Sendoh X Koshino

El príncipe pobre

Por: Lita Taishi


Nota:

Extraída de "El príncipe pobre"
10 cuentos clásicos, editorial Artes graficas, COBAS, S.A.
Fama n° 4


Érase una vez, en un país lejano, un rey el cual se sentía ya muy viejo y deseaba ver a su hijo felizmente casado antes de morir.  El príncipe Koshino era una persona a quien mencionarle más que apuesto era poseedor de una notable belleza, mas sin embargo era un tanto gruñón y caprichoso; no importando los esfuerzos por presentarle a las más bellas jóvenes, el príncipe Koshino permanecía rechazándolas constantemente.

Rey:  Hijo mío, ¿acaso no hay alguna joven que te parezca bien?

Príncipe Koshino: Lo lamento padre, pero estas mujeres que has traído a presentarme no despiertan interés alguno en mi persona.

Rey: Seguramente debe haber alguien más en los otros reinos...

En un reino muy pobre no muy lejos de ahí ...

* : Buenos días a todos¡ J

Reina : Buenos días, hijo mío-responde con dulzura.

Príncipe *: ¡Hey! ¿qué es lo que lees con tanto interés, madre?

Reina: Oh, es una carta que nos ha sido enviada de un reino vecino, se nos está pidiendo ayuda para poder encontrar a la persona indicada que se ha de casar con el hijo del rey: el príncipe Koshino.

Príncipe *: ¿Acaso no ha pensado en buscar a las princesas de otros reinos, y qué hay de las bellas doncellas del suyo, que no hay lindas jóvenes que deseen casarse con él?

Reina: El príncipe las a rechazado a todas.

Príncipe *: Debe confiar mucho en su atractivo y cualidades como para considerar hacer tal cosa.

Reina: Júzgalo con tus propios ojos, su retrato esta por allá-La reina señaló el lugar exacto donde había sido colocado el paquete que contenía el retrato de Koshino, el príncipe sacó con cuidado la envoltura, y para cuando había sacado el retrato en su totalidad, cual no fue su asombro al encontrarse con tan hermosa criatura plasmada en aquel lienzo.

Príncipe *:  Ah... a... a...

Reina: ¿Impresionado?...¿Sendoh? Hijo, di algo.

Príncipe Sendoh: ¡Sugoi! Madre...Creo conocer a la persona indicada-dijo sin ver a su madre.

Reina: ¿Y quién es si se puede saber?

Príncipe Sendoh: Yo...

Reina: ¡¡SENDOH!!-Exclamó completamente ruborizada.

Príncipe Sendoh: Madre...me he enamorado–volteó el príncipe felizmente a ver a su madre la cual estaba abanicándose con fuerza debido a sus perversas y repentinas ideas (Es de familia J).

Inmediatamente el príncipe Sendoh y su madre empezaron a planear la forma más adecuada de presentar sus sentimientos ante el príncipe Koshino, ellos no poseían riquezas materiales, pero contaban con la rosa más bella del mundo y el ruiseñor con la voz mas dulce y melodiosa.

Lacayo: Su majestad.

Koshino: ¿Qué ocurre, Hikoichi?

Hikoichi: Han llegado un par de obsequios para usted.

Koshino: ¿Regalos?

Hikoichi: Sí, su alteza - Hikoichi procede a mostrar al príncipe el ruiseñor y entrega al príncipe una pequeña caja bien adornada.

Koshino: Gracias Hikoichi, ya puedes retirarte, y por favor lleva al ave a mi habitación.

Hikoichi: Su majestad-hace una reverencia y se retira.

El príncipe Koshino abre la cajita, dentro de ella se encontraba aquella bella rosa y junto a la misma una carta, el príncipe al leer la carta se ruboriza a mas no poder.

*: ¡Hola!

Koshino:  ¡Sa-Sakuragi!

Sakuragi: ¿Qué tienes ahí?

Koshino: Una rosa y una carta, pero no es gran cosa-miente-mejor vamos  con los demás a dar una cabalgata-esconde la carta es sus bolsillos y deja la rosa a cargo de uno de los lacayos que iba pasando por ahí. La carta iba llena de frases dulces y halagadoras dirigidas a Koshino, pero este tomó aquellas palabras como una burla hacia su persona. Por otro lado el príncipe Sendoh tenía en su cuarto el retrato de su gran amor y pasaba todo el día contemplándolo y planeando la manera en cómo podría mantenerse más cerca y conseguir su cariño.

