Capítulo 10: Aprendiendo a vivir en el paraíso
Parte 3: ¿Bailamos?
- "Despieeeeeerrrtaaaa." - un melodiosa voz saca de sus sueños a Kamatari, pero al levantarse se encuentra dentro de otro. Allí está Steven con aquella sonrisa que ya tan bien conoce él... otro día a comenzado, y es hora de ir a practicar. Son las 5:30 de la mañana, Steven ahora se levanta más tarde para no exponer a la razón de su vida a un resfrío innecesario... además, están de vacaciones; muchos se irán a sus casas a pasar los tres meses libres, después del baile de fin de año; ellos prefieren quedarse juntos allí.
Cada vez hace más frío, pero Kamatari ya se ha acostumbrado un poco más; además, es demasiado agradable ir trotando junto a Steven hasta el gimnasio para luego ayudarse mutuamente a practicar como para acordarse del frío. Kamatari a comenzado a dar clases básicas de manejo de espada a Steven... aunque no por mucho tiempo cree él, pues el rubio tiene una habilidad asombrosa, es un don natural; en menos de un año será un espadachín consumado... no hay movimiento con el cual Steven tenga dificultad, muy pronto estarán practicando las técnicas más avanzadas ilustradas tan detalladamente en los libros escritos para la familia Wildfire... el clan Kaneda... y además las clases de japonés tampoco van tan mal... si, Steven es un excelente estudiante en verdad.
Por su parte, Steven está enseñándole a Kamatari técnicas de defensa personal; ya de por si Kamatari tenía predisposición para las artes marciales, y aprender cosas nuevas nunca está de más... aunque Steven insiste cada vez más en convencerlo para que entre al equipo de la facultad... en realidad ambos saben que el rubio solo tiene que suplicar un poquito más y eso será todo; pero a ninguno de los dos les molesta la clase de 'súplicas' que se efectúan; si, un poco más de súplica no estaría mal.
Kamatari mira a Steven efectuar un complicado movimiento, es una llave muy difícil pero a la vista efectiva. Ambos disfrutan del contacto del otro para efectuar las indicaciones de la posición correcta del cuerpo, Kamatari sonríe al sentir las manos de Steven estar más tiempo del necesario sobre sus caderas, pero no dice nada... nunca lo hace; así como Steven no protesta cuando Kamatari hace lo mismo al indicarle una y otra vez como debe de flexionar piernas y brazos para una pose específica... la manera en que las manos deben de sostener la espada de bambú que se consiguieron en el barrio japonés... si, ahora todo parece perfecto.
Kamatari recuerda lo sucedido tres días atrás, cuando todo fue descubierto. Había sido devastador en su momento... y sin embargo había sido lo mejor. ¡STEVEN REALMENTE LO AMABA!, tenía que ser eso... tenía que, por que de lo contrario Kamatari moriría... pues también lo amaba, realmente amaba a ese rubio loco y pervertido... ese rubio precioso que le había devuelto el sentimiento de amor a su dolido corazón, junto a la esperanza que nunca tuvo de ser amado.
Kamatari tira a Steven al colchón, al parecer es un muy buen alumno. Steven sonríe y se levanta... "La próxima no va a ser tan fácil" advierte con un brillito peligroso en los ojos. Kamatari también sonríe... eso es justo lo que está esperando. Todos los recuerdos del día siguiente a aquel momento vuelven una vez más a su mente, es que aún no se lo puede creer.
***** Inicio del Flash Back, 3 días antes*****
Steven había abrazado a Kamatari con ternura y cariño, llorando igual que él, besando sus sienes casi sin parar; y en algún momento, en aquellas horas del amanecer, entre aquellos besos y abrazos, Kamatari se quedó dormido en la protección de sus brazos.
Pronto, demasiado pronto; el oriental fue despertado por el olor delicioso que inundaba el ambiente... por delicados besos posados sobre sus labios... por suaves dedos viajando lentos por sus cabellos, por su rostro, delineando su nariz... su boca. Kamatari abrió los ojos, y allí estaba él... se notaban claramente los ojos enrojecidos por el llanto, las ojeras profundas por la falta de sueño... Kamatari estaba seguro de que Steven lo había cuidado todo el tiempo... de que el rubio no había pegado los ojos ni había dormido aquella noche.
- "Buen día bello durmiente." - saludó Steven con un beso amoroso a Kamatari... ¿Por qué estaba tan oscura la mañana?.
El reloj sonó... cinco campanadas... no podía ser. No era de mañana; eran las cinco de la tarde. Vaya y que había dormido, y sin embargo se sentía agotado. Kamatari sintió de nuevo los labios de Steven vagar sobre su rostro, probar su nariz, besar su frente, acariciar sus propios labios. Pronto un par de fuertes manos lo ayudaron a levantarse, y luego una bandeja con deliciosa comida fue puesta delante suyo... además estaba un lindo ramito hecho con florecitas silvestres que habían resistido la venida del otoño... era todo tan lindo.
- "Vamos cariño, no has comido nada hoy... ¡No quiero que te me enfermes!" - dijo con humor Steven mientras se sentaba junto a él, mientras lo abrazaba. Era todo tan irreal... Kamatari no lo pudo evitar, comenzó a llorar una vez más. - "No... no llores. Lo siento, discúlpame si hice algo mal."
- "No." - Kamatari negó con la cabeza mientras lo abrazaba. - "Es que te quiero mucho... y tú, eres tan maravilloso... Gracias, gracias." - susurraba débilmente mientras enterraba el rostro en la curva de su cuello.
- "Oh, bueno... si es por eso, un par de lágrimitas no están mal." - dijo Steven con una sonrisa mientras secaba las lágrimas de su pareja; y se alegró aún más al ver que si pudo sacarle una sonrisa a su querido y hermoso tesoro.
Kamatari comió con ganas lo que le había sido llevado, la verdad que tenía hambre; y guardó una de aquellas florecillas en su diario como recuerdo... un maravilloso recuerdo del día en que pudo comprender que tanto podía quererlo aquel hombre que ahora se encontraba a su lado. Luego de eso Steven lo mantuvo acostado; hablaron de cosas sin sentido, y otras con un sentido muy profundo... hablaron de su relación, Steven le aseguró una y otra vez que no iba a librarse de él tan fácilmente con gestos cómicos, y sin embargo tenía una mirada por demás seria. Rieron, se besaron, se mantuvieron callados y tomados de la mano hasta que cayó la noche entre susurros y caricias... hicieron el amor... Fue algo suave y tierno... aún más que alguna vez en el pasado... aún más que en ningún otro momento en el futuro, y luego Kamatari volvió a dormir entre los gentiles brazos de Steven... en realidad todo había sido maravilloso; incluso sus sueños, incluso esos fueron maravillosos aquel día.
***** Fin del flash back*****
- "¡Tienes que estar atento Kamy!" - Steven retó a su muchacho una vez más, ese día estaba muy distraído.
- "Lo siento." - dijo Kamatari riendo... pero era cierto, estaba distraído. Kamatari intentó concentrarse más y en cierto grado lo logró. Luego de eso, pasaron otras dos horas antes de que ambos decidieran que era suficiente por ese día. - "Mañana nos toca practicar con la espada." - recordó Kamatari mientras ambos se dirigían a las regaderas al aire libre. Steven revisó que no hubiese ningún mirón por allí... después de todo, ya eran las 9 de la mañana, allí sí que podría haber alguien caminando por allí; luego él se metió junto a un ya desnudo Kamatari a la regadera, después de todo... su niño se podría enfermar si se bañaba solito y sin ninguna fuente que le diese calor en aquella fría mañana... hmmm, no había nada mejor que bañarse juntos en aquel lugar. *^__^*.
Luego ambos volvieron a la habitación una vez más, y entonces Kamatari empezó a hacer lo que más odiaba Steven... comenzó a planear que hacer en el día, osea algo más que quedarse allí en la cama hasta el anochecer... MMMM!!!!. (puchero)
- "¡¿Pero por que?!... si te puedes quedar aquí conmigo... los dos solitos... haciendo cositas..." - Steven trataba por todos los medios de convencer a su esquiva pareja, pero no lo logró.
- "¡Steven!... llevamos casi cuatro días metido aquí."
- "De lo cual no me quejo... ¿te estás quejando?" - ahora Steven estaba preocupado.
- "No, no me quejo. Pero quiero ir a ver a Matt-san y Kate-san... y también a Ryan-chan, estoy preocupado por él, su tratamiento comenzó hace ya diez días y no lo veo desde hace cinco... y la última vez se veía tan débil. Josh-san me dijo que le hacía ilusión verme... aunque sea de esa manera... si puedo ayudar en algo..."
Steven suspiró, sabía que Kamatari tenía razón; a él también le preocupaba el enanito. Bien, no tenía opción, entre tantas visitas Kamatari no iba a volver hasta la tarde, y él no iba a permitir que su chico estuviera lejos de su lado tanto tiempo.
- "Bien, vamos entonces."
- "¿Vamos?" - Kamatari miró a Steven inquisidoramente.
Steven sacó sus caninas orejitas una vez más.
- "Es que no puedo ir contigo sin que me mires de esa manera... ¿ya no confías en mi?, ¿me prohibes ver al enanito?" - dijo con expresión dolida mientras el cielo de sus ojos amenazaba con empezar una copiosa lluvia. (claro que todo era fingido, pero igual le hacía mantequilla el corazón a Kamatari)
- "Yo no dije eso." - argumento Kamatari mientras lo cogía de la mano y lo guiaba a la puerta de salida... pero era que él quería hablar con Kate-san a solas de un asunto, y con Steven por allí... ¿Y si le pedía a Matt-san que lo distrajera un rato?. Si, eso podría resultar.
**********
Kamatari y Steven fueron de frente al primer piso, pues Kamatari sabía que Kate-san había estado yendo todos los días al gran salón a organizar el baile junto a sus amigas; y eso significaba que Matt-san también estaba allí. Por fin llegaron frente a la puerta del cuarto de Ryan y Josh. Kamatari tocó y pronto la puerta se abrió, dejando ver a un exhausto Josh tras de ella.
- "¡Kamatari!... que tal. Pase por favor, a Ryan le dará gusto verlo... y a usted también Steven, llevan tiempo sin venir, él ya preguntaba por ustedes."
Ambos pasaron pronto, Josh parecía en extremo aliviado con el hecho de tenerlos allí. Y entonces lo vieron, allí estaba Ryan; acostado sobre la cama, con los ojos cerrados y la respiración pausada... estaba dormido. Apenas y se le podía notar algo de su fisonomía bajo la gran cantidad de mantas y frazadas que tenía puestas encima, además tenía una gruesa chompa como parte superior del pijama... y estaba acompañado de un pequeño osito blanco. Kamatari recordaba ese osito, lo vieron el domingo que fueron de visita al centro; Ryan se quedó pegado a la vitrina viéndolo, no era muy difícil suponer que Josh se lo iba a comprar.
- "Esta dormido... pero no se preocupen, me gustaría en realidad que se quedaran un rato... cada vez que despierta me pregunta si tuvimos visita... se que esa pregunta va por ustedes, pues no tenemos a nadie más en este lugar que se preocupe por venir a visitarnos."
Kamatari estaba conmovido, y no pensaba moverse de allí hasta que el pequeño despertase; pero mientras... Josh en realidad se estaba acabando.
- "Dime Josh-san, ¿Cómo está ahora Ryan-chan?... ¿cómo toma el tratamiento?." - Kamatari casi y tenía miedo de preguntar ante la posibilidad de recibir una respuesta desesperanzadora.
Josh miró a Kamatari, y el oriental se preguntó como podía ese muchacho mantenerse en pie con lo agotado, extenuado... desecho... que se lo veía.
