Capítulo 11: Lágrimas


Kamatari llegó por fin al barrio japonés. No se sentía muy bien del todo, pero confiaba en hacer un trabajo rápido y luego volver a casa junto a Steven; eso era lo que más deseaba en aquellos momentos.

Avanzó con cautela por las desierta calle. Al parecer cuando el reporte refirió ese lugar como peligroso y casi no transitado no estaba exagerando en lo absoluto; los pocos rostros que llegaba a observar asomarse desde las ventanas desaparecían casi con la misma rapidez con la que aparecían.

De pronto Kamatari pudo sentir aquella hostil presencia cercana a él... venía desde algún lugar a su derecha... casi desde atrás... si, estaba seguro ahora. Lentamente metió la mano dentro de su abrigo hasta sentir la dura empuñadura de la espada en la palma de su mano. Se preparó mentalmente para el momento que estaba por llegar respirando lo más profundo que podía, pero aquella condenada gripe no le dejaba hacer mucho en realidad... la cabeza aún le dolía un poco, y lo peor era que dicho dolor iba en aumento mareándolo en el camino.

Por fin Kamatari decidió actuar, parándose derecho aún sabiendo que el enemigo se encontraba a sus espaldas y con la voz lo más clara que pudo dijo sin titubear:

- "Akiyoshi Takeru, vengo por ti."- bueno, un cliché algo trillado pero aún así siempre resultaba.

Una risa se escuchó entonces, sarcástica y burlona en extremo.

- "Así que tu eres el nuevo ingenuo a quien mandaron a su muerte esta vez los perros Meijis... bueno, en ese caso no tengo porque hacerles esperar por el favor... ¿cierto?."- y a la vez una figura salió de entre la oscuridad de un callejón.

Kamatari por fin di vuelta quedando de esa manera frente a frente con su rival. Ambos se miraron a los ojos evaluando al adversario, y aunque parecieron ser horas, esto duró unos pocos segundos. Pronto ambos estaban con la espada en mano y listos para atacar.

Las espadas chocaron y el centelleo de la fricción brillo fuertemente en aquella tarde que amenazaba con tornarse cada vez más oscura.

- "Eres bueno pequeño idiota... la mayoría no dura más de unos pocos segundos antes de terminar bajo el filo de mi espada."- comentó Akiyoshi Takeru con una sonrisa más que cínica en sus labios.

Kamatari no respondió, solo se limitó a mirarlo y muy pronto atacó una vez más. Lo único que quería era terminar de una vez por todas con aquel hombre y regresar a casa... su casa. Con Steven.

La lucha continuó, y Kamatari agradeció internamente el haber tenido aquellas prácticas de manejo de la espada con Steven, puesto que la verdad era que él no estaba tan acostumbrado a usarla. Sin tan solo tuviese su hoz consigo en aquel momento no estaría demorando tanto. Hubieses acabado con aquel individuo casi al comenzar.

Un nuevo choque de espadas se dio, y ambos contrincantes cruzaron miradas cargadas de odio. El peso de los cuerpos apoyados en el ataque. Una vez más ambos se separaron solo para volver a chocar espadas una vez más.

Tras cada arremetida, ambos contrincantes empleaban cada vez más fuerza tratando de subyugar a su adversario. Y mientras tanto, Kamatari agradecía el haber tenido que darle aquellas pautas y clases de espada a Steven, al igual que el haber aprendido un poco sobre el estilo Kaneda, pues estando más adecuado a actuar con un arma mucho más pesada como lo era su hoz, se le hacía un poco difícil luchar con aquella espada.

**********

- "Gracias... entonces nos bajamos aquí."- dijo Matt casi al mismo tiempo en el que la carroza paraba y Steven saltaba hacia el piso cubierto de nieve.

- "Tendremos que ir a pie y rápido... ¿Seguro que nos puedes seguir el paso Kate?."- preguntó Steven con preocupación, puesto que el conductor no había querido ir más allá del punto donde los habían dejado.

- "Deja de hablar y vamos de una vez."- exclamó Kate por contestación al tiempo que se alzaba un poco el vestido para evitar que le estorbase demasiado y comenzaba a correr en dirección a la calle donde Josh había dicho que escuchó nombrar a Kamatari.

Steven y Matt la siguieron y pronto la alcanzaron, yendo a un paso cada vez más rápido.

El trío siguió corriendo rápidamente hacia el lugar señalado mientras preguntaban a las pocas personas que encontraban por el camino como llegar, personas que con mucha insistencia terminaban diciéndoles lo que querían.

Pasaron como 10 minutos mientras buscaban hasta que de pronto se escuchó un ligero alboroto a lo lejos, y el trío se encaminó en dirección hacia los ruidos; los cuales cada vez se iban haciendo más fuertes y claros, distinguiéndose como los de dos metales chocando. El trío apuró aún más la marcha.

Por fin legaron a pesar de la fuerte nevada que estaba cayendo en aquel momento y que les había retrasado tanto el paso. Más lo que vieron al llegar los dejó aún más congelados de lo que ya se encontraban.

Justo a unos 30 metros de distancia, se encontraban Kamatari y un sujeto al que nunca en su vida habían visto; y ambos estaban entablando una lucha con espadas que se notaba no tenía intensiones de terminar de manera amistosa. Los tres se encontraban mudos ante la escena, pues nunca habían presenciado algo parecido, esa era una verdadera lucha de vida o muerte... y era justamente muerte lo que podía percibirse en el frío aire de aquella tarde. Y mientras Steven abrazaba cada vez más fuerte a Hime dentro de su saco a la vez que sentía la impotencia de no saber que hacer en aquellos momentos; tanto Matt como Kate suplicaban internamente que alguien por favor los despertase de aquella horrible pesadilla que de alguna manera estaban viviendo; aquello no podía se real... simplemente no podía estar ocurriendo.

Por su parte, ni Kamatari ni Akiyoshi se dieron cuenta de que estaban siendo observados. En realidad ambos tenían que esforzarse mucho para ver los movimientos del oponente debido a que la ventisca lo hacía todo cada vez más confuso para los dos guerreros.

Por fin con un buen movimiento Kamatari logró obtener algo de ventaja al herir levemente a su contrincante en un costado. Más en ese instante Akiyoshi aprovechó un tablón con el que chocó al estrellarse contra la pared que tenía detrás y se lo lanzó a Kamatari quien perdió momentáneamente el equilibrio. Akiyoshi volvió a arremeter contra Kamatari una vez más.

Al ver a su pareja a punto de sucumbir ante el enemigo, un desesperado Steven estuvo a punto de intervenir; pero apenas y separó un poco las manos de su abrigo, una traviesa Hime levantó vuelo, siendo arrastrada por la fuerte ventisca en el aire. Más la terquedad del animalito por llegar hasta su amo fueron suficientes para que la pequeña ave agitara aún más fuerte sus alas tratando de llegar hasta el hombro que tan bien conocía... después de todo, aquello era lo normal para el animalito apenas y localizaba a su amo... volar hasta él.

Kamatari pudo con las justas mantener el equilibrio tras el golpe y lograr evadir la espada que amenazaba con partirlo en dos; pero en ese momento sintió algo que casi hace que pierda la poca confianza que aún guardaba en si mismo... tenía ganas de estornudar. Y si se ponía a analizarse a si mismo un poco más, la verdad era que desde hacía rato estaba con escalofríos y hasta podría jurar que le había empezado una de esas fiebres que luego lo dejaban en cama una semana. Debía de terminar con aquel trabajo rápido para poder volver una vez más a casa... a los brazos de su pareja... al lugar que ahora sabía que podía llamar hogar.

