Úrsula
Por: Sailor Rukawa
Su nombre es Úrsula Tenjou. Yo la idolatro como a una diosa. La sigo a todas partes. Es mi musa, mi ninfa. He escrito varios poemas para ella, pero no me atrevo a dárselos.
Naturalmente nunca he hablado con ella, pero me encanta su voz. Sobre todo cuando murmura...
Es más alta que yo. Su cuerpo es esbelto y delgado, casi como el de un muchacho...Pero sus senos la delatan, son hermosos. Su larga cabellera es de color rosa. Sus ojos azules son puros y transparentes. Su cutis es perfecto. Su nariz afilada. Sus labios son delgados y del rosa más pálido. Sus mejillas siempre están sonrojadas, lo cual la hace ver más hermosa. Su agradable sonrisa está presente casi todo el tiempo, excepto cuando pelea...
He visto todos su duelos. La he seguido hasta el Coliseo sin ser vista. Para mí es fácil pasar desapercibida. He vuelto mi presencia casi invisible, tan sólo para poder verla sin ser descubierta...Me deslumbra cuando pelea. Sus movimientos son rápidos y certeros, mueve la espada con gran maestría. Su manera de pelear es lo que más admiro de ella, lo que más respeto. Y debo aceptar que Úrsula es la mejor duelista de toda la preparatoria Ohtori.
También la observo cuando practica algún deporte. Es realmente buena. Todas nuestras compañeras quieren tenerla en sus equipos. Pero yo aún no me atrevo a enfrentarme a ella en el Voley-ball o en el Basket-ball. Sé que no podría ganarle.
Conozco a su mejor amiga: Wanda. A veces hablo con ella en los recesos, pero nunca cuenta nada sobre mi musa. Se la pasa hablando sobre un tal Kevin no se qué...Es realmente frustrante tener que escuchar sus pláticas cursis y carentes de importancia. Porque para mí Úrsula es lo único importante.
Oh, por cierto, he estado tan ocupada hablando sobre mi diosa, que no me he presentado debidamente. Ejem...Ejem...(Toso un poco para aclararme la garganta). Mucho gusto, mi nombre es Ruri Hanamo y soy compañera de clase de Úrsula Tenjou. Soy considerada como una buena estudiante y formo parte del club de esgrima. ¿Debería describirme físicamente? Pues, como ya lo dije, soy algo bajita, delgada...Mis ojos y cabellos son de color negro. En realidad no soy muy atractiva, como ustedes ya lo habrán adivinado...Pero no me interesa, porque antepongo la existencia de Úrsula a la mía.
Sin embargo, hay algo que me molesta bastante...Es lo que nos separa a Úrsula y a mí...Su nombre es Angie Himemiya. Aunque debo aceptar que es una mujer realmente hermosa. Muchos compañeros nuestros alucinan con ella. Angie es la hermana de Mike, el decano. Úrsula vive en el departamento de ambos. Y me duele imaginar el momento en que Angie y mi musa se van a dormir...Juntas. Sufro intensamente cuando las veo en el invernadero, en el salón, en el patio, en la clase de cocina, en el Coliseo...
Sí, por alguna razón que no logro entender, Angie es conocida como la prometida de la rosa. Ahora es la novia de Úrsula, y todo porque mi diosa venció al anterior poseedor de Angie en un duelo. La prometida de la rosa fue el premio. Desde entonces Úrsula y Angie pelean juntas en los duelos que se llevan a cabo en el Coliseo.
Todas las noches, antes de irme a dormir, me gusta acostarme en mi cama e imaginarme como la prometida de la rosa. Fantaseo con mi musa, a veces pienso que estoy abrazada a su cuerpo de andrógino, mientras ella acaricia mi negra cabellera...
No tienen idea de cuánto envidio la posición de Angie...¡Cómo me gustaría estar en su lugar! ¡Pelear y vivir junto a Úrsula Tenjou! ¡Entonces mi sueño se cumpliría! Ahhhh...Si tan sólo ella pudiera amarme...Si tan sólo hubiera una manera...Si pudiera sacar a Himemiya del camino...Y creo que ya sé cómo hacerlo.
