Capítulo 12: Una pequeña luz en la oscuridad


La luz entraba tenuemente por la ventana debido a lo oscuro de aquel día de invierno, día que lloraba copos de nieve así como lágrimas lloraba el corazón de Kamatari.

Kamatari se encontraba acostado en la cama, tal y como lo había estado durante la última semana desde que llegase, no tenía ganas de nada; y tal vez hubiese muerto si no fuese por Steven... eso Kamatari lo sabía, no se estaba comportando de la mejor manera. Incluso había llegado a insultar fuertemente al rubio, entonces... ¿Como era que Steven aún permanecía a su lado?, eso era un verdadero misterio para el joven oriental... pero ni siquiera en eso tenía ganas de pensar, lo único que quería era morirse. Kamatari hundió aún más el rostro en la almohada y se metió aún más profundamente dentro de las frazadas.

Entonces un ruido sus espaldas le señaló que a Kamatari lo que estaba a punto de suceder.

- "¿Qué es lo que te pasa ahora cariño?... ¿Tienes frío?... hmmm, creo que lo mejor sería un buen baño caliente para ti, eso te reconfortará."- Steven acarició cariñoso el cabello de Kamatari y le plantó un beso largo y suave en la nuca antes de pararse para llenar ollas con agua y ponerlas a calentar para darle un baño a su amor.

Steven efectuó todo aquello mirando de vez en cuando a su pequeño ángel caído. Le dolía en el alma verlo en aquel estado, pero al parecer no podía hacer nada al respecto. Prácticamente llevaba una semana rogándole que se animara... que se levantara... pero lo único que Kamatari había hecho era dejarse morir en aquel lecho. Así que lo único que Steven podía hacer era al parecer ayudar a su amor a efectuar lo mínimo diario para cuidarlo; bañarlo, darle de comer y revisar la herida y limpiarla, cambiar el vendaje... si, era todo lo que Steven había podido hacer. Aparte de eso por lo menos se contentaba con limpiar las habitaciones donde se encontraban las aves que se habían quedado durante el invierno mientras Matt y/o Kate visitaban a su amado. Esa había sido la rutina de todos los días; y luego de lograr que Kamatari almorzara lo mínimo necesario para seguir subsistiendo, Steven se preparaba para llevarlo a bañar... pero aún faltaba un buen rato para que el agua se calentara. Steven se acercó una vez más a su pareja.

- "Listo bebé, ahora solo esperamos un rato más. ¿Quieres que te traiga alguna otra cosa?... ¿Algo de comer?... ¿Algo de leer?... ¿Un dulcesito?... ¡Algo salado!... a ti te gustan las medialunas de mantequilla... ¿quieres que vaya por una a la panadería?..."- Steven ya se encontraba desesperado pues sin importar que no lograba que Kamatari le dijera nada, pero aquella vez fue peor.

'Medialunas de mantequilla'... Hime adoraba comer sus migajitas cuando Kamatari se compraba una... y no pudo evitar llorar una vez más.

Steven observó a su amante convulsionarse una vez más bajo las gruesas mantas, una vez más estaba llorando. ¿Ahora que había dicho?... no lo sabía... pero era casi seguro que había sido su culpa una vez más... ¡él y su gran boca!. Steven hizo entonces lo mismo que había hecho en cada una de las veces anteriores; sacó a Kamatari de entre las frazadas y lo abrazó fuertemente contra su pecho dejándolo llorar hasta que la última de las lágrimas surcara aquellas mejillas que él tanto amaba; y pasó un buen rato hasta que esto sucediera. Entonces Steven se quedó acariciando el cabello de Kamatari y una idea surcó por su mente... tal vez un ligero cambio. Bueno, por lo pronto el agua estaba ya caliente, era hora de darse un baño.

- "Shhh... ya pasó... vamos ahora a tomar ese baño... ¿de acuerdo?."

Steven comenzó entonces a moverse por todos lados. Comenzó a llenar la bañera con agua fría para luego unirla con el agua ahora caliente; pero antes sacó toallas y la otra bata de Kamatari y las llevó al baño. También separó unas vendas limpias y una especie de talco desinfectante que el doctor Kasaki le había dado a Steven para evitar infecciones en la herida de Kamatari. Luego Steven llevó las ollas de agua caliente y las mezcló con la fría hasta obtener la temperatura deseada y luego agregó sales arómaticas y preparó además el baño con burbujas... por último tomó a Kamatari en brazos y lo llevó al baño, lo sentó en un banquito y le sacó la bata que en aquellos momentos tenía. Revisó la herida antes de meterlo al agua... por lo menos ya estaba lo suficientemente cicatrizada como para que Kamatari pudiese darse baños de tina; Steven besó el pecho de Kamatari y trazó un camino de besos hasta el hombro donde tenía la cicatriz... gracias a Dios que no había tocado ningún nervio; abrazó a un desnudo Kamatari fuertemente... de seguro moriría si lo llegaba a perder alguna vez. Por último mostró una brillante sonrisa a su amado antes de meterlo en la humeante bañera.

- "Hora de hacer caldito de Kamy..."- dijo Steven con travesura mientras metía a su amor en el cálido y burbujeante líquido, y Kamatari no pudo evitar exhalar un suspiro al sentirse allí... por lo menos eso hacía sonreír a Steven y hacerlo pensar que no hacía aquello en vano.

Steven comenzó a enjabonar la espalda de Kamatari y luego el pecho con mucho cuidado de no tocar la herida del hombro... por lo menos ya habían dejado atrás los baños de esponja hacía un par de días. Steven se había vuelto un excelente enfermero, en especial por que ponía toda la delicadeza de la que era capaz al tan solo tocar al oriental.

- "¿Está bien como te lavo el cabello o estoy jalando muy fuerte?."- Steven trataba de sacar por lo menos alguna palabrita de vez en cuando, pero con una leve negación de cabeza de Kamatari era suficiente para saber que no estaba jalándole el cabello a Kamatari... aunque eso era virtualmente imposible en realidad.

Luego del baño, Steven cambió a Kamatari las vendas luego de limpiar una vez más la herida y lo sentó en el sillón de la habitación. Limpió todo en el baño y volvió para meterse en la cocina por unos minutos, para luego regresar con una taza humeante de té con mucha leche y azúcar y un bollito.

- "Hora de un aperitivo."- anunció Steven mientras se sentaba en una silla que había jalado y puesto delante del sillón.- "Vamos, toma este té que te hará bien."- insistió una vez más Steven mientras acercaba a la humeante taza una cuchara y sacaba un poco y soplaba.

Kamatari miró la cuchara y luego a Steven, y entreabrió los labios ligeramente... se sentía miserable al tratar a Steven de esa manera, pero estaba tan deprimido... no quería saber ni hacer nada... su Hime se había ido, su bebé ya no estaba. Cucharada a cucharada Kamatari bebió el té y casi por migajas se comió más de la mitad del bollo, y luego se quedó mirando por la ventana la nieve caer, y sintió que su corazón se enfriaba cada vez más, como el aire que soplaba fuera de la ventana.

**********

Otro día más de una miserable existencia. Kamatari se había levantado temprano como todos los días, y como siempre se había quedado quieto debido a la falta de ganas de mover músculo alguno. Suspiró... Steven acababa de despertarse hacía unos momentos y preparaba el desayuno... pero él no tenía ganas de comer. Igual lo iba a hacer así que no servía pensar en ello.

- "¡Buen día!."- saludó Steven bastante animado mientras besaba los labios de Kamatari al tiempo que dejaba a un costado una bandejita con el desayuno- "Adivina que vamos a hacer hoy."- exclamó Steven mientras acercaba un pedazo pan con mermelada y se lo daba a Kamatari.

Kamatari por su lado le lanzó una mirada por lo menos algo significativa... no tenía la más mínima idea de lo que iba a hacer con su vida, mucho menos de lo que iba a pasar ese día.

