Capítulo 2
Así fue pasando el tiempo, Touya le enseñó Tokio a Yue, lo llevó a los lugares más bellos y a los no tanto. Pasaban todo el tiempo juntos, hablando, paseando, disfrutando de la compañía del otro. Después terminaron las vacaciones y el momento de ingresar a la secundaria llegó, estaban nerviosos porque era su primer año, pero como todo, juntos lo afrontaron y descubrieron que no era nada del otro mundo. Yue se convirtió en uno más de la familia, lo querían mucho a pesar de su carácter callado y poco demostrativo al cual ya se habían acostumbrado. Y él se sentía muy feliz, los amaba mucho a todos; en especial a Touya por el cual experimentaba un amor diferente al que sentía por los demás, era mucho más intenso y eso lo asustaba un poco. En las noches mientras ambos estaban acostados en sus camas, una a cada lado de la habitación que ahora compartían, se quedaba mirándolo por un largo rato, se veía hermoso cuando dormía y le recordaba el momento en que se conocieron. Era una necesidad estar junto a él, su regocijo era inmenso, su corazón latía aceleradamente y deseaba...deseaba....poder besarlo, sí como lo había hecho al encontrarlo dormido esa primera vez. El deseo se incrementaba con forme pasaba el tiempo y no sabía cuanto más podría reprimirlo.
Se volvería loco si no hacía algo pronto. Entonces una noche ya no lo soportó más, le confesaría sus sentimientos a Touya!!!!
Eran las 12:00 a.m., Yue ya estaba acostado hacía rato y Touya, que se había quedado mirando la televisión, entró en la habitación y comenzó a cambiarse para dormir (con la luz apagada para no despertar a Yue), el joven de cabellos de plata lo observaba desde su cama mientras se vestía, no se decidía a actuar. De improviso empezó a llover y Touya se acercó a la ventana simplemente para presenciar el espectáculo de las gotas siendo atravesadas por la luz de la ciudad. Esa era la oportunidad, tenía que hacerlo!!! Se levantó y se acercó silenciosamente al chico parado junto a la ventana. Trató de decir algo pero no le salían las palabras, trato de tocarlo pero su cuerpo no lo hacía; estaba paralizado por completo. Touya se dio vuelta de repente como si hubiera percibido que el otro estaba tras él y se lo quedó mirando a los ojos. Pudo apreciar nuevamente el maravilloso espectáculo del pálido rostro de Yue adquiriendo ese encantador tono rosado. Le regaló una de sus hermosas sonrisas.
_Qué sucede, Yue?
_To...Touya...lo que....
El joven moreno le acarició el rostro tiernamente mientras le decía:
_No te pongas nervioso, puedes decirme lo que quieras con confianza. Hace mas de 1 año que nos conocemos.
_Sí...y todo... este tiempo que ha pasado...yo... siempre te...
Los labios de Touya sellaron los suyos en un apasionado beso, después de unos instantes sus labios lo liberaron y se acercaron a su oído.
_Te amo. Eso es lo que querías decirme, Yue?
_...Sí...desde que te vi por primera vez...te amo.
Touya pasó sus brazos alrededor de la estrecha cintura del ángel y éste lo hizo en el cuello del otro, luego Yue apoyó su frente en la mejilla de su amado y cerró los ojos.
_Este es mi sueño hecho realidad...
_El mío acaba de empezar...
Abrió los ojos y vio en su mirada un brillo de malicia.
_Qué?
_Ja! Dije que mi sueño apenas está empezando y todavía falta mucho para que termine.
_Touya...
_No tengas miedo...Esta es la experiencia más bella que puede ocurrir entre 2 personas que se aman.
Lo besó nuevamente, esta vez su lengua penetró dentro de la boca de Yue y jugueteó en ella. Sintió cómo su mágico amante se estremecía cuando introdujo su mano entre las ropas de éste y toco su blanca piel. Con extraordinaria habilidad comenzó a quitarle las prendas. Sus corazones latían aceleradamente y sus respiraciones eran agitadas. El juez ardiendo de pasión buscó también el cuerpo de Touya bajo su ropa.