- "Bueno..." - Josh empezó hablando lentamente - "... el tratamiento si lo ha afectado... a veces está muy cansado y débil; no tiene ganas ni siquiera de dibujar, aunque es por que no puede sostener derecho el carbón o el lápiz... todo le está saliendo chueco, y está un poquito gruñón por eso... pero el doctor Kasaki dijo que estaba dentro de los parámetros... él viene cada tres días a revisarlo, vino ayer. Ahmm, le duele cuando le aplico los ejercicios y masajes en las piernas... pero el doctor dice que por ahora eso también está bien... aunque el otro día le metió unas agujas y se la dejó por ... mucho tiempo... no recuerdo cuanto; pero se le quitó el dolor ese día. Dentro de 10 días se supone que le debe comenzar a bajar el dolor y el cansancio... si es así se verán los primeros resultados en unos 6 meses más o menos, y... hmm... volverá a como estaba antes en unos dos meses... con suerte menos, si es así entonces sus probabilidades de obtener una salud buena son altas... altas." - Josh se sumió de nuevo en sus pensamientos; no le importaba esperar toda una vida se podía verlo sano. Verlo sano era su más grande y ferviente deseo... su Ryan, daría su propia vida, su salud... todo, por verlo sano tan solo un momento... verlo correr sin cansarse, poder llevarlo a una excursión tal vez... poder amarlo como tantas veces su pasión se lo había exigido.
Una mano se posó gentil sobre el brazo de Josh, y al levantar la vista se encontró con los rostros amables de Kamatari y Steven.
- "El estará bien, no te preocupes." - Kamatari lo animó con una sonrisa y continuó - "¿Y como duerme?... ¿A tenido malas noches?."
- "No, duerme muy bien gracias a unas infusiones que el doctor le recetó... una hierbas que lo hacen descansar toda la noche... duerme bien."
*Pero tú no descansas nada por las noches... te quedas vigilando su sueño, ¿cierto Josh-san?* - Kamatari no pudo evitar pensar en aquello, se notaba que él no había dormido en días.
- "Pues tu deberías dormir un poco también. No le haces ningún favor a nadie teniendo esa apariencia... Descansa un rato y nosotros cuidamos del enanito." - Steven le había quitado los pensamientos de la mente a Kamatari; y es que era demasiado obvio.
Por su parte, Josh observó un rato a la pareja, como buscando la manera de replicar lo dicho por Steven; pero no lo hizo, era cierto que se encontraba demasiado cansado. Josh agradeció y se metió a la cama, justo al costado de Ryan, y prácticamente se quedó dormido de inmediato. Tanto a Kamatari como a Steven se les encogió el corazón; y por acuerdo tácito ambos se quedaron sentados al costado de la durmiente pareja, era su turno de cuidarlos.
Pasó casi dos horas antes de que alguno de los dos siquiera despertara; y ese fue Ryan, quien se sorprendió mucho de encontrar a Josh dormido, pues no lo había visto dormir en días... bueno, ya era tiempo. Ryan abrazó más a Snow Angel y trató de incorporarse sin mover mucho la cama para que Josh no se despertara, grande fue su sorpresa al sentir un par de manos ayudarlo con su cometido; y al voltear sus ojos se iluminaron ligeramente, mientras que una sonrisa se formaba en su rostro.
- "¡Señor Kamatari!" - dijo apenas en un hilo de voz el pequeño.
- "Hola Ryan-chan" - Kamatari saludó al pequeño en un susurro para no despertar a su pareja.
- "¿Vino a vernos?" - preguntó Ryan con ilusión, había extrañado mucho a su amigo.
- "Si, Steven y yo vinimos a visitarte para saber como estabas... y por lo que me dice Josh estás muy bien."
- "¿Verdad que si?" - preguntó Ryan complacido... él quería estar bien, era importante estarlo... Kamatari sabía los motivos. - "Lo único malo es que no puedo dibujar mucho... bueno, es que no tengo ganas, no que no pueda... además no puedo salir." - Ryan no parecía muy complacido con eso en cambio, así que cambió de tema - "Miren, Josh me compró un Snow Angel... me dijo que así le habían puesto en la tienda... aunque creo que fue él quien le puso el nombre..." - susurró al final Ryan para que Josh no lo escuchara.
- "¿En serio?." - Steven dijo con un aire misterioso siguiéndole el juego a Ryan, eso le encantaba al pequeño.
- "Si... me lo dio como regalo adelantado de mi cumpleaños."
- "¿Cuándo es tu cumpleaños Ryan." - preguntó curioso Steven.
- "Pues en enero... el 29 de enero... faltan como... a ver... hmm... ¿cinco o seis?... si, creo que si; seis semanas. Ya mande un telegrama a mi casa para decir que no voy a poder ir a celebrarlo allá, porque no me puedo mover de aquí... así que mi mamá y mi papá van a venir junto a mis hermanos... además quieren conocer a Josh y a ustedes también."
- "¿A nosotros?" - preguntaron a la par los dos aludidos.
- "Si, les hablé de ustedes en una carta y les cayeron bien. Además mi mamá dice que quiere que prueben sus galletas... a mi me gustan mucho, las hace de avena con pecanas, y de avellanas... son ricas. Josh está nervioso, dice que nunca pensó en conocer a mis papás... estuvo una hora sentado en la silla sin decir nada cuando le conté lo que mis papás me pidieron por carta. ¿No es gracioso?." - Ryan en realidad no estaba muy seguro de cual era el problema.
Por su parte Kamatari comenzó a pensar en aquello... ¿qué haría el día que tuviese que conocer a la familia de Steven?... ¿Sucedería algún día?.
- "Conocer a la familia." - dijo Kamatari para si mismo en voz baja, y de manera distraída... Steven no pudo entonces evitar el mirarlo, lo conocía tan bien que casi podía leer sus pensamientos de manera instantánea. Pero se limitó a quedarse callado.
Luego de eso los tres siguieron hablando un buen rato más, aunque en realidad Ryan conversaba cada vez menos, así que Kamatari y Steven (en especial Steven) eran quienes armaban toda la conversación. Y así fue hasta que Josh despertó casi a las 4 de la tarde, sin estar muy seguro de donde estaba hasta que vio a los otros tres que lo miraban sonrientes.
- "Hola Josh... dile hola a Snow Angel." - Ryan puso al osito para que Josh le diera un beso y este así lo hizo, y luego le dio un beso a Ryan.
- "Gracias por cuidar a Ryan por mi." - dijo después Josh, luego de que todos lo obligaran a tomar un baño e ir a comer algo a la cafetería. Por lo menos se veía más descansado.
Kamatari por su lado había decidido ir a cuidar a Ryan cada vez que pudiese, diariamente si es que podía hacerlo; esa sería su mejor manera de ayudar, pues era cierto... Josh no hacía ningún bien desvelándose de esa forma.
- "Nos vemos luego enanito." - se despidió por fin Steven mientras arrastraba en broma a Kamatari; y éste último le prometía al pequeño volver muy pronto.
Ryan se despidió efusivo, al igual que el osito a quien Ryan le movía la patita. Josh no pudo dejar de agradecerles una vez más, habían caído como ángeles ese día.
- "¿Aún quieres ir donde Kate y Carter?... ya es tarde, tal vez ya no están allá... podríamos ir primero al segundo piso." - Steven se encontraba abrazando a Kamatari justo en la puerta del edificio.
- "Hmm... vamos a ver por si acaso... tal vez aún estén allá."
- "Bueno, después de tanto tiempo sentados creo que la caminata nos caerá bien. ¿Estás preocupado, cierto?... por Ryan quiero decir."
- "Si." - Kamatari respondió con voz queda mientras que ambos iban camino al gran salón de recepciones del campus.- "Solo me queda ayudarlos en todo lo que pueda... y elegir un bonito regalo de cumpleaños para Ryan-chan... ¿se te ocurre algo bonito como regalo?."
En ese momento Steven pensó en otra cosa que nada tenía que ver con un regalo para Ryan, pero si asociado... ¡Se había olvidado de los paquetes extras y los trajes para el baile!. Se los habían llevado el miércoles de la semana pasada y había dejado todo guardado... y él que tenía allí regalos para su querido Kamy. Unas vulpinas orejitas aparecieron en su cabeza, mientras que reía de manera extraña... con lo que a Kamatari le salió una gota en la cabeza.
- "¿En que piensas Steven?" - Kamatari lo miraba inquisitivo.
- "¿Yo?... en nada... nada en particular por lo menos... ah, si; un regalo para el enanito... pensemos en uno." - dijo Steven ladeando los ojos hacia el cielo... jejejeje.
Por fin la pareja llegó al salón donde se llevaría a cabo el baile, y efectivamente al entrar encontraron a sus amigos, y no pudieron creer lo que vieron. Allí estaba Kate dando órdenes a diestra y siniestra a todo el mundo, quienes por cierto corrían a la más mínima orden del dedo de Kate, quien no dudaba en hacer muchas veces ella misma el trabajo. Y allí estaba por supuesto también Matt, quien al igual que el resto se desvivía ejecutando la más mínima orden de su amada. Kamatari y Steven se acercaron un poco más.
- "No, no; los listones deben ir ondeados ... sujetos a la pared cada 3 y medio metros... la altura de las ondas no debe superar los 80 cm.; ¡Por favor!.... esto es importante... ¡Pongan esos manteles en el armario de nuevo!, ¿quién mandó a sacarlos?, ¡Que no ven que se pueden ensuciar!. Por Dios, gente." - Kate suspiró una vez más mientras ella misma se subía con el metro costurero a la escalera y medía las ondas de los listones... a pesar de las protestas de Matt o cualquier otro motivo.
- "¡Kate!... Katy, te vas a caer..." - Matt casi suplicaba mientras que sostenía la escalera que momentos antes había estado bailando sola y a punto de caerse pues Kate no esperó que nadie la sostuviese.
- "Hola." - saludó Kamatari algo sacado de foco.
- "¡Kamatari!" - saludó aliviado Matt.- "Por favor, dile que se baje de esa escalera... ¡métele algo de cordura a esta mujer!..."
- "Hola Kamatari... siento si no puedo saludarte, pero es que aún hay mucho que hacer por aquí... díselo al señor de allí abajo, por favor." - terminó de decir Kate en tono fastidiado.
*¿Esta mujer?... ¿Señor?... ¿se había perdido de algo?*
- "¿Necesitas ayuda Kate?." - fue todo lo que atinó a preguntar Kamatari al fin.
- "Si, necesito que pongan esa estatuilla en medio de la pista; pero se necesita por lo menos 6 personas para moverla... es muy pesada." - Kate estaba preocupada, sentía que el tiempo se le acababa y que no avanzaba lo suficiente... y esa estatuilla era un gran problema, sobre todo porque la ayuda para mover todo lo pesado no había llegado, debía admitir que prácticamente Matt había hecho todo el trabajo pesado de esa índole.
- "¿Cuál, ésta?" - preguntó Kamatari señalando el problema en cuestión.- "¿Donde la quieres?"
- "Por allá." - señaló Kate un punto a como 25 m. de donde la pequeña mole se encontraba.
Kamatari observó la distancia, no era mucha y él ya había cargado cosas mucho más pesadas; así que si solo se trataba de eso... Kamatari fue hasta donde de encontraba la estatuilla y con el asombro de todos (menos de Steven... ¿por qué será?), Kamatari llevó el objeto hasta donde Kate le pidió en menos de 15 segundos.
- "¿Está bien allí Kate-san?" - preguntó Kamatari viendo el objeto... algo no estaba bien.
- "S-si... pero que mire hacia la derecha... unos 30°."
Kamatari hizo rotar la estatuillo... ¡Ahora si estaba bien!, Kate-san sabía obviamente mucho sobre este tipo de cosas.
- "¿Algo más?" - preguntó Kamatari consciente de que había mucho por hacer, y efectivamente unos minutos después se encontraba trasladando una gran cantidad de cosas; al igual que Steven, quien sin importar lo ocupado que estuviese, siempre le lanzaba una que otra miradita comprometedora, hasta que Matt intrigado le preguntó que pasaba, y Steven le respondió soñador...
