ken, lo necesitaba.
-Sano, sabes que puedes contar conmigo.
Kenshin clavó su mirada violeta en lo ojos chocolates de Sano y éste no pudo dejar de estremecerse ante aquella mirada que podía fácilmente pasar de ser amable a terriblemente penetrante.
-Sano, ¿te puedo preguntar algo?
-Sí...Ken...shin, ¿qué deseas saber?-los ojos de Kenshin seguían clavados en los ojos de Sano lo que ponían a éste muy nervioso.
-¿Eres feliz?
-Sí Ken! Ahora lo soy, ¿acaso tú no lo eres?
Kenshin desvió su mirada y contestó escogiendo bien cada una de las palabras que iba a pronunciar:
-Sí, Sano. Desde que tú estás junto a mí lo soy.
Sanosuke se sintió turbado, no se esperó esa respuesta tan sincera, observó a Kenshin quien a la luz de la luna se veía hermoso con ese color rojo intenso coloreando sus blancas mejillas.
-Oro, o.O! Se me ha hecho tarde, es mejor que me vaya, Kaoru se pondrá hecha una fiera si no voy a recogerla para ir al festival de ésta noche, ella me está esperando en casa del Dr. Genzai y yo...
Sano puso un dedo encima de los labios de Kenshin y los cubrió con un dulce beso, Sanosuke se sintió felíz de que su beso fuera correspondido, de no haber sido así jamás hubiese podido ver a su amigo nuevamente a los ojos.
-Kenshin siento algo fuerte por ti, ayúdame a entenderlo.
Kenshin se sintió bien al saber que de una manera confusa Sanosuke correspondía sus sentimientos.
-Sano, yo te quiero, lo que tú sientes solo tú lo podrás saber.
Sanosuke miró a Kenshin y volvió a besarlo, sentir esos dulces labios sobre los suyos, su lengua y la de él enredándose lentamente lo hizo saber que estaba enamorado, por primera vez.. enamorado.
Kenshin se separó inseguro por la respuesta de su amigo quien al mirarlo lo abrazó .
-Yo también te quiero Kenshin.
-----------
Sanosuke se apoyó sobre un codo, mirando hacia abajo a Kenshin. Exhaló un suspiro mientras contemplaba a su amante dormido junto a él. Sonriendo, retiró algunos cabellos color rojo ámbar de la cara de Kenshin.
Luego volvió a dormir pensando en lo bien que se había sentido la noche anterior, en paz, por fin en paz.
--------------------------------------
FLASHBACK
--------------------------------------
Kenshin se había puesto feliz al oír sus palabras y Sanosuke las repitió una y otra vez cada vez más alto hasta que Kenshin comenzó a reír.
-Ya basta Sano, lo entendí, vamos!!! Vas a despertar a todo el mundo -_-;
-De acuerdo Ken, sólo porque eres tú quien me lo pide.
-Sano tú...
Sanosuke tapó los labios de Kenshin con los suyos propios para que dejara de hablar, él quería ser amado, necesitaba ser amado. Kenshin entendió lo que Sanosuke expresaba con su tierno beso que de momentos se volvía apasionado, así que Kenshin comenzó a desatar la hakama de Sanosuke mientras que él lo observaba con asombro y ansiedad, miró fijamente a Kenshin alumbrado por la luz de luna, el samurai era perfecto, su blanca piel nívea estaba teñida de un rosado leve que acentuaba sus facciones exquisitamente femeninas y esos ojos ,esos ojos violetas hechizaban a Sanosuke de una manera que él no cría que fuera posible.
En ese instante recordó todas las peleas, los sufrimientos por los cuales ambos habían pasado, el doloroso recuerdo del capitán Sagara, junto con aquel recuerdo en el cual llevaba a Kenshin en brazos sangrando por litros luego de la batalla contra Shishio desesperado por llegar a Kyoto, por saber que Kenshin estaba bien, ese momento en el cual no dejó de culparse por no haber podido protegerlo de manera adecuada....todo eso estaba olvidado Kenshin estaba bien y estaba con él.
Sanosuke desató la cinta que amarraba el cabello de Kenshin al instante el cabello lo envolvió rozando su pecho desnudo de una manera tan suave como la mejor de las caricias, Sanosuke acaricio la mejilla del rurouni mientras que éste sonreía y se disponía a quitar la cinta que amarraba los revueltos cabellos de Sanosuke mientras que Sanosuke despojaba a Kenshin de sus ropas.
El cuerpo del pelirrojo se dejó llevar por la fuerza de Sanosuke en una caricia llena de calor al dejarlo caer sobre el tatami, quedando el miembro de la fuerza Sekijo sobre el ya semidesnudo cuerpo del hitokiri.
