"Romances del amor perdido"

Por: Sailor Rukawa


Capítulo 11: Hombre bajo la luna

Dame tus días, come de mis dedos, bebe de mi sangre...


Pasaron dos años. En los cuales, Hanamichi Sakuragi se refugió cada vez más en el basketball, al punto de no interesarle otra cosa, tanto, que reprobó el tercer año de preparatoria...

Kaede Rukawa continuó frecuentando a Yohei Mito, como buenos amigos solamente, pues la relación entre Haruko y Yohei iba viento en popa...

Una tarde, el zorro y su único amigo caminaban por la calle, rumbo a la casa de Mito. Hacía un poco de frío.

-...Y eso es todo-Concluyó Rukawa, sin mirar a su acompañante.

Yohei sonrió y le dio una palmada a Kaede en la espalda.

-Te deseo mucha suerte. Estoy seguro de que las cosas saldrán de maravilla-Dijo.

-Gracias-Murmuró el zorro, algo pensativo, después continuó-Por eso te pedí que saliéramos hoy...

-¿Por qué?

El chico de cabello despeinado y negro suspiró, después dijo:

-Quería despedirme de ti.

-Vaya...-Comentó Mito, algo confundido-...No sé qué decir. Sólo espero que no se te ocurra perder comunicación conmigo-Sonrió en esta última parte.

El zorro se sacó un papel del bolsillo y se lo ofreció a su amigo, éste lo tomó al instante.

-Gracias-Murmuró Yohei Mito, mientras su mirada se enternecía-La dirección de la nueva vida...

Rukawa no dijo nada, pero le dio a Mito un prolongado abrazo. Después comenzó a lloviznar. Ambos se separaron, y Yohei preguntó:

-¿Vas a buscar a Hanamichi?

El zorro asintió, con un poco de vergüenza.

-Elegí este día para despedirme de las dos personas más importantes en mi vida...Tengo que verlo antes de irme-Murmuró Rukawa, mirando hacia el piso. No podía perdonarse el hecho de que, después de dos años, no hubiera podido olvidar al pelirrojo.

Yohei comprendió, puso ambas manos sobre los hombros de su amigo, y lo miró fijamente.

-Hazlo. Tienes todo el derecho-Dijo, con voz grave.

Rukawa gruñó un poco y movió la cabeza. Realmente no sabía cómo acercarse a Sakuragi después de tanto tiempo. ¿Y si lo rechazaba? Ese era el temor más grande que existía dentro de su cabeza...Mito pareció comprender, miró hacia su derecha y descubrió una cabina telefónica.

-¿Qué te parece si le llamamos en este momento?-Preguntó, señalando la cabina.

Los ojos de Kaede parecieron brillar por la esperanza. Yohei sonrió, caminó hacia la cabina, tomó el auricular y marcó.

-¿Qué quieres que le diga? ¿Que estás a punto de irte a Estados Unidos y quieres despedirte de él?-Preguntó Mito.

El zorro asintió, ligeramente. Yohei esperó, mientras fruncía el ceño. Intentó dos veces más, pero nadie contestó.

-No está en casa...-Murmuró, algo apenado.

Rukawa desvió la mirada, completamente desesperado. Un dolor conocido reapareció nuevamente en su pecho. ¿No vería al pelirrojo nunca más? ¿Ese era su destino...? Yohei se acercó a él y trató de sonreír.

-¿Quieres dar un paseo por la playa?-Preguntó Mito, mirando hacia el cielo-Ya dejó de llover.

Kaede asintió, y siguió a su amigo por la calle, casi como un autómata.

***

Al llegar a su destino, Rukawa no pudo evitar sentir una presión en el pecho, pues su pelirrojo estaba ahí...¡Jugando basketball, en la cancha que estaba a pocos metros de ahí! El zorro miró a Yohei, con expresión taciturna, éste comprendió y decidió actuar.

-Déjame hablar con él primero-Murmuró Mito, antes de caminar hacia donde estaba Hanamichi.

Rukawa se quedó ahí, de pie, mirando al amor de su vida desde lejos. Era el mismo de siempre...Aunque, observándolo con cuidado, podía notarse cierto aire de madurez en su actitud...Lo cual le dolió en extremo. Lo vio charlar con Yohei, vio su sonrisa, cálida, sincera, amplia...¿Por qué él no podía ser así? Y, por un momento, pensó en marcharse, pero la curiosidad lo mantuvo en su sitio, junto al mar, respirando el aire salado y húmedo. No tuvo más remedio que encogerse de hombros, y esperar la señal de Yohei Mito, para acercarse.