- "Es que es tan tieeeeerno." - respondió Steven con corazoncitos saliendo desde su pecho.
Y Matt miró a Kamatari... si eso era ser tierno... bueno.
Llegó la noche para cuando Kate anunció más que satisfecha que ese día habían hecho más que suficiente; y que ya todos podían irse a descansar. En verdad la ayuda de Kamatari y Steven había acelerado mucho las cosas, lo suficiente como para que Kate sintiese que estaban ya 'casi' al día con los preparativos. Finalmente los cuatro amigos se fueron por su lado a hablar, por lo menos Kate y Kamatari, quienes al parecer necesitaban ponerse al día.
- "¿Entonces han estado metidos en esto todos los días desde que terminaron los exámenes?." - Kamatari se sentía culpable por no haber estado ayudando a Kate-san con todo aquello.
- "Bueno, si; pero la verdad que los chicos que se ofrecieron como voluntarios se aparecen solo de vez en cuando, son muy incumplidos. Es por eso que nos hemos retrasado, sino estaríamos mucho más avanzados. Al final siempre es así... había olvidado que el año pasado dije que nunca más haría esto por ese motivo... pero es que si me gusta hacer esto... pero no hay ayuda, y... (suspiro) bueno, tu entiendes,"
- "Si, entiendo. Entonces vendré a ayudarte todo lo que pueda. ¿Hmm?... necesitas algo más."
- "Si, un decorador..." - dijo Kate desganada. - "Bueno, más bien un artista con mucha imaginación. El de los años pasados se graduó justo el año pasado y ya no hay nadie que nos haga el diseño para el mural... no sé, alguien que haga tan solo un boceto y luego los chicos de la facultad de Arte se encargarían de llevarlo al mural... (otro suspiro)... pero no encuentro a nadie."
Entonces a Kamatari se le ocurrió una idea, pero no dijo nada, pues debía preguntar primero a Josh-san y Ryan-chan si estaban de acuerdo en ayudar, no quería darle falsas esperanzas a nadie, mucho menos a su amiga.
- "Por cierto Kamatari... ¿ya alquilaste tu traje?" - preguntó Matt algo preocupado.- "Porque si no lo hiciste te va a ser difícil conseguir uno bueno."
- "No es necesario."- interrumpió Steven- "Fuimos a comprarlo junto con el mío el domingo antepasado."
- "Pues fue una buena idea, pues por esta época los trajes de alquiler comienzan a escasear... y los de las tiendas también. Entonces todos estamos listos para el baile... ya verás que nos vamos a divertir mucho Kamatari, bailaremos toda la noche sin parar." - Kate estaba muy animada en verdad pensando que bailaría abrazada a Matt durante toda la velada, y así no se dio cuenta que Kamatari no contestaba.
Luego de eso, Kamatari cambió el tema; y lo hizo una y otra vez cada que lo que hablaban volvía al asunto de baile de fin de año... y Steven nuevamente notó aquello que su pareja no expresaba; recién, acababa de darse cuenta que... su Kamy no quería asistir... pero ¿por qué?.
Y mientras aquello pasaba por la mente de Steven, la noche siguió pasando mientras Kamatari y Kate se desvivían hablando hora tras hora como no lo habían hecho en mucho tiempo; y de vez en cuando se daba la intervención de Matt. Ese día, como hacía mucho; Kamatari había vuelto a reencontrarse con sus amigos... a pasarla bien. Incluso, notó Steven, llegó un momento en el que Kamatari se alejó con Kate hacia otro lugar y comenzaron ambos a hablar en voz bajita... y allí estaban Matt y Steven tratando de saber que era lo que esos dos estaban conversando...
- "Entonces... ¿Crees poder conseguir eso para mi.?" - Kamatari se oía suplicante.
- "¡Claro!. Solo tengo que pedírsela por correo a alguna de mis tías o a mi mamá... no creo que demore más de un mes en conseguirla... tal vez menos aún. Créeme... si quieres una receta solo tienes que pedírsela a las mujeres Wallace... te la conseguiré y con lujo de detalles." - Kate no solo estaba segura, estaba muy segura.
- "¡¡¡Gracias!!!... no sabes lo que esto significa para mi." - Kamatari sonrió una vez más... todo estaba saliendo perfecto.
**********
Kamatari y Steven llegaron tarde a la habitación; y poco era decir que ambos estaban exhaustos. Cuidar de Ryan y Josh, ayudar a Carter y Kate... Steven estaba seguro de que esa noche no habría 'acción' para él; más estaba bien, Kamatari había vuelto a ver a sus amigos... los cuales también eran amigos de él mismo.
Steven decidió ir a ver a su amor, y tal y como lo pensó lo encontró dormido en la cama, sin siquiera haberse sacado la ropa... o por lo menos eso creía él. Steven se acercó cautelosamente a su bello durmiente con la firme decisión de cambiarlo con algo un poco más cómodo, más al acercarse y comenzar a desabotonar la camisa sintió una mano comenzar a acariciar su cabello... y allí estaba la mirada amorosa de su tesoro de oriente sobre él... era tan perfecto.
- "¿Es un nuevo juego tuyo?... sacarme la ropa sin decirme nada... que pervertido que eres."
- "Bueno... siempre debe de haber un pervertido en la relación para que esta pueda llegar a funcionar." - expresó catedráticamente Steven al tiempo que se acercaba a su muchacho para besarlo.
- "Hentai" - susurró Kamatari antes de que sus labios fuesen cubiertos por otros igual de ansiosos.
El beso fue largo y apasionado, más a pesar de todo Kamatari no podía mantener los ojos abiertos... ¡Se estaba muriendo de sueño!... ¿tal vez Steven o se diese cuenta e igual le hiciese el amor?... pero Steven siempre se daba cuenta... siempre.
- "Hora de dormir mi amor, si es que quieres levantarte mañana como le dijiste a Kate para ayudarla."
- "Lo siento Steven."
- "Está bien... después de todo, estuvimos cuatro maravillosos día aquí... ¿cieeeeerrrrtoooo?" - Steven sonrió al ver el conocido tinte escarlata en las mejillas de su amado; eso era algo que estaba seguro que nunca iba a cambiar, y él lo agradecía de corazón. - "A dormir... que ya en la mañana te haré cositas en realidad hentai."
Kamatari sonrió mientras se levantaba e iba al baño a asearse y cambiarse para dormir. Entonces Steven aprovechó para sacar del armario unos paquetes que habían sido dejados debajo de los dos trajes de etiqueta que habían sido delicadamente colgados y protegidos con aquel papel de arroz que su amor utilizaba tanto; debía de sacar todo de allí y envolverlo... ¡Un momento!... no tenía papel de regalo... ¡Rayos!.
- "¿Qué haces Steven?" - la pregunta casi hace que el rubio salte hasta el techo del susto... sobre todo porque podrían descubrirlo todo. - "¿No te vas a cambiar para dormir?"
- "¿Yo?... nada... estaba... ¡si!, estaba viendo los trajes, de seguro que te veras muy bien en el baile... tu sabes... ahora me aseo un poco y me meto yo también. Verdad que es emocionante pensar en el baile... bailar juntos."
- "Ah, si... el baile... bueno, me voy a dormir. Nasai oyasumi Steven."
- "Buenas noches cariño." - dijo Steven acercándose y volviéndolo a besar con pasión una vez más.
Steven se mantuvo al costado de su amor hasta que éste se durmió. Bueno, para variar... tenía un plan. Si Kamatari no quería ir al baile... Steven sonrió, le encantaba planear cosas para hacer feliz a ese hombre adorable.
**********
Kamatari estaba preocupándose cada vez más. Los días pasaban y Steven se comportaba cada vez más raro. Últimamente se ausentaba demasiado todos los días; desaparecía durante horas y horas sin decir donde había estado, y sin embargo ni bien salía de la habitación o volvía al edificio de habitaciones, allí aparecía Steven milagrosamente... como si nunca se hubiese alejado... como si estuviera cerca... con alguien más tal vez. Kamatari temía que eso fuese lo que estaba ocurriendo, que Steven hubiese encontrado a alguien más, que se hubiese aburrido ya de él... y encima de todo, unos días antes... justo al día siguiente de haber comenzado a visitar a Ryan y ayudar a Kate todos los días, Kamatari había notado que Steven estaba envolviendo alguna cosa, más negó que así fuese en cuanto Kamatari le preguntó... un regalo para alguien más. Kamatari estaba haciendo un gran esfuerzo para no echarse a llorar como un niño en los brazos de sus amigos, pero él se lo había prometido... enfrentaría solo su desdicha el día que Steven lo dejase. Pero dolía... como dolía.
Y encima no habían vuelto a hablar sobre ir al baile de fin de año. ¿Habrá sido eso?... ¿Sería tal vez ese el problema... tal vez Steven se había enojado?. Kamatari estaba consciente de que no había hecho nada por ocultar el hecho de que no quería ir al baile... en realidad había hecho todo lo contrario; pero es que tenía mucho miedo a que lastimaran a Steven... y aún así.
Kamatari tuvo que borrar aquello de sus pensamientos, pues Ryan-chan ya lo estaba comenzando a mirar extraño.
- "¿Qué le pasa señor Kamatari?... parece triste." - susurró despacito Ryan para no despertar a Josh que dormía de manera pesada a su costado.
- "No es nada Ryan-chan... no te preocupes. Sigue contándome más bien que más te dijo sensei Kasaki cuando vino ayer a verte."
Ryan continuó contándole a Kamatari todo con lujo de detalles, mientras que seguía abrazando a su osito con fuerza. Kamatari estaba consciente de que no debía de hacer que el pequeño se preocupase por lo que Kamatari estaba pensando... se podría poner mal por aquello... solo le quedaba poner su mejor sonrisa para aquel dulce niño... y así lo hizo.
Mientras tanto, Matt regresaba cansado del gran salón para darse un baño y almorzar algo fuerte para volver al trabajo. No veía la hora de que fuesen las 3 de la tarde para que Kamatari y tal vez Wildfire se aparecieran un rato por allá y ayudasen un poco más... hacerlo todo solo era agotador. Y estaba ya a pocos metro cuando divisó una sombrita escabulléndose entre los arbustos y luego regresar... y volver a salir una vez más... ¿un ladrón?, pues bien, no iba a permitir que se llevase absolutamente nada.
Matt se acercó cautelosamente hasta que llegó a un punto donde podría capturar al sujeto sin que este pudiese escapársele. Entonces volvió a sentir que alguien se acercaba, y rápidamente decidió a atacar al ladronzuelo ese.
- "¡Carter!... ¡¿Qué demonios crees que estás haciendo?!, ¡casi las arruinas!."
- "¿Wildfire?... pero que..."
Matt al parecer no entendía muy bien la situación. ¿Qué hacía Wildfire andando a tientas por todos lados y con ... ¡eso!?. Mientras tanto Steven revisaba que no se hubiese arruinado, le había costado mucho conseguirlas en esa época del año.
- "Wildfire... podrías explicarte por favor." - dijo Matt con algo de impaciencia al notar que su presencia había sido olvidada por completo.
Steven levantó la vista... era cierto, Carter seguía allí.
- "Bueno..." - comenzó Steven con algo de pena.- "... es que... Kamatari..."
- "¿Si?, ¿Qué pasa con Kamatari?."
- "Él... no quiere ir al baile... ni siquiera quería comprar el traje el día que lo llevé. Primero creí que eran nervios, que con el traje comprado estaría ilusionado de ir... pero cada vez que alguien toca el tema con él... simplemente se niega a charlar de eso... cambia el tema del baile rápido. Creo que tiene que ver con el hecho de que somos una pareja sodomita... o tal vez por que no quiere que sea yo quien la pase mal. Ya me di cuenta que siempre hace ese tipo de cosas... cuando hay algo que él cree que puede dañarme; lo que hace es tratar de que eso no pase, aún cuando él lo desee mucho... solo renuncia a lo que él mismo quiere para no causarme molestias. Quisiera que él dejase de hacer eso... que comprenda que si algo lo molesta... debe de decírmelo para resolver el problema juntos." - Steven suspiró en derrota.
