Rukawa X Hanamichi

Temores

Por: Lala-chan


Es ella, ya la he visto un par de veces, aunque nunca recuerdo su nombre. Lo que suena muy irónico ya que ella es la fuente de mis temores, ¿cómo es posible que no sepa cómo se llama la herramienta de mi mas grande temor? Si mi mas grande temor es que te alejes de mí para irte con ella, que desaparezcas de mi vida tal como entraste. ¿Qué sería de mí si te fueras? No, ya no podría volver a ser el mismo, ya no podría encerrarme en mi soledad como antes, ya no podría porque tú me has cambiado. No sé si fue tu intención, pero lo hiciste y ahora me doy cuenta que no podría volver a las tinieblas en las que antes me envolvía sin caer en la desesperación.

Esta angustia, este recelo, esta impotencia que me puede causar esa niña que aparenta ser tan dulce y pacífica, pero que en mí genera los peores celos y temores cuando la veo cerca tuyo, una vez me confesaste que estuviste muy enamorado de ella y que fue por ella por quien ingresaste al equipo de básquetbol, lo que es la vida, ¿no? Tuvo que ser justamente ella a quien tengo que agradecerle el que te conociera y que me enamorara de ti, justo a ella, a mi más grande temor.

No sé cómo puedo decir que ella me causa temor. Es mucho más baja que yo, aunque debo admitir que de cierta forma es linda, tiene mis mismos ojos azules aunque un poco más redondos. ¿Habrá sido eso lo que buscaste en mí, mis ojos como los de ella, acaso sólo me buscaste por eso? ¿Pero qué me pasa? Realmente no lo sé, es que sólo la idea de perderte me desquicia completamente, me desquicia la idea de que sólo me buscaste para rellenar un hueco en tu corazón y en tu piel, si esto fuera cierto moriría del simple dolor que me provocaría que me rompieras el corazón así.

Esta escena es típica, la he visto muchas veces pero nunca con el temor que siento ahora. No sé cuándo esas chicas tontas se dieron cuenta de lo que eras, sí, porque eres la criatura más adorable del mundo. Realmente no te pude creer cuando me dijiste que te rechazaron cincuenta chicas, la verdad creí que eran unas locas por no poder ver lo que realmente eres, por no poder verte como yo, a veces me río de ellas y me pregunto si sabrán lo que se perdieron.

Aún a pesar de todo los demonios internos que despiertan en mí no puedo dejar de ver aquella tétrica escena que me causa la terrible inquietud de los celos y la desolación del abandono, veo tan claramente cómo le sonríes, pero esa sonrisa no la conozco, nunca me la habías mostrado, porque ella tiene algo tan especial de ti, que ni siquiera yo he tenido tus ojos, tienen un brillo tan distinto, casi no soporto que la veas de esa manera, tengo el impulso de ir a abrazarte, de gritar a los cuatro vientos que eres mío, que sólo eres mío y que nadie se atreva a tratar de alejarte de mi lado, porque no lo permitiré, sobre todo si es necesario, porque tu abandono significa perder mi propia vida.

Te inclinas sólo un poco, pero puedo ver cómo bromeas con ella como si no supieras que es lo que está tratando de decirte. ¿Puede ser eso posible do´aho? ¿Acaso es posible que no lo veas ni que ni siquiera notes el sobre que trata de esconder atrás de su espalda? Desde aquí puedo ver los corazones rosas tan cursis que le colocó y seguramente también estará impregnado de su fragancia. Es tan típico, tan frecuente verte así y es tan común para mí que me pasa tan a seguido como a ti, aunque debo confesar que las primeras veces que vi esta escena la sangre se me heló, si ya en ese momento no podía vivir sin ti, ¿qué podría hacer ahora? Ahora que te has convertido en parte frecuente de mí, ahora que miro el mundo de una forma distinta sólo por ti, ¿qué podría hacer ahora sin ti, me lo puedes decir, que haría? ¿Qué haría?

Pero tú sigues allí mirando a aquella niña, no lo resisto y voy hacia ti, es que ya no lo puedo soportar más.“¿Quién se cree ella que es para poder venir así e interrumpir mi felicidad?”; esa frase ruge en mi cabeza, mas cuando me acerco me miras ,y tus ojos cambian inmediatamente, creo que sí es posible, se vieron casi burlones y la sonrisa que desapareció por un instante de tu rostro volvió a aparecer, pero esta era casi cínica, que eso era lo que me faltaba para terminar de romper mi corazón. ¿Cómo te atrevías a jugar conmigo de esa forma tan cruel, en especial cuando solo la noche pasada me habías jurado que me amabas más que a nada en el mundo? Me dijiste que sólo yo te importaba, que ni siquiera todas las fans del mundo podrían separarte de mí, ¿dónde fue que quedaron todas tus palabras? ¿Dónde quedaron todas tus promesas? ¿O es acaso que sólo buscabas alguien con quien compartir un lecho y decir la palabra TE AMO te lo hacía más fácil?

