Capítulo 5
Rukawa se sentó tranquilamente en el sofá, mirando a Sakuragi con expectativa, esperando hasta que el chico más alto estuviera listo para hablar. Sakuragi parecía repentinamente estar teniendo problemas para hablar. Se mantuvo aclarando la garganta y abriendo su boca, pero las palabras, no salían . Finalmente se sentó en el sillón de nuevo, manos hundidas en su cabello, respirando profundamente.
Rukawa no sabía que hacer, y reaccionó con un instinto que no sabía que tenía. Se levantó calmadamente y se arrodilló al lado de él, una mano frotando la espalda de Sakuragi. Y sin un pensamiento consciente él estaba hablando.
-¿Estás bien?- Sakuragi lo miró, los ojos buscando los suyos, como si la respuesta yaciera en el rostro de Rukawa. Él asintió entumecidamenten y entre lazó sus dedos.
-¿Estás seguro que quieres hablar se esto?- Otra vez, hubo silencio y Sakuragi se encogió de hombros, tratando de sonar imperturbable cuando dijo -Yo nunca le he dicho a nadie esto antes-
-Bueno sino estas cómodo con esto...-
-Pero tu quieres saber...-
-¿No hay manera de que me puedas explicarme lo que sucedió sin decirme sobre ti?- Rukawa odió la forma en cómo esto sonó, pero no quería forzar a Sakuragi. Sakuragi inhaló profundamente y se paró otra vez, una mirada más determinante en su rostro
-Probablemente, pero necesito que sepas-
Rukawa no preguntó porqué; él quería saber tanto como Sakuragi quería contar. Se sentó en el sofá una vez más, inclinándose hacia Sakuragi, sus ojos pegados a los ojos marrón-plateados del chico.
-Para comenzar no soy humano- Rukawa meramente asintió. Sakuragi tomó aire, difícilmente creyendo lo que estaba haciendo, pero él continuó.
-Mi madre no era humana, ni mi padre. A mi padre nunca le conocí. Murió antes de que yo naciera por amar a mi madre. Él era un vampiro, y fue muerto por los de su clase por unirse a alguien fuera de su raza. Mi madre era una de las últimas de su clase, una psíquica. No, no aquellas personas que ves en la TV que leen cartas o te dicen sobre el amor de tu vida o cosas así-
Sakuragi sacudió su cabeza.
-No, mi madre era una verdadera psíquica. ¿Sabes? Los humanos quizás usan 15% de su posible poder mental. Mi madre y su clase tenían totalmente control sobre el 100% de su poder mental. Lo cual los hacía casi los más altos de su especie. De cualquier modo, la razón de que hubiera pocos es porque los humanos, quienes temen lo que es diferente, los mataron durante un periodo popular, esa llamada los Juicios de las Brujas de Salemm el cual tomó lugar no sólo en América, si no en alrededor del mundo, sólo en diferentes puntos en el tiempo.-
El sacudió la cabeza, su expresión de disgusto.
-Y así la clase de mi madre es menor en número. De hecho no tengo idea de cuantos quedaron- Suspiró y sacudió su cabeza
-Y mi padre, como dije, era un vampiro. Ellos usan quizás un 25% de su poder mental, y así pueden algunas veces mover cosas con sus mentes, ocasionalmente te hacen olvidar cosas, y pueden controlarte... de alguna manera. Eso depende de cuán grande sea tu voluntad-
Rukawa permaneció quieto, sentado, escuchando intensamente.
-Así que mi madre me crió hasta que murió por la mano de un vampiro que descubrió su identidad- Un gruñido se formó en su garganta
Ellos trataron de matarme también. Sólo para entonces, yo había desarrollado mis poderes- Miró a Rukawa, sus ojos casi blancos.
-¿Sabes? Yo soy un híbrido. Mi poder mental está más allá de los límites posibles, más allá toda comprensión. Y para rematar, tengo su fuerza.- Rió amargamente
-Así que no puedo reclamarme como de mi raza. Soy demasiado fuerte para ser un psíquico , pero no anhelo sangre; así que no soy vampiro- Rió entre dientes, sacudiendo su cabeza otra vez
-Y definitivamente no soy humano. Puedo aprender más sobre ti que tu mismo en tres segundos y recordarlo todo.- Rukawa levantó sus cejas inquisitivamente. Sakuragi entendió el movimiento.