- "Así que... como Kamatari no quiere ir al baile..."
- "Le preparo una sorpresa..." - Steven sonrió magníficamente.- "Pero me cuesta mucho tiempo prepararla... espero terminar a tiempo. No le digas nada por favor."
- "¿Y donde estás llevándolo todo?... por que hay más... ¿Cierto?."
- "Mmmm... está todo detrás." - dijo Steven señalando la parte trasera del edificio, en la cual había un pequeño bosquecito de arbustos.- "Me traen un cargamento cada hora de estas... después de todo el baile es en solo dos días... tengo que apurarme... pero aún me faltan algunas otras cosas, por eso te dejo... tengo que correr si quiero terminar."
- "¿Y donde lo llevas todo?." - preguntó de nuevo Matt, a lo que Steven miró para arriba. Matt siguió su mirada. Y luego meneó la cabeza en una negativa. - "Ustedes dos están igual de locos... ¿sabías eso?." - dijo Matt una vez más mientras se dirigía hacia los arbustos y regresaba con una carga igual a la de Steven... ese baño tendría que ser rápido igual que la comida.
- "¡Gracias!" - dijo Steven con una sonrisa de oreja a oreja.- "Eres un gran amigo Carter... ¿te puedo llamar Matt?."
- "Si claro... como sea."
- "Entonces dime Steven por favor... ¡Me siento viejo cuando me llaman Wildfire!." - se quejó melodramáticamente Steven mientras subía de nuevo a toda velocidad por las escaleras con Matt detrás. Matt solo suspiró.
**********
Por fin llegó el día del gran baile de fin de año. Todos están muy alborotados, las chicas nerviosas por vestir el vestido perfecto y llevar un peinado bien hecho; los muchachos comentando una y otra vez las gracias de la joven a quien invitaron como pareja. Kate y compañía corriendo de un lugar al otro para ultimar los últimos detalles de la decoración; y Kamatari... Kamatari se encontraba solo al despertar por la mañana. Él y Steven habían practicado ese día de madrugada, y al volver Steven le había hecho el amor de manera apasionada... lo había dejado exhausto y satisfecho por completo con sus atenciones y caricias hasta que durmió entre sus brazos; pero al despertar...
Bueno, quedarse en la cama todo el día no era exactamente la solución, ¿cierto?. Hora de ir donde Ryan-chan y Josh-san... de seguro que el pobre Josh-san debía estar esperándolo para poder dormir un poco como todos los días. Kamatari se levantó de la cama, se bañó y vistió con su traje informal de siempre... unos pantalones holgados de corte simple, una camisa también holgada, un saco abrigador y un sobretodo marrón claro encima de todo. Un par de botines cómodos y listo... no necesitaba nada más... bueno, tal vez si, su ropa ya empezaba a gastarse; tal vez después iría de compras al centro un día de esos.
Kamatari salió de la habitación y se dispuso a ir al primer piso cuando sintió un ruido a sus espaldas, pero al voltear no había nadie. Seguro que era su imaginación. Siguió su camino.
Por su lado, Steven y Matt casi se matan al estar bajando a toda velocidad y tener que parar tan intempestivamente al ver a Kamatari delante; si no fuera por los reflejos rápidos de Steven, ya hubiesen sido descubiertos.
- "Por poco." - Steven suspiró de alivio cuando Kamatari desapareció de su rango visual.
- "Si, faltó muy poco." - Matt también respiraba con dificultad.
- "Oye Matt... gracias por la ayuda, en serio... pero si tienes que ir a ayudar a Kate yo lo entenderé; ya has hecho mas que suficiente por mi."
- "No te preocupes... hoy ya no tengo nada en que ayudarla; solo faltan detalles... cosas de chicas. Me botaría a los 5 segundos de haber llegado, además ya nos falta poco, pero aún así falta. Deja de hablar tanto y apúrate más bien... ¡vamos!."
- "Si." - dijo Steven mientras que los dos chicos comenzaron a bajar cautelosos, cuidando que Kamatari no los descubriese antes de meterse al cuarto de Josh y Ryan. Luego ambos siguieron trabajando toda la mañana.
Mientras tanto, en la habitación de Ryan y Josh.
- "Pero Ryan..." - Josh ya no tenía más argumentos, y le dolía en el alma ver aquellos ojitos a punto de ser anegados por las lagrimas.
- "Lo prometiste."- dijo una vez más Ryan mientras que abrazaba con más fuerza a Snow Angel.
Entonces la puerta fue tocada. Josh suspiró aliviado, de seguro que Kamatari podría ayudarlo de alguna manera. Abrió la puerta.
- "Ohayoo minna." - Kamatari llegó saludando como lo hacía cada mañana al llegar.
- "Hola."- Ryan saludó con la voz en un hilo y a punto de romper a llorar.
- "Buen día Kamatari." - Josh también parecía extenuado por algo más que el cansancio.
Kamatari los miró a ambos sin saber muy bien que decir, pero Ryan habló primero.
- "No me quiere llevar al baile."- se quejó débilmente y comenzando a llorar en realidad esta vez.
- "Ryan... "- volvió a decir Josh acercándose a él, pero Ryan hizo un gesto de distanciamiento en su propio sitio en la cama mientras abrazaba aún más a su osito. A Josh el corazón se le fue al suelo.
- "Lo prometiste." - volvió a argumentar Ryan entre sollozos. -"Tú me lo prometiste."
Josh suspiró y se sentó al borde de la cama. Era cierto, él lo había prometido; pero ahora la situación había cambiado, Ryan estaba demasiado agotado como para asistir a un evento como aquel. Ya no sabía ni como arreglar todo ese enredo, así que tan solo hundió la cabeza entre sus brazos.
- "Ryan-chan... ¿estás seguro de que puedes soportar ir al baile?. Bueno, exactamente de que 'ir al baile' hablas... ¿quieres ir a bailar?, por que no puedes hacerlo."
- "Ya sé que no puedo... snif... antes iba a bailar una pieza, pero ahora ya no puedo... pero quiero ir, solo para ver como quedó el lugar... snif... después de todo... yo ayudé en el diseño."- Ryan casi y suplicaba en ese momento.
Era cierto, Kamatari recordó como al día siguiente le preguntó a Ryan si quería ayudar con el diseño del mural y él accedió excitado y feliz. Fue entonces que Kate-san y Ryan-chan se conocieron; Kamatari estaba preocupado por lo que Kate podría decir o expresar... Ryan se deprimiría se alguien mostraba compasión por él; pero Kate no lo defraudó, y trató a Ryan como a un pequeño profesional... aunque no pudo evitar llorar ante la triste situación luego de salir de la habitación... el mismo Kamatari había puesto su hombro para su amiga, y luego le contó todo lo que el pequeño estaba pasando. Y entonces Ryan y Josh encontraron a una buena amiga en Kate... y Ryan sacó el mejor de sus bocetos y luego otro y otro hasta encontrar una combinación perfecta... sacar un poco de uno... otro poco de otro. Las aves de uno, el cielo de otro... un bosque... un poco de la belleza de los bosques y pantanos de Luisiana, que era el hogar de la familia de Ryan, y el lugar donde éste había pasado leyendo libros durante toda su niñez... dibujando aquello que observaba mientras lo dejaban en una cómoda silla en el patio de la casa o cuando iban de paseo familiar. Al final fue un mural perfecto, y Kate no pudo quedar más feliz de otra manera... ni Ryan tampoco; y ahora quería ir a ver el resultado de su trabajo, y no lo culpaba de querer hacerlo.
- "Bueno, estás consciente de que no puedes bailar ninguna pieza ahora... pero, ¿cuánto tiempo quieres quedarte entonces Ryan-chan?." - Kamatari le hablaba suave y pausado a Ryan, aunque su intención era que el que le atendiese fuese Josh más que Ryan.
- "Solo un ratito... solo quiero ir a ver como quedó... como la gente se divierte... snif."
Josh miró a su Ryan y luego a Kamatari. Como decir que no ante tales argumentos... además... allí estaba de nuevo su corazón de mantequilla.
- "Bien, bien... pero no te voy a cambiar a la loca... te tendré que comenzar a vestir desde que comience la tarde para que no te agites." - Josh aceptó con una sonrisa de derrota, y Ryan lo miró con una sonrisita de felicidad que bien le valió cualquier otra cosa.
- "Gracias." - Ryan extendió los brazos para que lo abrazara, y luego le dio un beso en los labios a Josh... solo un roce, pero estaba bien... eso era lo que más esperaba el chico cada día.
Entonces Josh se acostó al lado de Ryan y pasó un brazo posesivo alrededor de su cintura y se durmió... así era siempre. Y Kamatari y Ryan sonrieron con complicidad un ratito; bien, Kamatari empezó a sacar con cuidado los trajes que ambos iban a utilizar ese día al igual que los implementos, que estaban justo donde Ryan le indicaba... Kamatari estaba seguro de que ese día ayudaría a alguien más que a Matt a ponerse el traje.
**********
Kamatari cuidó a Ryan mientras conversaba con él y hacían juegos de palabras o mímicas; o mientras Kamatari le contaba historias tradicionales de algunos pueblos de Japón donde alguna vez había estado. Así llegó el mediodía, y luego pasaron las horas hasta que el reloj marcó las 2 de la tarde; era hora de despertar a Josh, darle un baño de esponja a Ryan y vestirlo.
Para cuando Kamatari salió de aquella, ahora tan bien conocida por él, habitación del primer piso; eran las tres y media de la tarde, hora de ir donde Matt-san y ayudarlo... porque ese, por los nervios, era capaz de romper el traje sin querer o volarle los botones, o algo por el estilo. Kamatari suspiró mientras subía por las escaleras y se dirigía hacia su antigua habitación; Matt-san en realidad estaba tan enamorado de Kate-san... ambos tenían mucha suerte.
Al llegar Kamatari tocó la puerta y esperó, pero nadie abrió. Volvió a tocar una segunda vez... pero nuevamente nadie abrió. ¿Sería acaso que Matt-san se había quedado dormido?... bueno, él aún tenía la copia de la llave, Matt-san no se la había pedido aún. Kamatari se decidió y entró; y grande fue su sorpresa al no encontrar a nadie adentro.
Pero justo en ese instante, Matt llegó todo sudado a la habitación... parecía haber corrido muy rápido desde algún lugar pues se lo veía también bastante agitado.
- "¡Matt-san!... ¡¿Qué te pasó?!."
- "Ka- Kamatari... ah, ah, ah... lo siento, tenía que... hacer algo más..."
- "Pero Kate-san me dijo que ya no había nada más que hacer que cosas pequeñas." - Kamatari estaba seguro de ello.
- "Si, pero... tu sabes... mujeres."- bueno, fue la mejor excusa que Matt pudo encontrar en aquel momento... solo esperaba que Kate no se enterase jamás, porque si no... Matt entonces se sentó para respirar hondo, que bueno que Steven le había dado almuerzo al mediodía... sino...- "Espera que me doy un baño, ¿de acuerdo?."
- "Si."- Kamatari se sentó en su antigua cama... tendría que esperar.
Bueno, luego de media hora, Kamatari empezó a ayudar una vez más a Matt a vestirse de etiqueta... aunque ya era hora que aprendiera a hacerlo solo, después de todo un buen abogado siempre viste formal. Bien, para las 6 de la tarde (y después dicen que son las mujeres las que se demoran), Kamatari estaba libre una vez más.
En un principio iba a ir directo a la habitación a meterse a la cama... de seguro que Steven iba a ir por su cuenta, Kamatari no se lo podría reprochar. Pero al último momento cambió de parecer y se fue a dar un paseo por el campus. Entonces vio aquello... la alegría... la expectativa... el deseo y el amor entre las parejas... la camaradería entre los diversos grupos de amigos.