Por fin y gracias a su ingeniosa madre el príncipe Sendoh decide ir al palacio donde vivía su amor para pedir un trabajo.

Sendoh: Estoy seguro que debe haber algo en lo que yo pueda serle de utilidad.

Señor: Se ve que eres un joven con muchas ganas de trabajar...

Sendoh: Así es señor.

Señor: ¿Cuál es tu nombre?

Sendoh: Akira.

Señor: Bien...Akira, me temo que el único trabajo es el del cuidado de los caballos.

Sendoh: ¿Es realmente lo único?

Señor: Sí, y si tomas el empleo te he de pedir que los cuides con especial ahínco, ya que el príncipe gusta de cabalgar todos los días.

Sendoh: ¿El príncipe viene con frecuencia a las caballerizas?

Señor: No realmente...Siempre llevamos los corceles hasta donde se encuentra él.

Sendoh: Oh...No hay problema, tomaré el trabajo y me aseguraré de que los caballos siempre estén en excelentes condiciones-Sendoh sabía muy bien que el trabajo sería duro y denigrante, pero pensándolo bien aceptó para no perder la oportunidad de estar cerca de su amado.

Las caballerizas reales se encontraban muy separadas de lo que era el palacio y las oportunidades de ver al príncipe Koshino eran increíblemente escasas. El príncipe Sendoh solía pasar sus ratos libres no buscando a Koshino, sino más bien planeando su encuentro especial y construyendo diversos y maravillosos utensilios pues era muy hábil y mañoso.

Cierta mañana el príncipe Koshino y sus amigos daban una cabalgata matutina...

Koshino: No hay nada como dar un paseo después de un buen desayuno.

Mitsui: Las cabalgatas matutinas son agradables, pero son superadas por las que se dan al atardecer.

Kogure: Me sorprendes Mitsui, en esta semana te he visto con ese aire de romanticismo más de una vez.

Mitsui: Algo maravilloso ha ocurrido en estos días mi querido amigo Kogure.

Kogure. ¿Qué tipo de acontecimiento te tendría así?

Mitsui:...-Se acerca cuidadoso-he de contártelo al atardecer-susurra.

Rukawa: Es notorio ver a tus caballos en tan buenas condiciones, ¿tendrá algo que ver con tu nuevo criado?

Koshino: Es posible.

Hanagata: ¿No conoces el trabajo de tu propia servidumbre?

Fujima:  Hanagata déjalo en paz, después de todo nosotros tampoco nos preocupamos por ese tipo de cosas.

Sakuragi:  Miren hacia allá, caballeros, que tenemos próximos a nuestro amigo Yohei y a su prometida Lady Haruko...

Kogure: Sin olvidar a las damas de compañía de mi Lady.

Yohei: ¡Buenos días caballeros!

Koshino: Buenos días tengas tú también.

Sakuragi: Dime mi querido amigo, ¿qué te trae por estos lugares?

Yohei: Lady Haruko y yo veníamos a saludar como es costumbre cuando de repente las damas empezaron a escuchar esta hermosa melodía...

Sakuragi: ¿Qué melodía?

Haruko: Tan sólo escuchen  caballeros...

Todos callaron y prestaron atención a una alegre y dulce melodía que se escuchaba a lo lejos, ¿pero de dónde provendría exactamente aquella linda tonada? El príncipe y sus acompañantes subieron a Yohei y a las demás damas a los caballos y se dispusieron a encontrar el lugar de origen de la canción...La canción pronto se escuchó con mayor claridad, ya estaban cerca, que gran sorpresa al ver que la melodía provenía de la caballeriza real, al llegar, un apuesto joven se encontraba en la puerta de ésta.

Sendoh: Muy buenos días su alteza, caballeros y damas.

Koshino: Muy buenos sean...Amable joven, ¿podría decirme de dónde proviene tan dulce melodía?

Sendoh: De esto, su majestad-Sendoh procede a sacar una cajita, la cual al abrir la tapa comenzaba a tocar la canción-yo mismo la construí.

Mitsui: Impresionante-todos procedieron a bajar de los caballos.

Kogure: Debes ser muy hábil para crear algo así, y por lo tanto presumo decir que eres también aquel quien a dejado a los caballos en tan buenas condiciones.

Sendoh: Aí es.