Entonces pudo ver a su oponente llegar al punto máximo de la furia, y en los ojos que ocasionalmente llegaba a ver tras cada ráfaga de nieve una mirada cargada de muerte se dejaba entrever. Akiyoshi entonces atacó con todas sus fuerzas, y Kamatari se veía listo para defenderse, más en ese momento uno de aquellos fuertes mareos que lo atacaban cuando se encontraba resfriado hizo su aparición, haciendo que Kamatari bajara absolutamente todas sus defensas por un segundo... tiempo suficiente para que Akiyoshi lo eliminase.

Akiyoshi pudo darse cuenta de aquello y atacó salvajemente, su oponente ya no tenía salvación. Un extraño grito se escuchó a la lejanía, como la voz de un hombre desesperado que está a punto de perder lo que más quiere en la vida... pero eso no importaba. Akiyoshi atacó.

Entonces todo sucedió demasiado rápido.

Algo blanco se cruzó en ese momento entre la espada de Akiyoshi y el hombro de su víctima... algo que cayó luego de manera instantánea a la nieve cubriéndola de un hermoso rojo carmesí. Akiyoshi se sintió extrañado por tan solo un segundo al ver que su enemigo no se encontraba destajado como él lo suponía, sino que de pronto lo miraba de nuevo a los ojos y se dispone a atacar.

Kamatari aprovecha el descuido de su enemigo. No entiende como aún se encuentra vivo pero no hace más preguntas. Aprovecha y le da a Akiyoshi el golpe de gracia, lo atravesó de tal manera con la espada que el otro no pudo más que desplomarse en la nieve y pronto fue cubierto por la misma. Kamatari entonces por fin respiró tranquilo por un segundo, todo había terminado.

Más un fuerte dolor en el hombro lo hizo caer de rodillas en la misma nieve y poco después él también cayó. Después de todo, también había llegado a ser herido, y mientras Kamatari caía en una especie de negro pozo sin fin, su sangre cubría de rojo la nieve que había amortiguado su caída.

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La nevada se había hecho cada vez más fuerte, y amenazaba con sepultarlo todo y a todos. Steven pudo ver a su amante arremeter contra aquel con quien luchaba justo en el último instante, y poco después el otro cayó al suelo de manera pesada. Kamatari parecía muy cansado, ahora se sostenía tan solo sobre la espada que tenía clavada en la nieve mientras él se encontraba arrodillado sobre el mismo; se lo nota respirar pesadamente durante un rato y tratar de incorporarse poco después, pero entonces se toca el hombro y cae también al suelo de manera igualmente pesada.

Todos se quedan inmóviles durante un momento, como si nadie creyese lo que estaba pasando en aquellos momentos; más entonces un leve quejido de Kate devuelve a los otros dos chicos a la realidad. A Matt para sostener a Kate a tiempo antes de que ésta cayese de rodillas al suelo ante tan escena de horror, a Steven para que corriese a auxiliar a su pareja, mientras sentía en el corazón que si algo hubiese llegado a suceder... no sabría como soportarlo.

Steven llegó pronto hasta donde momentos antes aquellos dos hombres se enfrentaban en una lucha encarnizada, y sin embargo se encontraban ahora tendidos en el frío suelo. Cuando Steven llegó al lado de Kamatari, tuvo que esforzarse visiblemente por no gritar o desesperarse al ver el charco que teñía de rojo la nieve sobre la que se encontraba Kamatari. Casi con miedo Steven revisó el pulso de su pareja, y su alivio fue grande al notar que aún existía, pero fue un alivio pasajero, pues Kamatari presentaba un pulso bastante irregular, y además estaba comenzando a ponerse azul. Estaba inconsciente.

Steven se quitó el abrigo y lo colocó alrededor de su pareja a quien había alzado ligeramente, pero no siguió debido a que éste comenzó a quejarse de dolor.

- "¿Cómo está...?"- pregunta una voz femenina, y al alzar la mirada, Steven se encuentra con las miradas preocupadas de la pareja.

- "Se me va..."- fue todo lo que pudo decir un aún azorado Steven, quien sentía que todo era solo una horrible pesadilla.- "Se me va..."- volvió a repetir mientras que gruesas lágrimas comenzaron a correr por su rostro al tiempo que abrazaba casi de manera inconsciente a Kamatari y lo acercaba a su pecho, el cual se tenía de rojo a través de la herida abierta del hombro de Kamatari, el cual presentaba una en realidad fuerte hemorragia.

Un golpe se oyó y Kate mira asombrada a Steven aún con la mejilla roja y el rostro volteado, y a Matt con el puño aún apretado y gruesas lágrimas corriendo por sus mejillas. Nunca antes había visto a Matt llorar, y mucho menos imaginó que Matt llegase a golpear a Steven de esa manera.

- "¡¡¡ERES ESTÚPIDO O QUÉ!!!"- Matt lo miraba furibundo en verdad- "¡Pues no sé tú, pero yo no voy a dejar que mi amigo se muera delante de mis narices!."

Bien, al parecer por lo menos eso despertó a Steven un poco de su aturdimiento, y respirando lo más calmadamente que pudo asintió y trató de levantar a Kamatari en brazos, pero este comenzó a convulsionarse de manera alarmante ante los ojos horrorizados de sus amigos. Pasaron minutos antes de que pudiesen calmarlo un poco, cuando a Steven se le ocurrió una idea.

- "El doctor Kasaki... él vive por aquí..."- entonces miró a la pareja de manera suplicante- "Por favor..."

Matt asintió al igual que Kate, y después de unas rápidas indicaciones por parte de Steven, Matt fue rápidamente ha buscar al doctor Kasaki.

- "No te preocupes Steven... todo saldrá bien."- Kate dio ánimos a Steven, y entonces notó el montoncito de plumas y nieve enrojecido que se encontraba a un costado.

Kate no pudo evitar llorar amargamente ante la muerte de aquel inocente ser que tantos momentos felices le había hecho pasar... aún recordaba aquella conversación que luego supo que había sido una farsa planeada por su querido Kamatari... tantas cosas. Kate tomó su pañuelo y envolvió en este a la frágil criatura que ahora se encontraba sin vida, y la abrazó contra su pecho... si no fuera por ella, Kamatari no estaría siquiera vivo en aquellos momentos, entonces miró el otro cuerpo inerte ahora también cubierto por la nieve, Kate se alejó unos pasos con una mezcla de repulsión y miedo en el rostro.

Entonces el ruido de unos cascos llamaron la atención de Steven y de Kate, y muy pronto un grupo de hombres vestidos de uniforme azul y guiados por otros dos vestidos de negro se encontraban frente a ellos. Todos eran evidentemente japoneses.

Los dos hombres observaron la escena con interés, en especial a aquellos a quienes no habían previsto en el lugar. Miraron la manera en la que aquel americano abrazaba al que habían mandado para la misión, por fin uno de ellos, el que al parecer era menos hosco, se decidió a hablar.

- "Señor... señorita."- saludó con cortesía sin bajar del caballo.- "Disculpen... pero no deberían estar aquí; les debemos pedir por favor que abandonen el lugar."- continuó con aquel tono calmado de voz.

Steven los miró, y entonces una gran rabia se apoderó de él; ahora ya sabía quienes eran esos... eran los que habían mandado al amor de su vida a esa misión suicida. Esos... Steven tuvo que tomar mucho aire para tranquilizarse.

- "Váyase al infierno."- terminó por decir Kate ante la mirada asombrada de todos, incluyendo a Steven quien hubiese deseado ser quien los mandase lejos.

El hombre los observó una vez más, al igual que su compañero a quien al parecer no le gustaba mucho la forma tan dulce de su compañero de alejar a aquellos de allí.

- "Creo que no me han entendido... no tienen más opción que..."- pero el hombre no pudo continuar ya que fue cortado tajantemente por Steven.