Él quería ir también; poder bailar a su lado, abrazarlo, sentirlo... vestir el elegante traje de etiqueta que él le compró con tanto cariño e ilusión. De seguro que Steven estaba desilusionado en aquellos momentos, y eso hizo que el corazón de Kamatari doliese un poquito más. Mejor volver al cuarto y meterse a la cama de una vez; cuanto más rápido pasara el día, mejor.
Al entrar pudo ver que no había nadie, y al ver dentro del armario vio que el traje de Steven no estaba. Vaya, no se equivocó entonces... le hubiese gustado equivocarse esta vez.
Entonces se preguntó con quien había ido él; y sus manos recorrieron el traje azul oscuro; y en un impulso se lo llevó al baño junto con una camisa blanca, y un par de medias y unos interiores limpios; y después de un relajante baño se vistió... quería saberlo, quería ver como le quedaba... y se sorprendió al verse en el espejo de cuerpo entero que se encontraba en la alcoba. Bien, no se veía mal... nada mal. Se colocó el elegante par de zapatos negros y la gabardina del mismo color que Steven le había regalado diciendo que era el toque perfecto que le faltaba al conjunto... ahora Kamatari debía admitir que su lindo rubio no se había equivocado.
A lo lejos la música empezó a tocar, era una melodía suave, y aunque Kamatari a las justas y podía sentirla como un lejano murmullo, deseó tener con quien bailarla... aunque no sabía bailar ese tipo de música; y sin embargo su cuerpo empezó a moverse de un lado al otro de manera lenta y acompasada... sin tan solo Steven estuviese allí.
Entonces un ruido rompió el encanto del momento, y un minuto después Steven entraba a la habitación.
- "Kamy, cariño... ¿Estás aquí?... Respón..."- pero la pregunta murió al ver aquel hermoso y elegante ángel delante suyo. Steven estaba abrumado ante tal belleza perfecta.- "Te ves increíble amor." - Steven dijo con voz ronca, una vez más Kamatari no pudo el evitar sonrojarse.
- "Yo..."- Kamatari no sabía que decir... ¿qué diría?, ese era un grave problema para él.
- "Bien..."- en cambio Steven parecía muy seguro de que decir y hacer mientras caminaba hacia su koi y lo tomaba por una mano- "... que bueno que te encontré vestido porque sino íbamos a demorar demasiado... ¿Ya te dije que te ves precioso?, porque en realidad lo estás."
- "¿Baile?... ¿Precioso?... Steven, espera... yo... no creo poder ir..."
- "¿Por qué si ya estás listo?"- preguntó Steven mientras llevaba a Kamatari hacia fuera y cerraba la puerta.- "Bien, ¡será la mejor noche de nuestras vidas!..."- Steven en realidad parecía muuuuuy feliz.
- "¡Steven, espera!."- debía de inventar algo... claro que ya había hecho de todo ese día... ¿entonces que decía ahora.?
En ese momento un ruido fuerte vino de la azotea. Steven y Kamatari alzaron la vista de manera automática.
- "¿Qué habrá sido eso?... parecía como si algo grande se hubiese caído... un ruido seco." - Kamatari estaba preocupado, gracias a Kami-sama que sus bebés estaban a salvo... se había asegurado de que todos estuviese bien justo antes de ingresar a la habitación.
- "Hmmm... estamos aún en época de emigración de aves... recuerdo que el año pasado cayó un halcón más o menos por estas fechas... aunque no lo encontraron hasta primavera y..."- Steven dejó de hablar al ver a su pequeño ángel prácticamente volar a la azotea... había sido taaaaaannnn fácil; él era tan bueno y maravilloso... en fin. Debía de agradecer luego a Matt por la ayuda, incluyendo lo que acababa de pasar también. Steven fue justo detrás de Kamatari.
Por su parte, Kamatari se olvidó de todo, y trepó lo más aprisa que pudo por la ventana con Steven pisándole los talones, y al llegar a su destino, no pudo creer lo que sus ojos le mostraban... era... como un sueño.
Entonces pudo sentir un par de fuertes brazos rodear su cintura; pero aún así no podía quitar la mirada de aquello... allí, en medio de la azotea, había sido instalado una carpa; debajo de la cual habían cientos de flores de todos los colores, entre las cuales se encontraba una gran gama de rosas, claveles y girasoles, que además estaban iluminadas por decenas de velas de todos los tamaños y colores, que daban un aire realmente romántico al lugar.... era realmente hermoso. Pero más increíble en realidad era el hecho de que estaban puestas de tal manera que en medio se formaba un pequeño espacio donde se había habilitado una mesa para dos, con sus respectivas sillas... un par de copas... un botella de vino junto a otra de champagne.
El cálido aliento de Steven inundó el cuello de Kamatari, así como sus sentido; y pudo sentir los húmedos labios recorrerlo; Kamatari volteó... sus ojos llenos de lágrimas, y Steven lo miraba sonriente.
- "Sorpresa." - susurró el rubio aún con aquella sonrisa.
Kamatari estaba sin habla... ¡Y él que había llegado a pensar que...!; no tenía perdón por haber llegado a pensar cosas tan malas de su querido rubio.
Por su lado Steven continuó con lo suyo y lo guió a la mesa, donde el ambiente íntimo era maravilloso.
- "¿Me permites tu abrigo?." - Steven le quitó la gabardina a Kamatari y luego le ofreció asiento. Kamatari se sentó casi de manera mecánica... aún estaba sin habla.
Steven continuó con sus actividades mientras le servía una copa de champagne a Kamatari, aún de pie a su costado, y luego se sentaba en la silla al frente de su pareja después de haberse servido él mismo una copa también.
- "Por nosotros." - Steven levantó la copa para brindar, pero no obtuvo respuesta de parte de su amado.
Por su lado, Kamatari terminaba de asimilar todo aquello, y se daba cuenta del terrible error que había cometido al pensar todo aquello de Steven; y sin poder evitarlo ya... se echó a llorar.
Steven miró preocupado a su pareja, esta vez no eran solo un par de lagrimitas, y tampoco eran de felicidad o algo parecido... Kamatari estaba dolido... ¿sería que no le gustó la sorpresa?. Esta vez Steven se levantó como un rayo de su sitio y fue al lado de su pareja y lo abrazó, y beso, y susurró palabras de disculpa... porque lo más probable fuese eso... que al final también fuese su culpa.
- "Lo siento... perdón si te incomodé... no quería que sucediese así." - Steven abrazaba a su amor preocupado.
Kamatari escuchó las palabras tiernamente susurradas a su oído; y se sintió aún más miserable... ahora Steven pensaba que había hecho algo malo, cuando el que tenía toda la culpa era él mismo. Ahora fue Kamatari quien se disculpó.
- "Ie... gomennasai... soy yo quien tiene que disculparse..."- Kamatari seguía llorando, pero era hora de explicarse... por una vez por lo menos, Steven parecía bastante dispuesto a saber que pasaba- "Yo... yo creí que ibas a ir con otra persona... que te desaparecías porque... ya te habías aburrido de mi... porque te diste cuenta de que yo no quería ir al baile... perdón."
Ahora era Steven el que estaba con sus ojitos anegados de lágrimas; mientras que se sostenía en deformet de Kamatari y lloraba lagunas de una manera muy cómica...
- "Buuuuaaaaaa..... es la historia más triste que he escuchado.... buuuuaaaa."
- "¡Steven!, ¡¡Estoy hablando en serio!!."- Kamatari olvidó el llanto enojado; y para su sorpresa Steven sonrió mientras lo miraba por un ojo no tan lloroso ahora... obviamente había estado fingiendo.
- "Lo sé... pero es que no tenías porque llorar por eso; no importa lo que pienses de mi si al final todo está bien... y lo está ahora. Disfrutemos de nuestro momento... déjame bailar a tu lado... toma lo que te doy esta noche, ¿si?."
Kamatari estaba anonadado ante tantas atenciones... ese hombre era imposible en realidad... entonces lo recordó.
- "Steven... hay algo que tengo que decirte."
- "¿Si?"
- "Yo... no sé bailar como ustedes."
Steven lo miró divertido y sonrió.
- "Entonces creo que tendré que enseñarte... ¿Cierto?."- y extendiendo una mano simplemente preguntó- "¿Bailamos?"- y tomando la mano de Kamatari lo atrajo a su propio ser y rodeó su cintura con el otro brazo.
- "Te voy a pisar."- susurró Kamatari.- "No voy a poder llevarte el ritmo... no se escucha la música por aquí."
- "Entonces siéntela."- susurró a su vez Steven, quien ya estaba demasiado a gusto en esa posición como para cambiarla en ese momento.
*Siéntela*... Kamatari se repitió aquello una vez más, y en algún lugar de su mente, una melodía suave que fue llenando cada fibra de su ser; y mientras la canción Toki Ni Ai Wa inundaba el ambiente, comenzó a moverse lentamente al mismo ritmo que Steven, mientras el perfume de aquellas hermosas flores y la tenue luz de las velas embriagaba cada uno de sus sentidos. Fue una velada maravillosa cargada de ternura y deseo para la pareja; y aún cuando una hora después una fuerte lluvia amenazó con tirar la carpa abajo justo encima de la pareja, y la ropa comenzó a humedecérsele a ambos... las velas se apagaron por el viento y la temperatura bajó aún más; ninguno de los dos se movió, pues la noche era simplemente... perfecta.
**********
- "¡¡¡ACHOOOOO!!!!."
- "Salud." - Steven le pasó otro pañuelo más a Kamatari... el pobre si que había cogido un resfrío tres días atrás la noche del baile; y con lo fuerte que le daban los resfríos a su amor... v__vUU.
- "Lo siento... snif... de seguro que ya se me pasa... snif... ya me siento mejor... snif..."
- "Si..."- Steven asintió mientras le pasaba otra taza de chocolate caliente, ya iban dos esa mañana... se preguntó a si mismo si las cosas no hubiese sido tan desastrosas de no haber pedido su 'regalo de Navidad adelantado'... ¬__¬U
*****Inicio del Flash Back, dos días atrás en la mañana*****
Steven abrió los ojos y se encontró abrazado a su querido y embriagador caramelito de licor... como de costumbre... trató de recordar. Hmmm... si... anoche, en algún momento después de bajar de la azotea a las casi 4 de la mañana, y mientras ambos se abrazaban y disfrutaban de su mutua compañía; había caído dormidos sin poder evitarlo... y sin hacer nada interesante; sin embargo el solo hecho de despertarse con él entre los brazos era suficiente para sentirse increíblemente vivo cada mañana.
Steven esperó varios minutos... tal vez una hora o más... para que su querido Kamatari comenzara a despertarse; y apenas dio señales de esto terminó el trabajo del orden natural de las cosas, despertando a su amado con un dulce beso en los labios, el cual pronto se convirtió en una apasionada exploración de su pareja. Para cuando Steven y Kamatari cesaron el beso, ambos respiraban con suma dificultad, pero estaban de acuerdo en que aquella era una maravillosa manera de despertar.
- "Ohayoo Steven-koi"- Kamatari parecía demasiado complacido recargado en el pecho de Steven como para siquiera levantar la vista.
- "Hola cariño... ¿te has dado cuenta que estamos arrugando los trajes de etiqueta?..."- Steven sonrió con malicia al preguntar aquello, mientras que sus manos ya comenzaban a explorar el ya tan bien conocido cuerpo de su amado.
Kamatari sonrió disfrutando de las caricias; más éstas pronto cesaron... y luego de un beso en los labios, Steven se separó del lado de su amado al levantarse de la cama. Kamatari bufó un poco frustrado.... no, muy frustrado.