- "Ah, ah... no... no me vas a sacar información con esa linda y provocativa miradita tuya... tendrás que esperar a saber cual es la sorpresa."- y entonces Steven mostró una radiante sonrisa y le dio un poco de los huevos revueltos que había preparado (es cierto... después de que Steven y Kamatari mudaron a las aves, Steven hizo una pequeña adición a la familia... trajo una gallinita y un gallito, y ahora tienen 2 huevos frescos cada mañana para el desayuno).

Luego las cosas transcurrieron normales como siempre, incluso cuando Josh vino de visita trayendo a Ryan, Steven aprovechó como siempre para ir a limpiar las habitaciones de las aves... luego regresó y como la pareja visitante aún se quedaba un rato más Steven aprovechó para darse una ducha rápida. Luego Josh decidió que ya era hora de volver a su habitación y Steven continuó con lo de siempre hasta que vino Matt de visita y entonces Steven se lo llevó sospechosamente a un costado de la habitación contigua.

- "¿Qué es lo que pasa Steven?... Te ves raro."

- "Hmmm... es que te quiero pedir un favorcito chiquitito... ¿se puede?... ¿Por favor?."- Steven suplicó poniendo su mejor mirada de cachorrito perdido y desamparado para Matt.

- "¡Tranquilo hombre!, si ni siquiera me has dicho de que se trata el favor y ya estás haciendo un espectáculo. Además si es para ayudar a mi amigo... y supongo que así es; sabes que haré todo lo que esté a mi alcance para ayudar. No tienes que poner esa carita entonces."- dijo Matt con algo de fastidio, pues a pesar de todo no estaba tan acostumbrado a que otro hombre hiciera ese tipo de espectáculo para conseguir algo de él... por lo menos Kamatari había hecho ese tipo de cosas la menor cantidad de veces posible.

- "¡Si!; entonces me cuidarás a mi Kamy durante un par de horas mientras voy a hacer un arreglo con alguien. Bueno, tal vez demore menos de un par de horas... tal vez solo una hora..."

- "Eso era todo; cuidarlo... no sé porque haces entonces tanto escándalo... además, Kate también va a venir después, así que de todas maneras me iba a quedar un buen rato. ¿Y a donde vas si se puede saber?... no es que me esté entrometiendo..."

- "Pues... voy a traerle una sorpresa a mi Kamy; algo que espero, lo haga sentirse mucho mejor."

Matt miró a Steven con intriga; y es que al rubio se le ocurría cada cosa de vez en cuando... pero la verdad era que la mayoría de las cosas que Steven había planeado para Kamatari luego de que ambos se volvieron pareja, habían hecho sonreír al oriental siempre... Matt solo esperaba que esta vez no fuese la excepción.

Pasó cerca de una hora más antes de que Steven anunciara que iba a salir y se despidiese de Kamatari con un cariñoso beso.

- "No me extrañes demasiado cariño."- había dicho mientras acariciaba su cabello y le plantaba otro beso en la frente luego de haber besado sus labios.

Kamatari miró a Steven irse y de pronto se sintió vacío. En toda la semana que Kamatari se había sentido deprimido, Steven no había dejado la habitación por más de 15 minutos, y ahora se iba a la calle por quien sabía cuanto tiempo... aunque claro, él tenía derecho a continuar con su vida y no estar sujeto exclusivamente a lo que sucediese con el oriental. Kamatari suspiró.

- "Bien amigo mío, tú mandas. ¿Te gustaría hacer algo en especial?."- Matt mostró entonces una sonrisa algo forzada a su amigo mientras lo miraba expectante.

Kamatari miró a Matt sin muchas ganas y suspiró; por último se metió bajo las mantas y no presentó más señales de vida durante un buen rato. Matt parpadeó y suspiró, siempre era igual; ¿cómo era que Steven soportaba aquello todos los días?. De verdad que debía de estar bastante enamorado para actuar tan pacientemente.

**********

Steven se bajó con rapidez del coche luego de pagarle al conductor y comenzó a caminar entre las casas de una pequeña quinta con paso seguro a un destino al parecer bastante conocido, pues ni siquiera reparaba en el lugar o su camino, simplemente caminaba como por instinto.

Luego de unos minutos por fin se paró frente a una puerta y la toco de manera enérgica, deseando luego no haber sido demasiado brusco.

- "¡Ya voy!."- sonó una voz femenina, tras la cual se escuchó el ruido de alguien bajando unas escaleras al parecer viejas y crujientes. Unos segundos después se abrió la puerta dejando ver a una joven que salió en una bata y con el cabello mojado, al parecer la había sacado del baño.

- "¡Cassie!... lo siento cariño, no sabía que te estabas bañando."- Steven puso entonces su carita de culpabilidad y sus perrunas orejitas salieron a flote.

- "¡Steven!"- grita Cassie mientras se tiraba encima de Steven de manera desvergonzada y lo abrazaba emocionada- "¡Malvado!- dijo entonces la joven muchacha mientras le tiraba un golpe a Steven en el pecho, que sin embargo no produjo ninguna reacción de dolor por parte del chico- "Por lo menos pudiste haber venido un poco antes a visitarme... ¡Llevo meses sin saber nada de ti!."

- "Lo sé cariño, por eso tengo mucho que contarte esta vez... y pedirte que me hagas un favorcito... tu sabes"

- "Eso se nota, no vienes por aquí hace tiempo y ya necesitas algo de atención... ¡Solo mirate!, estas hecho un desastre. Deja que voy a buscar mis cosas arriba y..."

- "¡Espera!; es que... no es para mi... esta vez."

- "¿Ah, no?."- Cassie miró a Steven algo confundida... aunque claro que si le iba a dar otro cliente no era tan malo; pero igual se sentiría mejor si le diera un tratamiento a Steven.

- "No, es para que atiendas a otra persona; lo necesito de manera desesperada... ahora mismo si fuese posible."

- "Claro... solo déjame cambiarme y recoger mis cosas. ¡Pero antes...!"- Cassie señaló hacia Steven con un dedito acusador.

- "No, en serio; yo no necesito..."

- "¡Yo soy la experta aquí!... así que no discutas. Ve al baño y quitate la camisa como siempre... voy en cuanto esté lista."- y Cassie se retiró escaleras arriba de nuevo, luego se escuchó una puerta cerrándose.

Steven miró hacia las escaleras que ahora se encontraban en calma y suspiró... bueno, por lo menos ya estaba allí y esa chica revoltosa no lo iba a dejar irse hasta que... Steven suspiró. En fin, por que no. Y Steven se dirigió hacia el lugar señalado mientras se sacaba el abrigo y la camisa por el camino.

**********

Había pasado casi una hora y media desde que Steven se fuese, y Matt se habría vuelto loco si no fuese porque Kate había llegado hacía ya casi 40 minutos y ahora conversaba en un animado monólogo que sin embargo había captado la atención de Kamatari e incluso se las había arreglado para de alguna manera hacerlo comer un pan sin que se diese mucha cuenta debido a lo interesante de la conversación.

Matt le hizo señas a Kate para que se fijase en él y poder preguntarle casi de manera muda si necesitaba alguna otra cosa. Kate negó con la cabeza y una sonrisa en los labios, y siguió entreteniendo a Kamatari; al parecer por alguna razón ella lo conocía mucho mejor que él, y hablaba de temas que le interesaban al oriental como... adornos para mesa o arte... y esas cosas. La verdad que Matt no sabía mucho de eso, así que prefirió alejarse de nuevo y seguir mirando desde su rincón.

Entonces un sonido en la otra habitación indicó que la puerta acababa de abrirse, Steven había llegado por fin. Y unos pasos le indicaron a los tres que se encontraban allí que éste se acercaba hasta donde se encontraban ellos.

- "¡Hola todos!... ya llegamos."- dijo Steven con una sonrisa triunfal, y entonces todos sintieron que Steven se veía diferente... de alguna forma.