- "Sabemos perfectamente a lo que se refieren señor... pero no voy a abandonar a la razón de mi vida aquí... ¡DESPUÉS DE QUE USTEDES LO MANDARON A UNA MUERTE CASI SEGURA!... ¡¿QUIENES DEMONIOS SE CREEN USTEDES?!... ¡¿CREEN QUE SOY TAN IDIOTA COMO PARA DEJARLO Y QUE LUEGO LO DESAPAREZCAN O QUIEN SABE QUE OTRA COSA?!!."- Steven estaba fuera de si en aquellos momentos, si no fuese porque debía de sostener a su querido Kamatari hubiese bajado a esos dos de sus caballos de un solo tirón y los hubiese matado de un solo golpe, pero no podía darse el lujo de aquello en esos momentos.

Por su parte, los hombres que se habían bajado de sus caballos y recogían el otro cuerpo esperaban para poder llevarse también a Kamatari, pero la mirada fiera de Steven era más que suficiente para detenerlos.

En ese momento llegaron Matt y el doctor Kasaki justo con su ayudante, quienes se quedaron atemorizados ante la escena que se cernía ante sus ojos. Sensei Kasaki sabía perfectamente quienes eran aquellos que estaban sobre los caballos... gente muy importante sin duda; y no estaba tan desinformado acerca de quien era Kamatari en realidad, pero siempre había tenido la precaución de mostrar cierto respeto ante el asunto, y no iba a cambiar aquello en esos momentos.

Bajo la mirada de todos, el doctor saludo respetuosamente a los que estaban sobre los caballos y procedió a atender a aquel por quien lo habían llamado.

- "Hay que parar la hemorragia para poder llevarlo a la clínica... necesito que alguien haga presión aquí... Steven-san, por favor ayúdeme."- pidió el buen hombre consciente de que si Steven se quedaba sin algo que hacer podría cometer una verdadera locura.

- "Si."- respondió Steven con preocupación al centrar su atención de nuevo en Kamatari y ayudar al doctor, y luego de unos 5 minutos en los cuales ninguno de los hombres que habían llegado luego se movieron, el doctor señaló a Steven que cargase a Kamatari y lo llevase en dirección a la clínica. Steven asintió y alzando en vilo a Kamatari hizo lo que se le pidió.

El pequeño grupo pasó entre todos los hombres a caballo dejándolos atrás, entonces el más joven de los dos de negro miró al grupo alejarse y preguntó a su compañero y superior.

- "Va a dejarlos partir tan fácilmente... se están metiendo con un asunto del gobierno Meiji."

- "Debe de aprender a tomar las oportunidades que se le presentan... ellos se harán cargo de Kamatari-san por nosotros y nos ahorraremos así un problema."

- "¡¡Pero... ¿y si le dicen a alguien?... ¿y si...?!!"

- "No dirán nada... en especial el rubio que lo sostenía. ¿Qué no leyó los reportes?... Las preferencias de Kamatari-san no son ningún secreto, él debe de ser su pareja actualmente y parecen estar muy enamorados. Si, no hará nada que lo perjudique, ni dejará que sus amigos digan nada."

El otro oficial hizo un gesto de desagrado ante la idea, pero no le replicó nada más a su superior... dos hombres, la simple idea le daba nauseas; y tener que depender de alguien como ese para proteger los intereses del gobierno... hubiese sido mejor dejarlo morir en batalla, pero ya nada más se podía hacer. Por último volvió su atención al cuerpo que estaban amortajando, por lo menos la misión ya había sido cumplida; recogieron la espada que había utilizado Kamatari y que ahora se encontraba tirada a un costado en la acera, eso era todo lo que se necesitaba.

**********

Cuando Kamatari llegó por fin a la clínica, tuvo que ser atendido casi de inmediato por el doctor debido a la delicada situación en la que se encontraba debido a la perdida abundante de sangre que había presentado. El doctor lo examinó de manera exhaustiva después de detener de una manera mas efectiva la hemorragia, y se alivió al notar que ningún nervio había sido tocado, así como el hecho de que no existían fracturas o dislocaciones, pero la cantidad de sangre perdida se había aunado a la gripe de Kamatari y habían devenido en una fuerte fiebre que junto a la baja de temperatura a la que se había expuesto lo estaban haciendo entrar casi al umbral de la muerte.

Steven se paseaba como perro enjaulado por todos lados mientras que Matt y Kate solo atinaban a mirarlo. Steven estaba mucho más furioso aún al saber que esos sujetos habían llegado justo cuando él había salido por un momento ese mismo día... miserables.

Las horas siguieron pasando una tras otra; y Steven, ahora cansado de caminar de un lado al otro, se encontraba sentado en una banqueta esperando que le dijesen que su Kamy se iba a poner bien.

- "Deberían irse a descansar ustedes dos."- dijo por fin Steven a Matt, quien se encontraba en aquellos momentos cuidando el sueño de Kate.

- "Estamos bien aquí."- respondió Matt algo somnoliento, era de madrugada y pronto amanecería.

- "Vamos... no me dirás que piensas pasar Nochebuena y Navidad aquí... ¿verdad?."

Matt parpadeó, era cierto... no se acordaba pero ese día era 24... mañana era Navidad.

- "Tenía planeado un gran día para mañana..."- continuó Steven con aprensión- "Iba a darle la primera y mejor Navidad de su vida... ahora solo espero que sobreviva, solo eso quiero... solo eso necesito."- Steven comenzó a derramar involuntarias lágrimas una vez más, tal y como había venido sucediendo durante toda la noche.

- "Steven..."

- "Lo siento... lo siento... Bien, ustedes dos se van apenas amanezca, tienen que descansar... y tienes que darle a Kate las mejores fiestas de su vida... ¿de acuerdo?, hazlo por mi... por favor."

Matt miró a Steven, sabía muy bien que no lo iba a hacer más feliz quedándose a su lado; pero Kamatari también era su amigo, y no podía abandonarlo... a ninguno de los dos, además del hecho de que Kate no se lo perdonaría nunca. Por último, debían de enterrar a Hime con honores... por lo menos eso se le debía a la pequeña criatura. Entonces tendrían que repartir el tiempo, al parecer era la única alternativa; si, se irían al amanecer, descansarían y le harían un funeral a Hime, luego volverían por la tarde y se quedarían hasta la noche o el día siguiente... no era la idea de una Navidad de ensueños, pero la situación no estaba para estupideces.

Las horas siguieron pasando y llegó la mañana con ellas.

- "Oye, Steven; volveremos en la tarde... ¿te traemos algo?."- Matt miraba preocupado a Steven.- "Aparte de ropa limpia quiero decir."

- "Bueno..."- Steven miró algún punto perdido en el piso y algo vino a su memoria, entonces una vez más comenzó a llorar sin poder evitarlo, pero también sonreía ligeramente- "¿Podrían traerme una parte de mi tarta de fresas?."- preguntó Steven casi yéndose en llanto.

Matt lo miró confundido pero Kate entendió a la perfección, prometiéndole traerle suficiente aparte de dinero y un buen almuerzo. Steven agradeció de corazón y les dio a ambos las lleves de su habitación e indicaciones de donde se encontraban el dinero que iba a necesitar y la ropa limpia.

- "Gracias chicos... son los mejores amigos que nunca he tenido."- dijo Steven mientras abrazaba a Kate y los despedía a ambos, luego se fue una vez más a la sala de espera.

Casi al mediodía el doctor salió de la habitación, y en un suspiro dijo que habían logrado estabilizar a Kamatari por fin. Steven sintió como el aire le volvía al cuerpo.

- "¿Puedo entrar?... ¿Si?."

