Capítulo 1: Azul
Azul....En lo más profundo del cielo veo el espejo que refleja tu mirada.
Me da gusto verte, amanece apenas es el momento en que la noche parece ceder ante la luz de la mañana y el sol trata de borrar tu imagen, pálido reflejo de la luna...
Veo que vienes hacia donde estoy...Aún no sé cómo sucedió, de qué forma llegué a amarte hasta que este sentimiento inundó por completo mi ser...Te acercas más.
Sigo observándote y recuerdo cómo empezó todo...Fue hace algún tiempo cuando al fin me decidí a decirle a Haruko lo que sentía por ella...
*** FLASHBACK***
Se ve una pareja en la playa caminando lentamente, a lo lejos se ve al sol desaparecer en el horizonte, se detienen. Él toma las manos de la chica entre las suyas y se inclina hacia ella.
Hanamichi: Haruko yo...
Haruko: //sonrojada y confundida por la actitud del pelirrojo// ¿Sí Sakuragi?
Hanamichi: Quiero decirte que me gustas y...
Haruko: Uh? //Haruko tenía cara de no entender nada; ¿raro no?//
Hanamichi: Quiero pedirte que seas mi novia aguardé tu respuesta, sabiendo qué dirías de antemano al ver el desconcierto pintado en tu rostro.
Haruko: Sakuragi yo.... yo te lo agradezco pero....yo sólo te veo como a un amigo y... no escuché, no quise escuchar más, sentí que el piso se abría a mis pies y poco a poco la desilusión dio paso a la rabia.
Hanamichi: ¿Es porque amas a Rukawa? con la sola mención de su nombre vi tu rostro iluminarse, sabía que tu respuesta dolería.
Haruko: Sí, lo amo.
Hanamichi: -Suficiente, me dije a mí mismo, lo odié por ser la causa de tu rechazo, me odié a mí porque aún sabiéndolo seguí albergando esperanzas contigo...Causa perdida- Está bien, lo entiendo dije por fin, conteniendo la rabia-...disculpa si te molesté...nos vemos después me di la vuelta y comencé a caminar pero tu voz me detuvo.
Haruko: Sakuragi espera!!! No quiero...no quiero que esto sea de esta forma.... ¿Podemos seguir siendo amigos?
Hanamichi: ¿Amigos...? Sí, por supuestodije aún de espaldas a ti y me alejé pensando....¿Amigos? Vaya qué idea tan más estúpida.
No sé exactamente cómo llegué al parque, lo único que había en mi mente era el deseo de estar en un lugar solo, lejos de ella y de todo.
Los recuerdos se agolpaban en mi mente confundiéndose una y otra vez, su asombro, su rechazo, las palabras que buscando reconfortarme sólo me humillaron, su voz cálida y el brillo en sus ojos cuando habló de él, del zorro, ese maldito zorro con mirada de hielo, imperturbable ante todo y ante todos.
Mis pasos me guiaron hacia un sonido demasiado familiar para mí, un balón rebotando en la cancha, inconscientemente me acerque hacia el lugar de donde provenía ese sonido y fue que me encontré ante alguien que jugaba, tomo conciencia del lugar donde me encuentro y de quién es el que esta jugando: Rukawa....Quien, sin percatarse de mi presencia, dribla el balón una vez y otra más, poniendo todos sus sentidos en ello.
Me quedo observándolo sin que atine a hacer otra cosa, el odio surge en mi interior, él es la causa de que me hubieran rechazado una vez más, de que yo me sienta tan humillado y confundido.
