"Romances del amor perdido"

Por: Sailor Rukawa


Capítulo 16: La sucesión azul

Te doy un abrazo y un saludo de mano, que dios te ayude, amante-amigo.


Kaede Rukawa se quedó pensando un momento junto al teléfono público, poco después suspiró y regresó a la playa. Decidió jugar basketball para matar el tiempo.

-Seguramente ese idiota llegará tarde—Pensó el zorro, mientras tomaba el balón con ambas manos.

Entonces se dio cuenta, había una persona cerca de ahí, que lo miraba fijamente. Rukawa la reconoció, era una de sus compañeras de clase. Al sentir la mirada de su “ídolo” sobre ella, la joven se sonrojó y se acercó lentamente a él.

-Ho...Hola-Dijo ella, nerviosamente, cuando estuvo a su lado.

El zorro la miró por un momento y murmuró algo indescifrable. La muchacha se restregó las manos y enrojeció profundamente, después le dio un sobre al ‘súper lucky’ y salió huyendo. Rukawa pensó en tirar aquello, pero finalmente decidió no hacerlo. Abrió el sobre sin mucho ánimo y leyó la carta. Era una apasionada confesión. ¡Demonios, cómo se parecía a aquel e-mail que le había mandado al pelirrojo tiempo atrás, aquel en el que revelaba, por primera vez, sus sentimientos! El zorro se guardó la carta y miró a su alrededor. Ella se había ido.

Entonces comprendió...Las miradas de sus admiradoras...Sus grititos histéricos...Sus desmayos...Sus cartas perfumadas...¡La obsesión demente que sentían por él! Por fin, Kaede Rukawa la comprendía...Tiempo atrás, él había sentido lo mismo por Hanamichi Sakuragi y, si hubiera sido otra persona, hubiera hecho cosas peores que esas niñas enamoradas por él. Pero no lo era. Sólo era un muchacho frío que no podía abrirle su corazón a nadie. ¿Por qué, cuando el torpe pelirrojo estuvo a su lado, no pudo expresar cuánto lo amaba? Lo único que hacía era quedarse callado y mirar a Sakuragi. Nada más...¿Qué habría pasado si Hanamichi hubiera sido como sus admiradoras? Se habría aburrido de él muy pronto...

Rukawa cerró los ojos y se llevó una mano a la frente. Sí, admitió que la extraña actitud de Hanamichi, la indiferencia de los últimos tiempos, le gustaba. Por eso había valido la pena seguir junto a él, por eso no lo había dejado...Aunque, a la vez, lo desesperaba; odiaba el carácter distraído de Sakuragi. ¡Cuánto lo odiaba! Y llegó a ese punto...Lo dejó. Pero el tiempo le mostró que no podía vivir sin él, y se había arrastrado a los pies del pelirrojo en busca de otra oportunidad...Pero él ya no lo amaba, nunca podría hacerlo.

-Demonios...-Murmuró el zorro, abriendo los ojos.

Escuchó un ruido, muy cerca de él, miró hacia su derecha. Ahí estaba el pelirrojo, mirándolo con ojos interrogantes. Rukawa le hizo una fría seña para que se sentara junto a él. Hanamichi obedeció, dócilmente, parecía apenado por haber olvidado la cita y por haber llegado tarde.

-¿Qué te pasa, idiota?-Preguntó el zorro, con desprecio, después le dio una ligera patada a su antiguo amor.

-Perdón...-Murmuró Sakuragi, sin poder mirar a Kaede a los ojos.

-Imbécil-Agregó el ‘súper lucky’.

Entonces ambos callaron y se quedaron viendo el mar por varios minutos. Esta vez Rukawa rompió el silencio:

-Oye, torpe...

-¿Qué?

-Quiero hacerte una pregunta.

-Dime.

El zorro se sentía un poco incómodo, pero aún así quería saberlo, quería aclarar sus dudas y hacer a un lado esa incógnita que había estado atormentándolo todo ese tiempo, desde la ruptura. Separó lentamente los labios y murmuró:

-Tú...¿Alguna vez me amaste...de verdad?

Hanamichi parpadeó un par de veces, miró al zorro por un momento y después fijó la vista en el mar.

-Sí-Dijo, con toda la seriedad del mundo.

La expresión de Rukawa perdió tensión, mientras susurraba:

-Eso es todo lo que quería saber...

Pero Sakuragi continuó:

-Cuando rompimos...me dolió mucho, zorro...sufrí mucho y yo...

Rukawa le impidió seguir hablando, lanzó un gruñido y se levantó rápidamente. Le dio la espalda a ese torpe, no quería que lo viera sonreír (si es que a esa ligera curvatura en sus labios podía llamársele ‘sonrisa’). Su ánimo se levantó, realmente le gustaba escuchar aquellas palabras del pelirrojo. Pero, por otra parte, le dolía enormemente recordar el pasado; así que dijo:

-No digas nada, por favor. Eso ya quedó atrás, ahora...estamos aquí.

Hanamichi asintió, y volvió a sonreír. Rukawa lo miró de reojo, tosió un poco, y murmuró:

-Larguémonos de aquí.

-¡Sí!

Ambos comenzaron a caminar por la playa, pero no había palabras entre ellos, hasta que Kaede preguntó:

-¿Qué haces en Tokio, torpe?

La expresión de Sakuragi se turbó un poco, pero después comenzó a reír como loco.