Y de pronto una chica joven y de aspecto risueño se presentó detrás del rubio mientras saludaba de maneras efusiva a todos los presentes y reclamaba por su siguiente cliente de ese día. No falta decir que más de una mirada extrañada se posó sobre ella en aquel momento.

- "Él es tu cliente ahora cariño."- dijo entonces Steven mientras señalaba a Kamatari con un gesto cariñoso.

La chica examinó entonces a Kamatari a lo lejos y luego se acercó rápidamente y lo examinó de cerca; y luego tomó su cabello y lo examinó aún más de cerca todavía. Luego miró todo el rostro de Kamatari mientras que al parecer lo comparaba con su cabello; y por último sonrió y miró a Steven con satisfacción.

- "Bueno, su peinado actual le favorece mucho; pero creo tener en mente uno mucho mejor aún. Que alguien lo lleve al baño y le quite la camisa porque parece que él solo no puede... yo iré sacando mi equipo."

- "Gracias Cassie."- dijo Steven con evidente felicidad, tras lo cual se acercó a Kamatari y lo alzó con premura sacándolo de entre las frazadas.

Kamatari ahora estaba intrigado, y mirando sin querer a la chica a la que Steven había llamado Cassie, la vio sacando unas tijeras y peines y escobillas y también una navaja de afeitar, y entonces miró de nuevo a Steven y notó que era lo que éste tenía de diferente... se había cortado un poco el cabello. Entonces eso quería decir que a él también le iban a hacer un corte de cabello.

Kamatari casi se queja en un primer momento, pero luego decidió que daba lo mismo... no le importaba en realidad lo que pasase con él. Entonces estaba bien, por lo menos eso pensaba Kamatari.

Steven entonces llevó a Kamatari al baño y lo depositó sobre un banquito que se encontraba justo al costado de la puerta. Luego con mucho cuidado quitó la parte superior del pijama que ahora tenía puesta Kamatari justo al momento que la alborotada Cassie entraba al mismo lugar.

- "¡Oh!... ¡Vendas!. No queremos que se ensucien de cabello, coloca una toalla encima Steven."

- "¡Si mi capitana!, usted manda."- dijo Steven de muy buen humor mientras salía por la puerta solo para regresar segundos después con una gran toalla color blanco y la colocaba justo sobre los hombros de Kamatari, protegiendo éstos y las vendas también.

En pocos minutos Cassie organizó el baño de la pareja para su uso personal, sacando un poco de jabón para el cabello que de paso estaba aromatizado, distribuyendo sus herramientas por todo el lugar de manera más o menos ordenada, y llenando una pileta con agua fría a la que luego le añadiría agua caliente para darle un lavado de cabello a Kamatari luego de terminar de hacer el corte.

- "¡Bien!, ahora que todo esta listo... ¡FUERA!."- rugió Cassie de manera casi teatral, con lo que Steven dejó el baño con una sonrisa que denotaba que tan bien conocía a la chica como para haber esperado algo como aquello... era cierto, a ella no le gustaba que otros estuviesen presentes mientras hacía su trabajo.

Una vez a solas con Kamatari, Cassie lo miró y una enorme sonrisa se dibujó en sus labios rojos por la pintura labial.

- "Bueno, como Steven no me ha dejado mucho tiempo para presentarme lo haré ahora... Mi nombre es Cassie, y desde ahora soy tu peluquera personal. Steven dijo que podía hacer lo que yo quisiera, pero el cabello es tuyo así que prefiero preguntar antes. Quieres que te haga algo nuevo o respeto el diseño que ya tienes..."

Pero aunque Cassie esperó y esperó, Kamatari todo lo que hizo fue mirarla con un cierto aire de incredulidad; y esta vez no era porque no quisiese responder, sino porque estaba tan impresionado por el despliegue de movimiento de hacía unos momentos que se había quedado un poco atontado aún.

- "Bueno, en ese caso tomaré tu respuesta como 'Haz lo que quieras, mi cabello está en tus manos'."- y nuevamente la joven Cassie se movía de manera teatral al referir que estaba imitando a Kamatari, con lo que de pronto para sorpresa de la chica, esta escuchó.

- "En ese caso, así será."

Cassie miró a Kamatari sorprendida ante el tono casi femenino de su voz, así como la suavidad al pronunciar cada palabra... ella creyó oír una voz mucho más varonil, aunque por la apariencia de Kamatari... bueno, es que la vida siempre daba sorpresas. Por lo menos se alegraba de por fin haberlo escuchado hablar, se preocupó mucho cuando Steven le contó por el camino, de su relación, para sorpresa de la chica, seria con aquel hombre; y el motivo específico con el que la llevaba, de por lo menos causar alguna reacción, aunque fuese negativa, en el oriental. Y es que para terror de Steven, éste había dejado de hablar palabra alguna desde hacía una semana antes.

Finalmente Cassie sonrió de oreja a oreja de manera casi infantil, y tomando un poco de agua entre sus manos para mojar el cabello de Kamatari; comenzó a hablar de manera jovial acerca de cualquier cosa que se ocurriese, mientras que con mucho esmero y su par de tijeras y un peine comenzaba a hacer aquello para lo que había sido llevada a aquel lugar.

Mientras tanto, fuera del cuarto de baño; cierta pareja miraba a Steven de manera curiosa en extremo, pues no tenían idea de lo que acababa de suceder luego de que Steven llegase. ¿Quién era aquella misteriosa joven?; aparte de una peluquera claro estaba.

- "Steven..."- Kate interrumpió la sonrisa que Steven había mostrado en los últimos 5 minutos mientras miraba la puerta cerrada del cuarto de baño, más no así pudo evitar que a Steven se lo notara de un muy buen humor.

- "¿Siiiii?"- de alguna manera parecía que Steven no se daba por enterado de nada.

- "Esa chica... Cassie..."

- "Es mi peluquera."- respondió Steven 'casi' serio.

- "Si... eso es obvio... pero... ¿Quién es?, aparte de ser tu peluquera, quiero decir."

Steven miró entonces a la pareja y se dio cuenta recién de que ninguno sabía que estaba pasando en aquel lugar, ni el por que Steven había tenido la idea de que cortarle el pelo a Kamatari solucionaría algo... pues Steven había dicho claramente a Matt que iba a hacer algo que estaba seguro que iba a hacer que Kamatari se reanimara; pero si ya lo habían intentado todo... ¿Qué cambio significativo iba a producir un corte de cabello?.

Por su parte Kate ya se estaba arrepintiendo de la pregunta, puesto que ante el silencio de Steven sintió que había sido demasiado indiscreta.

- "Lo siento Steven, si no quieres decirnos..."

- "¡No!, está bien... es que Cassie es muy especial... una buena peluquera, y también una buena amiga. Además la conozco lo suficiente como para saber que su manera de ser reanima hasta a las rocas a su alrededor. Así sea para gritarle, sé que Kamatari dirá aunque sea algo junto a ella... la verdad que ya no se me ocurría nada más; quiero oír de nuevo su voz preciosa... eso es todo."

Kate y Matt se miraron y entendieron, ellos también estaban muy angustiados por Kamatari y el hecho que llevaba una semana sin hablar; así que si esa chica podía lograr que el oriental dijese aunque fuese una palabrita, pues era bienvenida.

Pronto la preocupación de la pareja se disipó, y Kate sintió entonces aquel cosquilleo por saber más de aquella chica, Cassie. La verdad era que la curiosidad la estaba matando; así que sin más rodeos preguntó.

- "¿Y dónde la conociste?."- la curiosidad de Kate era más que evidente.

- "¡Kate!"

- "Esta bien Matt... debemos entretenernos en algo mientras ella vuelve loco a mi dulcesito de naranjita allí dentro. Bien, veamos... como la conocí... pues, fue unos 3 o 4 meses luego de ingresar al primer año... si, fue casi por la primavera... yo iba caminando por la calle, para variar, y entonces la ví..."

