Capítulo 4


Nada podría haber descrito como se sintió en ese momento ¿Había palabras para expresarlo? Extremo deleite, quizás *No* Sakuragi pensó *No lo suficientemente fuerte* Trató de meditar por un momento, luego decidió que no importaba y regresó a hablar con los otros cuatro alrededor de él.

Por supuesto, para él realmente no importaba si los tres desaparecían. La tierra podía haberse abierto y tragarlos y a él no le importaría. Justo ahora, estaba ocupado mirando discretamente y recogiendo la personalidad del chico cabello negro llamado Rukawa. Su lenguaje corporal hablaba más rápido de lo que hacía su boca. Si los humanos pudieran leerse unos a otros tan bien como él podía. Quizá era arrogante  de su parte pensar alto sobre él mismo... O quizá era discriminatorio pensar tan bajo de los humanos... se encogió de hombros ligeramente, una acción que los otros no parecieron notar. Lo cual realmente no importaba. Él lo había encontrado.

¡Por suerte! ¡Por el creador! Él había corrido hacia el chico el cual había, meras horas antes, consumido sus pensamientos al punto de tratar de no pensar en él, le causaba dolor de cabeza. Y ahora, aquí estaba él, en carne y sangre, parado ante él silenciosamente, escuchando la conversación que continuaba entre el pequeño grupo.

Su lenguaje corporal le dijo que estaba sucediendo dentro de él, o parcialmente. Seguramente su mente le diría más a Sakuragi, pero por una vez sintió interés sobre un sondeo mental a un humano. Si él iba a sondear la mente de este chico él preguntaría primero. Por supuesto, eso significaría hablar con él a solas. Y si el decía algo así tendría que explicar quien era. Sakuragi inmediatamente se calló ante el pensamiento y permaneció en silencio, lo cual resultó en que la conversación vino casi a detenerse.

Para ser sincero, él nunca había pensado dejar a otra persona, vampiro o humano, o cualquier otro, conocerlo. Él nunca había dejado a nadie acercarse, había mantenido a todos alrededor de él a distancia. No confiaba en nadie, pensaba que si exponía sus debilidades, su corazón a cualquier otro, ellos se voltearían  y clavarían un cuchillo en él. Pero, sólo pensar sobre el sentarse con este chico, mostrarle su corazón... el pensamiento envió una calidez a través de él, la primera en mucho tiempo.

Rukawa estaba mirándolo ahora, una extraña mirada en sus ojos. Y sus pensamientos bombardearon a Sakuragi, lo bañaron demandaban ser escuchados. Dios, este chico *Proyectaba* Era raro que algún humano, aún un vampiro tuviera esta habilidad, enviar sus pensamientos hacia un psíquico . Pero él lo hacía, y poderosamente. Sakuragi no podía evitarlo, escuchaba los pensamientos viniendo a él tan claros como el día.

*Te conozco, te conozco, te conozco, te conozco, te conozco...* Sakuragi sintió quedarse sin aliento. Era imposible para alguien, humano o vampiro, pasar a través de un bloqueo de memoria. Y Sakuragi estaba entre los más poderosos, si no el más poderoso, cuando se trataba de bloqueos mentales. Aún así, este chico sabía. Él *sabía* ¡No era posible! Pero, aún así, su voz, su voz mental proyectaba, se mantenía bombardeando a Sakuragi, demandando ser escuchado. *Yo sé que tu me salvaste...*

Sakuragi sonrió cómodamente su propia mente chasqueado con velocidad cuando discretamente envió un mensaje a Mitsui, Kogure y a la chica para que se fueran. Al mismo tiempo, comenzó a dar a entender que estaba listo para irse. Esto funcionó. Mitsui y Kogure se disculparon, y la chica se fue a buscar un compañero de baile. Sakuragi se volvió hacia Rukawa.

-“Bueno creo que ya me voy también”- dijo casualmente.

-“Humm...”-

-“¿Quieres que te lleve a casa?”-

Esta era la parte que Sakuragi no controlaba. Él no *quería* influenciar a Rukawa. Quería él estuviera dispuesto a ir con él, que... confiara en él.

Rukawa se encogió de hombros y chequeó su reloj.

-“Quizás podríamos ir a algún otro lugar. Tengo compañía que se está mudando de mi casa, y quiero evitar encontrarme con ésta. Aún tengo cuatro horas para matar”-

-“¿Compañía? ¿Con la que tu *no* quieres encontrarte?”- Sakuragi sonrió mientras hacía el gesto a Rukawa para que lo siguiera.

-“¿Qué han hecho, prolongar demasiado su visita?”-

-“Podría decirlo así”- Se detuvo, su voz tomando un tono casi sarcástico. Sakuragi levantó una ceja.

-“¿Te importa hablar sobre esto? Dicen que eso ayuda”- Rukawa se encogió de hombros

-“No hablo mucho”-

-“Había deducido eso”- Sakuragi dijo despreocupadamente mientras alcanzaban el estacionamiento, caminado a través del frío, estimulante aire –“Bien si quieres...”- Se detuvo y esperó un momento, esperando el sutil cambio en el rostro de Rukawa que indicara que estaba listo para hablar. Nada. Permaneció frío. Sakuragi inhaló profundamente y exhaló. Hombre, este tipo *era* callado. Él no había anticipado esto. Oh, bien.

