Capítulo 6


<Tin don...tin don> –se escuchó el timbre de la puerta en la residencia Li.

-Buenas noches, ¿se encuentra Li Shaoran? –preguntó un muy arreglado Yukito.

-Sí, pase, el joven Li lo espera –cordialmente invitó Wey.

-¡Muchas Gracias! –agradeció educadamente el joven de lentes.

-¡¡Buenas noches!! –saludó realmente emocionado un agitado Shaoran pues salió corriendo desde que escuchó sonar el timbre.

-Buenas noches, gracias por la invitación –agradeció Yukito a su anfitrión.

-<Esta será una gran cena> -pensaba un feliz Shaoran indicando el camino a su invitado “especial”

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-¿No quieres más? –preguntó el niño al ver que Yukito terminaba su 5º plato.

-No, gracias. Estuvo delicioso, realmente pero estoy satisfecho-había perdido hasta un poco el apetito.

-Que no te de pena, yo sé que tienes buen apetito–sonrió Shaoran.

-Es verdad, sólo que antes de venir aquí comí unos deliciosos dulces de papa.

-Así que es por eso...Me da gusto que te alimentes bien. Recuerda el dicho: “Mente sana en cuerpo sano”- dijo- <y tu cuerpo está muuuy sano> –pensó el pequeño.

-Sí, jajaja, eso dicen –sonrío Yuki; derritiendo a Li quien aun no se imaginaba la razón por la cual sentía tanta atracción por aquel gentil joven que lo hacía tener fantasías locas en sus sueños.

-¿Te...te gustaría ver televisión? –preguntó sonrojado el lindo jovencito.

-Por supuesto –respondió Yukito encaminándose junto a su robotico acompañante.

Ya en la sala de televisión, ambos se sentaron y empezaron a ver la TV de pantalla gigante que tenía Shaoran, el cual decidió comenzar una conversación.

-¿Y qué tal la escuela? –preguntó.

-Muy bien-respondió el conejo de la nieve-Aunque...–su rostro reflejo tristeza.

-Aunque, ¿qué? –preguntó nuevamente observando la tristeza de su invitado.

-No, no es nada –volvió a sonreír haciendo que Shaoran volviera a derretirse.

De repente en la televisión pasaron el comercial de un “acuario”, lo que le hizo recordar algo a Yukito.

-Toya –pronunció involuntariamente el joven de preciosos ojos cafés.

-Mmmm –Shaoran se sorprendió al escuchar “ese nombre” que no le traía gratos recuerdos, ni mucho menos le hacía la menor gracia que fuera el mejor amigo de su querido Yukito, con el cual pasaba tanto tiempo. “Sí”…Lo envidiaba; habría dado cualquier cosa por poder estar en su lugar. –¿Toya? ¿Qué pasa con él?—preguntó finalmente con disgusto.

-¿Disculpa?...¿Me preguntaste algo? –respondió un despistado Yukito.

-Dijiste “Toya” – Li respondió aún más irritado.

-¡¡AH!!...Bueno, es que el comercial me recordó a Touya, cuando trabajó en el acuario unos días. –contestó

-Fue por eso –decidió seguir preguntando. –Hoy... ¿por qué no estaba contigo?

Tenía que preguntar. Bueno, eso se lo había agradecido al cielo desde la mañana al ver a su Yukito solo sin ése estorbo que siempre lo acompañaba y que por fuerza tenía que ver su odiosa cara si es que quería cruzar alguna palabra con el joven Tsukishiro. La verdad si no hubiera estado solo, le habría dado pena hablarle, y tendría que echar a perder otra noche de reunir el valor para poder invitarlo a algún lugar y poder estar junto con él. ¿QUÉ CORONA TENÍAN TOUYA Y SAKURA DE PODER INVITARLO CADA QUE SE LES DABA LA GANA? ¡No era justo! Los Kinomoto eran unos acaparadores.

-Pues porque...porque Touya ya tiene...“novia” –contestó pausadamente Yukito. *Como dolía decirlo*. Era extraño y realmente doloroso el decir esa palabra “novia”. –Por ello es que no estaba conmigo, creo que ahora Él debe dedicarle el mayor tiempo a Hanako –no podía creer lo que acababa de decir pero era verdad. Touya ya había decidido y era todo.

-¿Qué? ¿El hermano de Kinomoto ya tiene novia?... –ahora Shaoran estaba feliz y aunque no se esperaba esa noticia le pareció excelente que el kawaii de Yukito ya no acompañara más a ese sujeto tan desagradable y malencarado.

-¡¡Que bien!! –exclamó sin pensar. Acto que entristeció aún más al joven de cabello gris.

-Sí –contestó Yukito apenas audible.

-Y...tú...tú no tienes novia, ¿cierto? –preguntó temeroso el descendiente de Clow.

-Ehh...¡¡Yo!! –exclamó sorprendido- No, yo no tengo –afirmó tocando su suave cabello gris.

Este día sí que había sido difícil, primero con lo del noviazgo de Touya y la adaptación de vivir sin su compañía, después con los bombardeos de las chicas por quererlo emparejar con alguien; hasta había recibido 4 cartas de chicas que le confesaron sus sentimientos. Y ahora Shaoran haciendo esa pregunta; jamás pensó que diría esto pero, “no le atraían las chicas” jamás lo hicieron ,eso significaba que nunca tendría novia. Esa era la realidad, en su corazón sólo había alguien y ése era el hermano de la dulce Sakura.