- "Si, puede hacerlo; además necesito que alguien se quede con él y lo vigile... le daré instrucciones para hacerlo... vamos; además Steven-san, tengo que explicarle como limpiar sus heridas... deberá convertirse en un enfermero estrella en tiempo record..."- el doctor Kasaki siguió hablándo mientras que Steven lo escuchaba con atención pero sin quitar su mente de Kamatari siquiera un segundo. Pasaron un par de horas más mientras el doctor le explicaba a Steven absolutamente todo lo que necesitaba saber, así como el hecho de que éste no se encontraba realmente fuera de peligro hasta que abriese los ojos recobrando la conciencia. A partir de ese momento Steven no se separó ni un segundo del lecho de su pareja. Y las horas siguieron pasando.

**********

Matt y Kate llegaron por fin a la ciudad universitaria una vez más. Estaban agotados, con hambre y necesitaban un buen baño de manera urgente... pero en realidad nada de eso les importaba demasiado.

Ambos fueron hasta el edificio de habitaciones de Matt, y allí mismo Kate aprovechó para darse un ducha en la habitación de su pareja. Era algo que realmente necesitaba. Luego fue Matt el que se dio una ducha, y se colocó ropa limpia. Luego buscaron entre las cosas de Matt y encontraron lo que él había estado buscando, una cajita de madera que le sirviera de ataúd a la pequeña avecita muerta.

- "Creo que no podremos esperar a Kamatari y a Steven."- dijo con aprensión Kate- "Aunque sería lo más correcto."

- "Si. Pero no sabemos cuanto tiempo estará en ese estado... espero que salga pronto, me da pena verlo así... él siempre tiene por lo menos una sonrisa para animar a todos... quiero verlo igual otra vez."

- "Si... vamos."

- "Espera... creo que se merece algo especial... buscaré un par de maderas y un clavo... le haremos una tumba que sea digna, con una cruz y su nombre... por lo menos eso; busca en mi cajón una navaja de mango negro para tallar la madera."- Matt señaló el lugar a Kate, quien asintió y le llevó lo que le pedían, luego ambos bajaron a buscar maderas en el deposito.

Allí se encontraron con Josh, quien había estado esperando por noticias pues necesitaba dárselas a Ryan quien se encontraba bastante nervioso. Al enterarse de lo que había sucedido palideció.

- "Tal vez sería mejor que no le dijeses nada de lo que ha sucedido al pequeño Ryan."- expresó Kate con mucha preocupación, en especial luego de que Josh les dijera que éste había presentado una leve recaída.

Más Josh negó con la cabeza.

- "De alguna manera él siempre sabe si hay algo que no anda bien o si le estoy ocultando cosas... prefiero que se entere ahora por mi y no después y me mire con tristeza por haberle ocultado algo."- y luego de decir aquello Josh se excusó y volvió a su habitación.

Matt y Kate se miraron el uno al otro con algo de pena y remordimiento, y continuaron con su marcha para el funeral de la pequeña Hime.

Matt encontró las maderas que buscaba y las talló u clavó haciendo una pequeña cruz, luego decidieron que el mejor lugar para enterrar a la pequeña ave sería al pie del árbol en donde Kamatari alguna vez le contó a sus amigos que había encontrado a la pequeña. Todo estaba decidido, ambos asintieron en un acuerdo tácito y comenzaron a caminar lentamente, no tenían ganas reales de llegar hasta el lugar; más un ruido a sus espaldas y una débil vocecita los detuvo.

Ryan y Josh estaban detrás de ellos, Josh cargaba a Ryan en vilo para ser más específicos; y Ryan parecía tener mucho apuro en alcanzarlos.

- "No se vayan... no se vayan..."- repetía una y otra vez el pequeño.

Cuando por fin la pareja alcanzó a Matt y Kate, Ryan extendía un cuadrito que al parecer acababa de ser hecho por el olor a madera tallada que desprendía; y al verlo mejor notaron que era un dibujito que la pequeña Hime hecho con lápiz y carbones.

- "¿Puedo ponerlo en su tumba?."- preguntó Ryan con lágrimas en los ojos- "Quiero ir... es muy triste si no están en tu funeral las personas que te conocieron... si van pocos entonces esas personas estarán más tristes al no tener con quien hablar... no quiero verlos tristes... ni a Hime tampoco."

A Kate se le salieron las lágrimas ante las palabras de Ryan, y así los cuatro fueron al pie del árbol y rindieron un precioso homenaje al animalito que le había robado el corazón a más de uno. Y mientras eso ocurría, en la clínica; Steven sostenía la mano de Kamatari suplicando al cielo que por favor no se lo quitase. Y afuera, el cielo lloraba lágrimas de hielo por aquellos que habían perdido su vida aquel día, por aquellos que la perdieron un día como ese durante todos los años que habían pasado desde la creación del mundo, y por aquellos que la perderían un día igual en los años que vendrían hasta que el mundo exhalase su último suspiro.

**********

La noche del 24 Kamatari volaba en fiebre, mientras Steven trataba con desesperación bajársela lo más pronto posible gracias a las constantes comprensas que colocaba sobre su frente y con las que refrescaba su cuerpo.

Kate y Matt, quienes habían vuelto al mediodía para llevarle todas sus cosas, su dinero y un almuerzo decente y ver que encima lo comiese; ahora se encontraban ayudándolo. Eran las 8 de la noche... por lo menos no estaba tan mal como durante la tarde, allí si que se temió lo peor. Poco a poco a fiebre bajo, y a las casi 9:30 de la noche estaba estable.

- "Deberían volver a casa... es Noche Buena, no los quiero aquí celebrando."- la voz de Steven casi siempre tan llena de vida ahora se oía triste, más a pesar de todo autoritaria y segura.

- "Olvídalo Steven."- Kate no parecía querer dejar a sus amigos en aquellos momentos, pero Steven entonces la miró y Kate enmudeció.

- "No es solo mi obligación el cuidar de mi pareja, sino el velar por su felicidad. No lo hará nada feliz saber que encima de todo arruiné la primeras fechas especiales que sus dos mejores amigos en todo el país pasarían juntos. Por favor Kate... Matt, tu eres más razonable... llévala a casa."

Matt miró a Steven y asintió... sabía muy bien que no iban a hacer que el rubio se sintiese mejor teniéndolos a ellos dos allí de lastre.

- "Si. Vámonos Kate, será lo mejor. Steven... feliz Navidad..."- dijo entonces Matt ofreciéndole su mano a Steven quien lo observó un momento y estrechó su mano, tras lo cual sin pensarlo terminó abrazando fuerte al muchacho.

- "Gracias Matt... eres un buen amigo."

Matt se sentía algo turbado, pero si ya se había acostumbrado a los efusivos abrazos de Kamatari entonces podía pasar uno de Steven de vez en cuando.

- "Se fuerte amigo... cualquier cosa ya sabes donde estamos. Vendremos mañana para traerte tu almuerzo y ver como anda todo."- dijo Matt mientras le daba un par de palmadas en la espalda y se separaba para darle paso a Kate quien fue ahora la que abrazó efusivamente a Steven.

Pronto la pareja se fue y Steven se quedó una vez más a solas con Kamatari. Lo abrazó con delicadeza a depositó un beso de roce de mariposa en los labios de este.

- "Feliz Navidad anticipada cariño... pronto todo estará bien, ya lo verás... ya lo verás."

La noche pasó igual que el resto de día, y pronto llegó el día de Navidad. Más ninguno de los que estaban cercanos a la pareja lo sintieron en aquel momento.

Steven no se daba cuenta verdaderamente de lo que estaba sucediendo, solo estaba consciente de que debía de cuidar a su pareja. Kate y Matt tampoco la pasaron tan bien a pesar de todo, pero respiraban profundo deseando relajarse un poco y se mantenían en contacto con Steven yendo cada que podían a la clínica para ver que podían hacer. Por su parte Ryan mandaba a Josh cada hora para saber si algo más había ocurrido, y se sentía inmensamente feliz cuando su amado le decía que nada había empeorado; y continuó así hasta que el pequeño se quedó dormido debido al cansancio por la preocupación.