-“Así que, ¿adónde quieres ir?”-

-“¿A dónde ibas a ir después de dejarme?”-

-“A casa”-

-“Entonces ahí”-

Sakuragi sintió un momento de incomodidad; Rukawa vería su hogar. Esta era una parte de su vida que hacía mucho tiempo se había prometido que nadie vería. Pero un momento después, no le importó, algo dentro de él le decía que *éste* chico era diferente, que no lo traicionaría.

Quizás era su actitud. Parecía tan distante, tan callado, como si nada pudiera descomponerlo. La misma manera como se comportaba, la manera como mantenía su rostro, la manera como hablaba (cuando lo hacía) hablar en una completa y total calma y control. Como si nada lo perturbara. Como si pudieras decirle que el fin del mundo sería mañana, y él meramente se encogiera de hombros. Casi sin un pensamiento consciente su mente se extendió y atrapó esa parte de la mente de Rukawa que contenía lo que él amaba. Y, antes de que él pudiera contraerse y retirarse, una imagen, un vivido recuerdo, llenó los ojos de su mente. 

Rukawa, mucho más joven, pero definitivamente Rukawa, jugando basketball en su patio trasero, moviéndose en varias posiciones en el campo y tirando, fallando casi todo el tiempo. Frustrado el joven Rukawa golpeó la pelota rebotó de regreso como una *bofetada* y lo golpeó en la frente. Rukawa cayó hacia atrás y se raspó sus codos, su cabeza golpenado el pavimento. El dolor era tan vívido que Sakuragi se sobresaltó.

El joven Rukawa se sentó, una asombrosa miras en sus ojos tocando la parte de atrás de su cabeza, dando a mostrar como si fuera doloroso. Su mano vino sin ninguna señal de sangre. Rukawa miró alrededor, luego a él mismo, después al cielo. Una extraña cosa sucedió después. Recogió la pelota, la levantó al cielo, y dijo, en una voz tan alta como Sakuragi nunca había escuchado a Rukawa usar: -“Prometo que un día seré el mejor jugador de basketball del todo Japón”-

El recuerdo se desvaneció y Sakuragi miró a Rukawa con un diferente par de ojos. Ese recuerdo mostró, sin nada más, un sentido de determinación y confianza en sí mismo distinto a cualquier cosa que Sakuragi hubiera alguna vez visto *Bien* Pensó, estacionando su compacto carro en la entrada de su lujoso hogar, *Este chico está justo lleno de sorpresas*

-“Agradable casa”- Dijo Rukawa mientras caminaba, mirando alrededor con sus manos en los bolsillos de sus jeans.

-“¿Cómo pagas la renta?”-

-“Esta era la casa de mis padres antes de morir. Ellos me la dejaron. Todo lo que pago son los impuestos”-Explicó Sakuragi, mientras encendía algunas velas que iva encontrando por toda su casa. Rukawa miró con curiosidad.

-“Trato de no usar mucho la electricidad. Excepto cuando uso mi stereo”- Movió la cabeza hacia el gran centro de entretenimiento, el cual sólo contenía un gran stereo y una pequeña TV en una esquina

-“Siéntate, ponte cómodo”- Finalizó su tenue tarea de encender docenas de velas en la sale de estar y de dejó caer en un sillón mientras Rukawa se sentaba en el sofá.

Un momento de silencio llenó la habitación, y Sakuragi, calmado por la mezcla de olores de algunas de sus velas de esencias, comenzó a relajarse y cerró sus ojos. El sonido de movimiento lo hizo sacudirse, y encontró a Rukawa parado ante él, su rostro ilegible.

-“Mira, vamos a recortar cualquier basura y pasemos a considerar esto. Yo se.. que sucedió anoche, y creo que tu sabes que lo sé. Y juzgando por cuan duro fue recordar, creo que no se suponía que yo debería saber. Ahora quiero algunas respuestas. Creo que me las merezco.”-

Sakuragi estaba en silencio, estupefacto, particularmente por su sinceridad, pero principalmente por el hecho de que eso era lo que mayormente le había escuchado decir toda la noche. Sakuragi sonrió calmadamente, sintiéndose, por una extraña razón, relajado. No había necesidad de negarlo; Sakuragi podía decir por la forma de su mandíbula que él estaba decidido.

Había algo más... Sakuragi se sobresaltó cuando se dio cuenta que *quería* que Rukawa supiera. Quería que él supiera todo sobre él. Y si él *quería* saber sobre Sakuragi...bien, entonces, le dejaría saber. Al infierno con las consecuencias. Si Rukawa sabía sobre él y lo acuchillaba por la espalda más tarde, bien, entonces, Sakuragi no tendría a nadie a quien culpar si no a él mismo. Sakuragi se movió hacía el sofá.

-“Mejor siéntate. Es una larga historia”-

-“¿Historia?”-

-“Bueno para entender lo de anoche, necesitas conocer la historia”-

-“¿La historia de que?”-

-“Mi vida”-