Sendoh X Koshino

Quédate a mi lado

Por: Paula


La primavera es especial para ir a caminar, me gusta caminar bajo los arboles, hoy no fui a la práctica, tenía ganas de pensar... pareciera que fue ayer. Unas chicas sonríen a mi paso, me parece divertido sólo, sonrío.

Al llegar a mi edificio veo que Koshino me espera, es una de las pocas personas de aquí por la que realmente siento aprecio realmente he llegado a adorar su manera de preocuparse por todo, le sonrío al llegar.

-Hola Koshino-sigo con la maldita sonrisa.

-Hola Sendoh... yo quería... hablar contigo.

Lo noto nervioso así que le pregunto:

-Quieres subir, puedo preparar algo, ¿subes?

Odio parecer insistente pero también odio estar solo...

Al fin se decide y subimos, realmente mi apartamento no es demasiado grande pero para mí esta bien.

Koshino entra tímidamente mientras observa todo con ojos curiosos

-Qué bonito este lugar-dice.

-Bah, no es nada- no me doy cuenta cuando ya estoy respondiendo-lo que me gusta es la vista, ¿bebida o té?.

-Té por favor... sino te molesta.

(Realmente creo que es adorable)

Nos sentamos a tomar el té, por fin me atrevo a hacer la pregunta aunque creo conocer las respuestas a su preocupación

-¿Qué pasa, qué me quieres preguntar?

-Es sobre ti... ¿c
Cómo empiezo?...Mira, si es demasiado personal no me contestes, pero me he dado cuenta que después de tu cumpleaños te has comportado de manera extraña no eres el mismo, como demasiado triste, también llevas faltando a varias prácticas y me acordé que el año pasado estabas igual...Disculpa, sé que son tus asuntos pero me parece que necesitas hablarlo... y aunque no lo creas me preocupa lo que te pasa.

-¡Uf! Bastante directo pero, es verdad y son cosas de mi pasado.

-Ah... si... siento haberme entrometido- exclamó koshino sonrojándose.

sonrío,si supieras cuan adorable te ves cuando te sonrojas.

¿Cómo podría empezar? Son demasiados los sentimientos que he escondido, es tan doloroso a veces...

-Descuida-te digo, creo ver un brillo especial en tus ojos-realmente quieres saber-levantas la mirada esperanzado-bien aquí va.

"Fue cuando cumplí 14, esa mañana nadie fue a despertarme, cuando por fin me levanté pense que me esperaba una gran sorpresa y no me equivoqué ya que mamá se había ido con otro tipo, según ella para siempre, no te sorprendas no era tan extraño, mi padre se encargó de contarme (como regalo de cumpleaños) que de una de esas escapadas había nacido yo y no fue producto de la reconciliación.

Él nunca se quiso separar por el que dirán pero esta vez ya había llegado a su límite, yo no quise escuchar más, tome algunas de mis cosas y me fui-se ve tan asombrado, choqueado, pobre dan ganas de abrazarlo-realmente no tenía donde ir con 14 años y sin abuelos, así fue como supe lo que es vivir en la calle, no se lo doy a nadie, no pude llorar ni una sola vez, tuve que empezar a hacer trabajos esporádicos como lavar platos, trabajar en los puertos etc. Yo no tenía idea lo que era trabajar pero aprendí a apreciar el trabajo, nunca faltó quien me hiciese algún tipo de propuesta pero yo las rechazaba estaba mal pero no era para tanto, había que sobrevivir, fue en esos días cuando al pasar frente a un edificio de departamentos vi a un chico como de nuestra edad que llevaba unas cajas desde un auto, le pregunté si lo ayudaba a cambio de algo, él aceptó, se estaba mudando y cuando terminamos me invitó a comer, tenía mucha hambre así es que acepté.

Durante la comida me comenzó a hacer preguntas si es que tenía familia, que no parecía vagabundo ya que estaba limpio y tenía modales, que hace cuánto vivía en la calle y cosas por el estilo, yo le dije que me acababa de quedar sin familia lo que no era mentira-ahora si que está asombrado, Koshino me encantaría que sonrieras para mí en este momento-él me creyó o eso pareció, cuando me quise ir el chico me dijo si quería quedarme con él, yo no confiaba demasiado, pero cualquier cosa me parecía mejor que la calle, esa noche dormí en su sofá me pareció el cielo comparado con mis noches en la calle, era la primera vez en mucho tiempo que dormí tranquilo, mi benefactor era un chico agradable de buena familia, me contó que había tenido una pelea muy grave con su padre y por eso ahora vivía solo (más tarde supe cual había sido el motivo de la pelea).

