"Romances del amor perdido"

Por: Sailor Rukawa


Capítulo 2: Flor marchita

Sangre y espinas: Acércate.


Yohei estuvo paseando por el parque, después de haber abandonado la casa de Sakuragi; estaba algo deprimido, con las manos en los bolsillos y la mirada triste. Se detuvo, de pronto, y pensó:

-¿Por qué serás tan difícil de entender, Hanamichi? ¿Quieres a Rukawa o no? Dices que es tu prioridad, pero haces todo lo contrario...

Mito suspiró y continuó paseando por el parque.

***

Rukawa se incorporó, con dificultad y entró al baño. Observó sus ojos hinchados y fríos en el espejo, y se sintió aún más decaído. Frunció el ceño y decidió salir un rato de la casa. ¡No podía estar triste toda la vida!

***

Media hora después, el zorro entró al parque, con un balón de basketball entre las manos, y sorprendido al ver a Yohei Mito en la cancha.

-Tú...-Pensó Rukawa, frunciendo el ceño.

Yohei estaba sentado junto a la cancha, con la mirada baja y completamente serio; se dio la vuelta al escuchar las pisadas del recién llegado, se incorporó y sonrió, a pesar de que estaba triste, como solía hacerlo.

-Hola Rukawa-Dijo Mito, acercándose al ex novio de su amigo.

El zorro mostró una expresión fría y no dijo nada.

-Hace poco estuve con Hanamichi-Comentó Yohei, dejando de sonreír.

Al escuchar el nombre del pelirrojo, Rukawa no pudo ignorar aquel molesto dolor en su pecho, y desvió la mirada. Ambos se quedaron en silencio por varios minutos, entonces Yohei rompió la calma, preguntando:

-¿Aún lo quieres? ¿Te gustaría regresar con él?

La expresión del zorro se turbó completamente, pero no dijo nada.

-Sin aún lo amas...Creo que deberías decírselo...-Murmuró Yohei, con dificultad, al tiempo que sus ojos se entristecían por un momento; después volvió a sonreír-Bien...Debo irme. Adiós, y piensa en lo que te dije.

Después de decir aquellas extrañas palabras, Mito salió de la cancha y del parque. Rukawa lo miró hasta que desapareció, y después alzó la vista al cielo, estaba completamente nublado. El zorro bajó la mirada, y pensó:

-Será mejor que regrese a casa.

***

Cuando volvió a su solitario hogar, Rukawa estuvo dudando un buen rato frente al teléfono, pues en su regreso a casa había meditado intensamente sobre el consejo de Yohei Mito, y se moría de ganas por hablar con el pelirrojo; pero a la vez, sentía un temor enorme. Tenía miedo de ser rechazado. Pasaron dos horas y media. Comenzó a oscurecer. El zorro suspiró, tomó la bocina y marcó, sin titubear, el número de Hanamichi.

-*Riiiinnngg* *Riiingggg* *Riiiiiiiiiiiinggggg*

Nadie contestó. Rukawa frunció el ceño, e insistió varias veces más.

***

Hanamichi se había quedado dormido sobre el piso, desde la partida de Yohei. El teléfono sonaba sin parar y, finalmente el molesto ruido consiguió despertar al pelirrojo. Sakuragi se estiró y tomó la bocina.

-¿Quién es...?-Preguntó, adormilado.

Rukawa vaciló por un segundo, y después murmuró:

-Soy yo.

Los ojos de Hanamichi se abrieron de par en par, y se incorporó rápidamente, sujetando la bocina con ambas manos, y diciendo cosas como:

-¡¿Zo...zorro!? ¡¿Eres tú!?

-Sí.

Poco a poco Hanamichi recuperó su orgullo, y preguntó:

-¿Qué quieres?

A Rukawa le dolió escuchar aquel tono tan indiferente en su adorado pelirrojo, pero no se dejaría dominar, y dijo:

-Vi a tu amigo en el parque.

-¿A Yohei?-Preguntó Hanamichi, levantando una ceja.

-Sí.

-¿Y?

La frialdad del pelirrojo iba en aumento, al contrario del zorro.

-Me dijo que...Si...aún te quería...debía hablar contigo...-Murmuró Rukawa, con enorme dificultad.

-Hmmm...

-......

-Dijiste que no querías volver a verme, zorro.

-Pero...

-Ya no importa.

-...lo dije porque estaba molesto...

Hanamichi suspiró, y dijo:

-Creo que Yohei tenía razón. No tengo tiempo para ti, estoy muy ocupado.

Rukawa palideció, aún más, al otro lado de la línea.

-¿Amigos?-Preguntó finalmente el pelirrojo.

-No quiero...-Murmuró el zorro.

-¿Entonces qué quieres?

Silencio.

-¡¿Di algo!?-Exclamó Hanamichi.

-Te quiero a ti-Murmuró Rukawa, con voz temblorosa.

-No.

-¿Por qué?

-La verdad es que me siento atado a ti.

La furia de Rukawa se desató y varias lágrimas de odio incontenible resbalaron por su rostro de porcelana.

-Está bien...respeto tu decisión...gracias por todo...y adiós...-Murmuró el zorro, con voz vacía, antes de colgar.

Hanamichi se quedó escuchando el tono del teléfono, sin poder decir adiós, mientras lloraba.

-Perdóname...-Pensó el pelirrojo-Pero es lo mejor para ambos.