Blanc

 
 

 

Siempre me ha gustado el mar, y caminar por la costanera, sobre todo como ahora que presagia tormenta. Contemplar el quiebre de las olas contra las rocas y ver cómo  las doblega por un instante pero el mar nunca se rinde, siempre regresa otra vez. ¿Será acaso que lo  envidio porque nunca cesa, y cuando retorna lo hace con más fuerza que la anterior? Es casi como tú. Quisiera tener esa determinación para animarme a tratar de ser feliz, y salir de esta apatía que me empuja a la rutina de todos los días. Esta rutina que sin embargo cambia cuando puedo verte por fin... cada mañana.

Se ha terminado otro día con la práctica normal. Sí, no me había equivocado ha comenzado a caer una tibia garúa. El día se va y tampoco he podido hacerlo hoy. No sé cómo encontrar el momento adecuado. De qué manera decírtelo. Quizá todavía haya tiempo... Camino lentamente disfrutando de las gotitas que se deslizan por mi cara. Otra vez me espera la soledad. Otra vez sin tenerte conmigo. Pero... aquel muchacho... Sí, eres inconfundible con ese color de cabello. Eres único. Nunca podría equivocarme ¡Qué raro encontrarte por aquí! No me has visto. ¿Adónde irás?

"El gorila ése no tiene un poco de piedad por este jugador talentoso. ¡Estoy algo cansado! Y por suerte no fue difícil deshacerme de los muchachos porque en otras ocasiones realmente se vuelven tan pesados, insistiendo para incluírme en sus tonterías.En fin, creo que iré por el lado de la costa. Debe tener una vista preciosa con este clima. Necesito pensar. Sí, cruzo en la esquina y listo."

...PERO...

-¡Ey, canalla.¿ Cómo te atreves ir a tanta velocidad? ¡Maldito auto! ¡Qué tipo!¡Quedé hecho un desastre!

-Los torpes nunca aprenden-te digo acercándome sin que te dieras cuenta.

-¡¿RUKAWA?! ¿Qué haces? ¿Vienes a burlarte de este superbasquetbolista?

-Mira que quedarte inmóvil como un tonto cerca de un charco y encima con esta lluvia.

-¡¡Aghhh!! ¡Cállate!

-¡Hummm! ¿Quieres ir hasta mi casa para secarte? Podrías pescar un resfrío.

"¿Tú... te interesas por mí?" Casi suelto una carcajada, pero no. Hoy siento que no es como todos los otros días. Seguramente tu ambición de ganar el próximo partido es lo que te dicta la preocupación. Te has dado cuenta que no soy tan idiota, y puedo servirte y servir al equipo en algo.

"¡Sí! ¡Gracias!¡Gracias! " Pero en cambio me escucho decir :

-¿Y a ti qué te importa?. Entrometido.

-Uff, ven si quieres.Pero veo que eres tan torpe que ni siquiera aceptas lo que pueda tener  algo de lógica.

-¡Ahh! ¿Por qué dices eso? Está bien.Ya verás qué tan TORPE puedo ser.

Caminamos con paso firme, porque la suave llovizna se ha transformado en diluvio.

-¡Corramos! Ya estamos cerca.

Nos apuramos tratando de cubrirnos con el maletín ya que ninguno tiene paragüas. Finalmente llegamos.

-Pasa con confianza. No hay nadie. Estaré solo por algunos días.

"No puede ser que actúes con tanta amabilidad para conmigo. Es demasiado sospechoso. La sorpresa me lleva a preguntarme el por qué de tu actitud. ¿Será acaso que tú... ? No, no .No debo pensar lo que no es. Mis propios sentimientos me engañan. Pero algo extraordinario está sucediendo."

-Ven conmigo.

Te sigo en silencio, curioseando por aquí y por allí.

-Aquí tienes el baño. Espera que voy a traerte algo para que te cambies.

-Bueno.

"...¿Por qué?¿Por qué?..." Comienzo a sacarme la ropa toda manchada y a lavarme  un poco. Me dejo encima sólo  el slip y espero. De repente me doy vuelta y te tengo ahí contemplándome con un brillo especial en tu mirada. Creo haberlo adivinado en otras ocasiones. Me quedo mirándote perplejo, porque estas analizándome con tus ojos, recorriéndome con total descaro.Casi puedo sentir cómo me tocas con ellos. Te aproximas hacia mi, y me dices:

-Te faltó una parte. Déjame ayudarte-.Tomas una esponja y frotas cerca de mi cuello, con delicadeza.