En ese momento comencé a creer que había un lazo entre lo dos ya que ambos no habíamos aislado de nuestras familias, entablamos una gran amistad, siempre me estaba cuidando se preocupaba de cómo me sentía por primera vez alguien se preocupaba de mis sentimientos, siempre me abrazaba y yo me sentía bien, fue ahí cuando empecé a sentir más que cariño por él y al parecer el también pues un día como si fuera lo más natural nos besamos, no me preguntes cómo ni por qué, de esa manera me enteré que el chico era gay y lo habían echado de su casa por esa razón, entonces yo le conté la verdad de mi
historia.

Mi necesidad de amor me llevó a compartir su lecho-por favor Koshino, no te asustes, te estoy abriendo mi alma-llevabamos ya algunos meses viviendo juntos cuando una mañana el sonido de la puerta al abrir me despertó, sentí que él se levantaba de mi lado, yo realmente no me quería levantar, escuchaba a lo lejos su voz pero también otra parecía la de un chico mayor, en ese momento escuché que el chico que creía era el amor de mi vida murmuraba al otro chico (realmente esto no lo olvidaré):

-Te tengo un regalo.
-Mmmm ¿y que sería?
-Entra en la pieza y míralo... es realmente adorable.
-Pero es solo un niño.
-No para algunas cosas y es todo nuestro.
-Eso está bien.

Bueno así siguieron hablando no tenían idea de que estuviese despierto es que realmente no me podía mover, era horrible, me sentía utilizado, humillado y tan solo parecía no haber un lugar en el mundo donde pudiese estar bien-que tristeza hay en tus ojos y todo por mi culpa, dulce Koshino- me había entregado y yo lo amaba o creí hacerlo.

Al rato después tuve las suficiente fuerza para levantarme, cuando lo hice los enfrenté con una sonrisa, con la misma maldita sonrisa que viene a mis labios cuando debería llorar, descaradamente mi supuesto amor me comentó como si nada que el chico mayor viviría con nosotros de ahora en adelante, entonces decidí lo que haría le dije que tenía algunos asuntos que arreglar ese día y que volvería tarde, saqué mi mochila con algunas cosas, él se despidió con un beso y me dijo que volviese antes de la cena pues saldríamos fuera, yo solo sonreí.

Salí a la calle, era un día de primavera como hoy, caminé horas antes de tomar una decisión, ya era de noche cuando reuní el valor suficiente para llamar a mi padrastro y pedirle que aunque fuese por el honor del apellido de alguna manera me aceptase de esa manera le propuse la idea de vivir solo en algún estado lejos de el, me respondió algunas estupideces como que el dinero nunca me faltaría y cosas como esas, creo que hasta hoy se siente culpable, yo no le conté nunca lo que pasó en esos meses (hasta hoy nunca lo había hecho), para qué, no valía la pena no hubiese vuelto el tiempo atrás."

Bueno y esa es la historia –no quiero enfrentar su mirada y notar su desilusión hacia mi no lo soportaría, miro por la ventana, escucho, parece un suspiro, lo miro, está llorando ¿por mí? Me acerco.

-¿Por qué lloras –tomo su cara – es solo la historia tonta de alguien más tonto aún.

-No, no eres tonto... No mereces estar solo y pasar por todo eso... Y tu padre-lo interrumpo.

-Él ya ha hecho suficiente, no soy su hijo –me rompe el corazón verlo llorar de esa manera, torpemente trato de secar sus lágrimas.

-Akira, qué puedo hacer para...

Siento como si algo en mí se hubiese roto y un calor húmedo en mi cara, ¿serán sus lágrimas? En mi corazón siento dolor y amor ganas de proteger a ese chico, lo acerco a mí, ahora lo sé, no son sólo sus lágrimas, ahora yo estoy llorando, no puedo parar de llorar y es él quien ahora me abraza, entre sus brazos siento que mi carga va desapareciendo, nunca había llorado, no pensé que hacerlo entre sus brazos sacaría mi cruz.

-Akira –sollozó –déjame ayudarte.

Yo sólo respondo:

-Quédate a mi lado

Él selló su promesa con un beso y un para siempre.

Fin