-Este es el torpe que recuerdo...-Pensó Rukawa, sintiendo un nudo en la garganta, después murmuró-¿Qué?

El pelirrojo se detuvo y el zorro se quedó junto a él, mirándolo con ojos interrogantes.

-¿Qué demonios te pasa?-Insistió Kaede.

Hanamichi enrojeció profundamente y desvió la mirada, confundiendo a su acompañante; poco después, dijo:

-Es que...No sé si deba decírtelo...Nadie lo sabe...Bueno, te lo diré.

El corazón de Rukawa latía fuertemente, atento a las palabras de Sakuragi, quien sacó una arrugada fotografía de su bolsillo y se la mostró al zorro, diciendo:

-Ella es mi...mi...pareja...

Kaede Rukawa frunció el ceño ante esa imagen, la cual mostraba a una joven de cabello negro y un tanto llenita. Rukawa no quiso saber su nombre. Hanamichi agregó:

-Creo que...está...embarazada...

El pobre zorro tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para no vomitar ahí mismo; las náuseas, mezcladas con el dolor y el odio, no forman una sensación recomendable. ¡Entonces era verdad lo que Yohei había insinuado poco tiempo atrás! Hanamichi había cambiado bastante y llevaba una vida bastante sórdida y desordenada, incluso iba a ser padre...Este pensamiento hizo estremecer a Rukawa, pero aún así, se controló lo mejor que pudo.

-Vaya...¿Y qué van a hacer?-Fue lo único que pudo decir, fingiendo normalidad.

Sakuragi se rascó la cabeza, y murmuró:

-Aún no estamos seguros de que sea mío...

Las náuseas de Kaede aumentaron al imaginar la sórdida relación de ellos dos. Entonces era eso lo que Hanamichi deseaba...Estar lejos del compromiso...Tener varias parejas...Rukawa no podía creerlo, ¡el pelirrojo al que recordaba (y amaba por sobre todas las cosas), ya no existía!

-...pero sí es así...ella dice que no quiere casarse conmigo...-Concluyó Sakuragi.

Ambos guardaron silencio, cada uno pensando en sus propios asuntos. El zorro miró a su antiguo amante de reojo y se dio cuenta de que, en toda la velada, no había sentido nada, ni siquiera el menor temblor...Antes, con tan sólo pensar en ese torpe, una herida muy dulce se habría en su interior, a la par del odio...Pero en esos momentos...No sentía nada. Se había quedado vacío. La sucesión de Hanamichi había llegado, por fin, era lo que Rukawa buscaba.

-Siento como si me hubiera quedado atrás...-Susurró Rukawa, con voz neutra.

-¿Qué?-Preguntó Hanamichi.

El zorro comenzó a caminar, mientras decía:

-Vámonos.

-Ehhh...Sí...-El pelirrojo corrió tras él-¿Sabes zorro? Creo que soy muy estúpido como para entender tus metáforas...¿Qué quisiste decir con eso?

-Nada.

-Vaya...

Se detuvieron en el puente. Rukawa aún tenía algo que decir. Enfrentó a Sakuragi. Se armó de valor y dijo la frase más larga de su vida:

-Torpe...Creo que tenías razón, estar separados es lo mejor para ambos...No me importa dónde estés, ni con quién...Siempre y cuando seas feliz...Yo...Sólo quiero que seas feliz...Libre y feliz...Porque yo no puedo darte eso...

Mientras Kaede hablaba, Sakuragi no pudo evitar mirarlo con sorpresa y ternura a la vez. Entonces comenzó a recordar...Cuánto había querido a ese zorro antisocial en el pasado...Revivió viejas escenas y sentimientos en su mente, pero no en su corazón...Regresó al presente...Ahí ya no había nada, ya no sentía nada parecido al amor por él. También pudo verlo en los ojos de Rukawa...Ese zorro estaba dejándolo ir, lo estaba liberando...Su amor era cosa del pasado.

Kaede Rukawa terminó de hablar. Hanamichi dijo:

-Espero que me perdones.

-¿Por qué?

-Por todo el daño que te hice...

La expresión de Kaede Rukawa volvió a ser la misma de dos años antes. Hay una parte dentro de nosotros mismos que nunca cambia, que se mantiene a pesar de todo. Ambos se miraron por un momento, como dos desconocidos. Después Hanamichi detuvo un taxi, ya era tarde, pronto regresaría a Tokio. Quiso despedir a Rukawa, estrechando su mano, pero éste se negó.

-Hasta luego, zorro-Dijo el pelirrojo, subiendo al auto.

-Adiós, torpe-Murmuró el zorro, ladeando la cabeza.

El taxi desapareció rápidamente. Hanamichi tomó la fotografía de su 'novia', sonrió un poco y la rompió. Todo había sido un truco para ayudar a Rukawa a matar el amor que sentía por él.

-Siempre funciona-Pensó el pelirrojo, mirando por la ventana.

Rukawa se quedó en el puente por varios minutos, pensando.

Sabía que no volvería a verlo.

Entonces se llevó una mano al pecho, extrañamente feliz, pues ya no sentía aquel molesto vacío en su interior.

-Hasta nunca, Hanamichi Sakuragi, cuídate, haz que valga la pensa dejarte ir...-Pensó, antes de caminar a casa, no contaría a nadie lo sucedido, ni siquiera a Yohei.

Triste Final


Nota de la (infeliz) autora: No me maten, por favor, aún falta el epílogo. ^_^'