Capítulo 4
Cada vez que podían se entregaban al torbellino de su amor, cada noche en la cual las condiciones fuesen favorables; salvo cuando el pobre de Kinomoto legaba al limite de sus fuerzas y debía dormir una noche completa (he incluso a la tarde del día siguiente). En una ocasión su ángel le preguntó si preferiría que no hicieran el amor tan seguido, éste le respondió arrojándolo sobre la cama y quitándole la ropa con violencia, casi se la rompe en jirones!!! Con esto al juez le quedó claro que a su amante le gustaba y mucho! La forma cómo le demostraba sus sentimientos y se sintió mejor porque él también lo disfrutaba plenamente.
Habían pasado 2 semanas desde que se declararon su mutuo amor. Yue se durmió profundamente en los brazos de Touya después de una noche intensamente apasionada. Pero cuando despertó se dio cuenta que ya no estaba con su Kinomoto sino que se encontraba en...la mansión de su antiguo y único amo, Clow!! Era la sala donde lo había visto por ultima vez con vida junto a Kerberos. Pero no podía ser!!!! Su amo estaba sentado en su sillón favorito y... y estaba VIVO!!!!!. Clow se puso de pie lentamente y esbozó una gran sonrisa. Sin poder controlar su emoción al verlo nuevamente, Yue corrió hacia él con los brazos extendidos, pero su abrazo se cerró en el aire. Los ojos del juez y guardián se llenaron de lágrimas...Su amo no estaba realmente allí, era sólo una ilusión.
-No es tan así, mi querido. No soy una simple ilusión.
-Amo...me alegra tanto verlo de nuevo...
-A mí también...pero desafortunadamente tengo que decirte algo que no es agradable...perdóname.
Yue lo miró intrigado y preocupado.
Despertó sudando, agitado. Miró a su amado que yacía a su lado y sintió una punzada de dolor en el pecho. Luego se levantó con mucho cuidado para no despertarlo y buscó entre su ropa hasta encontrarlo. Suspiró abatido...Allí estaba, el pequeño cristal que acabaría con toda su felicidad. Todavía no podía creerlo, cerro los ojos y recordó lo que Clow le había ordenado hacer.
-Dígame qué sucede amo.
-Yue no puedes permanecer junto a él.
-¿De qué habla?
-Debes separarte de Touya Kinomoto.
Esas palabras lo dejaron helado.
-Pero...¿Por que?
-No te lo puedo decir...Pero es preciso que hagas lo que te mando. Toma.
Le entregó un pequeño cristal alargado.
-Con eso borrarás la memoria de todos los que te conocen. El cristal contiene un poco de mi poder, que combinado con el tuyo será suficiente para activarlo. Una vez que lo hagas, nadie recordará que existió alguien llamado Yue.
-Espera un momento!!! Me estás diciendo que tengo que separarme de la persona que más amo y borrar sus recuerdos acerca de mí?...Y ni siquiera me explicas el por qué?!
Estaba furioso y sorprendido a más no poder.
-Lo lamento, pero las cosas deben ser de este modo.
-Y por qué?!!!!
Silencio.
-No quiero...NO QUIERO!! NO LO VOY ACEPTAR!!!!!
-No se separaran completamente.
-Ehhhh?
Una fuerte mano sobre su hombro lo devolvió a la realidad, al abrir los ojos encontró al alto moreno que le sonreía con ternura y esto lo hizo sentir aún más abatido. Lo abrazó fuertemente, poniendo todo su empeño en no llorar. Hundió la cara en su ancho pecho, deseando que el tiempo se detuviera. No quiero...No quiero Clow!!! No me obligues a dejarlo...No lo puedo soportar! Lo necesito, LO AMO!!!!!, tenía que dejar de pensar en ello o las lágrimas brotarían sin remedio.
-¿Yue, te encuentras bien?
-Sí...
-A mí no me lo parece. Estás más pálido que de costumbre...Te noto triste, mi amor.
-Para nada! Es que no me siento muy bien hoy...Me duele la cabeza.
Sí seguro!!! Touya no se iba a tragar esa mentira, lo conocía demasiado bien. Iba a preguntarle nuevamente qué le pasaba cuando alguien (inoportuno) tocó a la puerta. Los dos muchachos se separaron de inmediato y Kinomoto fue a trabar con el peso de su cuerpo la puerta, por si las moscas. Yue se cambió rápidamente y abrió, una vez que su amante estuvo metido en la cama simulando dormir.
-Buenos días Sakura, ¿cómo amaneciste?
-Muy bien, gracias por preguntar, Yue. Sos mucho más amable y considerado que el tonto de mi hermano.
El juez se preguntó que estaría pensando Touya en esos momentos. Le dijo a la pequeña Kinomoto que él se encargaría de despertarlo y que luego irían todos juntos al festival que se realizaba hoy en un templo cercano.
Saltando alegremente Sakura se fue muy satisfecha a llamar a su amiga Tomoyo.
-Ese monstruo...
El juez no dijo nada. Se limitó a mirarlo mientras se vestía y se ponía a pensar cómo le diría, (si se lo decía) que pronto lo abandonaría. Ese sería uno de los días mas negros de su vida, estaba seguro. Debía disfrutar al máximo el tiempo que les quedaba juntos.
Y así lo hizo, pasó todo el tiempo posible con su amado, sacándole el mayor provecho a cada instante. No callando un solo te amo, no reprimiendo sus deseos. De ese modo pasaron 2 meces...Y el tiempo se acabó. Llegó el último día que compartirían y él todavía no le había dicho nada...No encontraba la forma. Pero se lo revelaría antes de irse, le parecía cobarde no hacerlo y una injusticia para con su Kinomoto. Al caer la noche, ya ambos estaban en su habitación y Touya se acercó a Yue para tomarlo entre sus brazos y dar inicio a una de sus noches de amor. Pero este lo rechazó. Sinceramente sorprendido, lo miró intrigado...su ángel nunca antes se había negado.
-¿Qué pasa contigo?
Le reclamó molesto.
-Tenemos que hablar...
-¿De qué?