Tuve ganas de gritarle, de golpearlo hasta quedarme sin fuerzas y sin embargo no lo hice, sin saber bien el motivo me limité a dejar que mi mirada se extraviara en la nada mientras seguías con tu entrenamiento, cada movimiento hacia el aro me recordaba los entrenamientos, las peleas sin razón, las burlas, los insultos, me hacia recordar más tiempo atrás, el motivo por el que entré al equipo...Otra vez ella, ahora parece tan lejano ese momento....Entré a jugar buscando quedar bien con una chica, con una niña tonta enamorada de un imposible, que cómica situación, si ella es tonta yo estoy igual por haberme enamorado de ella sabiendo que no sería para mí. Vaya, pero aún así de los dos quien tenía menos posibilidades es Haruko, una sonrisa burlona aparece en mi rostro. ¿Me río de ella o de mí mismo? No lo sé bien, estoy confundido, vaya caso, mis pensamientos vuelven hacia él, hacia mi enemigo, hacia la persona que juraba odiar más que nada en el mundo y vaya sorpresa que me llevo, súbitamente caigo en cuenta que no lo odio tanto como yo pensaba, realmente él no es el culpable de lo que me pasa, ese témpano sólo piensa en el mismo y en el basquetball, es ahí donde deja sus energías y su vida, divertido realmente él no sabe ni siquiera que tú existes, realmente me sorprendería que se diera cuenta de lo que sucede a su alrededor, incluso pienso que fuera de nuestras peleas y del entrenamiento no sabe tampoco que yo existo; sé con certeza que detesto su autocontrol, su confianza, que sea tan admirado por su forma de jugar, que pueda tener a la chica que quiera con sólo decirlo, pero...No existe un motivo real por lo que deba odiarlo, ¿entonces por qué le presté tanta maldita atención a su persona? No logro comprenderlo, maldigo en voz baja, sólo hasta ese momento me doy cuenta de que Rukawa me está viendo con una expresión curiosa en su usualmente inmutable rostro. ¿Por cuánto tiempo me ha observado? ¿Por qué me mira con tanta insistencia, qué demonios está pensando? nN es algo que quiera averiguar realmente, quiero alejarme lo más pronto posible de ahí pero no puedo su mirada me tiene como hipnotizado....
Comienza a caminar hacia el lugar donde me encuentro se detiene a mi lado y me encara viéndome directamente a los ojos. Dios, está tan cerca de mí, ¿qué me pasa? ¿Por qué no puedo hacer nada más que verlo? ¿Pero qué demonios...por qué no se va? Justo cuando comencé a sentirme incomodo por el silencio escucho su voz.
Rukawa: ¿Qué demonios quieres?
Su voz fría como siempre suena en mis oídos. No respondo, no puedo hacerlo siento de pronto todas las emociones acumuladas a lo largo del día y no puedo evitar bajar la cabeza, mis manos se crispan, mi cuerpo se estremece y siento que las piernas ya no ayudarán a sostenerme por más tiempo, me siento cansado y dejo que mi cuerpo se deslice por la reja que rodea a la cancha hasta quedar sentado en el suelo con mi cabeza entre las manos. Siento que alguien se sienta a un lado mío y al fin pregunto:
Hanamichi: ¿Cómo lo haces?
Rukawa: ¿De qué hablas?
Hanamichi: ¿Cómo logras que no te afecte lo que pasa a tu alrededor?-mi voz se escucha tan rara hablándole a él de esa forma-Dime cómo hacer que no duelaMi voz se quiebra y una lágrima traicionera quema mi mejilla. Siento que una mano se posa en mi hombro como queriendo reconfortarme. No lo creo eso no puede ser, sé que se trata de Rukawa su abrazo se siente tan cálido no lo imagine de una persona tan fría como él, escucho su voz ......
Rukawa: Cuando estás solo, nada te importa. El dolor termina en convertirse en un compañero habitual que no te abandona y que se convierte en soledad.
Levanto los ojos y me encuentro con una mirada tan diferente a la habitualmente imperturbable de Rukawa, se ve llena de nostalgia y de dolor, sus palabras dan vueltas en mi cabeza, ¿soledad?, cuando menos lo pienso me encuentro devolviéndole el abrazo, comprendo lo que siente, de alguna manera se lo que es no dar a conocer tus emociones, si yo lo sé por experiencia propia, pues muchas veces he sentido vacío en mi vida y lo he cubierto peleando sin razón aparente con mi ejército, riendo como loco, o actuando como una persona completamente feliz a pesar de que no sea así...Mi resistencia llega a un límite y las lágrimas acuden a mis ojos, mi cabeza descansa en el arco de tu cuello y mi cuerpo se estremece por el llanto, no siento nada más que tus brazos alrededor mío y las lágrimas cayendo sin cesar, en un momento dejo de sentir y la oscuridad me envuelve, pierdo noción del tiempo y del espacio, lo siguiente que recuerdo es una cálida voz diciéndome que todo va a estar bien......
¿Dónde estoy? No es mi cama y ¿quién está a mi lado?