*****Inicio del flash back*****

Steven se encuentra, como tantas veces lo ha hecho ya, faltando a clase y vagando por las calles del centro. Mira todas las vitrinas y piensa en que cosas bonitas podría comprar para mandarle a sus hermanas y sus padres; al igual que al Barón, a quien tanto quiere. Además claro está en enviar seductoras miradas a cuanta chica o chico bonito se pase por su camino... aunque claro para él es solo un juego de miradas en ese momento, no iba a llegar a más con un/a completo/a desconocido/a... ¿o tal vez si?.

Camina y camina cuando, de nuevo, su rebelde cabello se decide a tomar control de la situación gracias a una pequeña ráfaga de viento que se cruzó por su camino. Steven sin hacer mucho caso, devuelve los mechones a lo que podría llamarse su lugar de una sola pasada de mano. Sabe que tiene que comenzar a pensar en buscar una barbería buena, pero ya habría tiempo para eso; en realidad tenía planeado meterse a la primera que encontrase y ya; después de todo, solo es cortarse un poco las puntas.

Entonces un grupo de niños jugando llama su atención. Juegan de manera esmerada con un cachorrito que les mueve la cola y les hace fiesta ante cualquier cosa que le den; lo más probable es que le estuviesen enseñando a traer cosas... ¿cuantas veces hizo él lo mismo?. Steven se quedó embelesado viendo a los niños y sin darse cuenta comenzó a seguirlos mientras rememoraba su propia infancia llena de mimos y juegos por parte de todos aquellos que lo vieron crecer... bueno, casi todos. Su hermano Nick era demasiado estirado para haber formado parte de su maravillosa infancia, y sin embargo allí estaba su rostro malhumorado recordándole cada 10 minutos que un hijo de buena familia no se revuelca en el lodo... o que un hijo de buena familia no va con la servidumbre a comprar al mercado la lista del día... o que un hijo de buena familia no despulga a un mugroso gato callejero con sus propias manos... o que un hijo de buena familia esto o aquello. Bueno, no todo se puede tener en la vida; ni siquiera en la infancia. Steven sonrió con sorna para si mismo; ¿qué fue lo último que no hacía un hijo de buena familia?... ¡Ah, si!, no se mostraba en público con alguien del mismo sexo como pareja, porque era un desaire increíble para la reputación familiar... y sin embargo tuvo que tragarse sus palabras cuando... Steven sonrió; si, siempre Nick terminaba tragándose sus palabras cuando el asunto se relacionaba con Steven.

Entonces el ruido de un niño llorando lo devolvió de pronto a la realidad; y al volver su atención al grupo de niños que se encontraba con el cachorrito pudo ver a un chico muchísimo mayor cogiendo al pobre animalito por la cola y a los niños tratando de coger a su cachorrito como fuese. Eso a Steven le pareció más que demasiado y pronto se encontraba persiguiendo a aquel muchacho a través de callejones y calles a gran velocidad; hasta que finalmente la excelente condición atlética de Steven lo ayudó a alcanzar al muchacho en cuestión y luego de darle ligeramente su merecido lo dejó ir mientras sostenía con cuidado al cachorrito y lo revisaba. Había tenido suerte, el animalito solo estaba asustado y nada más; Steven suspiró aliviado.

Dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso tratando de recordar el camino exacto por el cual había venido pues al parecer la carrera lo hizo meterse por lugares que no conocía cuando de pronto uno de aquellos pequeños niños se acercó corriendo hasta donde estaba el rubio y sonrió de felicidad al ver que había recuperado su mascota. Steven se sintió bien y de pronto sonrió para sus adentros al ver su imagen reflejada en el vidrio de una ventana... ¡Se veía hecho un desastre con el cabello así de revuelto!; bien, que se le iba a hacer, a él no le molestaba, pero de seguro a su querido hermano mayor le hubiese dado un síncope.

Steven comenzó a caminar entonces sin rumbo fijo; la verdad que no tenía (según él) nada más que hacer, así que no le daría mal caminar por aquellas calles y conocer un poco más. Tal vez y hasta encontrara una de esas pastelerías donde los postres eran mejores que en las pastelerías caras... en especial los postres con fresitas, mmmmm...

Steven caminó y caminó hasta que de pronto algo llamó su atención; vio algo así como una filita de regular tamaño con gente de toda edad y sexo en ella, y ésta estaba frente a una puerta semiabierta de una de las quintas por las que estaba paseando. Parecían estar esperando algo.

De pronto Steven estaba que se moría de curiosidad; así que con una sonrisita de travesura infantil en el rostro se acercó a la fila tratando de indagar de que se trataba... tal vez vendían comida, eso sería bueno porque él desfallecía de hambre. Entonces vio un cartelito que le hizo pensar que tenía mucha suerte al final. En ese cartelito decía "Se hace cortes de cabello por ¢5..."; bueno, no se podía ver todo el cartelito pero la verdad que ¢50 era bastante barato, teniendo en cuenta que en la mayoría de las barberías le cobraban $1.00 que era el doble y no era tan buena la atención, así que pagar la mitad por un corte de seguro igual de malo le parecía justo. Pronto Steven comenzó a formar parte de la filita que se encontraba frente a aquella puerta.

Pasaron casi 2 horas antes de que Steven llegase a la puerta, pero teniendo en cuenta la cantidad de gente que estaba antes que él, le parecía que la fila había avanzado rápido. Pero entonces era su turno, y al salir el cliente que estaba delante de él (cuyo corte le pareció por cierto bastante bueno), de pronto Steven se encontraba frente a una joven que lo miraba con tanta curiosidad como él la miraba a ella. La joven le sonrió y le pidió que pasase adelante.

Steven revisó el lugar; era una habitación bastante estrecha en realidad; pero estaba amueblada a manera de una salita, así que Steven supuso que eso era. La joven lo guió hasta una puerta y de pronto le pidió que se quitase la camisa, Steven la miró entre curioso y divertido.

- "Es que no quiero que tu camisa se ensucie con cabello cuando te corte."- se explicó la joven al ver el rostro de Steven- "Eso de poner una sábana sirve, pero no del todo... además siempre termino mojando a todo el mundo con el agua que utilizo para que el cabello se quede quieto."- terminó de decir la joven más para sí misma que para Steven.

A Steven las razones le parecieron válidas y se sacó la camisa, dejando a la joven babeando en el proceso debido a que la holgada ropa de Steven no la había preparado para ver aquel cuerpo tan perfecto. La chica tuvo casi que pellizcarse para mantener la cordura.

- "Si, bien... hay una silla en el baño, trabajaré allí. Por cierto, mi nombre es Cassie, puedes llamarme así; y si puedes colócate el mantel que está detrás de la puerta encima para no ensuciarte los pantalones ni dejarte cabello que te pique."- dijo la joven.

- "¿Cassie?, lindo nombre... yo soy Steven; por cierto que tienes muchos clientes."

- "¡Así es!."- dijo la joven con orgullo- "¡Y es que soy la mejor de todo el mundo, jojojojojo."- Cassie comenzó a reír de una manera teatral y algo altanera, lo cual le hizo aún más gracia a Steven, más pronto recuperó su postura seria (si es que a ella se le podía llamar seria) y preguntó con un tono algo más profesional- "Bien, ¿qué es exactamente lo que quieres Steven?; porque con ese cabello que tienes puedo hacerte un sin fin de cosas."

Steven sonrió; Cassie era la primera que le preguntaba lo que él quería en vez de solo comenzar a cortar hasta dejarlo con el cabello de una forma parecida a lo que se suponía era el corte clásico.

- "No sé, solo quiero que se me vea bien... y no se me esté cayendo encima de los ojos todo el tiempo."- bueno, esa era la verdad.

Pero de pronto Steven pudo ver aquel brillo en los ojos de la chica al observarlo.

- "¿Entonces me dejarías intentar algo nuevo?... ¡Prometo la devolución del dinero si no te gusta!."