Cuando te veo así, no, no sé qué me pasó, sólo atiné a salir lo más rápido de allí, sólo para que nadie pudiese ver mis lágrimas que amenazaban con correr por mis mejillas en cualquier momento, y salgo como si el diablo se llevara mi alma, y en mi cabeza contesto una y otra vez aquella primera pregunta que me hice “Ella es la dueña de la llave de tu corazón”; y ahora insaciablemente me hago una nueva pregunta “¿Quien soy yo para ti? ¿Que significo?”.

Sin darme cuenta corrí tanto que llegué a mi casa, siempre la misma, fría, y seria exactamente como yo, pero que de alguna u otra manera tú siempre encontrabas la forma de hacerla sentir cálida y acogedora, exactamente como vos. Entro en ella a pesar de que en cada rincón te veo, y no puedo evitar llegar a mi habitación, en donde tu recuerdo es todavía mas presente, donde mi piel arde al tocar las sabanas con tu incesante recuerdo, atormentando mi mente pero aun así se siente tan cálida como si tu calor se negara a irse, es en aquellas sabanas en aquella cama que fue tantas veces testigo del amor que me profesaste, en donde derramé las más amargas lágrimas que pude sentir en toda mi vida, esas malditas lágrimas se llegaron hasta los últimos vestigios de mi energía y lentamente el sueño comenzó a vencerme. La verdad que no es tan malo sumergirse en un sueño profundo y placentero donde todo es ideal, donde puedo escapar de esta tormentosa realidad que tanto daño me hace. Recuerdo bien cuando me preguntaste por qué no veía a un medico por mi persistente problema de dormirme a cada rato y yo te contesté que no era un problema físico, sino que yo siempre quería dormir por que así me sentía mucho mejor. Mas cuando terminábamos de amarnos el sueño nunca acudía a mí de inmediato, puede ser que era porque no identificaba el sueño de la realidad como ahora que deseo que todo esto sea sólo un pesadilla de la cual despertaré en tus brazos mientras me dices que todo estará bien y me das mi beso de buenos días.

Lentamente comienzo a sentir cómo algo cálido se acuesta junto a mí, pero tengo tanto miedo de abrir los ojos sólo para que me digas que todo lo que pasó antes no es un sueño y que te irás con ella, siento cómo tus dulces y cálidos labios comienzan a besarme con mucha suavidad. Qué cruel eres, ¿cómo te atreves a jugar así conmigo si ya sabes que me dejarás? Y la verdad que no sé quién es peor de los dos, si tú por engañarme tan cruelmente o yo por dejarme engañar y seguir con tu juego, siento cómo comienzas a acariciarme muy suavemente, como si no quisieras que me despertara, realmente eres un do´aho. ¿No te das cuenta que ya estoy despierto? Comienzo lentamente a abrir mis ojos y puedo ver que me miras fijamente, pero, pero tus ojos han cambiado de vuelta, es como si nada de lo que pasó antes hubiese sucedido, me miras con el mismo amor y ternura que siempre, no puedo comprenderlo, entonces es verdad, sólo era un sueño, no puedo darme cuenta que no fue un sueño, mis ojos aún arden por las lágrimas derramadas, te miro fijamente como esperando una explicación o que simplemente termines con todo esto.

Pero sólo me miras con una sonrisa divertida en los labios y me dices con vos dulce y melosa.

-¿Por qué te fuiste así? Pensé que vendríamos juntos-realmente tu voz suena tan dulcemente que tengo el impulso de besarte entero, pero el sólo recuerdo de que mientras te bese estarás pensando en ella derriba todos mis deseos con la fuerza de un tsunami y como si fuese poco me pone de un genio de los mil demonios por lo celoso que estoy.

-Te veías muy ocupado y feliz, así que no quise interrumpir la hermosa escena de amor que presencié-digo en mi mejor tono sarcástico, mas tú no asumes nada. Primero me miras un poco raro y luego te echas a reír, yo no puedo creerlo todavía tienes el descaro de reírte de mí, tengo tantas ganas de golpearte, de maldecirte y de odiarte pero no puedo ya no, no después de haberte amado tanto. Tu paras de reírte y me miras todavía con una sonrisa y me dices:

-¿Acaso estás celoso, zorrito mío?.

¿Y todavía eres capas de decirme tuyo? ¿Por qué lo haces? Es como si buscaras el modo de hacerme más daño, pero no te respondo, sólo atino a besarte profundamente en los labios como si no lo hubiera hecho nunca, como tratando de tener un último y muy dulce recuerdo de ti para que en el tiempo que viene después de la separación pueda recordarte tan tiernamente como ahora, tú te sorprendes de mi reacción, pero me besas con igual pasión. Nuestras lenguas luchan por el control del beso. Pero de repente te detienes y mirándome fijamente me dices.

-TE AMO zorro, nunca lo olvides.