- "¡Steven!"- se quejó el muchacho mientras observaba a su pareja dirigirse al armario y sacar unos extraños paquetes envueltos con papel blanco y una cinta roja o verde cada uno. Kamatari parpadeó con genuina curiosidad- "¿Qué es eso?."- preguntó mientras que Steven sonreía de aquella manera que le ponía la piel de gallina del puro placer que desde ya sentía.
Steven tomó los paquetes y se acercó hasta él, tomo 6 de los 7 y los puso encima de la cama.
- "'Feliz Navidad' mi amor."- dijo el rubio mientras que volvía a besarlo. A Kamatari le salieron signos de interrogación sobre la cabeza a montones... ¡No entendía!... ¿Navidad?, y eso... ¿Cómo se come?.
- "Hmmm... Steven... ¿qué es Navidad?."- Kamatari no sabía que era aquello y que tenía que ver con paquetes envueltos en papel blanco con listones.
- "Pues... Navidad... es una fiesta muy especial para... hmmm... los católicos como yo... celebramos el nacimiento de nuestro Señor como hijo del hombre; y para demostrar nuestra alegría nos damos presentes unos a otros... con las personas que más significan para nosotros. ¡Eso es Navidad!... y como no hay nadie que signifique para mi más que tú... ¡Feliz Navidad!."- dijo una vez más Steven mientras que colocaba los obsequios sobre las piernas de Kamatari.
*¿Navidad?... ¡¿Obsequios?!... ¡¡¡¿CON LAS PERSONAS QUE MÁS UNO QUIERE?!!!.... AHHHHHHH!!!!!!.... ¡¡¡¡¡Él no le compró obsequios a Steven!!!!!... ¡Ni a Matt-san o a Kate-san...!!!... ¡¡¡Ni a Ryan-chan o a Josh-san!!!.... ¡¡¡QUE HORROR!!!.*
- "¿No vas a abrirlo?"- preguntó Steven sacándolo de sus cavilaciones junto con un beso.
- "Pero... es que... yo..."
- "Anda... ábrelo... hazme feliz bebito."
Kamatari suspiró y comenzó abriendo el primer paquete... ¡Kami-sama!... ¡Era un pantalón precioso!... de seguro que Steven lo había comprado el día que compraron los trajes. Observó a Steven quien aún lo miraba con una gran sonrisa y le señalaba los demás paquetes... ¡Una camisa blanca... y otra negra!... ¡Suficientes piezas de ropa interior para no preocuparse en por lo menos un año o más!... ¡Una chompa fina de color azul oscuro y un saco color marrón!... ¡Un par de zapatos de vestir!... ¡¡¡UN TRAJE FORMAL COLOR NEGRO!!!... Kamatari estaba anonadado una vez más... prácticamente y le había comprado la tienda completa.
- "Steven... yo..."
- "¿Qué no te gusta?."
- "¡¡No!!... quiero decir que si... pero... yo... Steven, yo no sabía... no te compré nada..."- ahora Kamatari se sentía miserable en verdad.
- "Hmmm... si... me imaginé... por eso no te preocupes..."- de pronto Steven tenía una extraña sonrisa en los labios, y cierto par de orejitas zorrunas aparecieron una vez más en escena al tiempo que Steven sacaba el septimo paquete y lo colocaba sobre las piernas de su amado- "Por eso... jojojojojo... yo mismo me compré un regalo de tu parte."
- "¡¡¿¿¿AHHH??!!"- Kamatari no entendía para que se compraba Steven un regalo a si mismo- "¿Te envolviste tu propio obsequio?... hmmm... es mi culpa... si yo hubiese sabido no habría pasado esto."
- "No te preocupes tanto y ábrelo."
- "¿Cómo?... ¡pero si es tu obsequio!."- Kamatari estaba ahora un poco desorientado.
- "Pero tú tienes que abrirlo."- argumentó Steven una vez más mientras se sentaba al costado de Kamatari... y Kamatari abrió el obsequio... y sus ojos se abrieron como platos... era una muy linda batita de seda color roja... ¡PARA UN NIÑO DE TRES AÑOS!. Por Kami-sama, si eso no lo cubría para nada... ¡absolutamente nada!.
Kamatari miró a Steven interrogante.
- "Quiero mi regalo."- dijo Steven en un tonito infantil y caprichoso que no le dejó ninguna duda a Kamatari... como que ya sabía cual era el 'regalo'.
- "Eres incorregible."- dijo Kamatari entre sonrisas al besar a Steven en los labios, tras lo cual se paró y se dirigió al baño... vaya 'regalo'- "Bueno, creo que dejaré entonces de arrugar el traje de etiqueta, ne?." - y cerró la puerta del baño detrás suyo.
Cuando Kamatari salió del baño, la verdad es que no estaba muy seguro; en verdad que le daba algo de pena... esa batita no tapaba nada de NADA... y además le daba frío. Kamatari salió temblando un poquito... a la vez... Bien, una parte del antiguo Kamatari había vuelto (para gran felicidad de Steven, créanme) y pues... por lo menos el lacito podía abrigarle un poco el cuello, ne?; después de todo... él era un regalo, debía ir como tal.
A Steven casi se le cae la quijada al ver salir 'su regalo'. Sabía que se iba a ver precioso... pero no tanto. Se veía más que eso aún... estaba tan... tan... 'sexy'. Steven suspiró en antesala a lo que iba a suceder... el ya se había deshecho del saco, los zapatos y la pajarita... así como había liberado varios botones de la camisa. Se acercó a Kamatari deseoso y lo alzó en vilo antes de que este pudiese decir nada, acallando cualquier comentario con un devorador beso. Steven depositó a Kamatari en la cama.
- "Te ves precioso amor... no puedo siquiera imaginarme a mi mismo con las manos fuera de ti por mucho tiempo."- dijo ronco Steven mientras comenzaba a acariciar bajo la diminuta bata a Kamatari, quien cerró los ojos para disfrutar del contacto... Kamatari comenzó a gemir.
- "S- Steven... Steven..."- Kamatari no podía soportarlo demasiado, el toque de Steven sobre su cuerpo era como una droga... necesitaba cada vez más... sentir sus labios ahora repartiendo besos sobre su pecho... la forma en la que lo torturaban sus dientes al cerrarse delicados sobre sus tetillas... hmmm, ese hombre era odioso, deliciosamente odioso.
- "Ah!, bebé... te deseo tanto..."- Steven no podía más que moverse al ritmo de las exigencias de su pareja, quien lo guiaba con los dedos de una mano enredados de manera desordenada entre los rubios cabellos.
Steven siguió acariciando cada rincón del cuerpo de su amante pero sin quitarle la diminuta bata... acarició pecho y espalda con manos ávidas, saboreó los labios y el cuello mientras separaba aquellas hermosas y largas piernas que se agitaban desesperadas debajo del peso de su cuerpo... Steven necesitaba deshacerse de su ropa también. Separándose un momento entre gemidos de frustración de su oriental, Steven desabrochó su pantalón y se deshizo de él al igual que de su camisa; y Kamatari se dio cuenta por primera vez que Steven no se había puesto ropa interior... eso de alguna manera lo excitó tanto. Cuando Steven volvió a su tarea pospuesta, Kamatari lo recibió con más deseo aún, enredando sus piernas alrededor de la cintura de su pareja, y atrayéndolo de manera urgente hasta su propio cuerpo... sentir el roce entre ambos sexos, eso era lo que Kamatari quería.
Por su parte Steven comenzó a acariciar con una mano el miembro de su pareja... necesitaba hacerlo, necesitaba sentir los gemidos de su muchacho... la manera en la que se arqueaba al tantear tan solo aquella deliciosa fisura en su trasero; Steven no podría resistir demasiado, y sin embargo se obligaba a si mismo a seguir hasta sentir que él llegaba hasta su máximo punto de placer, darle todo lo que su muchacho necesitaba... si, llevar a Kamatari hasta la cima, eso era lo que más lo excitaba.
- "Hmmm... bebé... déjame ir allá abajo... quiero probarte."- Steven urgió a su chico para que lo dejara actuar; y era que Kamatari no parecía querer dejar de besarlo mientras se movía de aquella manera... con ambos miembros tocándose y frotándose de esa manera; Steven se estaba volviendo loco por las ansias de probar aquello... de prepararlo.
Kamatari lo miró con la vista nublada... sabía a lo que él se refería, o si; ahora era muy difícil no saberlo... todo aquel tiempo juntos. Kamatari aflojó las piernas un poco, dejando que Steven se moviese con más libertad; pero no lo dejó ir a ningún lugar, siguió abrazándolo y repartiendo besos pequeños por todo el rostro del rubio.
- "Kamat..."- Steven no pudo hablar más cuando su boca fue invadida una vez más por aquella lengua que buscaba explorar ansiosa un territorio ya bastante explorado, pero aún fascinante.
De pronto Kamatari dejó de besar, y bajó la vista... las mejillas arreboladas... miró la unión que efectuaban ambos miembros al tocarse... ¿qué se sentiría...?... ¿qué se sentiría tenerlo como él lo hacía?... ¿podría darle el mismo placer que Kamatari experimentaba?... Kamatari tembló ante la perspectiva de tomar aquel miembro entre sus labios, y darle el mismo placer que él mismo había sentido tantas veces.
Con besos lentos a veces, y devastadores por momentos... Kamatari sorprendió a Steven al comenzar a bajar por su pecho de manera lenta; en un camino que fue directo hasta aquel ya endurecido miembro... y al sentir los tímidos y temblorosos labios cerrarse sobre aquél músculo, Steven no pudo evitar lanzar un grito de puro placer. Era cierto que no era la primera vez que alguien efectuaba aquel maravilloso ritual en su cuerpo... pero si era la primera vez que él lo hacía; y la sensación fue como llegar al cielo. Steven prácticamente tuvo que hacer acopio de todo lo que le quedaba de voluntad para no perder la cordura; y de manera lenta y suave tomó la nuca de Kamatari bajo sus dos manos y comenzó a llevarlo al ritmo de su propio deseo... lento al principio, más rápido a medida que su pasión aumentaba. Y mientras tanto, cuando estaba llegando al punto más alto, comenzó a recorrer con una mano la espalda de su amante, y siguió hasta encontrar una vez más aquel agujero delicioso que tanto le gustaba, y metió uno a uno tres dedos... y disfrutó al sentir a su amante infligirle más fuerza a sus arremetidas.
- "¡Si!... ah, más... ¡No!... no pares... así, más."- Steven suspiraba y gemía entre palabras entrecortadas, hasta que llegó a un punto en el que no pudo más, y de un tirón atrajo de nuevo a Kamatari hacia arriba; besando salvajemente sus labios... frotando su ahora apasionadamente adolorido cuerpo contra el de su compañero.
- "Vo- voltea."- ordenó Steven en un susurró mientras echaba boca abajo a su pareja sobre el colchón, y comenzaba a besar con pasión toda su espalda hasta llegar a aquel deseable par de nalgas... eran como un regalo del cielo. Steven empezó a morder y lamer con pasión hasta llegar hasta el tierno anito de Kamatari... sin importar cuantas veces hiciesen el amor, seguía siendo igual de dulce y estrecho... Steven empezó a lamer con ansias; porque era él quien tomaría ese día a Kamatari, y así sería siempre... el mismo Kamatari se lo había dicho cuando se lo preguntó... él era suyo, así como Steven le pertenecía... pero esa relación estaba hecha para que Kamatari fuera su 'uke'... oh, como adoró esa palabra después de conocer lo que significaba... claro que Kamatari era su uke. Steven comenzó a subir besando la temblorosa espalda aún cubierta por la roja tela.- "Tranquilo amor... todo va a estar bien."
- "Si..."- Kamatari no pudo más que susurrar aquello, las ganas lo estaban matando, movió intencionalmente su trasero contra su pareja... pudo escuchar a Steven gemir y eso lo excitó aún más; y al sentir como su amante comenzaba a penetrar lenta pero decididamente su cuerpo, no pudo evitar el gritar su nombre.