El muchacho de piel morena condujo a su ángel hacia la cama donde cayeron juntos (Touya arriba), ambos estaban completamente desnudos ya, sus manos acarician con ternura sus cuerpos, buscando un placer prohibido.
_Te amo, te amo...
Repetía una y otra vez Touya mientras besaba cada centímetro del cuerpo de Yue, el cual gemía de placer con cada contacto. Sus labios eran suaves como la seda y lo cubrían en su totalidad con su calidez. Se estremeció al sentir el miembro de Kinomoto penetrándolo, una ráfaga de electricidad recorrió el cuerpo de ambos y Yue por poco pega un grito de dolor y placer a la vez. Al ver la expresión en la cara de su ángel Touya se preocupó.
_Lo lamento...Te hice daño, verdad?
_No temas...estoy bien. Quiero que continúes...
Yue tomó su cara con ambas manos y lo besó con suavidad; besó su frente, sus ojos, sus mejillas y por último sus labios, los cuales abrió dejando entrar su lengua húmeda y tibia. Esta vez con más cuidado, el joven de cabellos negros y hermosos ojos café entró en su cuerpo. Al principio despacio...luego con más intensidad y violencia. Se escuchaba una música, una canción que hablaba de pasión, amor y deseo desmesurados, únicamente compuesta por gemidos, jadeos y quejidos. Sus cuerpos iban y venían al compás de la melodía, sin detener ni por un instante los besos y caricias. Una película de sudor cubría a ambos y los hacía resplandecer tenuemente bajo la luz de la luna, único testigo de su amor. Yue, al sentir el tibio semen de su amante entrando en él, no pudo evitar gritar de placer. Touya por su parte gimió fuertemente. Ese era el máximo de los placeres. De improviso se vio sujeto por la cintura y tirado sobre la cama por el juez que se colocó en la posición que este ocupaba sólo unos segundos atrás.
_Ahora me toca a mí...
El joven Kinomoto estaba realmente sorprendido, la mirada de su Yue había cambiado...ya no eran sus ojos de un hermoso azul frío como el hielo; sino que de ellos emanaba un intenso brillo cálido, no...era como si se hubieran convertido en dos llamitas, sí, en sus ojos se veía el inconfundible fuego de la pasión.
_Yu...
No lo dejó terminar, le dio un franco y locamente apasionado beso que duró hasta que no tuvo más aire en sus pulmones. Luego aprisionó sus muñecas contar las sábanas.
_Eres mío...eres mi hermoso Kinomoto.
Besó su cuello, su pecho donde lamió y mordió suavemente sus tetillas (eso lo deseaba hacer desde la primera vez que lo vio); haciendo a Touya estremecerse y jadear. Su respiración y su corazón se aceleraron aún más. El ángel siguió bajando por su cuerpo, hasta llegar a su parte más sensible; la cual, al igual que sus tetillas, besó, lamió y con un poco de malicia mordió tiernamente, hasta que el tibio líquido del alto moreno fluyó nuevamente, llenando su boca. Bebió de él cómo si fuera un precioso néctar, acabó con todo, sin dejar una gota. Si seguía así Touya sintió que no lo podría soportar por mucho tiempo, pensó que si no acababa pronto moriría del placer, su corazón simplemente no lo resistiría.
Pero resistió, sorprendentemente para el muchacho de ojos café, que tendido en su cama miraba a un Yue profundamente dormido entre sus brazos. Todavía no podía creer lo que su ángel había hecho con él. No se imaginaba que se pudiera sentir tal placer y felicidad, realmente los dejó exhaustos a ambos. Aun podía sentir las caricias de su amor sobre la piel...tan intensas habían sido. Lo llevó hasta el límite, en un momento estuvo a punto de gritarle que se detuviese, que sus besos y caricias le quitarían la vida como ya le habían quitado el aliento. Su mirada... no se podía olvidar de ella, era tan distinta a la habitual, como si se hubiese transformado de repente; pero ahora que dormía se veía tan tierno e inocente, tan hermoso en su serenidad...El sueño comenzó a ganar la pelea contra el asombro y la meditación siempre consiente y lentamente se dejó caer en la inconsciencia.