Pasaron varios minutos, Yohei llamó al zorro, con la mano. Rukawa dudó un instante, observó a Hanamichi, que lo miraba con una expresión indescifrable. Kaede suspiró, se dio valor, y caminó hacia la cancha de basketball. Hacerlo resultó realmente difícil, tenía la impresión de estar caminando sobre la luna, cada paso era pesado...Hasta que llegó junto a él, al pelirrojo, a la razón de su existencia. Debía admitirlo, durante esos dos años, se había esforzado hasta el límite de sus capacidades en los estudios, en el basketball, por ese pelirrojo. Sólo por él.

Yohei Mito decidió que era hora de irse, despidiéndose de ambos y, deseando con todo su corazón, que las cosas entre sus amigos llegaran a arreglarse.

Entonces pasó algo inesperado, al contrario de lo que el pesimista Rukawa esperaba, Hanamichi Sakuragi lo recibió con una sonrisa sincera y hermosa. Preciosa en verdad. La cual confundió a Kaede.

-¡Hola zorro! ¡¿Cómo estás?!-Exclamó el pelirrojo, alegremente.

-Hola...-Murmuró, Rukawa, un tanto escéptico ante el jovial comportamiento de su antiguo amante.

Hanamichi invitó a Kaede a sentarse al borde de la cancha de concreto. El zorro aceptó, se dio cuenta de que no había nadie más por ahí, por lo tanto la ocasión era perfecta para hablar con su pelirrojo.

Y los dos charlaron, como en los viejos tiempos, evitando recordar el pasado. Hablaron de asuntos triviales: La escuela, el basketball, etc...Hasta que Rukawa murmuró:

-Estuve buscándote, torpe...

-¿Por qué?-Preguntó el pelirrojo, algo sorprendido.

Kaede posó sus tristes ojos azules sobre el mar. Era una tristeza causada por la nostalgia que estaba sintiendo.

-Porque quería despedirme de ti...-Continuó.

-¿Eh? ¿Vas a irte, zorro? ¿A dónde?

-A Estados Unidos.

-Ah...Espero que te vaya bien.

Las olas se movían frente a ellos. Hubo un momento de silencio, necesario para Rukawa, sus pensamientos parecían disolverse junto a la espuma que se formaba en el agua. El sol descendió lentamente en el horizonte, comenzó a anochecer. Kaede miró las numerosas estrellas que brillaban en el cielo y se sintió extrañamente feliz, al estar nuevamente junto al pelirrojo. Aunque fuera de esa manera...Rukawa decidió que había llegado la hora de hablar sobre el pasado.

-Torpe...¿Qué pasó realmente con Fuji?-Preguntó el zorro, tratando de ocultar la emoción en su voz mediante un tono frío.

-Hmmm...Me dejó. Pero ahora somos buenos amigos.

-Vaya...-Murmuró Rukawa.

Ambos estaban iluminados por la luz de la luna, rodeados de sonidos profundos y marinos. Kaede miró fijamente a Hanamichi y, con voz fría, murmuró:

-Maldito...Me dejaste un vacío demasiado difícil de llenar...

Sakuragi miró al zorro de una manera extraña y, con cierta ironía y resentimiento, respondió:

-Mentira...Yo nunca te llené.

A Kaede Rukawa le sorprendieron enormemente aquellas crueles palabras. ¿Por qué el pelirrojo pensaba eso? No lo entendía. El zorro movió la cabeza, lenta y miserablemente, murmuró:

-Nunca he podido olvidarte...Traté de reemplazarte con otros...Pero no pude...No pude...

Hanamichi Sakuragi miró duramente a aquel frágil zorro, mientras decía:

-Perdóname pero, ya no creo en el amor.

Los ojos de Rukawa se abrieron de par en par al escuchar aquello, el dolor en su corazón aumentó cien veces...No podía ser...¿Por qué el destino era así? ¿Por qué, después de dos años, tenía que reencontrarse con un Hanamichi que ya no creía en el amor? El zorro decidió mantener la calma y evitar la mirada del pelirrojo.