"Romances de un amor prohibido"

Por: Viki Salmón


Capítulo 23: Cosas del tiempo

Formaré un cementerio con mis amores muertos...


Pasó un mes. Hanamichi y Rukawa seguían juntos, a pesar del acoso de Sendoh, la tristeza de Yohei, las sospechas de Ayako...Ambos continuaban frecuentándose pero, el tiempo pasa para todos, y deforma los sentimientos.

Hanamichi se dio cuenta de ello, no pudo evitarlo, y hasta Rukawa comenzó a sentirse un poco fastidiado.

Todos los días, cuando el pelirrojo estaba junto al zorro, comenzaba a evocar la época de cuando era el líder de su ejército. Extrañaba a su amigos, las peleas...De alguna manera se sentía atado a Kaede Rukawa.

En cambio, el zorro había notado el creciente desgano de su pelirrojo, pero no hizo nada para evitarlo. Estaba consciente de lo que iba a pasar, ¿cómo evitarlo? Él no era como el pelirrojo, por lo tanto no hacía nada.

* * *

Una noche, ambos estaban en la casa de Rukawa, acostados sobre la cama del zorro. Hanamichi parecía algo nervioso, como si tuviera algo que decir, pero no se atrevía a hacerlo. Rukawa estaba callado y pensativo, como siempre.

-         Ehhhh...Zo...Zorro... – Murmuró el pelirrojo con dificultad.

-         ¿Qué pasa, torpe? – Gruñó Rukawa, estaba de mal humor.

-         Hmmmm...Olvídalo.

Rukawa se acercó a Sakuragi y lo miró a los ojos, mientras decía:

-         Llevas todo el día tratando de decirme algo. ¿Qué pasa?

Hanamichi miró al zorro, y suspiró.

-         Yohei y los demás me invitaron a cenar hoy...

-         ¿Y? – Preguntó Rukawa, un tanto molesto.

-         Creí que te molestarías...

-         ¿Por qué habría de molestarme? Son tus amigos.

El pelirrojo tragó saliva, bajó los ojos, y murmuró:

-         Porque hoy es nuestro aniversario.

-         Lo había olvidado – Mintió el zorro.

-         Yo también, por eso no cancelé la cita con mis amigos – Dijo Hanamichi, con alivio.

Rukawa frunció el ceño un poco. ¿Por qué aquel pelirrojo tenía que ser tan descarado?

-         Bueno, me voy. – Dijo el pelirrojo mientras se levantaba, tomaba sus cosas y caminaba hacia la puerta – Te veré el lunes en la escuela.

-         Pero... – Murmuró el zorro – Mañana es domingo.

-         ¡Es cierto! – Exclamó Hanamichi – Pero le prometí a Yohei y a Okus que iría con ellos al cine...

El zorro se sentía realmente furioso, pero como siempre, no hizo nada para demostrarlo; sólo dijo:

-         Está bien. Así tendré más tiempo para dormir...

-         Gracias, zorro – Dijo Sakuragi, antes de salir completamente.

Rukawa esperó a que el pelirrojo se fuera, para levantarse, ir a la cocina y abrir el refrigerador. Se quedó parado frente a él por algunos minutos, pensando sobre el pastel que había comprado para la ocasión. Entonces lo tomó y lo tiró a la basura, mientras sus ojos se humedecían y el dolor en su pecho aumentaba.

   - Es un idiota...Un torpe... – Dijo Rukawa entre dientes, mientras cerraba los ojos, tratando de contener el llanto.

Pero, a pesar de todo, Rukawa se dio cuenta de que amaba a ese pelirrojo y que no quería vivir sin él. Estuvo deprimido toda la noche.