-No lo hice. No contigo- Él decidió mantener el recuerdo en secreto -Aunque debo decir que te proyectas muy bien-
-¿Proyecto?-
-Proyectas. Envías tus pensamientos a quien pueda escucharlos.- Sus cejas se fruncieron cuando un pensamiento lo golpeó.
-Lo cual, si lo que mi madre dijo era verdad, esto no es posible en un humano.- Miró a Rukawa otra vez, luego se encogió de hombros -Bueno, una excepción de la regla y todo.-
-Así que yo... proyecto... mis pensamientos...-Tocó su cabeza ligeramente, como si eso, de alguna manera, bloqueara sus pensamientos.
-¿Todos ellos?-
-No-Sakuragi sacudió su cabeza y retiró algunos mechones de sus ojos, cayendo en el sofá al lado de él.
-Puedo sólo escuchar algunos. En el club, me estabas diciendo que me conocías, que yo te salvé. Escuché eso. Pero más, no-
-Oh- Hubo un silencio, y Sakuragi se sintió repentinamente mejor. Un peso había sido, de alguna forma, retirado de su pecho y él se sintió... Aliviado...
-¿Alguna vez tu... le has dicho alguien... esto?- Sakuragi sacudió su cabeza y miró a la cocina
-¿Quieres un trago?-
-Agua está bien-
Unos pocos ruidos vinieron de la cocina, y un segundo después dos vasos llenos de agua vinieron bailando por el aire hacia los dos chicos parando enfrente de ellos. Sakuragi agarró el suyo y bebió. Rukawa sólo miró, miró su vaso, inmóvil en el aire enfrente de él. Luego miró a Sakuragi, quien se recostó hacia atrás en el sofá.
-Eres serio sobre esto, ¿no es así?- Sakuragi levantó una ceja y la chimenea se encendió
-¿No me creíste?-
Rukawa miró a la chimenea, una expresión de shock se manifestó en su rostro, luego al vaso, agarrándolo gentilmente y mirándolo desde cada ángulo posible. Inclinó el vaso a los lados, y alguna agua se derramó. Casi a tres pulgadas del suelo ésta se detuvo, y el agua formó un pequeño círculo, flotando sobre la nada. Sakuragi, inclinó su cabeza a un lado, y el agua fue hacia la cocina. Un salpiqueo se escuchó cuando ésta cayó en el fregadero.
-No realmente- Rukawa tragó y tomó un sorbo de agua-Pero estoy comenzando a tener fe-Sakuragi rió ligeramente
-En cuanto a lo que sucedió anoche, por alguna razón, tropezaste en un bar de vampiros en el lado equivocado de la ciudad. El bar de vampiros tenía sangre, pero ellos prefieren sus bebidas frescas. Tu estuviste a punto de comprarles toda la ronda, para usar el término *comprar* libremente, cuando yo entré. ¿Por qué lo hiciste?-
Sakuragi apartó la mirada. Esa era una pregunta que se había estado haciendo todo el día, y aún no había conseguido una respuesta.
-Para decirte honestamente, Rukawa...-
-Llámame Kaede-
Un silencio cuando se miraron. Sakuargi lo observó maravillado, no por primera vez al rostro casi femenino de Rukawa, sus suaves rasgos, su dócil cabello, sus helados ojos
-Bueno, entonces, llámame Hanamichi- Dijo tranquilamente, su mirada vagando sobre los suaves labios de Rukawa.
-Ok- Rukawa lo miró fijo, deseando pasar sus manos por las ondas cobrizas de la cabeza de Hanamichi.
-Para decirte la verdad, Kaede...-Se quedó sin aliento cuando apartó la mirada, sabiendo que si miraba por más tiempo, habría besado al zorro de cabello negro.
-No sé porque lo hice. Pero los detuve. Luego bloqueé tus recuerdos, y te llevé a casa -
-¿Cómo supiste dónde vivía?-
-Hice un sondeo mental. Aprendí tu nombre y dirección es todo.-
-Sabes sobre Kiko-
Sakuragi volvió a mirar a Rukawa, que había dejado su vaso, una pequeña gota jugando en sus labios
-Sabes sobre ella-
-Si...- Rukawa retiró la mirada
-Como me dijiste sobre ti ¿Quizás yo debería regresar el favor?-Sakuragi se acomodó en el sofá, estirándose
-Seguro me estoy muriendo por saber-