Steven solo se encogió de hombros y se relajó, ¿qué más daba?, si igual el cabello le iba a volver a crecer luego. De pronto ambos se encontraban en una charla animada en donde la joven le contaba un resumen de su vida completa desde que salió de casa de sus padres y decidió vivir sola (aunque no con el consentimiento de éstos claro).

- "... así que me vine para aquí, pero este departamento es lo único que conseguí con el dinero que tenía; no es un lugar muy fino pero la gente es amable. Luego comencé a hacer cortes de cabello para ganarme algo extra y ahora vivo de eso."

- "Vaya que has tenido una vida agitada... yo solo me vine aquí a estudiar porque mis padres me enviaron. Supongo que a pesar de todo me falta mucho por vivir y conocer."- Steven suspiró.

- "¡¡¡LISTO!!!."- anunció de pronto la joven con satisfacción, mientras que por su parte Steven sentía que el tiempo había sido demasiado corto.

Sin embargo, cuando Steven se observó en el espejo sintió de pronto que era en realidad a sí mismo a quien veía. Ese nuevo corte que le había hecho casi definitivamente lo hacía ver como él mismo. El flequillo largo sobre la frente ya no lo molestaba y además le gustaba la manera en la que caía, algo así como ordenado y a la vez aún rebelde; y la manera en que su cabello aún largo se mostraba ahora ordenado... era una obra de arte. Por su parte Cassie se veía satisfecha al observar no solo su trabajo, sino la satisfacción de su cliente.

- "¡Maravilloso!!- exclamó Steven, y pronto pagaba los ¢50 centavos mejor invertidos de su vida; en realidad sintió que no pagaba lo suficiente.

Por su parte Cassie lo despidió y pronto hacía pasar a otro cliente, más de pronto la chica sintió que lo que Steven le había dado era demasiado pesado para ser... y vio su mano... ¡Dos monedas de un cuarto!... cin... cin... ¡¡¡Cincuenta centavos!!!... ¡¡¡ESO ERA 10 VECES LO QUE ELLA COBRABA!!!. Entonces Cassie trató de llamar a Steven más este ya se había ido a buscar algo para almorzar, pues el estómago había empezado a gruñirle ni bien salió de la casa de Cassie.

*****Fin del Flash Back*****

- "... y luego de eso volví como a los, mmm... déjame ver... 2 meses más o menos; y Cassie me dijo que me lo iba a devolver de alguna manera porque había gastado el dinero extra en una nueva tijera ya que la suya prácticamente había desaparecido de tantas veces que le había sacado filo; además de que ya no cortaba tan bien. Me dijo que me iba a hacer el corte gratis... pero se me olvido saliendo y volvía a pagarle ¢50; así que finalmente le dije que es sería la tarifa que iba a considerar siempre a pesar de cualquier protesta que hiciese... además ella necesita el dinero. Yo sé que más que otra cosa cobra esa cantidad de cinco centavos porque la gente que vive por donde ella no tiene para pagar más, pero yo sí; así que cuando se trata de mi o alguien que le llevo siempre le pago ¢50."

Kate estaba encantada; al parecer esa chica Cassie era bastante agradable además de una excelente estilista; además era cierto, ¢50 no era tan caro, por lo menos para ella.

- "¡Me encantaría que ella me cortase el cabello alguna vez!."- exclamó Kate con emoción.

- "¡Pues para mi sería un placer!."- dijo de pronto Cassie apareciendo de la nada y comenzando a revisar el largo y rizado cabello negro de Kate.

Kate miraba embelesada a Cassie mientras ella le explicaba un sin fin de peinados los cuales podría llevar y animándola a tal punto que el pobre Matt ya estaba siendo colocado en la lista de clientes de Cassie aún antes de que el chico pudiese decir algo al respecto. Y así esos tres estaban demasiado distraídos para darse cuenta de lo embobado que se había quedado Steven al ver delante suyo a cierto chico que ahora lucía el cabello de una manera que lo hacía verse algo diferente.

Steven vio a Kamatari salir con pasos lentos del cuarto de baño, con una toalla aún alrededor de los hombros desnudos que revelaban los vendajes que cubrían su herida. Kamatari miró a Steven y un ligero rubor cubrió sus mejillas en el momento. Por su parte Steven miraba a su pareja como si viese un ángel recién caído del cielo; y es que eso era lo que creía estar viendo.

Kamatari llevaba ahora el cabello cortado de tal manera que el borde inferior de su anterior peinado había desaparecido ya por completo, siguiendo ahora su cabello la misma ruta que su cuello, por el cual bajaba y se perdía. Por otro lado, su cerquillo había quedado casi igual que antes. De alguna manera el nuevo peinado lo hacía verse más masculino, y sin embargo no por ello perdía su elegancia inicial.

Steven avanzó hasta su pareja y lo abrazó con delicadeza, hundiendo el rostro el la curva del hombro sano del oriental y besándolo de manera tierna en el lóbulo de la oreja; luego lo miró de nuevo a los ojos y le plantó un beso en la frente.

- "Te ves muy hermoso Kamy-koi."- dijo Steven con voz ronca, haciendo que Kamatari se terminara de sonrojar por completo, sobre todo por el hecho de que el rubio solo lo había llamado así y con un tono de voz tan intenso cuando ambos habían compartido momentos muy íntimos. Pero antes de que Kamatari pudiese seguir pensando en alguna otra cosa más un lento, cálido y largo beso en los labios le hizo olvidar todo durante un momento. Por su lado Steven se encontraba en el mismo cielo también, con lo cual ambos parecieron olvidarse el hecho de que había más gente en la habitación.

Más pronto fue el Kamatari quien rompió el beso y se hundió en el pecho de Steven. Todavía no se sentía preparado para expresar sus sentimientos, aún sabiendo que de esa manera solo podía llegar a lastimar al rubio. Más Steven pareció entender pues todo lo que hizo fue abrazar aún más fuertemente a Kamatari y mecerlo lentamente un rato antes de alzarlo en vilo y meterlo a la cama.

Por su parte cierto trío se preparaba para una elegante retirada cuando de pronto la voz de Steven los detuvo. Steven se acercó entonces a Cassie y puso dos dólares en su mano, a lo que la joven lo miró sin entender.

- "Por el corte que me hiciste a mi; por el de mi Kamy... por el de Kate, y por el de Matt."- señaló Steven con una sonrisa- "Gracias amiga mía; eres la mejor."

Cassie solo sonrió y guiñó en complicidad a Steven; tras lo cual se fue arrastrando a Matt con ayuda de Kate por las escaleras hasta cierta habitación del segundo piso.

Steven entonces volvió al lado de Kamatari y se sentó al borde de la cama. Le quitó la toalla a Kamatari y luego se fijo que no quedaran restos de cabellos entre los vendajes. Luego acarició la mejilla de Kamatari mientras lo miraba de manera intensa.

- "Entonces... ¿No estás molesto conmigo por haberla traído sin consultar?... Espero que no, porque en verdad te ves ka-wa-ii."- Steven trataba de darle un tono de travesura al momento para ocultar el nerviosismo tan intenso que sentía.

- "No."- de pronto susurró Kamatari haciendo que la mano de Steven se helara en un nuevo recorrido por la mejilla de su pareja.

Entonces sin previo aviso los labios de Kamatari fueron cubiertos por un beso casi devorador por unos segundos; y al separarse Steven de Kamatari, este último pudo ver que los ojos del rubio estaban parcialmente cubiertos de lágrimas, así como en sus labios se dibujaba una sonrisa.

- "Te amo."- Steven no podía creer que había vuelto a escuchar esa voz hermosa tan de improviso. Pronto todo lo que atinó a hacer fue abrazar fuertemente a Kamatari y mantenerlo junto a él... juntos por siempre; eso era lo que quería hacer. Entonces una nueva idea surgió en la mente del joven americano... lo que lo hizo pensar que su siguiente movimiento sería más que importante; así que al día siguiente debería ir a enviar ese mensaje de manera urgente por la oficina de telégrafos, así como hablar con Kate y Matt acerca de aquello... si, el día de mañana sería un día muy importante entonces. Pero en ese momento, no había ningún lugar mejor que al lado de su amor, así que abrazando aun más fuerte a Kamatari, Steven se acomodó mejor en la cama y dejó que el sueño inundara a esa temprana hora sus sentidos.