- "¿Sabes Matt?... me alegro de que mis padres me dijesen que este año no ibamos a poder pasar la Navidad en casa porque se iban de viaje a ver a mi tía... No me hubiese perdonado el no estar aquí en un momento como este."

Matt abrazó aún más fuerte a Kate. Ambos se encontraban sentados en los pasillos del tercer piso luego de haber hecho una pequeña limpieza a media tarde en las habitaciones de las aves. Josh, quien también había estado ayudando pero se mantenía en silencio los miró y asintió mientras seguía reuniendo la basura y se preparaba para llevarla abajo. La verdad que Josh no se relajaba tanto desde hacía ya mucho tiempo, le había agradado el poder ayudar y hacerlo además sin preocuparse demasiado de lo que estaba haciendo.

- "Gracias por la ayuda Joshua."- Kate lo ofreció una gran sonrisa a Josh.

- "No hay por que señorita Kate."

- "Solo Kate por favor... Y cualquier cosa que necesites, por favor no olvides que nos tienes aquí... y si algo le pasa al pequeño Ryan..."

- "Gracias."- Josh hizo entonces una pequeña reverencia con la cabeza y se encaminó hacia las escaleras.- "Y Feliz Navidad."

- "Feliz Navidad."- dijo a coro la pareja aún sentada en el suelo. Luego ambos suspiraron y se abrazaron aún más fuerte cerrando los ojos. Pronto Kate se quedó dormida en brazos de Matt, y éste la llevó a la habitación del segundo piso y la depositó suave sobre la cama, sentándose a un lado en la silla de la habitación y observándola dormir... después de todo, el tenerla era el mejor regalo de Navidad que nadie pudo darle nunca jamás.

**********

La mañana del 26 llegó fría y con una gruesa capa de nieve producto de la nevada de la noche anterior. El lugar estaba demasiado silencioso... ¿Dónde estaba el beso de las mañanas o ese estilo de despertarlo con algo más que ese beso que tenía su loco amante?... un momento... ¿Por qué le dolía tanto el hombro?... Kami-sama, el dolor cada vez era más intenso... ese vacío oscuro de unos momentos atrás era mejor... en poco más frío, pero no existía dolor... y ahora sentía frío de todas maneras aparte de ese dolor.

Kamatari se movió ligera e inconscientemente sobre la cama, despertando casi de inmediato a Steven, quien se encontraba abrazado a él por la cintura aún sentado a su costado en la silla... era una posición incomoda pero a Steven le importaba muy poco, estaba cerca de su pareja de esa manera.

- "¿Kamy?... "- Steven se incorporó importándole poco el crujido que sintió escapar su cuello y espalda. Se acercó aún más a su pareja casi hasta poder respirar el aire exhalado por éste.- "Bebé... abre los ojos chiquito... mírame."- Steven suplicaba mientras tomaba la mano de Kamatari con delicadeza, y para su completo deleite, éste apretó ligeramente la mano que sostenía la suya, y sus ojos comenzaron a parpadear.

Steven sonrió maravillado... por fin, después de tanta espera. Poco a poco pudo ver como Kamatari abría los ojos como saliendo de un sueño, y al tratar de moverse se encogió de dolor ante la herida latente en su hombro.

- "Hmmm..."- Kamatari se quejó un poco mientras sus ojos se cerraban sin querer un poco, pero luego comenzaron a abrirse una vez más, ahora más lento... Kamatari sentía como si de alguna manera todo el mundo le diese vueltas alrededor.- "S- ¿Steven?."

Steven casi muere de felicidad al escuchar aquel susurro salir de los labios que tanto amaba, y en un movimiento delicado besó la mano que aún sostenía entre la suya propia y luego se acercó para humedecer con un beso suave los labios secos de Kamatari.

Kamatari pudo sentir un beso depositado en sus labios, y luego un aroma ya conocido acercarse a su propio cuerpo cuando Steven lo abrazó; primero de manera delicada, luego con algo de fuerza pero sin lastimarlo. Algo húmedo cayó entonces en su cuello, y allí si se obligó a si mismo a abrir los ojos con un ligero esfuerzo más de su parte.

Un manto de fibras de oro le quitaron por un momento la visión, luego al enfocarse mejor pudo notar el cabello de su amado bajo su mirada.

- "Steven..."- susurró el joven oriental con voz débil- "¿Por qué lloras?..."

Entonces Steven alzó el rostro y le ofreció una gran y brillante sonrisa a su amado.

- "Por que estoy muy feliz tontito... por eso. Te amo... Feliz Navidad."- susurró Steven mientras le plantaba un nuevo beso en los labios.

- "¿Navidad?... ¿adonde se fue el 24?... ¿ya estamos 25?."

- "Hoy es 26 de Diciembre Kamatari-san."- interrumpió de pronto la voz de sensei Kasaki, haciendo que Kamatari se sintiera aún más confundido... la verdad que no entendía nada de nada.

Pero entonces un ligero recuerdo pasó por su mente... él hacía un pastel de fresas... no, una tarta; y estaba terminando cuando entonces alguien tocó la puerta y luego....

Los ojos de Kamatari se ensancharon visiblemente, ya recordaba todo lo que había sucedido. Pero entonces... ¿Como era que estaba con Steven en la clínica de sensei Kasaki y no en un cuartel junto a la gente del gobierno Meiji y sus fríos doctores?. Acaso... ¿Acaso Steven sabía algo acerca de lo que había pasado la tarde del 23?. De pronto Kamatari sentía miedo. Miedo del rechazo que eso podía ocasionar... miedo de las consecuencias a las que ahora se debía de atener... aunque Steven ya había sido avisado de aquello... por eso estaba a su lado. Steven no lo había rechazado... pero, ¿Y los demás?. ¿Y Matt-san, y Kate-san... y Ryan-chan y Josh-san?... ¿Sabrían algo al respecto también?... lo más probable fuese que no; entonces le pediría a Steven que no le dijese a nadie, que guardase el secreto... porque no soportaría perder a aquellos que ahora se encontraban a su lado... sus amigos... su familia.

Steven observó cada uno de los movimientos de Kamatari; y entonces intuyó lo que pasaba. No deseaba que su amor estuviese triste por nada... no quería que sufriese más de lo que ya había sufrido. Era mejor hablar antes de que las cosas se complicaran aún más en la linda cabecita de su pastelito de arroz (que por cierto ahora sabía que le encantaban... después de pasar 2 días y medio en ese lugar era lo menos que le iban a dar de comer).

- "Kamy, cariño.."- empezó a decir Steven, más entonces fue interrumpido por la voz de Kate, quien lanzó un grito de alegría al ver a Kamatari consciente y soltándose del abrazo de Matt corrió a abrazarlo.

- "¡¡Ya estás bien!!, ¡¡Ya estás bien!!."- vitorió Kate con alegría mientras abrazaba con emoción a un pasmado Kamatari, quien sin embargo no tuvo mucho tiempo para pensar en aquello debido a que la herida del hombro se le volvió a abrir un poco debido a la efusividad de Kate.

- "Bueno, aléjense todos que debo de atender de nuevo esa herida."- dijo con algo de severidad sensei Kasaki haciendo que Kate se alejara algo avergonzada.

- "Lo siento."- murmuró Kate mientras se paraba una vez más al lado de la cama junto a Matt, al tiempo que Steven ayudaba al doctor con la limpieza de la herida y el cambio de las vendas puesto que la enfermera no podía ya que estaba atendiendo a otro paciente que se encontraba en tratamiento en aquellos momentos.

Mientras era atendido, Kamatari observó a sus amigos... bien, ellos también estaban allí, lo que quería decir que algo tenían que saber; pero... cuanto. ¿Acaso Steven les había dicho algo al respecto?. Kamatari aún estaba incierto acerca de como dieron con su paradero, eso era algo que en definitiva iba a averiguar, pero tenía que estar a solas con Steven para ello.