"Quiero contemplar tu cuerpo casi desnudo ahora sólo para mí, al que he desvestido tantas veces con mi mirada. Y lo he tocado otras  tantas con mis manos a la distancia. Tantas y tantas veces he deseado rozarlo. Te he visto así antes, pero ahora sé que es diferente."

Siento tu respiración en mi cara, tu calor,  tus ojos mirando mis labios con deseo.Tu cercanía es absolutamente irresistible.

Por primera vez no tengo  palabras. Te  envuelvo con mis brazos y comienzo a besarte, viendo el asombro en tu cara y esperando sin duda, tu violento rechazo que nunca llega.

Instintivamente me uno a ti en el abrazo, tirando lo que tenía en mi mano. ¡No puede ser, no puede estar pasando! Alcanzo a ver en el espejo y sí, eres tú, con tu pelo rojo, tu piel, tu fuerza... No es un sueño. Te tengo aquí. Siento tu corazón latiendo alocadamente. Tu agitación aumenta, junto con mi ansiedad de sentirte con cada porción de mi cuerpo.Pierdo el control de mis acciones y me dejo llevar. Tus manos intentan quitarme la remera, sólo levanto los brazos y quedo liberado de ella. Comienzo a restregarme en ti, quiero sentir el contacto con tu piel, embriagarme con tu aroma. En medio de la locura sexual, besándonos sin detenernos, no sé cómo pero logro guiarte hasta el dormitorio. Ahora tus manos bajan hasta el pantalón, tomando mi trasero me aprietas contra ti , frotando mi sexo contra el tuyo. Bajas el cierre y tocas con más confianza, no puedo doblegar un suspiro cuando lo haces. Finalmente encuentras el botón y lo desabrochas. Con un enérgico tirón deslizas también el boxer y sólo muevo mis piernas para ayudarte. Todavía besándome te despojas de la única prenda de ropa que aún te vestía.

