Haruka x Michiru

Deseos

Por: Kokoro Moon


Te desnudé, te besé, te hice mía, sentí tu cuerpo desnudo vibrar bajo de mí, te amo susurré, jamás te dejaré, te prometí. Ah, pero qué rápido se olvidan las promesas, qué banales son la palabras. Te hice mía aquella tarde lluviosa de Mayo, inventé mil caricias por hacerte sentir amada por mí, los besos, las caricias, tu desnudez. Todo en ese momento fue eterno. Sí, lo admito, te hice volar, pero tú también me hiciste soñar. Besé tu vientre, tu calidez, probé tu humedad, la exquisitez de tus pechos que ardían con pasión en ese momento, tus labios recorrieron mi cuello y poco a poco bajaron hasta mi sexo, que con tu lengua quisiste penetrar, grité cuánto te amaba, cuánto te deseaba, confesé la veces que quise que esto ocurriera. Sí, muchas veces quise tomarte, pero no pude, sin embargo, hoy saqué el valor necesario, te miré a los ojos, acaricié tu pelo, después tu cuerpo. Te llevé en brazos a la recámara, y ahora estamos aquí las dos, tú mi amiga, mi amante, mi amor, mi sueño prohibido, sólo tú has despertado en mí esta pasión que ningún hombre pudo, después de aquel remolino de sensaciones, todo quedó en calma, nuestros cuerpos aún están entrelazados. Veo tu rostro, estás algo cansada, y yo me muero del sueño, pero no debo dormir, quiero que esta noche no termine, quiero quedarme aquí contigo para siempre. Pero no puedo, mañana debo partir a Estados Unidos, allí tendré que correr libre como el viento. Sí, sé que te extrañaré, también sé que no sabes nada, pero eso no importa, lo que importa es este momento. Poco a poco el sol comienza a salir. Sé que cuando despiertes pensarás que salí a dar una vuelta, pero, cuando entres a mi cuarto y te des cuenta de que mis cosas no están, sólo una nota, la cual dice lo mucho que te amo, donde te pido que me perdones, donde sé que derramarás lágrimas, tal vez salgas a alcanzarme o sólo te quedes esperando, no sé, tal vez busques a un hombre a quien amar o otra mujer. No lo sé bien, pero sólo sé que te amo y por eso me voy, sé que si te quedas conmigo sufrirás, me considero indomable y necesito libertad y sé que contigo no la tendré; por eso me voy, tal vez nunca vuelva. Eso no lo sé bien. Adiós Michiru, siempre te amaré. Tú mi diosa marina, oigo que entre sueños pronuncias mi nombre: Haruka, te amo. Adiós, mi diosa, adiós.