Li x Yukito

El método de un amor infantil

Por: Sailor Rukawa


Una tarde, saliendo de clases, Yamazaki y Li caminaban juntos por la calle, observando los aparadores de las tiendas al pasar. De pronto Yamazaki se detuvo junto a una tienda de antigüedades, y dijo:

-         ¡Oh, nunca creí que vería uno de esos!

-         ¿De qué estás hablando? – Preguntó Li.

Yamazaki sonrió, al tiempo que señalaba un extraño objeto a través del aparador.

-         ¿Qué es? – Preguntó Li, confundido.

-         Es un método infalible para que la persona amada se fije en ti – Mintió Yamazaki, como siempre – Si se lo das a esa persona, es seguro que se enamore perdidamente de ti.

-         Ohhhh... – Murmuró Li fascinado, mientras sus ojos brillaban por la emoción y entraba en la pequeña tienda.

-         Parece que Li comprará uno – Pensó Yamazaki, satisfecho.

Pero...¿Qué era el objeto en realidad? Era un pisapapeles ordinario en forma de rana.

* * *

Media hora después, Li llegó a su departamento, con un pequeño paquete entre las manos. Un ligero tono rojizo coloreaba sus mejillas por la emoción.

-         Se lo daré a...él... – Pensó, mientras se encerraba en su habitación y la imagen de Yukito aparecía en su mente.

Era un amor inocente e infantil. Li veía a Yukito como a alguien etéreo, inalcanzable y, sobre todo, sagrado. Era sumamente vergonzoso admitirlo, pero casi imposible de ocultar: Su primer amor era un hombre.

* * *

A la mañana siguiente, Li esperó hasta la hora del almuerzo para buscar a Yukito. Lo encontró en el jardín, charlando con Touya y Sakura. El pobre Li se sentía muy nervioso y no sabía que hacer, estaba a punto de irse pero entonces...

-         ¡Hola! ¡¿Qué estás haciendo ahí escondido!? – Preguntó Yukito alegremente en cuanto lo vio, oculto detrás de un árbol.

-         Ehhhh...Ehhhmm...Hola...yo... – Murmuró Li, bajando la mirada y acercándose a su “objeto” de amor.

-         Hola Li – Dijo Sakura.

-         Grrrrrr – Gruñó Li en cuanto vio a Sakura y a su hermano.

-         ¿Qué le pasa a este mocoso? – Pensó Touya, un poco molesto.

Li estaba ahí, de pie, sin decir una palabra, profundamente sonrojado y nervioso. Estaba deseando que algo inesperado sucediera para poder quedarse a solas con Yukito, cuando de pronto, Tomoyo apareció diciendo:

-         ¡Sakura, ven pronto!

-         ¡Ya voy Tomoyo! – Exclamó Sakura alegremente, después miró a Yukito y se sonrojó – Hasta luego, Yukito.

-         Monstruo – Murmuró Touya.

-         ¡Hasta pronto, Sakura! – Dijo Yukito, sonriendo.

Sakura salió corriendo junto a Tomoyo. Li suspiró, y después miró a Touya con ojos asesinos, éste le sostuvo la mirada por varios minutos, no parecía tener deseos de irse. Yukito los miraba, sonriente, hasta que...

-         ¡Olvidé que tenía que terminar una tarea! – Exclamó Yukito – Debo irme.

-         Te acompaño – Murmuró Touya.

-         Ehhh...Buee....mmm...adiós... – Balbuceó Li, un tanto desilusionado. 

Yukito se despidió con una de sus encantadoras sonrisas, Li se sintió en el séptimo cielo por algunos segundos, hasta que el fascinante joven desapareció, acompañado por su “amigo”. Li suspiró tristemente, mientras observaba el regalo que había estado ocultando.

-         Se lo daré después – Pensó, mientras se daba la vuelta y se iba.

* * *

Cuando se terminaron las clases, Li no vio a Yukito por ningún lado y decidió irse solo a casa. Caminaba lentamente y sin prisa, entonces pasó por el parque Pingüino y decidió quedarse un rato. Se sentó en una banca y comenzó a pensar en lo difícil que sería darle el objeto a Yukito. Pasaron unos diez minutos, y Li se sentía cada vez más triste. Hasta que una voz dijo:

-         ¡Hola otra vez! ¿Estás esperando a alguien?

Li miró a la persona que había hablado y se sonrojó al instante: Era Yukito.

-         Hoo...Holaa...Ehhh...Disculpa...¿Qué estás haciendo aquí? – Murmuró Li, sin atreverse a mirar a Yuki a los ojos.

-         Iba de regreso a casa cuando te vi aquí solo...¿Te sientes bien? – Preguntó Yukito, un tanto preocupado, pero sin perder la sonrisa.

Li tragó saliva, había llegado el momento, sacó el pisapapeles de su mochila y se lo ofreció a Yukito, mientras decía:

-         Es...Es para ti...

Yukito tomó el raro objeto y le dio las gracias al niño. Después se despidió y siguió su camino junto con Touya, que lo esperaba en la entrada del parque. Li se quedó un rato más, estaba temblando, pero a pesar de todo se sentía extrañamente feliz.

* * *

Diez minutos después de su encuentro con Li, Yukito y Touya iban en sus respectivas bicicletas por la calle.

-         ¿Ahora qué te dio ese mocoso? – Preguntó Touya, sin mirar atrás.

-         Un pisapapeles – Respondió Yukito, felizmente.

-         Hmmm... – Gruñó Touya – Qué raro.

Yukito no dijo nada, siguió sonriendo como siempre y pensando en la exquisita comida que le esperaba en casa.

* * *

Li se sintió bastante decepcionado con el paso del tiempo. Pero no dejó de creer en las mentiras que le contaba su compañero Yamazaki.

ˆ_ˆFinˆ_ˆ