Me dirijo hacia mi escritorio, saco una hoja de papel azul y comienzo a escribir...Listo. Ahora mismo dejaré la nota en el casillero de Úrsula y de esta manera nos veremos al atardecer. En realidad no quiero retarla, eso sería un gran sacrilegio, pero aprovecharé esta oportunidad para matar a Angie...Quiero que Úrsula sea sólo mía. Aunque...Quizás exista una razón más oscura dentro de mí, que lucha por salir...
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Ambas estamos en el Coliseo, frente a frente. Angie está en una esquina, detrás de Úrsula. Mi diosa de ojos azules me mira fríamente, y pregunta:
-¡¿Quién eres tú!?
La observo con emoción, mientras sonrío, y murmuro:
-Ah, mi dulce ángel...No puedo dejarte saber lo qué sé...
-¿¡Pero qué estás diciendo!?-Exclama Tenjou, algo confundida.
Rió en voz baja, y desvío mi mirada hacia Angie, la cual me mira con terror. Ha reconocido a la obsesiva mujer homosexual que hay en mi interior. Aprovecho la distracción de Úrsula y me lanzo sobre la prometida de la rosa, mi afilada espada apunta hacia su cuello, estoy a punto de tocarla cuando escucho los gritos de Úrsula y siento cómo toma mi mano derecha y me lanza hacia atrás.
Caigo pesadamente sobre el piso, sin soltar mi fiel espada. Me siento un poco mareada, pero no pierdo tiempo y miro hacia donde están Úrsula y su novia.
-¿Estás bien?-Pregunta mi diosa a su compañera.
-Sí, señorita Tenjou...-Murmura Angie con voz dulce.
Entonces ambas intercambian una mirada llena de significado. Es algo incomprensible para mí, algo secreto para ellas, algo tan íntimo, tan lleno de amor...Las lágrimas llenan mis ojos. No puedo evitarlo....Pues al fin he comprendido que Úrsula jamás será mía. Su corazón sólo pertenece a la prometida de la rosa, a Angie, y hará todo por protegerla, incluso arriesgar su propia vida...¿Su vida?
Me levanto con dificultad, las miro mientras me seco las lágrimas de un golpe. Me sacudo el traje de duelista negro. Miro la rosa negra que está en mi pecho y después a Úrsula...Aún queda este camino, el más oscuro de todos...
-¡¡¡TENJOUUUU!!!-Grito para llamar su atención, mientras me lanzo hacia ella, sin posibilidades de éxito, lo sé.
Úrsula hace a un lado a Angie y con su espada destroza la rosa que cuelga de mi pecho, ella cree que con eso será suficiente y que perderé el conocimiento. Pero yo no soy como los otros duelistas...Yo estoy aquí por razones demasiado íntimas. Solamente ganaría el duelo si mataba a Angie, para mí perder no significa que Tenjou destroce mi rosa negra, sino morir.
La razón es simple. Si Úrsula no puede amarme, entonces no vale la pena vivir con ese sufrimiento.
Los pétalos negros vuelan en el aire, pero esto aún no ha terminado, y Úrsula no se ha dado cuenta. Hago todo lo posible por no caer de espaldas, me acerco a Tenjou y dirijo su espada hacia mi pecho. Ella me mira con terror, pero no puede evitarlo. Mientras la espada atraviesa mi cuerpo, deslizo mis manos alrededor de su espalda y la estrecho fuertemente, facilitando la penetración de su arma.
Mi sangre fluye entre ambas y mancha nuestros pechos y el piso. Por un momento Angie y el Coliseo desaparecen, ahora sólo estamos Úrsula y yo. Miro por última vez dentro de sus ojos azules, que están distorsionados por el horror. Me despido con una sonrisa y un tímido beso.
Después me desplomo entre sus brazos, mientras la vida abandona mi frágil cuerpo...
Finale