Kamatari se mantuvo en silencio mientras el doctor y Steven lo atendían, al igual que cuando el doctor se dispuso a retirarse. Entonces miró a sus amigos una vez más... ¿Y si lo sabían todo?, entonces de seguro que lo odiaban por ello... y la verdad que él no los culparía por eso. Él mismo se odiaría si eso fuese posible; sin embargo en esos momentos aún no estaba muy seguro de como reaccionar. Mas Matt se le adelantó rompiendo el silencio primero.

- "¡Tonto!. Pudiste haber hecho que ese sujeto te matara... ¡Por lo menos debiste esperar a estar un poco más recuperado de tu gripe!. Fue muy claro que casi perdiste debido a uno de tus mareos por causa de la gripe."

Entonces Kamatari se heló... al parecer sabían mucho más de lo que Kamatari creía... al parecer lo sabían todo. Kamatari se mordió sin querer el labio inferior, al igual que sin querer apretó fuertemente la mano que Steven le brindaba en aquellos momentos. Una vez más se decidió... si iba a perder a sus amigos, sería de frente... si lo iban a saber sería por su propia boca; aunque por lo menos ahora sabía que contaba con Steven por lo menos.

- "Yo..."- Kamatari comenzó algo dubitativo e incómodo... la verdad que no estaba seguro del todo acerca de que diría, pero una vez más fue cortado por Matt.

- "No necesitas darnos explicaciones si no quieres... no las estamos pidiendo."

Kamatari miró una vez más a su amigo y tomó aire. Era cierto que no le estaban pidiendo explicaciones; pero de una vez por todas él las iba a dar. No quería tener que pasar por esa situación alguna otra vez... además como ya lo había pensado, si tenía que perderlos por ello... mejor que fuese de una vez y por su misma boca.

- "Soy espía."- bueno... no había sido tan difícil después de todo.

Matt y Kate lo miraron y se sentaron... la verdad que habían hablado mucho del tema entre ellos mismos y supusieron algo parecido... aunque la verdad que no esperaban que Kamatari se los dijese tan de frente.

- "Espía..."- murmuró Matt para si mismo como procesando la palabra, más Kamatari lo entendió de otra manera... creyó que lo repetía a manera de pregunta.

Kamatari apretó un poco más la mano de Steven y se decidió a hablar lo suficiente para salir de aquella nueva pesadilla en la que el gobierno Meiji lo había metido. El único problema era que le estaba dando mucho sueño y se sentía muy débil por su condición y el hecho de que no había probado alimento en días no mejoraba para nada el asunto. Lo mejor era hablar rápido antes de que lo venciera el cansancio... pero, ¿como sintetizar aquello que tenía que relatar en unas pocas palabras si le había costado tantas horas explicárselo a Steven y a si mismo a la vez. Kamatari bostezó y comenzó a cerrar los ojos debido al cansancio.

- "Yo... tuve que..."- Kamatari bostezó una vez más y trató de seguir- "Para tener una nueva vida... venir aquí... yo..."- Kamatari comenzó a impacientarse al darse cuenta que no podía siquiera mantenerse despierto para dar una explicación por lo menos un poquito clara. Entonces sintió aquella mano cálida y fuerte apretarlo un poco más; y mientras caía en un sueño profundo, pudo escuchar a lo lejos las palabras de Steven explicando lo que él no pudo, mientras una mano gentil pasaba por los mechones desordenados que se extendían sobre su frente. De pronto sintió sin ningún motivo que después de todo las cosas no iban a estar tan mal. Kamatari una vez más cayó en un sueño profundo.

Pasaron algunas horas antes de que el joven guerrero despertase una vez más, y al hacerlo no solo se encontró con un humeante tazón de sopa, sino con los rostros amables de sus amigos, quienes aún se encontraban junto a él.

- "Hola."- lo saludó Kate con una sonrisa radiante.

- "Hola."- repitió Kamatari por reflejo, pero no pudo decir nada más debido a que de pronto tenía una cucharada de sopa en la boca, y tras esa vinieron otras muchas más.

- "Esta vez no voy a dejar que hables y hables sin siquiera probar alimento como la última vez. Debes de alimentarte para recuperar tus fuerzas. Que bueno que esto no sucedió en exámenes porque allí sí que nos la veíamos."- Steven continuó dándole de comer a su pareja con mucho cuidado y viendo que esta no estuviese demasiado caliente (léase que la enfriaba con soplos.)

- "Gracias."- Kamatari por fin pudo hablar luego de terminar de comer, por lo menos todo lo que le pudo entrar en el estómago, lo cual afortunadamente fue más de medio plato de sopa.

De pronto el chico oriental se sentía incómodo. No sabía que le había dicho Steven a sus amigos para que estos estuviesen tan tranquilos. Después de todo, por lo que había entendido lo habían visto atravesar al otro sujeto con la espada. Ni siquiera tenía alguien más que decirles que había asesinado a otra persona, ellos lo habían visto... sino, ¿como era que Matt-san supo que había perdido el equilibrio durante la batalla?. Solo había una manera y era haberlo presenciado.

- "Matt-san... Kate-san... yo..."

- "No te preocupes Kamatari."- Matt puso una mano gentil sobre el hombro sano del muchacho.- "Steven ya nos explicó lo suficiente... y aún eres nuestro amigo, no vas a perder nuestra amistad de ninguna manera. Todos tienen derecho a hacerse una nueva vida después de todo... ¿cierto?."

- "Si..."- ¿qué era exactamente lo que Steven les había dicho?... hmmmm.

- "Bueno, supongo que esta no será la última vez que hagas algo parecido... solo espero que en tu siguiente misión tengas algo más de cabeza y no vayas en semejante estado."

- "Si Kate-san... tienes razón..."- ¡¡¡¡¿¿Pero que les había dicho Steven por Kami-sama??!!!.

Pasaron un par de horas antes de que la pareja se retirase, y de que por fin Kamatari se quedara de nuevo a solas con Steven, quien estaba más que feliz de ver a su dulcesito de naranja despierto y mirándolo con esos lindo ojitos que tanto le gustaban. Una vez más Steven se le fue encima en un abrazo posesivo pero suave a la vez, no podía dañar de ninguna manera a su pequeño ángel.

Entonces Kamatari sintió un nuevo beso, y una mano diestra hacerlo entrar en calor con pequeñas caricias en su estómago.

- "Steven..."- Kamatari murmuró algo sonrojado.

- "Se que no debemos hacer nada interesante en algún tiempo, pero eso no quiere decir que deba dejar de tocarte del todo cariño. Oh, Dios!.. no sabes cuanto te extrañé; temí lo peor por un momento."- un beso más. Steven colocó esa mirada color cielo ahora ardiente sobre su pareja, besó sus sienes, su nariz... sus dulces y sonrojadas mejillas, y una vez más lo abrazó.

- "Steven..."

- "¿Hmmm?"

- "¿Qué fue lo que le dijiste a Matt-san y Kate-san???."- por fin la pregunta que tanto lo abrumaba había sido hecha... Steven sonrió, sí que había demorado mucho en formularla.

- "Pues la verdad."

- "La... verdad..."

- "Aja. Que eras un lindo y muy sexy espía del gobierno japonés que había venido en misión a este país, pero que encontraste lindas personas aquí y un muy apuesto chico rubio que te robo el corazón, así que decidiste hacer lo que más querías en todo el mundo... empezar una nueva y excitante vida junto a esas personas y en especial al apuesto chico rubio. Pero... que para que te dejasen hacer eso tenías que hacer algunos trabajos para tu gobierno para... mantener las apariencias; solo que debido a que no solo eras un lindo y sexy espía, sino también un guerrero muy fuerte además de apasionado, entonces de vez en cuando te iban a mandar misiones muy difíciles que te pondrían en peligro... solo que como tu sabías que tu chico rubio no solo era apuesto sino también muy bueno con ciertas clases de lucha ibas a apoyarte en él para luchar y así no iba a ser tan difícil quedarte en este país y hacer una nueva vida. Fin de la historia."