Recorres mi cuerpo con tus manos y  tus labios besando cada parte, doblándote para alcanzar mi sexo que comienza a responder a tus caricias.No puedo evitarlo y contesto con gemidos enredando mis dedos en tu pelo púrpura, cuando tu boca se cierra sobre mi pene,y succionas una y otra vez, lames y tocas con tus manos. Y mientras el placer sigue llegando a mi cuerpo, sé que esto ya lo había vivido, lo había imaginado tantas veces, lo había soñado tantas noches. Me abrazo a tu cabeza, con desesperación cuando siento la culminación y el orgasmo me empuja a descargarme y a sacudirme en tu boca. Es como si recién empezara a vivir. Se siente tan bien. No me doy respiro alguno. Ahora es mi turno de conocerte con todos mis sentidos. Intento darte placer como  lo has hecho hace instantes, y al igual que tú te acaricio con mis manos y mi lengua. Huelo todo tu cuerpo.Comienzo a saborear con mi boca tu miembro. Escucho tus suspiros placenteros. De repente, tomas mi rostro entre tus manos y me elevas hasta tí, me besas , hasta llegar a casi asfixiarme, puedo sentir cómo aumenta la excitación y la pasión y veo en tus ojos la promesa de más placer. Y lo siento en mi cuerpo, porque tus dedos comienzan a buscar, mientras sigues besándome, adueñándote de mi boca , y yo  a rozarte ,chocando con mi cuerpo el tuyo y sintiendo crecer aún más tu erección. Entonces me empujas suavemente hacia la cama donde me acuesto contigo sobre mí. Puedo notar tu excitación entre mis piernas abiertas. Pero bajas hasta mis pies. Tomas primero mis dedos y los sorbes, separando cada uno. Con las puntas de tus dedos acaricias la planta de los pies y me haces cosquillas. Subes lentamente  por las pantorrillas, no puedo evitar estremecerme cuando rozas con las yemas de los dedos el interior de los muslos. Sigues sin detenerte por todo mi abdomen, pasando apenas sobre mi sexo  y al sentir tu respiración cálida en mi entrepierna, suspiro largamente. Te sirves de tus labios para reconocer mi cara, mi cuello, y lames también probando mi pecho, mis tetillas. Mientras esto sucede cierro los ojos pero los abro inmediatamente porque no quiero olvidar tu cara en este momento, quiero recordarte así, así consumiéndome completamente con tu ardor. Puedo apreciar mi piel blanca teñirse con  destellos rosados en aquellas zonas por donde has estado tú. Quiero más, no quiero guardar nada y comienzo a girar lentamente, para invitarte a seguir por toda mi espalda. Y tú lo haces con mucha dulzura. Desde atrás tocas mis testículos y los besas, aproximas mi sexo ahora laxo  y lo besas, lo cobijas con tus manos. Hasta que llegas al sitio y lo pruebas con tus labios. Tu lengua penetra humedeciéndome todo, y    entonces tomas mi cintura y la acercas a ti y luego  se abre paso un dedo,dos dedos . Mis quejidos comienzan a aumentar llegando al máximo cuando tus manos separan mis glúteos y siento tu pene endurecido  que comienza a recorrer el camino  despacio. Me duele. Pero ya sabía. Ya sabía que el placer da dolor. Ya sabía que el amarte así como lo hago me provoca dolor. Sólo puedo estrujar las sábanas con mis manos hasta que te detienes un poco alarmado."Kaede... ¿estás bien? Te lastimo ¿verdad?" ..."¡No! No me hagas caso... Sigue..." "... No..." " Estoy bien, continúa... "Pero..." "Hazlo". Trato de animarte acercándote con mis manos, masajeando tu pene, ladeando la cabeza buscando tu boca. Otra vez tus brazos me rodean y me acomodo. Empiezas de nuevo, más suavemente aún que antes. Sólo hasta que me amoldo a ti y puedo sentirte cada vez más profundamente dentro de mí, consigo apartar el malestar  y comienzo a relajarme. Te aferras a mis caderas, presionando con tus dedos y comienzas a mecerte. Siento con cada movimiento cómo el dolor y el placer  se alternan, cómo el alivio llega cuando te mueves hacia atrás pero sólo dura hasta que lo haces hacia adelante, al principio lentamente pero pasan unos instantes y aceleras el ritmo... y sigues empujando más rápido...más rápido. Ahora puedo disfrutar. Disfrutar al estar así, contigo, y puedo racionalizar lo que está sucediendo.Estás amándome sin reservas, así de esa forma como eres tú, salvaje y tierno, gentil y violento,con cariño y con odio... Me gusta, me gusta mucho.¿Será que quizá tú...me quieres? La felicidad que me invade comienza a aplastar al dolor. Me siento por primera vez en mi vida, completo. Ya mis sutiles gemidos son jadeos de placer que se unen a los tuyos. "¡No te detengas!...Sigue...Por favor..." "¡Ahh, Kaede!" Necesito liberarme yo también, debo terminar lo que habías empezado y comienzo estimularme con una mano, sosteniéndome con la otra, para completar el gozo. Pronto el frenesí que nos invade a los dos acabará, hasta que  siento cómo me inundas por dentro, y  yo mismo salpico toda la sábana. Me desplomo agotado, arrastrándote conmigo porque todavía seguimos unidos y tú estás apoyado en mi espalda, tratando de recuperarte. Cuando logras serenarte un poco, te separas y te tiendes a mi lado, abrazándome.

  ***

Los rayos de luna que entran a través de las cortinas iluminan tu semblante y puedo ver que aún en sueños eres feliz. Hoy disipaste todas las dudas que había en mi corazón. Hoy me has dado tu pasión y estoy satisfecho. Pero no saciado, al contrario, siento crecer el deseo aún más y te abrazo para retener tu calor en mí, y así prolongar la sensación. La brisa que entra por la ventana nos acaricia suavemente a los dos, entonces levanto mi rostro de tu pecho para verte de frente. Ya no duermes, estás mirándome. Un pensamiento ha estado dando vueltas en mi cabeza. Al encontrarte despierto me atrevo y te pregunto:

-¿Tú... ya has estado... con alguien, verdad?

-¿YO? ¿Por qué preguntas?

-...Bueno es que...Es como si supieras tanto y me parece que esto no se aprende leyendo ¿no?

-...

-...Quiero decir que la parte práctica es muy importante.

-¿Es que acaso estás celoso?

-No, yo solamente pensaba que...

-¿Quieres la verdad?

-Desde luego

-Sí, ya había estado con alguien. ¿Qué?¿Te decepciono?

-Bueno... ejem...Yo...

-¿Sabes con quién?

-...

-Contigo

-¡¿CONMIGO?! ¡No puede ser!