-¡Qué alivio!-suspiró el niño.

-¿Dijiste algo?

-No, nada –contestó feliz de que no lo escuchara y decidió cambiar el tema. –Y, ¿qué contenía la cajita que te di esta mañana?–indagó inocente.

-¿La cajita? –preguntó. ¡¡Oh por kami!! ¿Por qué le tenía que recordar de nuevo a TOUYA.-Bueno aún no la he abierto, pues...Touya me dijo que lo hiciera en su presencia y no he tenido la oportunidad de hacerlo.

-<¡Maldición...! Otra vez Touya en medio. Qué “tonto” fue en preguntar eso.>–se reprochaba Li –¿Kinomoto?... –volvió a preguntar desconcertado—¿Kinomoto te dio esa cajita?

-Sí, el me dijo que la abriera en frente suyo, me pidió que no fuera curioso y esperara a que estuviera con él. –respondió tristemente y mirando al suelo.

-¿Acaso fue un regalo? –preguntó más curioso que nunca.

-Aún no estoy muy seguro, sólo me dio esas indicaciones pero nunca me dijo qué era realmente. –contestó recordando lo nervioso que se había puesto Touya cuando Sakura llegó en el momento que se la entregaba.

Al instante subió la vista para encontrarse con los ojos brillantes de Shaoran que lo miraban desconcertados, pero su mirada cambió por una suave y penetrante dulzura que lo hizo olvidar un momento a su querido Touya.

-Yo...yo te tengo un regalo –dijo sacando un pequeño libro envuelto en papel.

-¿Es para mí...? Pero, ¿por qué lo hiciste? No es mi cumpleaños –dijo sonriendo.

-Po...porque tú...tú me agradas mucho–aseguró el pequeño lobo con teñidas mejillas como siempre que lo veía.

-Tú también me agradas, pero yo no te he traído nada y me da pena recibirlo. 

-<Creo que no me ha entendido, debo de ser mas directo>–pensó-No importa...Tu sola compañía y el que aceptaras venir aquí es un gran regalo para mí–afirmó con mezcla de sentimientos.

-Muchas gracias por tomarme en cuenta de esa manera, me alegra saber que mi compañía es importante para alguien–volvió a sonreír sin entender a lo que el jovencito se refería exactamente.

En seguida Yukito abrió el libro dándose cuenta que era de poesías y Li se acercó a él para recomendarle la poesía que le había gustado cuando lo compró y en ese momento Yukito volteó su rostro para agradecerle sin percatarse que el niño estaba muy cerca de él. Sus caras quedaron prácticamente a 1cm de distancia; acto que Shaoran no desperdiciaría uniendo sus labios a los de el conejo de las nieves, probándolos mientras Yukito trataba de asimilar lo que estaba ocurriendo sin saber de qué manera actuar. Le podía corresponder el beso o le podía rechazar y lastimarlo; por eso, optó en sólo dejarse llevar y ver hasta donde llegaba el joven Li.

-¿No...No te gustó verdad? –preguntó el rival de Sakura a su invitado al separarse sin haber obtenido respuesta de los labios del otro.

-No es eso...Es sólo que...No lo esperaba–respondió Yuki aín aturdido sin asimilarlo del todo.

-Entonces...Si te digo que te besaré, ¿me corresponderás el beso?

-Yo, la verdad...

-Lo sabía, ¡soy un estúpido! ¿Cómo pude pensar que alguien como tú podría fijarse en un “mocoso” como dice tu amigo que soy–dijo dándole la espalda mientras las lágrimas comenzaban a rodar por su terso rostro.

-No digas eso, tú eres alguien muy especial y cualquiera se fijaría en ti–afirmó Yukito tomándolo por hombros y volteándolo frente a sí, mirando cómo lágrimas de cristal mojaban las mejillas del niño, haciéndolo ver maravillosamente tierno, reflejándose asimismo cuando su único amor se escapaba sin que pudiera hacer nada; así es que sin poderse resistir decidió darle una oportunidad. -¿Quieres que lo intentemos de nuevo? –preguntó.

-¿Tú quieres intentarlo? –Li se mostró molesto.

–Claro que quiero–respondió el joven del reino de la luna acercando sus finos labios a los de su acompañante, uniéndose en un suave y acariciante beso; que subió al cielo a Shaoran pero que hizo llorar a Yukito por engañarlo de esa manera; por pensar que besaba a Touya, por apasionarse en su boca como queriendo descargar todos los besos que nunca le daría al dueño de su corazón.

Li apenas podía respirar, sintió cómo se agitaba rápidamente sintiendo su corazón lleno de felicidad y a punto de escaparse de su pecho, el deseaba ahora tener a Yukito por siempre y besarlo hasta morir pero...Yukito marcó la distancia y antes de que pasara algo de lo que se arrepintieran aprovecho un promocional de la tele y...

-Se me antojó un raspado, ¿qué tal si vamos por uno? Yo invito, ¿¡si!?

-Como tú digas–respondió el pequeño confundido. ¿A quién se le ocurría comer un raspado en tal situación. -<Bueno creo que a Yukito Sí>– se respondió a sí mismo algo frustrado. Pero le complacería en todo lo que su chico especial pidiera. “Era un consentidor”.