Hanamichi X Rukawa

Hasta nunca

Por: Rei_00


Comenzó a llover fuertemente, y yo seguía parado en el parque, con el balón entre mis manos, apretándolo fuertemente. La rabia estaba invadiéndome por completo, al punto de estar completamente rojo, con mi corazón acelerado. Hice tal fuerza sobre mis manos que el balón salió disparado de mis manos y cayó al suelo, justo a los pies de él. Me miró, serio y frío. Me molesté aún más.

Y me voy....Hasta nunca-me dijo el idiota, ignorando la rabia que sentía. ¡Lo odio!

¡¡Espera!!...-lo detuve tomándolo del cuello de su polera, él me clavó sus insensibles ojos azules-Esto aún no termina...

 ¿Que aún no te das cuenta lo mucho que te falta para ganarme?

Fruncí mi ceño y apreté mis puños, dándole un certero golpe en la mejilla. Retrocedió unos pasos y se llevó su mano izquierda a la mejilla golpeada. Me miró frunciendo su entrecejo y se alejó de mí. Me extrañó que no me haya golpeado, pero estaba tan exasperado con él que no le di mayor importancia. Permanecí parado bajo la lluvia como una hora, con mi mirada perdida en la cancha de básquetbol. Estaba empapado, y no era capaz de inmutarme. Decidí caminar hacia mi casa.

Sólo bastaron unos pocos minutos para llegar, porque el parque estaba cerca de mi casa. Entré y no prendí ninguna luz, y eso que ya era de noche. Me quité la ropa mojada y me tendí en mi cama. Pensando. Desde hace ya dos meses que practico en el parque con el kitsune, siempre un uno a uno, y siempre me vence. Me humilla y me insulta, dejándome claro las pocas condiciones que tengo para el juego. Aunque nunca me había afectado tanto como ahora. Sé que estas prácticas terminaron aquí. Ya nunca más habrá más juegos con él...Mañana parte a EEUU y no fue la mejor manera para despedirse.

Todo comenzó luego del campeonato nacional, yo aún estaba convaleciente de mi lesión a la espalda, y el extraordinariamente se ofreció a practicar conmigo todos los días antes de que vuelva a los entrenamientos a Shohoku. Yo acepté, y eso que ahí odiaba a ese zorro, pero eso ya no importa. El jugaba excelente, como siempre. Me vencía sin compasión, pero no me molestaba. Luego de los juegos nos quedábamos hablando. Bueno, en verdad yo le hablaba y él sólo asentía o movía la cabeza para que supiera que lo oía. Pero hubo veces en que él me decía más de tres palabras y yo quedaba atónito y maravillado. Me empezaba a interesar esa manera tan fría e insensible que tenía para ser. Me atraía su inexpresividad.

De a poco comencé a olvidarme de Haruko, y otra persona ocupaba ya su lugar. Pero sabía que era imposible, él no perdía su tiempo con el amor como yo. Las prácticas para mí se transformaron en un pretexto para verlo jugar, para estar con él de la única forma que podría estarlo, como un rival. Me gustaba contemplarlo, ver su pálido y hermoso rostro concentrado en el juego. Me fascinaban sus ojos azules con largas pestañas negras, su ceño que estaba casi siempre contraído, su mirada fría, implacable, fulminante. Me daban ganas de abrazar y proteger esa delgada y frágil figura que se movía con tanta habilidad en el juego. Pero todo era un deseo reprimido, utópico...sólo un sueño.

Una de esas tardes yo llegué tarde, estaba lloviendo muy fuerte, como hoy. Cuando llegué al parque y lo vi sentado en el suelo, con sus brazos abrazando sus rodillas y su cabeza cabizbaja, oculta entre sus manos. Al acercarme más lo sentí temblar. Posé mi mano en su hombro derecho, sorprendentemente no rechazó mi gesto. Alzó su vista, y me miró. Sus ojos estaban cristalinos, mojados por lágrimas que bajaban por su blanca piel. Yo me preocupé y lo abracé. Él me respondió el abrazo. Comenzó a llorar, silenciosamente, pero temblando entero. Yo le acariciaba la espalda lentamente para callarlo. Sentía mi corazón muy acelerado, pero en esos momentos no me importaba. Él estaba con su cabeza apoyada en mi hombros, con su pelo mojado en mi cara.

Se detuvo y se fue separando de mí lentamente. Sus ojos aún estaban llorosos, pero ya no caían lágrimas. Me miró, con su rostro muy cerca al mío. Yo aún tenía mis manos en su espalda, y por un impulso que yo no controlaba tomé su frágil y blanco rostro, aproximándolo más a mí. Él se sorprendió, abrió los ojos más que de costumbre. Nuestras respiraciones se confundían, ya estaba rozando sus labios, cuando me detuve.  En verdad yo hubiera seguido, pero él no deseaba ese beso, y la consecuencia sería no volver a verlo nunca más, y eso no lo podría soportar...Ahora sé que sí lo hubiese podido soportar, pero ya nada importa.