Las manos de Sano quitaron los cabellos sueltos que se acomodaron en el cuello de Kenshin, para besarlo sin interrupciones, aún sintiéndose nervioso ya que era su primera vez, aunque sentía que era capaz de hacerlo bien, de una manera delicada para no lastimar a la muñeca de porcelana que tenía entre sus brazos, bajando sus labios por la piel de Kenshin, hasta recorrer completamente el sector descubierto de la piel del samurai.
Kenshin se detuvo para mirar fijamente a Sanosuke, maravillado por la belleza y la fuerza de ese hermoso joven moreno quien se estaba dando y dando lo mejor de sí para hacer de está noche un momento especial que sería para siempre.
En el momento en que ambos se encontraron cubiertos tan solo por sus ropas íntimas, Sanosuke sintió confusión, pues ya no supo que hacer y al ver a el hermoso ser que se entregaba a él no pudo por menos pensar que seguro era su primera vez también, al menos con un hombre, y eso lo hizo sentir mejor.
Kenshin comenzó a acariciar de manera apasionada el bien formado cuerpo de Sanosuke y éste se dejó llevar por las caricias así que dejó escapar un gemido, fuerte y largo, mientras disfrutaba el despliegue de pasión desesperada que Himura le propinaba, pero Kenshin se detuvo.
-Sano, quiero sentirte mío.
Sanosuke sonrió.
¿Y qué esperas? Yo ya soy tuyo.
Sanosuke tomó la delantera por primera vez y retiró los bóxer que cubrían la perfecta piel de porcelana del Samurai tomando el miembro ya duro como roca de éste, haciendo que Kenshin pusiera sus ojos en blanco de la excitación mientras gemía suavemente. Sanosuke movía sus manos de arriba a bajo por el miembro del Hitokiri, Kenshin introdujo sus dedos en las firmes nalgas de Sanosuke haciéndolo gemir y preparándolo para hacerlo suyo enteramente, luego Kenshin comenzó a besar cada centímetro de la piel morena del peleador hasta llegar a su miembro el cual introdujo a su boca con avidez haciendo que los gritos de sano se escucharan por todo el dojo.
-Kenshin, ya no puedo.....ahh...yo voy a...
En ese instante Sanosuke quien tenía su espalda arqueada por la excitación cayó a la cama derramando todo su líquido en los labios del Samurai quien lo bebió ávidamente para luego besar los cálidos labios de su amante dejando a éste probar de su propio semen.
Luego Kenshin se sentó encima de Sanosuke dejando a éste admirar su belleza, la belleza de éste hombre quien se había convertido en mucho más que su amigo en una sola noche de amor.
Kenshin abrazó a Sanosuke y le preguntó suavemente en el oído:
-¿Quieres continuar?
-Quiero ser totalmente tuyo Kenshin.
Kenshin sonrió con ternura, jamás había visto tan cansado a Sano excepto cuando peleaba.
Kenshin tomó a Sanosuke por los hombros y lo colocó de espaldas a él, luego introdujo su miembro pero se detuvo al ver el gesto de dolor que Sano trataba de disimular de muy mala manera.
-Te duele Sano...yo no...
-Kenshin hazlo, pronto dejará de doler.
Kenshin lo hizo lo más suave y tiernamente posible, subiendo y bajando con tanta delicadeza y amor que Sanosuke dejó casi de sentir dolor para reemplazarlo por gemidos de excitación.
-Kenshin....te amo...ahh.
Kenshin se apoyó en la espalda de Sanosuke y comenzó a gemir con sus labios en la fuerte espalda de Sano.
-Aaahh, te quiero tanto...Sano..
Después de unos cuantos minutos de fricción, Kenshin se vino dentro del cuerpo de Sano quien se viró dejando caer el frágil cuerpo de Kenshin entre sus brazos, ambos agotados se durmieron profundamente en un abrazo lleno de amor
--------------
Sano despertó y se dio cuenta de que ya era tarde y no debió haberse dormido por segunda vez.
De inmediato se fijó que la cama estaba vacía.
-Kenshin debió haber ido a ver a Kaoru.
Sanosuke reflexionó sobre lo pasado la noche anterior hasta que un dulce beso se posó en su cuello.
-Parece que te cansé bastante ayer ^-^Una sonrisa pícara se asomó por los finos labios de Kenshin.
-Tal vez, pero me gustaría repetirlo para ver si la próxima vez yo puedo cansarte más.
-Siempre que lo desees Sano, siempre...
-Te amo Kenshin.
-Yo siempre lo he hecho.
Se unieron en un dulce beso mientras Sanosuke pensaba:
-*Sí, Capitán Sagara, por fin puedo decir que soy feliz*.
FIN
Comentarios: a [email protected] O a la página del grupo. -_~ bbbbbbye.