Kamatari miró a Steven incrédulo... ese hombre estaba loco. Pero era cierto, en resumen... muy, muy en resumen... esa era la historia acerca de lo que había ocurrido. Kamatari sonrió y abrazó a Steven... sus amigos no lo habían rechazado... Steven estaba a su lado... ¿que más podía pedir?. Lo único que quería en esos momentos era regresar a casa y quedarse en cama durante una semana con Steven a su costado y su pequeña Hime comiendo las migajitas de las medialunas de mantequilla que de seguro Steven le iba a comprar... porque tenía unas ganas de comer alguna... si, eso sería como ir al mismo paraíso junto a los dos seres que más quería en el mundo... su Steven adorado y su Hime preciosa... la palomita que tenía ese lugar tan especial en su corazón, aquella a quien podía sentir casi como si fuese una pequeña hija, y es que era ese animalito quien había sacado a relucir el carácter paternal de Kamatari... y que padre no quiere ver a su pequeña adoración.

Los días pasaron volando, e incluso Kamatari recibió la visita que un muy preocupado Josh quien dejó a Ryan al cuidado de Kate mientras que se acercaba a verlo. Por fin después de casi una semana de estar en la clínica, donde Kamatari celebró junto a Steven el Año Nuevo occidental; era hora de regresar a casa. Ahora todo estaría bien.

El viaje a la universidad se le hizo corto a Kamatari debido a que se había quedado dormido a mitad de camino. Cuando por fin llegaron, Kamatari insistió en caminar por si mismo debido a que su herida estaba en el hombro, no en sus piernas.

Caminaron lento y Kamatari entonces desvió un poco su camino. Había decidido pasar por aquel lugar especial que siempre lo hacía sentirse mejor... el lugar por donde había encontrado el huevecillo de Hime aquella vez hacía ya tanto tiempo... y es que había extrañado tanto a su pequeña. Caminó feliz hacia a aquel lugar... a veces Hime se sentaba allí, en su rama favorita, a pesar de las nevadas, tal vez en esos momentos estuviese allí esperándolo.

- "Kamy, precioso... estooo... ¿Adónde vas?."

Kamatari miró a Steven y le sonrió. ¿Adónde más se suponía que iba a ir?.

- "A ver si mi Hime está en su ramita... y de todas maneras quiero pasar por allí aunque no esté... me gusta ese lugar."

De pronto Steven parecía muy incómodo por algo, y comenzó a insistirle a Kamatari para ir mejor primero a la habitación. Kamatari lo miró extrañado una vez más... y que pesado se había puesto, aún cuando era un rubio adorable a veces otras podía ser muy exasperante.

Poco a poco Kamatari se fue acercando pese a que al parecer Steven no quería que eso ocurriese. Por fin Kamatari vio el árbol frente a él, pero lo que más le llamó la atención fue algo frente a este, algo chiquito plantado al pie del árbol. Kamatari se acercó.

Pudo notar entonces que se trataba de una de esos emblemas que pertenecían a la religión cristiana... una cruz. Pero además había algo más al pie de la pequeña cruz... un marco. Kamatari tuvo de pronto un muy mal presentimiento, el corazón comenzó a latirle fuerte. Se acercó aún más. Entonces el corazón se le detuvo.

Al pie del árbol, había una pequeña cruz con un dibujito puesto en el suelo. Era un dibujo de una palomita... y en la misma cruz estaba tallado un nombre... HIME. Kamatari cayó de rodillas en la nieve.

- "Hime..."- susurró mientras sus palabras se las llevaba el viento y las lágrimas comenzaban a brotar sin control.... *Hime...*. Por su mente no pasaba otro pensamiento.

De pronto un par de brazos lo rodean y una voz se deja oír.

- "Lo siento... no quería que te enteraras de esta manera. Ella... ella... ella evitó que tu murieses, se metió en medio de tu batalla... pero no te diste cuenta. Se me escapó de las manos cuando llegamos y voló hacia ti y luego el otro sujeto..."- Steven suspiró y ya no pudo continuar más con la explicación- "Murió sin dolor creo yo... fue muy rápido. Vamos... vamos a la habitación, no debes quedarte aquí afuera."

Steven entonces intentó hacer que Kamatari se pusiese por lo menos de pie para poder cargarlo y llevarlo adentro, pues dudaba que el mismo Kamatari pudiese llegar por si mismo después de semejante shock. Pero Kamatari no se movió de su lugar... ni siquiera se movía de manera alguna sobre su propio sitio; solo se encontraba allí con la cabeza gacha y sin decir nada. Más de pronto algo salió de sus labios.

- "Tú la llevaste hacia aquel lugar."- no era una pregunta, era una afirmación.

- "Yo... no sabía que eso iba a ..."- pero no pudo terminar pues de pronto Kamatari se le tiró encima y comenzó a golpearlo casi sin fuerza mientras gritaba y lloraba sin parar.

- "¡¡¡ERES UN MALDITO!!!... ¡¡¿¿COMO PUDISTE LLEVARTE A MI BEBE??!!.... ¡¡¡TU LA MATASTE!!!... ¡¡¡TE ODIO!!!... ¡¡¡TE ODIO!!!... ¡¡¡TE ODIO!!!."

Steven no supo que hacer ante aquella reacción, más solo atinó a quedarse quieto y recibir todos los golpes. Era cierto, en cierta manera era su culpa.

Pronto los golpes cesaron, y en su lugar solo quedo un destrozado Kamatari que lloraba sin control ante la pérdida que acababa de sufrir. Una vez más Steven no supo a ciencia cierta que hacer, por lo que solo se quedó en silencio junto a su amor, y lo abrazó y dejó llorar sobre su pecho esperando hasta que las lágrimas se secaran en aquellos hermosos ojos que él tanto amaba.


Notas de la autora:

Ohayoo minna una vez más... sip, ya me imagino que a estas alturas más de uno me quiere matar... pero que se le va a hacer... es el trayecto de la historia.

Bueno, cuando para Kamatari las cosas parecían que por fin iban a mejorar a pesar de la super tormenta que cayó sobre su cabeza, el chico cae en depresión otra vez... prácticamente perdió a la pequeña razón de su vida.

En fin, ahora Steven se las tendrá que ver con alguien que no quiere ser cuidado ni quiere recuperarse... y es que para decirles algo... a Kamatari se le cayó el mundo... ya nada importa.

Espero que aún quieran seguir leyendo este fic, si es así nos vemos en el siguiente capítulo, así que hasta la próxima.

Un gran bechito felino para todos y en cuanto a críticas, sugerencias y comentarios... pues el mail cambia, ahora me escriben a [email protected], y entonces yo como siempre esperaré sus mails con ilusión.

Con mucho miaulove

chibineko =v.v=

Y ahora..... algo del loco mundo de la autora.

"Hola a todos por allí"- se escucha música de fondo luego de la presentación con una voz masculina nueva. Se trata de wizarneko.- "Es hora de un programa más deeeeee:

Muchas vocesitas femeninas algo chillonas y musicales a la vez: "The piro's Show"

wizardneko: Y ahora con ustedes.... ¡pironeko!.

wizarneko apaga el micrófono y se voltea donde chibineko.

wizarneko: Entonces imouto... ¿Qué tal lo hice?.

chibineko: MUY BIEN!!!

wizardneko: Jeje... bueno, ahora veamos que tal le sale a piro-chan.