Me paré y me alejé corriendo, dejándolo quizás perplejo. Nunca lo supe, no me animé a verlo. Pasaron como dos semanas luego de aquel incidente, y yo no me atrevía a verlo. Cuando un día, o mejor dicho hoy estaba pasando por el parque y lo vi. Estaba jugando solo. Yo lo contemplé deleitado. Siempre me ha gustado observar esa delgada figura en movimiento. Ese cabello negro y despeinado se movía a causa de la velocidad a la que se movía, y sus piernas blancas estaban corriendo al tiempo que driblaba el balón, para luego saltar tan alto como él sabe y clavarse en el aro, que quedaba remecido por la espectacular clavada que lanzaba con furia. Alzó su vista y no sé por qué miró hacia donde yo estaba. Nuestras miradas se encontraron y por una extraña razón ninguna la apartó. Él se fue acercando a mí, y yo me quedé inmóvil. Se detuvo a unos pocos pasos de mí.

¿Quieres jugar, do'aho?-me preguntó con el balón entre sus manos.

Bueno.

Así empezamos a jugar, un uno contra uno, claro que él iba ganando, cuando me lo dijo. Detuvo el juego de repente y se me acercó, yo estaba ruborizado y nervioso.

¿Sabes que mañana me voy a EEUU?-inquirió con un aire despiadado en sus palabras, seguro ya había notado lo que sentía por él, por eso me dijo.

No comprendía lo que decía, aunque estaba claro. No lograba asumir las palabras que lanzó con tanta maldad. No podía ser, si él se iba todo acabaría, aunque fuese sólo un sueño, un oscuro e irrealizable sueño, que se estaba destruyendo por su forma de ser tan cruel. Él no me dijo su viaje para informarme, sino para ver que efecto causaba en mí.

Mi cuerpo temblaba  y mis pies no eran capaz de sostenerse. Mi mente en blanco estaba aún presa del estupor. Y mis ojos estaban siendo víctimas de lágrimas que iban a escapar sin que yo pudiera hacer nada. Eso me dolió, Rukawa.

¿Por, por que?-indagué sin mirarlo, aún sin comprender.

Allá hay más posibilidades-no me estaba mirando.

Pero acá están todos los que...-callé de pronto, él no tenía a nadie, era antisocial y no vivía con sus padres. Sólo él existía para mí, él era importante para mí, para él yo no era más que un miembro del equipo de Shohoku, después de todo.

Aquí no hay nadie, allá está el básketbol-me clavó sus ojos fríos.- Aque quería jugar mi último juego contigo...

Quedé pasmado, desconcertado y tal vez con una estúpida sensación de felicidad, é quería jugar conmigo y llevarme por siempre como un recuerdo...Tal vez le importaba. Lo contemplé largo rato, como si él no estuviera conmigo, como si sólo yo lo viera. Me pareció hermoso, más aún de todo lo que era. Pero esa hermosura siempre era opacada por su crueldad, es  tan implacable que creo incluso odiarlo, sobre todo ahora.

¿Por qué?-indagué esperando una respuesta que no llegó, y que quizás sabía que nunca llegaría.

Por verte jugar tu último juego conmigo...y saber que quizás aquí hay un lugar....aunque no lo quiera-me dijo el muy imbécil,  rompiéndome el alma. En esos momentos empezó a lloviznar, transformándose en una fuerte lluvia.

Se acercó a mí y con una de sus manos me acarició el rostro. Yo me abandoné en esa caricia que era sólo una más de sus jugadas. Yo cerré mis ojos, sintiendo sus mano deslizarse por el contorno de mi rostro. Se detuvo y retiró su mano, yo continuaba con los ojos cerrados. Cuando...

¿Qué esperas para abrir los ojos, do'aho?-los abrí dejando escapar un par de lágrimas que se confundían con las gotas de lluvia.

Jugamos el partido, y el me venció. Alejándose de mí, humillándome una vez más, rompiéndome el corazón.  Sólo espero que algún día aprecie ese lugar que dejó aquí.

Llueven pétalos negros en la ciudad

Mojando más seco, a mi soledad

Me duele muy profundo no volver a verte más...

Se pagó tu voz para mí, la mía para ti

Fin


Notas de la autora: Konnichiwa!! Espero que les haya gustado...Bueno quise hacer este fics de hanaru porque..Hmmmm, bueno, no sé por que, pero quería algo así y lo hice. La canción que ven al final es "El sueño de la hora más oscura" de Los tres. Me despido esperando sus comentarios, por favor a: [email protected] Que estén bien.