Koshino: Debo obtener esta cajita musical, dime cuál será el precio por ella.

Sendoh: Oh, no mucho su majestad...Tan sólo 50 besos suyos-afirmó con toda naturalidad.

Koshino: QUE~~~~~~~~~~~?!!!-el príncipe se tornó a un rojo tomate.

Todos, excepto Rukawa: WOAAAA~¡¡

Rukawa:  Me parece justo - asintió con la cabeza.

Sendoh: ¿Verdad que sí?

Koshino: NO, NO ES NADA JUSTO, PERO QUÉ TE PIENSAS TÚ QUE ERES COMO PARA PEDIRME TAL COSA...TÚ...TÚ...DEGENERADO!!!

Haruko: Príncipe por favor tómelo con calma, seguramente se trata de una broma, ja, ja, sí, una broma.

Sendoh: No es broma-tornado en un super deformed.

Haruko: En ese caso, te cambiaremos los 50 besos del príncipe por 10 besos de cada una de mis damas de compañía-Lady Haruko está completamente convencida de que el joven aceptaría la nueva oferta.

Sendoh: No lo creo mi Lady, y si el príncipe realmente desea adueñarse de esta cajita que he construido con tanto esfuerzo deberá pagar el precio indicado.

Koshino:  Acaso estás loco, ¿que no ves que ambos somos hombres?

Sendoh: ¿Y que con eso? Yo ya he expresado mi deseo.

Koshino: Pervertido.

Sendoh: usted luce muy hermoso cuando se enoja, pero cuando sonríe no hay palabras suficientes para describir su encanto-afirmó mientras avanzaba hacia el objeto de su admiración.

Koshino se encontraba apunto de renunciar a la cajita musical, pero su melodía se encontraba rondando sin cesar dentro de sí mismo...

Koshino: Por favor, rodéenos-suplicó el príncipe a sus acompañantes-de esa manera evitaremos miradas indiscretas-los hombres montaron nuevamente a sus corceles para poder hacer una barrera con ellos,  Sendoh se encontraba que no cabía en si de la felicidad que le provocó escuchar la decisión del príncipe Koshino. Y así con cuidado tomó entre sus manos el rostro del príncipe gruñón para dar el primer, segundo y tercer beso...Sendoh continuó besando a Koshino mientras se escuchaba la suave melodía de su cajita musical...y con cada beso que Sendoh daba el príncipe Koshino parecía ir desistiendo ante su delicadeza de tacto. 

El rey iba cabalgando junto con su corte por los mismos lares cuando de repente vio a los jóvenes acompañantes de su hijo que cabalgaban lentamente formando un circulo, se acercó un poco más para ver tan extraño comportamiento, hasta que por fin pudo ver que en medio de todos ellos se encontraba Koshino dejándose ser besado y besando al joven que cuidaba de los caballos, mientras las damas bailaban con la música y contaban: - "sesenta y siete, sesenta y ocho, sesenta y nueve...".

Rey:  KOSHINO!! - exclamó severamente.

Koshino: Padre~¡ - no podía creer lo que estaba pasando, su padre lo había descubierto besándose con un hombre.

Rey: No...¡No deseo volver a verte nunca más en la vida!

Koshino: Padre, yo... - no sabía qué decir, sólo conocía el hecho de que mientras besaba a aquel hombre algo dentro de él había cambiado y lo hacía sentir feliz.

Rey: No te reprocho el que estés con un hombre-Koshino quedo impresionado-después de todo ya conozco, por parte de sus padres, las mañas que tienen tus amigos.

Los chicos: Cielos, gracias-mencionaron con sarcasmo.

Rey:  Pero por amor a tu madre...es un PLEBEYO!

Sendoh: No tanto como usted cree su majestad-interrumpió colocándose entre medio del príncipe y su padre.

Sendoh explicó la verdad al rey, y el por qué de esta artimaña, con gran reverencia pidió en matrimonio la mano del príncipe Koshino, el cual sacó rápidamente de sus bolsillos un conocido papel no pudiendo evitar su gozo incrementado al descubrir que fue el aquel príncipe que había enviado tan hermosas palabras, la rosa y el ruiseñor que había ignorado tiempo atrás. Ambos olvidaron el pasado y vivieron felices para siempre...ó por lo menos la mayor parte del tiempo-"Sendoh quítateme de encima¡" "oh! Vamos Kosh!" "ciento tres, ciento cuatro..."

OWARI