Y en el estudio.

Un pequeño gatito con el pelaje parecido a onditas de fuego hace su aparición y luego de mucho esfuerzo logra subirse al sillón que está a la izquierda del set.

pironeko: Hola a todos y gracias por venir. Hoy tenemos a un invitado muy especial en nuestro set, se trata de alguien que ha causado furor y tiene ya al parecer una gran cantidad de admiradores entre el publico lector. ¡Demos entonces un gran aplauso al señor Ryan Merrel!

Muchos aplausos se escuchan de entre la multitud, y entonces un par de personas salen del lado derecho del escenario. Un par de minutos después Josh deja a Ryan en el sillón de la derecha y luego de darle un beso ligero en los labios se marcha.

Ryan: Gracias Josh... te quiero mucho.

Ryan ahora se encuentra sentado. Lleva solo una camisa blanca semiabierta... esto gracias a que está puesto el calefactor, porque sino Josh lo deja tan vestido como un esquimal en pleno invierno en el Ártico.

Todos aplauden y Ryan esta muy sonrojado. Entonces saca una libreta y comienza a dibujar a todo el público.

pironeko: Ejem...

Ryan: Uy!, lo siento. Hola lindo gatito.

Ryan saluda feliz a pironeko mientras que también lo dibuja a él.

pironeko: Bueno, es un verdadero placer tenerlo con nosotros señor Ryan. Hoy quisieramos que nos contara algo más de usted, pues el público lector esta que se muere por saber.

Ryan: ¿En serio?... vaya... a mi también me gusta saber muchas cosas. De acuerdo... tu solo pregunta y yo respondo... ¡Oye!, eso suena divertido.

pironeko: Bien comencemos con los datos básicos. Podrías decirme por favor tu edad.

Ryan: Si, claro!... tengo 21 y pronto cumpliré 22... en enero... lo siento... me emocioné mucho.

Ryan comenzó entonces a hablar entrecortado por la falta de aire. pironeko frunció el ceñito...

pironeko: Bueno, mejor lo hacemos de otra forma. Yo digo los datos y tu me corriges si me equivoco. Veamos... cumples años el 29 de enero... ¿cierto?.

Ryan asintió feliz.

pironeko: Y estudias los cursos de Arte e Historia en la universidad.

Ryan: Si... me gusta mucho estudiar... es divertido. Además viniendo pude conocer a Josh.

pironeko: Cierto... pronto hablaremos de Josh. Pero sigamos, aqui dice que mides 1.60m. y pesas 55 Kg.

Ryan asintió una vez más, este juego le estaba gustando.

pironeko: Bien Ryan... dime por favor ¿cuales son tus pasatiempos favoritos?.

Ryan: Bueno, me gusta dibujar por sobre todo... y me gusta ver lo que pasa a mi alrededor... es divertido. También me gusta comer galletitas chiquitas hechas por mi mamá... ella me manda galletas todos los meses. Hmmm.... y además, me gusta estar con Josh... él es el Josh más lindo de tooooooooodoooooooo el mundo. Y me gusta tener amigos también, ahora tengo muchos. AH!, y me gusta que me pongan nombres bonitos. Y me gustan los dulces... sobre todo la crema chantillí.

pironeko: Es cierto... aquí dice que tienes varios sobrenombres: Según Josh eres su 'Duendecito de viento', y según Kamatari eres 'Ryan-chan'. Dime, ¿tienes algún otro sobrenombre?.

Ryan: Si... 'corazoncito' y 'Nenito precioso'... y 'pequeño muñequito' también.

pironeko: Oh!... y esos sobrenombres quien te los ha puesto.

Ryan: Mi mamita, mi papito y mis hermanos... en ese orden. Y mi tío me llama 'Desperdicio de tiempo'... ese es el único que no me gusta. Y el señor Steven me llama 'enanito' ... ese si me gusta.

pironeko: Si, te entiendo; a mi tampoco me gustaría que me llamaran como tu tío lo hace.

Ryan: ¿Y a ti gatito?... ¿Como te dicen?

pironeko se puso entonces más rojito aún si eso era posible... pues la única que le pone sobrenombres es la chibi y en esos momentos no le gustaría decir que le decía 'flamita bebé'... la chibi y su obsesión por Digimon =*¬.¬*=vvv

pironeko: Eso ahora no importa. Sigamos hablando de ti. ¿Eres el novio de Josh, verdad?...

Ryan: Si, yo quiero mucho a Josh... él es lo mejor de mi vida. Me cuida mucho y yo también quiero poder cuidarlo algún día. También....

Ahora Ryan se pone aún más sonrojado

Ryan: ... también me gustaría algún día... poder ser todo de él... poder... tú sabes.

pironeko no entendió al principio, pero luego se sonrojó de nuevo... claro que entendía... él hablaba de 'eso'.

Ryan: El señor Kamatari me ha contado un poco... dice que es la experiencia más maravillosa si se está con quien quieres en realidad... que tu corazón salta como loco y te sientes morir e ir al cielo... quiero que Josh sienta eso conmigo algún día.

pironeko: Si... entiendo. Pero ahora estás en tratamiento... ¿cierto?

Ryan: Si, y estoy respondiendo bien, eso me emociona y se que a Josh también.

pironeko: Seguro que Josh está muy feliz por eso. Dime ahora... tu vienes de Luisiana... ¿verdad?.

Ryan: ¡Si!... mi familia tiene una enorme hacienda allí... muchas personas lindas que viven con nosotros en casa... tenemos además plantaciones y ganado... y yo tenía un ratoncito cuando era chiquito... pero se murió. Me dio pena, pero luego mi mamita me dio un perrito chiquito como mascota... es de raza pequeña y como es tranquilito podía cargarlo sin problemas. Ahora me espera en casa... se llama Cookie... porque me gustan las galletas y él es del color de una, es marroncito claro con pequitas marrón oscuras... como una galletita con pedacitos de nuez.

pironeko: Bueno... eso es interesante. Lástima que se nos acabó el tiempo porque me encantaría hablar más contigo... pero de todas maneras ya te ves cansado. Bueno, gracias por tu tiempo Ryan.

Ryan: De nada, me encanto y fue muy divertido. Además la galleta que me dio kawaii antes me hizo muy feliz.

pironeko: ¿¿kawaii??... No sabía que andaba por aquí... que raro, no la he visto.

Ryan: Es que me está cuidando a Josh ahora. Es para que no se aburra demasiado. Además a Josh también le gustan las galletas de kawaii. Son muy ricas en verdad, ¿No lo crees así?, no existen galletitas más ricas que las suyas, por eso siempre le pido recetas... aunque al final Josh me hace las galletitas en la habitación de los señores Kamatari y Steven porque yo aún no puedo resistir el calor.

pironeko: Vaya, no lo sabía, aunque kawaii ya me había dicho que ustedes dos se llevaban muy bien. Pues me alegro entonces que tu y mi hermanita tengan una amistad tan bonita; y en verdad me alegro de haberte podido entrevistar, gracias una vez más por tan grandiosa entrevista.

Ryan: ¡Para mi tambi[en fue muy lindo estar aquí!. Gracias por invitarme gatito bonito.

pironeko: Si... ¡Hasta la próxima todos!. =¤.¤=

Nota extra de chibineko y kawaiineko:

Bueno, como Ryan y kawaii se llevan taaaaaan bien, Ryan aceptó tomarse una foto que ayudase en sus prácticas a kawaii... después de todo ella estudia fotografía. ¡¡¡¡Que la disfruten!!!

Si!, y un agradecimiento especial a mi querida amiga Mikki-chan por haber hecho esta preciosa imagen de mi querido Ryan. MUCHAS GRACIAS PEQUEÑA AMA HECHICERA!!!!!!!!!!! Así da gusto trabajar como gato mascota para ti =^.^=