Pronto el ritmo fue establecido, y tanto Kamatari como Steven gemían juntos con cada movimiento... escuchándose pequeños gritos entremezclados con palabras incompletas. No pasó mucho antes de que ambos estallaran una vez más liberando de esa manera todo su placer; y luego... silencio, y dos respiraciones que luchaban por recuperar el ritmo.
- "Te amo."- Steven salió lentamente del interior de su amante y lo abrazó con ternura.- "Gracias cariño."
Kamatari sonrió escondido de la vista de Steven, aún de espaldas debajo de su cuerpo. Volteó.
- "Mmm... yo te lo debía... no sabía que el 20 de diciembre caía la 'Navidad'."
Un extraño rubor cubrió las mejillas de Steven, quien se volteó sobre su sitio y miró al techo sin decir nada. Kamatari enarcó una ceja.
- "¿Steven?."
- "A si... bueno... ¿sabes una cosa?, de chiquito siempre me gustó abrir mis regalos con adelanto..."
- "¡¡¿¿Ahh??!!."
- "Pues... en realidad..."- Steven comenzó a levantarse de la cama.- "Navidad comienza... la noche del 24..."
-¡¡¿¿Qué??!!
- "... y dura todo el 25..."
- "¡¡¡Tú!!!"- Kamatari comenzó a perseguir a Steven por toda la habitación mientras lo amenazaba con una almohada, y...
****Volviendo al presente***
A ver, primero bailaron bajo la lluvia toda una noche... luego Kamatari lo persiguió por toda la habitación solo con una batita... y sudado. Steven suspiró mientras, en deformet, sus orejitas de perrito abatido volvían a mostrase... si había sido su culpa que su amor se enfermara, y ahora...
- "Achoo..."- un estornudo más resonó por la habitación, y Steven pudo ver como Kamatari se ponía a susurrarle cositas a Hime, quien estaba a su costado.
Steven se acercó un poco más para escuchar mejor lo que su amor decía, y pudo escuchar algo con claridad.
- "... tengo ganas de una medialuna de mantequilla..."- había dicho Kamatari en voz bajita.
Y antes de que siquiera alguien pudiese decir 'Hime', Steven había salido volando mientras gritaba un "¡Voy un rato a la panadería... ya vuelvo!.", y se había ido.
Kamatari sonrió complacido un poco después... ¿quién dijo que solo Steven podía ser el único manipulador en esa relación.... jojojojojo.
Apenas y Steven se fue, Kamatari se paró para ir a buscar a Kate-san... si Steven quería un regalo de Navidad adelantado, él se lo iba a dar. Kamatari salió de la habitación, y de pronto alguien salió de entre las sombras.
- "¡Kate-san!."- murmuró Kamatari sorprendido.- "Creí que ya te habías ido, me costó más tiempo del que creí sacarlo del cuarto... gracias por quedarte."
- "No hay problema, aquí están todos los ingredientes, aunque fue difícil conseguirlas por estar fuera de época... por eso costaron tan caro, no te las pudo conseguir más baratas. ¿Necesitas ayuda con eso?."- preguntó la chica mientras le pasaba una canasta de mimbre y un papel.
- "Ie, esto debo hacerlo solo... después de todo, es mi regalo para él."
- "De acuerdo, suerte entonces."- y Kamatari vio a su amiga alejarse rumbo hacia las escaleras.
Kamatari entró una vez más a la habitación y fue directo a la pequeña cocina... bien, ahora solo tenía que seguir las detalladas instrucciones con cuidado y hacer su mejor esfuerzo. Sacó un montón de platos hondos, moldes y otras cosas más que había ido a comprar por recomendación de su amiga hacía ya varios días atrás.
- "Muy bien... veamos... como preparar una tarta de fresas... ¡Espero que me salga bien!."- Kamatari suspiró, bueno, ya se había embarcado en aquello, solo podía continuar. Y colocándose un mandil, el único que había en la pequeña cocina, Kamatari empezó a cocinar.... menos mal que entre ida y venida, Steven iba a demorar cuando mínimo unas tres horas, tenía tiempo.
**********
Habían pasado ya unas dos horas y media; y Kamatari seguí esperando que la tarta se enfriase un poco para ponerle el... intento... de crema chantillí que había preparado para la decoración, junto con algunas fresitas que habían sobrado... siguió esperando otros diez minutos y decidió que ya no iba a esperar más. Kate-san le había enseñado como hacer una 'manga de repostería', que era una bolsa de cuero muy delgado a la que se le cortaba el piquito de la forma que uno quería (recto, con salientes... depende de la forma del decorado). Kamatari metía la crema como pudo dentro de la manga y comenzó a decorar con afán la tarta... bueno, la crema de derretía un poco por lo caliente que aún estaba ésta, pero que se le iba a hacer. Kamatari hizo un corazón en medio de la tarta (que es un pye por si acaso) y luego un montón de monticulitos de crema alrededor... todo le había salido chueco, en fin. Comenzó entonces a poner las fresas del decorado final, cuando la puerta fue tocada... bueno, Steven se había llevado su llave, de eso estaba seguro... y no iba a tener las manos muy ocupadas por un par de medialunas, entonces... ¿quién sería?.
Todo lleno de crema pastelera encima del mandil y de la cara, y chupándose los dedos; Kamatari fue a abrir... tal vez era Josh-san que había venido a ver como seguía de su resfrío, ya había ido una vez anteriormente.
Kamatari abrió, y entonces toda su sangre se congeló dentro de sus venas... allí, delante suyo, dos sujetos vestidos de civil con trajes negros lo miraban de frente y muy serios de arriba a abajo. Ambos eran orientales, y Kamatari reconocía esa actitud... hombres del gobierno Meiji.
- "Kamatari-san."- saludó uno de los sujetos con aire autoritario al tiempo que entraba a la habitación seguido de su compañero.
Kamatari cerró la puerta detrás suyo y luego caminó lentamente al interior donde lo esperaban los otros dos parados y muy serios. El que lo había saludado en un principio le entregó un sobre. Kamatari lo tomó con algo de miedo y pesar, y lo abrió... lo que temía, eran los datos de un fugitivo que habían rastreado hasta allí.
- "Esperamos que realice este trabajo con la mayor de las eficiencias. Todo lo que necesita saber está allí, lo que falta se lo diremos ahora mismo. Por favor... alístese para partir de inmediato".- argumentó el hombre posando su vista en el mandil manchado de crema blanca y dulce rojo de fresas.- "Aquí tiene su arma."- el otro hombre entonces sacó algo largo y envuelto en un trapo marrón, Kamatari no tenía que esforzarse demasiado para saber que se trataba de una espada.
Kamatari tomó con miedo el envoltorio y lo dejó sobre la mesita de la sala.
- "Ahora salgo."- dijo casi en un susurró, y se volvió a meter a la cocina, donde terminó de poner las últimas fresas a la tarta... y antes de poner la última de todas, la besó y suspiró... era la que estaba en medio del corazón. Luego tomó un papel... necesitaba dejar una nota.- "A ver.... 'Querido Steven...', no, no suena como si fuera yo... 'Mi amor'... mejor... 'Tengo que ir a hacer algo importante... ya vuelvo'."- Kamatari volvió a suspirar... si, tenía que volver... ¡TENIA QUE!, otro suspiro... no podía dejar a su querido rubio solo después de todo lo que habían pasado, continuó pensando en voz alta.- "Te quiero con todo el corazón... Kamy'."- y al costado escribió en caracteres japoneses 'Ai shiteru'.- "Hime... cuida esta nota por mi y espera a tu papito, ¿de acuerdo?."- y dejó a la paloma con un platito lleno de migitas de pan y otro con agua; por último se lavo la cara y las manos y se sacó el mandil... de todas maneras el ya había estado vestido, solo le faltaba la gabardina y ya estaría listo. Salió- "Ya."- murmuró mientras abría la puerta y salía con los otros dos hombres detrás. Kamatari volvió a suspirar, algo no le daba un buen presentimiento... además, se sentía algo mareado y con dolor de cabeza. Algo malo iba a suceder, lo sabía.
**********
Josh abrazaba amoroso a Ryan mientras que éste veía embelesado como la nieve lo había cubierto todo alrededor. Ambos estaban sentados sobre uno de los muros favoritos de Ryan, el cual estaba cercano al camino a la puerta de salida.
- "¡Mira Josh!, esa ardillita se esta bajando del árbol, ¿no es linda?."- Ryan observaba feliz; era el primer día que volvía a salir fuera desde que comenzó el tratamiento. El señor sensei Kasaki había dicho que si había podido asistir un rato al baile por la noche y no le había pasado nada es que estaba respondiendo muy bien al tratamiento. Ryan sonrió una vez más.
Por su parte Josh estaba más que complacido y feliz; era la primera vez que compartía con su querido amor uno de aquellos momentos en los que tantas veces lo había tenido que dejar solo. Y ahora no planeaba separarse de su lado por ningún motivo.
Entonces algo raro pasó, ambos vieron a Kamatari dirigirse a la salida junto a dos sujetos que ellos nunca habían visto en sus vidas, pero que a simple vista se notaba que eran orientales como él. Los tres se acercaron por donde la otra pareja estaba. Entonces Kamatari paró y se dirigió con la mirada gacha a los otros dos.
- "Disculpen, pero... la verdad que no estoy muy bien... podría afectar mi destreza el estado en el que estoy..."- bueno, no se necesitaba ser doctor para notar que Kamatari se encontraba resfriado, sin embargo...
- "Kamatari-san, es su responsabilidad el mantener el honor del gobierno Meiji en éste país... y si debe de morir por su país, pues que así sea. Ese sujeto ha matado ya a 6 de nuestros mejores efectivos en este país; es a usted a quien necesitamos para la misión."- el otro hombre habló por primera vez mostrándose implacable en su negativa.
- "Si señor."- Kamatari se inclinó, y los otros dos se alejaron mientras que uno de ellos le dice que si sobrevive, vaya a dar un informe detallado de lo que sucedió a la embajada, que lo estarían esperando.
Kamatari tardó en volver a incorporarse; y cuando lo hizo, podían verse sendas lágrimas correr por su mejillas.
- "Por favor Kami-sama... déjame volver vivo a su lado."- susurró Kamatari en una plegaria mientras sacaba la espada de su envoltorio y la metía aún en su funda, dentro de su gabardina... sería más fácil desenvainarla de esa manera; y luego comenzó a caminar hasta desaparecer de la vista de la pareja, mientras repetía una y otra vez una dirección que, ahora, Josh sabía que quedaba en el barrio japonés.
Ni Josh ni Ryan podían creer lo que habían presenciado; pero Josh tuvo que salir de su aturdimiento de manera pronto, pues Ryan comenzaba a respirar rápido y con dificultad. Así que prontamente, se lo llevó al edificio para acostarlo un rato y tratar de calmarlo.
**********
Steven llegó a la habitación con una gran bolsa de medialunas de mantequilla... prácticamente había comprado todas las que quedaban en la panadería.
- "Ya volví... ¿Kamy?."- Steven se extrañó al no encontrar a nadie en la habitación, más el suave ulular de Hime atrajo su atención a la cocina; y la divisó cerca de algo que había sido tapado por una olla, y una nota. Steven destapó la olla, y sus ojitos se llenaron de lágrimas al ver lo que tenía delante... ¡¡¡ERA HERMOSA!!!... ¡Era la tarta de fresas más maravillosa que había visto en su vida!... pues él estaba seguro, había sido hecho por su Kamy... y tenía un corazoncito (suspirito)... su Kamy se había acordado de cual era su postre favorito, Steven estaba en las nubes (nota de la autora: como si fuera fácil olvidarlo después de todo lo que Steven ha alabado a las fresas =¬.¬=U).