-Sí, contigo. En mis sueños. Tantas veces lo imaginé despierto y tantas otras se hacía realidad en mis sueños. Siempre era lo mismo. Te tenía en mis brazos cada vez.

-Hana... entonces tú también, como yo...

-Sí. Espera... ¡¿acaso, tú!?

-Me pasó lo mismo. Y me sigue pasando. Sí, yo también soñaba despierto y dormido, con tenerte así, a mi lado, hablándome, mirándome, tocándome, que eras mío y yo era tuyo...¡Tantas veces! 

- Entonces... Tú....Dime ¿qué sientes por mí?

-¿Qué siento por ti? ¿Y tú? ¿Qué me dices?

-No vale, ¡yo pregunté primero!

-¿Realmente hace falta que lo diga?

-Sí. Estoy esperando.

-¿No te basta con lo que te dije y con lo que sucedió?

-No, deberías saberlo.

-Hana... -me subo sobre ti, y acerco mi cara a la tuya. Te miro a los ojos, para que no dudes de lo que voy a decirte-...te quiero...No.TE AMO.Te amo de tal forma que me duele el alma, el corazón. He dudado tanto. He vivido hasta hoy con este sentimiento que presionaba mi pecho como unas tenazas, cerrándose cada día más. Torturándome.

-¿Por qué no me lo dijiste antes?

-Tenía miedo.

-¿Por qué?

-Tenía miedo de ese odio que demostrabas por mí. Y bueno, tampoco fue fácil admitir que me gustaba otro hombre. Por eso te trataba tan mal. Y a veces directamente te ignoraba. No podía decirte. Pero sabía que de alguna forma tenía que intentarlo, hacer que  te dieras cuenta. Siempre me decía: “Mañana será el día. Sí, tengo que decírselo”. Hasta que ayer decidí que ya no podía ni debía esperar más, aunque me rechazaras horrorizado.

-¿Tú crees en el destino?

-No entiendo qué tiene que ver esa pregunta.

-Porque ayer, yo estaba pensando en lo mismo.En decirte todo lo que sentía, aunque me dieras la paliza de mi vida. Pero ayer supe que descubrir la verdad era lo mejor. Conocer tu respuesta si me atrevía a contártelo. Tenía que arriesgar el todo por el todo. Y parece ser que el destino nos ayudó ¿verdad? Que tuvo compasión al ver todo lo que sufríamos en silencio, comportándonos como enemigos cuando en realidad lo que queríamos era estar juntos.

-Tienes razón. Pero falta algo todavía. Quedó una respuesta pendiente de tu parte.

-¿Qué quieres decir?

-No me evadas. Contéstame, por favor.

-¿Te has dado cuenta de cuánto has hablado?. No sabía que conocías tantas palabras. ¡Je!¡Je!

-No juegues.

-¿Acaso no lo has sentido hoy?¿ No te he demostrado que también te amo?

-Sí, pero... 

-Pero ¿qué?

-Quería escucharlo de tus labios. ¿Por qué hemos desperdiciado tanto tiempo?  

Nos besamos.Yo todavía sigo descansando en el lecho que es tu cuerpo cálido.

-Kaede, cuéntame algo.¿Por qué nunca sonríes?

-Hace unos momentos lo hice.

-¿Sí?, yo no lo he notado. Debo haber estado dormido.

-No... Es que no podías ver mi cara, en ese instante.

-¡Ah!¡Comprendo!

-Muy bien ¿sabes ... Hanamichi?

-Dime.

-Quiero volver a sonreír. ¿Me ayudas?  

-Eso despende de una cosa.

-¡Ah, sí! ¿De qué cosa?

-Si me lo dices otra vez.

-¿Qué quieres escuchar?

-Tú sabes...tu confesión.

-¿Sólo eso?

-Para mí significa mucho.

-Entonces lo pensaré.

-¡KAEDE!

-Está bien . Era una broma.

-Dímelo...

-¿Sabías que eres como un niño? Y me gusta que seas así porque TE AMO, HANAMICHI.

¿Cómo era? ¡Ah, sí! El  fuego derrite el hielo, y  el agua apaga el fuego. Reaccionan juntos volviéndose vapor, perdiéndose en el aire. El rojo y el azul. Se juntan formando el violeta. Si lo unimos al blanco, surge otro color.Tiene la misma fuerza del rojo, un poco de frialdad que queda del azul y es tan suave, tan hermoso y  tan delicado: lila.