**********

A la mañana siguiente, Steven despertó temprano como siempre, y como siempre no pudo evitar el quedarse contemplando durante un buen rato al chico dormido a su costado. Aún recordaba como su Kamatari había susurrado alguna que otra palabra durante la noche y lo maravilloso que eso lo había hecho sentir. Steven suspiró antes de plantar un beso delicado en la mejilla de Kamatari, no quería despertarlo... no antes de que tuviera aquello solucionado por lo menos.

Con cuidado, Steven dejó la cama y comenzó a separar su ropa para cambiarse luego de un buen baño, también debía de ver si podía dejar a su Kamy con Matt o Kate, puesto que sabía muy bien que Josh no podría porque ese día tocaba una sesión de Ryan con sensei Kasaki. Así que Steven procedió a hacerse un desayuno ligero a la vez que preparaba algo para su pareja (un bollito con algo de mermelada no estaría mal) y escribía una nota rápida para que su Kamy no se sintiera abandonadito si es que llegaba a despertar antes de que él hubiese vuelto.

Luego de bañarse y cambiarse, Steven dio una última mirada a su ángel durmiente y con gran congoja por dejarlo por segunda vez en menos de dos días, se dirigió al segundo piso a buscar a Matt... eran las 9 de la mañana aproximadamente.

Ahora Steven se estaba desesperando, llevaba casi 3 minutos frente a la puerta de Matt y este no contestaba. Suspiro. Seguramente había salido junto con Kate, por lo que no valía tampoco ir a ver hasta el edificio de Kate; a Steven entonces se le presentó una encrucijada... a pesar de que le había dejado una nota y todo, pues no había visto la posibilidad de dejar a Kamatari solito en el departamento... no aún. Steven apretó sus manos una contra la otra, ansioso... pero...

La determinación llegó a los ojos color cielo de Steven. Aquello no podía posponerse por ningún motivo; tenía que ir a la oficina del telégrafo cuanto antes y arreglar aquello de una vez por todas. Steven alzó los ojos hacia arriba; solo esperaba que nada malo sucediese por dejar a su Kamy solo.

Unos minutos después, Steven cruzaba a toda velocidad el enrejado que lo sacaba de los límites de la Universidad.

**********

Kamatari abrió los ojos lentamente, se sentía exhausto tanto física como mentalmente. Entonces un sentimiento extraño lo hizo voltearse, solo para encontrarse con lo último que pudo haber pasado por su mente... un espacio vacío en el otro extremo de la cama. De pronto un sin fin de pensamientos asaltaron su cabeza... 'Estaba solo'.... '¡Lo había dejado!'... Steven por fin se había aburrido de soportarlo y lo había dejado... las lágrimas acudieron al rostro de Kamatari casi por reflejo, sin que este siquiera se diese cuenta.

Kamatari había comenzado a respirar de manera agitada y su mente era un total caos; cuando de pronto algo marrón con rosa llamó su atención desde sobre la mesita de noche... ¿Era aquello acaso un bollito de los que Steven compraba?, si, lo era; y además tenía mermelada de fresa encima. Kamatari se secó las lágrimas con el envés del puño de su pijama y se acercó ligeramente hacia su mesita, entonces lo notó. Había un papel debajo del pequeño platito que tenía encima el aperitivo. Kamatari tomó la nota y la leyó, y un gran alivio se apoderó de todo su ser... Steven no se había ido, no lo había dejado... la nota decía que había tenido que salir por un asunto urgente y que volvería cuanto antes; y entonces Kamatari se regañó por ser tan estúpido... ¿Es que acaso pudo haberle pasado por la cabeza el hecho de que Steven dejara de lado su vida para estar eternamente a su lado?... ¡¿Qué pasó con 'solo hasta que dure'?!, porque tarde o temprano Steven iba a decidir acabar con aquella relación, tal vez más temprano de lo que cualquiera creyese, puesto que ahora que estaba solo, de pronto Kamatari se puso a pensar en su situación junto a su pareja, y la verdad que en los últimos días no le había traído más que sinsabores al rubio. Pero si, debía de admitirlo... en algún momento llegó a pasar por su cabeza que Steven se quedaría a su lado para siempre... que estúpido.

De pronto Kamatari se dio cuenta que necesitaba pensar; pensar en muchas cosas en realidad. Necesitaba un tiempo a solas, un buen tiempo a solas; y no lo iba a obtener si se quedaba esperando a Steven allí, sobre todo porque lo que tenía que pensar estaba seriamente involucrado con el rubio, con él mismo; y sobre todo, con aquel repentino egoísmo suyo... en serio, ¿desde cuando había tachado a Steven como su posesión, como alguien que estaría a su lado aún cuando lo tratase de una manera tan desagradable?... nadie aguantaba algo como eso, y seguro que el rubio había sido más que tolerante.

Los ojos de Kamatari se llenaron de lágrimas una vez más por un momento, y luego tomando una determinación, salió de la cama con cuidado y separó algo de ropa sin siquiera preocuparse en asearse un poco. Luego de cambiarse escribió un nuevo mensaje en el mismo papel en el que Steven el había dejado la primera nota; y por último se marchó de la habitación, el edificio y del campus, sin un rumbo fijo y sin otra cosa clara aparte del hecho de que tenía mucho en que pensar.

**********

Steven llevaba casi 10 minutos esperando y por fin pudo llegar al telegrafista.

- "Si, buen día. Quisiera enviar este mensaje."

- "Hmmm... de acuerdo, destinatario y 50 centavos por favor."

- "Claro, lo tengo aquí apuntado. Aquí tiene. Estooo..."

- "¿Si?."

- "¿Hay problema si me quedo esperando la contestación?, es que es urgente... y de todas maneras sé que me van a contestar antes de que pase una hora."

- "Claro, no hay problema... puede quedarse en la sala de espera, se le llamará cuando llegue su mensaje, señor..."

- "Wildfire."

- "De acuerdo señor Wildfire, pierda cuidado."

Steven sonrió y procedió a tomar asiento en el lugar señalado. Solo esperaba que aquello no demorase demasiado; sobre todo porque la magnitud de la decisión que había tomado comenzaba a infundirle un horrible temor... el temor al rechazo.

**********

Kamatari se encontró de pronto vagando por parajes blancos y fríos; todo estaba completamente cubierto por la nieve en aquellos momentos... y era tan silencioso. En realidad había caminado hasta un pequeño pedazo de bosque que había quedado luego del asentamiento de la ciudad y había sido transformado en una especie de parque. A Kamatari le gustaba mucho, en especial debido al pequeño riachuelo que corría atravesando el lugar; era lo que le daba vida al ambiente. Además habían construido bancas y puentecitos a lo largo de todo el riachuelo, era realmente encantador; Kamatari recordó de pronto el rostro sonriente de Steven sugiriéndole ir al parque a pasar un momento más... romántico. Steven lo había llevado a su primer picnic en aquel lugar sin decirle nada, había sido una más de las sorpresas del rubio.

Kamatari suspiró y se apoyó contra el tronco de un árbol. ¿Qué era lo que estaba haciendo?, él que sabía lo que era sufrir por la persona amada, que se había prometido nunca causarle un dolor semejante al pasado por él mismo a otra persona... él que sabía lo que era sentirse frustrado... ¿Y que era lo que le estaba haciendo entonces a Steven?. Pues justamente eso, lo había hecho sufrir debido a su actitud, y lo peor era que de alguna manera él lo supo, lo supo todo el tiempo... pero estaba tan ocupado autocompadeciéndose a si mismo que no le prestó importancia a aquello que debió de haber tomado como prioridad. Y es que analizando la situación... Steven no tenía por que pagar por la muerte de Hime... nadie tenía por que hacerlo.