Steven probó la tarta y entonces lloró en verdad de felicidad... estaba demasiado dulce, la masa se había cocinado de más y las fresas aún estaban algo crudas... ¡ERA DELICIOSA!. Se chupó un dedo y entonces tomó la nota y la leyó... ¿había tenido que salir?... ¿a dónde?. Que raro... tal vez estaba donde Matt... iría a ver por si acaso... y dejaría bien tapada su tarta también. Tomó a Hime y la llevó consigo.
Mientras, en el primer piso; Ryan recuperaba el aliento de a pocos, más de pronto sujetó a Josh con todas las fuerzas que reunío.
- "Avísale al señor Steven, ve rápido Josh... ¡Ve!."
Josh miró a su pequeño y asintió... volvería lo más pronto que pudiese, así que salió presuroso de la habitación y se dirigió al tercer piso lo más rápido que sus pies pudieron llevarlo.
- "¿En serio no ha venido por aquí, Matt?... que raro, donde se habrá ido mi caramelito con ese resfrío."- ahora Steven estaba preocupándose.
Mientras tanto, Josh tocaba insistente la puerta del tercer piso, pero nadie abría. Entonces recordó que Matt, el novio de Kate, la amiga de Kamatari, vivía en el segundo piso... tal vez si le avisaba a él. Josh bajó corriendo las escaleras.
- "No, en serio... no ha venido por aquí Steven."- ahora Kate, quien se encontraba junto a Matt, también estaba preocupada.
De pronto la puerta fue tocada con violencia, y Matt abrió extrañado solo para encontrarse con un agitado Josh, quien no perdió tiempo para narrar lo que sucedía de manera concisa y rápida, incluyendo la espada y lo que dijeron esos tipos de varios muertos (por suerte y hablaron en inglés); y de paso decir a donde se había dirigido Kamatari, o por lo menos a donde le había escuchado decir que se dirigía...
- "Es un barrio bajo dentro del barrio japonés... debe ser algo muy malo."
Steven palideció y apretó más a Hime contra su propio cuerpo; y entonces, sin decir palabra alguna, salió corriendo con Matt y Kate detrás; dejando a Josh sin palabras que decir... lo único que le quedaba era cerrar la puerta y volver junto a su Ryan, ya nada más podía hacer.
Mientras, Steven, Matt y Kate abordaban el primer carruaje que encontraron y le pidieron al chofer que manejara lo más rápido que pudiese... era cuestión de vida o muerte.
Notas de la autora: Chibineko respira con dificultad luego de batallar durante tantos días con la computadora para terminar este laaaaaaarrrrrgoooooo capítulo... ahh, ahh... aire, aire... ahh, ahh... ya, listo... ahora si... ejem, ejeeeemmm. Listo.
Jejejejeje.... que creían... que les iba a hacer la vida fácil a esos dos ahora... o al resto... ¡pues nooooo!... jojojojojo... ejem, suficiente lado diabólico por hoy.
Pues bueno, así están las cosas; justo cuando Kamatari está 'aprendiendo' como va ese asunto de vivir en pareja con otra persona (lo cual resultó más difícil de lo que se esperaba... por ambas partes) viene el querido gobierno japonés a recordarle que no está en realidad allí para ser un buen abogado, sino para cumplir con su deber de patriota y encargarse de los asuntos que puedan comprometer la integridad del país. Así que nuestro muchacho partió a su primera misión activa por así decirlo, y demostrar el por que de la fama del antiguo asesino de la hoz gigante. Y exactamente eso será lo que viene en el próximo capítulo, y es que no pensaba hacer un fic de una serie como Rurouni Kenshin sin un poco de acción incluida, así que esperen el próximo capítulo que estará lleno de acción... y tal vez de algo más.
Por cierto, la canción utilizada como fondo para nuestro romántico baile pertenece a la película "La adolescencia de Utena", y se titula Toki Ni Ai Wa (A veces el amor), cantada por Masami Okui
This rose is our destiny hiki sakare
futari no te wa hanarete ita
Nemuru toki mo anata e no yume idakinagara
Todoke! sekai no hate made
Toki ni ai wa tsuyoku hito no kokoro wo kizutsuke mo suru keredo
Yume wo atae yuuki no naka ni itsu mo hikari kagayaki hanatsu
Hitotsu no chikara ni...
This rose is our destiny michibikare
futari wa ima mou ichido deau
Donna toki mo ano yakusoku
Wasurenaide yatto koko made kita yo
Toki ni ai kedakaku hito no kokoro wo tsuranuku you ni motome
mamoru mono ni mamorareru mono itsu mo hikari kagayaki hanatsu
Hitotsu no chikara ni
Toki ni ai wa tsuyoku hito no kokoro wo kizutsuke mo suru keredo
yume wo atae yuuki no naka ni itsu mo hikari kagayaite
ai wa tsuyoku hito no kokoro wo ugokashite iku
dakara futari de iru kitto sekai wo kaeru tame ni
soshite subete wa hitotsu no chikara ni naru
Es en realidad una canción muy hermosa, ideal para los momentos más sentimentales que uno pueda tener; en realidad fue lo único que me gustó de toda la película, por que el resto... =-.-=¿?.
Bueno, ahora si me despido de todos por ahora, no sin antes pedir como siempre que cualquier sugerencia, comentario o crítica constructiva me escriban a [email protected]; o ahora también a [email protected]. Y gracias a todos aquellos que me han mandado sus mails, no me cansaré nunca de decirlo, porque son la mejor parte de esta afición que tengo por escribir.
Y por último, una notita especial para todos aquellos que además de leer este fic, también han leído otro fic mío de Rurouni Kenshin llamado "Celoso... ¿Yo?"... si, ese donde le hago la vida imposible al pobre Aoshi cuando se da cuenta de que quiere a Misao... aja, ese mismo que terminé hace casi un año; pues bien, solo quería decirles que este (aunque lo más probable es que ya lo hayan notado) es un capítulo de referencia para la mayoría de los cabos sueltos que dejé en la participación de nuestra parejita protagonista de los capítulos 7 al 10... obviamente ya había habido algunas referencias anteriores y todavía falta esclarecer un par de puntitos, pero este capítulo esclarece las más importantes.
Ahora sip, un gran bechito felino para todos y cuídense, nos leemos muy pronto.
chibineko =^.~=
Y ahora.... ¡El loco mundo de la autora! =@.@=... miau...
Estoy cansada y por fin termino de escribir. Ha sido un trabajo duro, pero por fin lo logré... solo que ahora tengo mucho correo acumulado porque no pude contestar mucho para poder avanzar... hora de revisar correo. Veamos si alguien me ha escrito a mi nuevo correo... al fin logro entrar... ¡Si, tengo un montón de correo!... veamos, veamos.
Oh! =O.o=V, pero que veo... si es correo de... de... de... ¡La manada!.
"Querida chibi-chan... espero que no hayas recargado demasiado la memoria de la computadora, y a ver para cuando despegas tus patitas de ella que yo también tengo que trabajar."
Atentamente: cyberneko
Oh, oh!... creo que si me quedé demasiado tiempo aquí sentada... me disculparé con cyber-chan por ello... ni modo, smiuf... ya me botaron... A ver que más dice, hay otro correo.
"¡¡¡CHIBIIIII!!!... ¡Qué no ves que estoy preocupado!... ¡No me has respondido si vas a estar en la siguiente misión!... ni siquiera me has dicho cual va a ser =¬.¬= ... ejemmm... ¡ASI QUE RESPONDE DE UNA VEZ!... ¿qué no ves que me desespero si no se estás haciendo?... bueno, ya ves hermanita."
Contesta!, pyro-kun.
Estooooo.... como que me olvidé de Pyro-kun por estar escribiendo este capítulo... bueno, tendré que ir a verlo cuanto antes... yo también lo extraño. A ver que más hay...
"Hooooolaaaaa querida chibi-chaaaannnn. Espero que te estés divirtiendo muuuuuchooo haciendo tu querido capítulo 10 y que me cuentes luego con todo detalle cuanto te divertiste imaginándolo.
Bueno; yo solo te escribo para hacerte una pregunta sumamente importante... ¿quieres galletitas de queso o de pizza para cuando llegues?... es que estoy haciendo experimentos con galletitas saladas y es muy importante para mi saberlo."
Un bechito desde el fondo de mi corazoncito; kawaii-chan.
Vaya... algunas cosas nunca cambian; estuve aquí encerrada un mes y ella me pide que le diga que galletitas quiero... aunque mejor le contesto rápido porque quiero mitad y mitad... ejem, bueno... es que me dio hambre... Bueno, siguiente...
"Querida y no tan elegante hermana nuestra... ¡¿Por qué dejaste a Pyro-kun a cargo de la manada si nosotros somos los más capaces para manejarla?!... eres el colmo... bueno; ya arreglaremos cuentas para cuando llegues."
Tus hermanos hime-chan y ouji-kun
Ay, esos dos; creo que mi chibigastritis ya me comienza a arder otra vez... a ver la lechita de magnesia... en fin... aún queda, veamos que más hay...
"Ejeeeemm.... Querida chibi-chan... ¡QUIERO MAS ACCIOOOOOOONNNN!!!!!... ¡¿Cómo se supone que este es un fic de Rurouni Kenshin si no le pones nada de acioooooonnnnn?!... ¡¡PROTESTO!!... y de paso yo también quiero saber cual es la siguiente chibimisión... la vida aquí sin ti es muy aburrida."
Tu hermano que te quiere mucho, el mejor guerrero gatuno de todos los tiempos, seiyaneko.
Estoooo... bueno... espero que sea feliz cuando lea el próximo capítulo... (suspiro)... que vida de gatos... Bueno, aún hay tres más... veamos...
"Hoooolaaaa chibi-neeeeeeee.... soy yo, minimiau... y te escribo desde el correo de kawaii-nee porque yo estoy muy chiquito para tener correo propio... pero como no sales de allí solo así te puedo preguntar algo que me dijo hime-nee y no sé que es; ella dice que tu si... ¿qué es el yaoi?"
AAAAHHH!!!!!.... ¡¿Ahora que digo?!... ah, ah, ah... tranquila chibi... más lechita de magnesia... ¡Voy a matar a esa gata cuando llegue!... a ver que más... aunque ya me da miedo preguntar...
"Querida chibi-chan.... si te preguntas de quien es este mail de alguien de quien nunca has oído hablar en tu felina existencia... pues soy yo, tu hermano fantasma nekoki... pero como no puedo escribirte un mail yo mismo, he tenido que tomar posesión de esta persona... las cosas que me haces hacer. En fin, solo te escribo para pedirte una sola cosa... ¡Smiuf... sal de allí!, la muerte es muy aburrida si no puedo conversar contigo y contarte a cuantos perros asusté... por favor... sal ya."
Ay, no!... ahora encima me siento culpable... creo que saldré pronto de aquí... aunque quisiera seguir escribiendo, pero la manada me necesita... Bueno, queda uno más... veamos
"Hola querida chibi-imouto (hermana menor)... soy yo por si no lo puedes creer aún (después de todo, aunque tienes varios hermanos mayores aparte de mi soy el único que te llama así, ¿cierto?... si; soy wizardneko... y he decidido volver a la manada 7 otra vez. Hace poco vi a papá y mamá viajando aún por el mundo... tuvieron dos manadas más y las dejaron por allí como siempre. Tu sabes como son ellos. Bueno; te contaré el resto de todo y responderé todas tus preguntas en cuanto salgas de allí... por que cuando leas esta mail, estaré llegando con toda seguridad... eso es todo, no te mando el abrazo porque te lo voy a dar en persona. Tu onii-san que te quiere mucho."
wizard-kun ha vuelto!!!!!!!... debo salir cuanto antes.
Y tras esos pensamientos alcé la mantita y por fin salí de mi canastita; y para gran sorpresa mía, había una fiesta de bienvenida tanto para mi como para mi nii-san... después de todo... me encanta ser yo misma... aunque de todas maneras pronto me voy a tener que encerrar para seguir trabajando... que se le va a hacer.