Capítulo 1


Una joven entra a un restaurante. Se sienta junto al balcón y pide una piña colada. Enciende un cigarrillo y espera. Continuamente mira hacia la calle. Hay cientos de personas reunidas por un festival. Cierra los ojos y suspira. Cinco minutos después, alguien se acerca y pregunta:

-¿Puedo acompañarla, señorita Luna?

La joven mira al recién llegado con ojos perezosos. Es un niño de unos 12 años, su cabello es azul oscuro y usa lentes. Pero, a pesar de todo, su voz y su actitud lo hacen parecer mayor de lo que aparenta. La joven mueve un poco la cabeza. Saca otro cigarrillo de su bolso y, mientras lo enciende, murmura:

-Siéntate.

El chico se sienta y observa a la joven con atención.

-¿Acostumbra venir sola a este lugar, señorita?

Ella lanza una gran bocanada de humo antes de responder. Su mirada parece cansada.

-Así es-Murmura.

-Vaya, qué interesante...¿Y por qué lo hace?-Pregunta él.

Ella apaga el cigarrillo de súbito, casi con violencia, mira al niño directo a los ojos y dice:

-Déjate de tonterías, Clow. ¿Por qué reencarnaste?

La mirada de Eriol se vuelve misteriosa al tiempo que habla, casi disfrutando cada palabra:

-Mi querida Eva, no has cambiado nada, sigues tal y como recuerdo...

Ella lo interrumpe, diciendo:

-Sólo envejece el que se cansa de vivir, ¿sabes? Y yo disfruto bastante la vida.

-Lo sé-Dice él.

Eva se estira un poco, y pregunta:

-Por cierto...¿Qué estás haciendo aquí?

Eriol ríe un poco.

-¿Recuerdas a Yue y a Kerberos?-Murmura el chico de lentes, de manera extraña.

La joven alza una ceja, molesta.

-Ambos tienen un nuevo dueño, al igual que las cartas...-Continúa Eriol.

Ella niega enérgicamente con la cabeza, y dice:

-¡Qué cruel eres, Clow! ¡No es justo! ¡No tenías derecho...!

Él alza una mano y Eva se tranquiliza.

-No digas eso. Ellos escogieron a esa persona.

-Y todo porque te cansaste de vivir...-Murmura ella, mordiéndose el labio.

-¿Dijiste algo?

-¿Por qué estás diciéndome todo esto?

Eriol sonríe un poco, y dice:

-Ha pasado mucho tiempo. Uno de los últimos deseos del mago Clow fue que los tres volvieran a reunirse algún día, aunque fuera tan sólo por un momento.

-¿Con qué objeto?-Pregunta ella, un poco más calmada.

Al chico le brillan los ojos, y murmura:

-Porque hay varios asuntos pendientes entre ustedes.

Eva desvía la mirada y llama al mesero. Quiere irse lo más pronto posible. Cuando vuelve a mirar al frente, Eriol se ha ido, pero hay una nota sobre la mesa. Ella la toma y lee el siguiente mensaje: “Estimada Eva Luna*. Esta es la dirección de nuestra antigua casa. Supongo que después de tantos años no la recuerdas. Ven pronto y tomaremos el té. Tengo nuevos amigos y quiero que los conozcas. Atentamente: Clow Reed”.

-Qué atento-Piensa ella, de mala gana, mientras paga la cuenta y sale del lugar.

Poco después camina rápidamente por la calle, pensando:

-Ese maldito de Clow...¿Cómo se atreve?-De pronto se detiene y suspira-Pero en fin...Iré a verlos, al mago y a los otros dos. ¡Y los tres se las verán conmigo! ¡Lo juro!

Eva sigue caminando, hasta llegar a su departamento. Partirá a Tomoeda esta misma noche.


 *Nota: Nada que ver con la "Eva Luna" de Isabel Allende.