Hime... su pequeña lucesita, la cosita blanca que inundó su mirar cada mañana desde casi el mismo momento que comenzó aquella nueva vida. Su muerte había sido un golpe muy duro para él, y sin embargo... fue tan injusto; ahora Kamatari no estaba solo... hacía mucho que no lo estaba, no con sus amigos a su lado; no con su pareja a su lado... su Steven...

Kamatari suspiró sin poder evitarlo mientras cálidas lágrimas resbalaban por sus mejillas y sus dedos dibujaban el contorno de un ave que se vislumbraba blanca en la nieve.

¿En serio Steven seguía aún a su lado?... ¿Después de lo que le dijo?; ¿después de como lo trató?. Pues si, en realidad Steven aún estaba a su lado, y lo cuidaba, y lo mimaba... y lo amaba. Y ahora los pensamientos de Kamatari se dirigían a cuestionarse el hecho de que si amaba a Steven... y la respuesta a aquello era que si también, lo sabía... lo amaba. ¿Y Steven?, pues había dado más de lo que muchos hubiesen creído... aquel chico que no duraba 2 semanas en una relación, que no tomaba en serio a nadie... bueno, eso era lo que se había dicho siempre... y sin embargo Kamatari descubrió a alguien que iba mucho más allá del ser tan superficial que todos creían... alguien con defectos como cualquiera, pero cuyas virtudes superaban con creces cualquier locura pequeña que pudiese ocasionar aquella conducta a veces lasciva, a veces infantil; y de pronto Kamatari se sintió del todo inadecuado para recibir todo aquello que Steven le estaba ofreciendo.

Después de que aquel hombre lo aceptó todo, después de como le ofreció el corazón servido en una bandeja de plata...

- "Kamatari no baka."- y Kamatari se hundió en una banca y suspiró. Si, había mucho en que pensar en realidad.

**********

Steven se apretó un poco más en la banca en la que había estado sentado durante casi media hora, cuando la voz del telegrafista lo hizo alzar la vista. Lo estaban llamando en aquellos momentos, pues un mensaje acababa de llegar para él.

Steven fue casi corriendo hasta la ventanilla a recibir el pequeño papel, y tuvo que reír ante las líneas que había comenzado a leer... definitivamente ella nunca iba a cambiar... siempre pegada al telégrafo y mandando mensajes a sus amigos durante horas de horas mientras congestionaba todas las líneas. Su querida Cherry... su adorada hermana mayor. Y lo mejor fue que le había respondido justo lo que él quería leer.

- "Gracias."- fue todo lo que escuchó el telegrafista justo el momento luego de que Steven le pagase por el mensaje y antes de que una nube de polvo ocupara en el lugar que antes en el estaba el rubio.

Steven prácticamente voló hacia donde varios coches se encontraban paradas y eligiendo una le dijo al chofer donde dirigirse, mientras que en su pecho su corazón golpeaba con tanta fuerza como el galope del semental de una manada de potros salvajes... ahora ya no había marcha atrás.

**********

Kamatari seguía sentado en aquella banca... cuanto tiempo ya, ni él mismo lo sabía, y tampoco le importaba. Había tenido mucho tiempo para meditar, para llegar a una conclusión que él considerase una opción justa... justa para él, Steven no merecía vivir con alguien que le causara penas y dolor; y es que Kamatari estaba seguro de no poder ofrecer cosa alguna ahora que se sentía tan miserable... a menos que...

- "¿Y exactamente como se supone que vas a cambiar Kamatari no baka... como se supone que podrás hacer que Steven se sienta bien si falseas una sonrisa?... No, Steven no se merece estar con alguien como tú... hubiese sido mejor morir aquel día."- terminó de decir casi en un susurro inconsciente el oriental, tras lo cual se paró de la banca y comenzó a caminar en dirección al riachuelito cuando escuchó unas risas provenientes del lugar hacia el cual se dirigía; y algo en el tono de aquellas risas no le gustó... aquel sarcasmo. Un escalofrío recorrió a Kamatari quien se decidió mejor a no acercarse al lugar, hasta que el sonido de una voz infantil lo hizo detenerse.

- "¡Devuélvemela!... ¡¡ES MIA!!."

Las risas no cesaron, es más, aumentaron aún más cuando otra voz... la voz de un adolescente tal vez dijo con sorna e ironía.

- "¿Y que vas a hacer?... ¿Decirle a mamá...? ¡No lo creo renacuajo!... ¿O es que acaso olvidas que ella te prohibió tener sacos de pulgas como este en casa?."

Kamatari se acercó un poco más y pudo ver a un pequeño niño mirar con furia y lágrimas a otro mucho mayor, y luego alejarse corriendo. Luego vio al otro chico aún parado en su sitio, sonriendo de manera algo torcida mientras que los otros tres chicos alrededor suyo lo secundaban.

- "Vaya que le diste a tu hermanito algo para recordar Chuck."

- "Si, el renacuajo debe saber quien manda en la casa. Por lo pronto vamos a divertirnos un poco con todo esto... veamos si es cierto que tiene nueve vidas."

Kamatari abrió los ojos con desmesura al entender lo que había en la bolsa, y más aún al entender lo que tenían planeado hacerle a la pobre criatura; y casi sin poder controlar aquella oleada de furia que había comenzado a invadirlo, Kamatari salió de entre los árboles desde donde había estado escuchando la conversación y con voz decidida y un extraño fuego pintado en los ojos demando con voz fuerte.

- "Suelta al animalito... Tú... Tú..."

Los chicos miraron a Kamatari con una expresión cómica en el rostro. ¿Acaso ese chico tan... femenino... ese raro... les estaba dirigiendo la palabra a ellos?

- "¿Ah, si?... y ¿Quién se supone que va a hacer que la suelte?... ¿Tú?."- la risa que siguió a aquellas preguntas por parte del grupo de chicos solo fue acallada por la señal del insolente chico dando instrucciones a sus amigos para que atacasen al oriental.

**********

Steven llegó como un vendaval hasta el edificio de habitaciones, y fue hacia su primera parada, que como iba a ser en orden de ascendencia se encontraba en el primer piso. Pronto el rubio estaba tocando la puerta de la habitación de Ryan y Josh, solo para ser recibido por el sonriente doctor Kasaki.

- "Ah!, pero si es Steven-san!... Bienvenido, pase."- dijo con una sonrisa sensei Kasaki.

- "Y-yo... lo siento, creí que para esta hora ya habrían terminado con la consulta... Puedo volver luego, no se preocupen."

- "Pero si usted no molesta señor Steven."- dijo Ryan de manera risueña.

- "Es cierto muchacho... además el pequeño y yo terminamos nuestra sesión hace horas... solo que siempre me quedo luego porque esta parejita es muy agradable cuando se trata de una buena conversación."- dijo sensei Kasaki con una gran sonrisa que al parecer se le contagio a Steven, quien alejó algo del nerviosismo que lo había llevado hasta aquella habitación y se dispuso a hablar.

- "Bueno, en realidad me ahorra un gran viaje el encontrarlo aquí sensei... porque igual necesitaba su opinión profesional en caso de recibir una respuesta afirmativa a la petición que estoy por hacerle a Josh y en especial al enanito."

Ahora si que un trío de miradas curiosas se habían quedado posadas de manera notoria sobre Steven, quien a pesar de prácticamente estar sudando a mares; se dispuso a tratar el tema que lo había llevado hasta aquel lugar."

**********

Kamatari tuvo que eludir a los tres chiquillos que se habían abalanzado en contra de él; cosa que no sería tan difícil si no tuviese aquella molesta herida en el hombro... herida que por cierto comenzaba a dolerle mucho, pero lo mejor era pensar lo menos posible en aquello.