Parece que quieras lo mismo que yo, un dulce recuerdo que atesorar, pero aún sabiendo eso, tus palabras me duelen tanto. ¿Cómo es posible que me mientas así? La herida es tan grande que decido preguntarte, ya no puedo más, si me vas a dejar hazlo ahora antes que te ame un poco más y me sea más doloroso.

-¿Qué hacías con esa chica, do´aho?-te pregunto y en mi tono de voz se pueden notar mis creciente celos. Tu sigues mirándome con esa sonrisa en tus labios que vuelve a trasformare en una sonrisa cínica y tus ojos tienen esa mirada burlona que tanto me asusta, pero tu voz vuelve a sonar de la misma manera melosa que antes diciéndome.

-¿Es que acaso no te lo imaginas?

La misma duda asalta mi mente, si golpearte por hacerme sentir así o besarte para que no te vayas, pero te respondo.

-No-tan seco poco puedo, pero los celos aún se reflejaban en mi voz. Tú me miras más divertido aún y buscas algo entre tus ropas, cuando lo encuentras me lo muestras y me preguntas:

-¿Y supongo que tampoco te imaginas lo que es esto?-Frente a mí está el sobre que aquella niña guardaba tras su espalda, lo miro aterrorizado. ¿Cómo te atreves a mostrármelo así? Como si de un trofeo se tratase, pero a pesar de mi mirada me dices.

-Anda léelo-Tomo el papel en mis manos y puedo darme cuenta que es mi nombre el que está en la temida carta y no el tuyo, te miro sin comprender y tú sólo me dices.

-Me dio tanta gracia cuando la pobre Haruko me lo dio con su inocente mirada pidiéndome que te lo diera, si tan sólo ella supiera a quién se lo dio, precisamente a tu koibito-Y diciendo esto te echas a reír a más no poder pero aun así prosigues.

-Pobrecita y pensar que tú estabas precisamente celoso de ella-tus palabras me tranquilizan como el mejor sedante y es entonces cuando reacciono y me doy cuenta que tu mirada burlona y tu sonrisa cínica no era para mí, sino para ella, pero aun así no puedo evitar pensar que pasaría si algún día ella te dijera que te quiere a ti y no a mí, ¿qué sería lo que harías tú? La sola idea de que me abandonarías me atormenta terriblemente y es por eso que te pregunto algo afligido, y por que ya de nada me sirve tratar de esconder mis sentimiento de ti, porque tú me conoces demasiado bien y no puedo ocultarte nada.

-¿Que hubieras hecho si hubiese sido a ti a quien le entregara la carta?-Notas que la pregunta sólo se sostiene en un pequeño hilo de voz y entonces me abrazas contra ti, mientras yo puedo sentir tu pecho contra mi mejilla, es tan cálido, de sólo recordar las noches que he dormido en ese musculoso pecho, con tus manos recorriéndome y con tu voz diciéndome que me amas, juro que hubiera podido dormir una eternidad contigo de esa forma, veo cómo tus labios buscan los míos y me besas suavemente, algo bastante raro en ti debo decir, cuando terminas comienzas a susurrarme algo al oído, algo como:

-¿Realmente quieres saberlo zorrito?-Yo temo tanto con tus palabras pero aún así asisto con la cabeza en forma positiva y entonces tú continúas, a decir verdad mi corazón latía como nunca antes.

-¿Sabes algo?, no deberías preocuparte por eso zorro, sabes perfectamente que te amo y que nunca te dejaría ni siquiera por Haruko, y si todavía lo quieres saber lo que hubiera hecho sería ponerle mi mejor sonrisa a Haruko y decirle que mi corazón ya tiene dueño, que es exactamente lo que le dije hace como cuatro meses cuando se me declaró-mientras lo dices no puedo evitar que una sonrisa llena de alivio salga a mis labios que perecen quemar en la espera de los tuyos, pero mientras me sigo gratificando con la caricia una gran duda vuelve a ocupar mis pensamientos y con eso no puedo evitar que una pregunta salga de mis labios que aun se encontraban saboreando los tuyos.

-Do´aho, tu te me declaraste hace tres meses-te digo como esperando una explicación, pero lo único que obtengo es que me mires con unos ojos llenos de amor y me contestes:

-Y te aseguro que te amo desde hace mucho más tiempo-me dices volviendo a besarme con esos labios carnosos tuyos que siempre me han enloquecido y no puedo evitar mordértelos levemente, pero le suficiente como para que queden un poco rojos, no sé cómo lo has hecho pero esta noche te deseo y amo más que nunca.

Este momento es tan puro, tan tranquilo que no lo podría arruinar nadie, ni siquiera esa niña. El sólo poder saber que eres mío y solo mío me hace sentir como el hombre mas feliz del mundo y lo soy, porque mientras pueda estar entre tus brazos y mientras pueda besar tus sensuales labios el resto del mundo no importa, sólo tú importas, sólo tú y nadie más, no por nada eres mi do´aho.

OWARI