Kamatari trataba desesperadamente de alcanzar a aquel muchachuelo malcriado para arrebatarle la bolsa que segundos antes había notado comenzaba a moverse, pero esos chicos no lo dejaban; y fue entre este y otros pensamientos que el oriental se descuidó y recibió un fuerte puñetazo de uno de los chicos en pleno vientre, con lo cual tuvo que utilizar casi todo su equilibrio para no caer al suelo... Bien. Perfecto. Al parecer iba a tener que actuar de una manera un poco más... directa; y entonces, vislumbrando en sus ojos la misma mirada con la que alguna vez el asesino de la hoz gigante aterrorizó las tierras de su patria natal, Kamatari se fue en medio de un grito contra uno de los chicos que apenas y logró escapar al golpe a tiempo. Más la suerte del muchacho no fue la misma que tuvo la roca que se atravesó en el camino de Kamatari y terminó hecha polvo.

Pronto, cuatro aterrorizados muchachos veían al joven oriental con ojos por completo diferentes.

**********

- "¡¡¡¿EN SERIO PUEDO?!!!."- el grito de Ryan iba de acuerdo con las emociones que explotaban dentro del niño en aquellos momentos.

Steven tenía una gran sonrisa en el rostro, así como el sensei quien pensaba que aquello era mucho mejor que una gran idea. La verdad que ni él mismo hubiese podido pensar en una mejor terapia para el niño.

- "¿Oíste eso Josh?... ¡Voy a cuidar de todos esos bebitos!... No de uno o de dos... ¡¡¡DE TODOS!!!... Voy a ser tío."- susurró de pronto Ryan con estrellitas tintilando en sus ojitos claros.

- "Si."- fue lo único que contestó Josh mientras veía a su pequeño como se mira a un angelito y esbozaba a la vez una sonrisa ligera.

- "Gracias chicos."- dijo Steven con alivio y un poco de pena al ver a Josh, puesto de sabía que si Ryan había aceptado gustoso el cuidar de los bebés de su Kamy por un par de semanas... era en realidad Jos quien iba a hacer todo el trabajo, dejando que Ryan a las justas y acariciase y jugase con las aves durante todo el tiempo que ambos estuviesen con estas. Pero la verdad que Steven no veía ninguna otra manera.- "Y Ryan... "- dijo Steven quitando de su ensoñación a Ryan por algunos segundos- "Prometo no solo que estaremos de vuelta para tu cumpleaños... sino que además te traeré una linda sorpresa."

- "¿Una sorpresa?... ¡¿PARA MIIIIIII?!."- ahora Ryan estaba tan emocionado que casi se pone a saltar en la cama; y lo hubiese hecho si un par de protectores y fuertes brazos no se hubiese acomodado alrededor del muchachito impidiéndole cualquier tipo de movimiento.

Steven tuvo que sonreír una vez más antes de despedirse de las personas en la habitación mientras señalaba alegre que no se olvidasen de recoger los dos huevitos diarios que daba la gallinita, pues de seguro que le harían mucho bien en el desayuno a Ryan al estar tan frescos. La verdad que había tenido suerte de que todo le saliese bien hasta el momento, pero aún le faltaba uno de los puntos más importantes; y mientras que subía las escaleras hacia el segundo piso repitiéndose una y otra vez que ya no podía dar marcha hacia atrás, apretó en el bolsillo de su gabardina los 4 boletos de tren que había comprado en la estación antes de volver a la Universidad. Si... definitivamente no había ya ninguna marcha atrás.

**********

- "¡¡¡¡¡¡TEEEEMMEEEEEE!!!!!!! (su traducción es un '¡TU!' bastante despectivo me parece)"- si el grito de Kamatari sonaba de por si solo feroz, acompañado de aquella actitud tan bélica por parte del oriental era casi como vivir una pesadilla... por lo menos para el muchacho que ahora trataba por todos los medios de escapar de aquel demonio salido solo Dios sabía de donde.

Entonces sucedió que a uno de los chicos se le ocurrió la manera de deshacerse de aquel sujeto, así que tomando la bolsa con el animalito de manos del muchachuelo que la tenía en aquellos momentos, la arrojó hacia otro de los muchachos; y luego una vez más y otra vez más se repitió la misma operación. Y al parecer rindió buenos resultados, puesto que Kamatari comenzó a tratar de atrapar la pequeña bolsa una y otra vez; pero el dolor en su hombro, junto con la ira que crecía dentro suyo cada vez más terminaron con la paciencia que le quedaba.

- "De acuerdo... o me entregan la bolsa o los acabaré uno por uno de la manera más dolorosa que puedan siquiera imaginar."

Pero el resultado no fue el esperado por Kamatari, quien de pronto vio impotente como la bolsa caía el las heladas aguas del riachuelo, con lo que ésta comenzó a agitarse con fuerza desde el interior mientras se hundía cada vez más en las aguas que ahora la arrastraban corriente abajo.

Kamatari no tuvo tiempo de pensar en nada, solo de actuar. Y mientras aquellos chiquillos huían a toda velocidad del parque, Kamatari comenzó a correr para tratar de salvar al animalito que de seguro moriría de hipotermia o debido a los golpes que estaba recibiendo al chocar con las rocas, si no actuaba lo suficientemente rápido.

**********

- "¡¿Que tu quieres QUEEEEEEE?!"- Matt aún no salía de su asombro. La verdad que no se esperaba aquello que le estaban pidiendo.

- "Por favor Matt, te los estoy pidiendo... suplicando... si quieres me pongo de rodillas."

- "¡¡¡OLVIDA ESO!!!... Es solo que... bueno... me agarraste frío, creo. Es que yo..."- Matt se sentó en su cama mientras se pasaba una mano nerviosa por la cabeza.

Steven miró a Matt, y pronto su mirada pasó hacia Kate, a quien gracias a la diosa fortuna había encontrado allí también.

- "Kate..."- el susurro de Steven era obviamente una súplica; y aunque Kate se veía tan sorprendida como Matt, la verdad que Steven sabía que ella siempre tendía a ver las cosas sin tanto melodrama.

- "Bueno Steven... lo que nos pides es tan... ¡Sorpresivo!. Pero... ¿Estás seguro que Kamatari podría sentirse mejor con este viaje?."

- "Si, estoy seguro... quiero estarlo... ¡TENGO QUE ESTARLO!. Por favor... ustedes son sus mejores amigos; no aceptará ir si ustedes no van con nosotros... se aferrará a una excusa para quedarse, y entonces yo..." - Steven miró una vez más a Kate con aquella expresión desesperada, al igual que a Matt que aún lo miraba estupefacto desde su lugar.

Por último Kate suspiró, y al hacerlo ella también Matt tomo aquella actitud por la que Steven tanto había rogado e insistido. Una vez más tenía la respuesta que esperaba.

- "Gracias... ¡No se arrepentirán!."- casi gritó Steven mientras salía rápidamente de la habitación y se dirigía al tercer piso para por fin poder ir a abrazar a su amorcito; quien era obvio que a estas alturas estaría ya despierto desde hacía varias horas y de seguro que se estaba sintiendo todo solo, triste y abandonado en aquella habitación.

**********

Steven llegó por fin a la habitación, y un extraño presentimiento lo invadió al notar que no solo había ningún movimiento en el lugar, sino que ni siquiera luz alguna estaba prendida; considerando que para ser las 4 de la tarde ya había comenzado a oscurecerse el día. Pronto el más grande de los miedos de Steven se hizo realidad al no encontrar a Kamatari por ningún lugar. Buscó en el baño, en la habitación principal y hasta en el armario; debajo de la cama y detrás del sofá... nada. Fue a las habitaciones en las que se encontraban las avecitas de su bebé... pero tampoco estaba allí. Casi le da un ataque cardiaco al pobre rubio al notar el ya endurecido panecillo que dejase por la mañana del todo intacto y con la mermelada chorreada por todo el platito, e incluso con la nota que él mismo dejase en el mismo lugar... ¡LA NOTA!... Oh, no!; si su Kamy no había leído la nota entonces de seguro que había llegado a pensar que lo habían abandonado o algo parecido... y en el estado de depresión en el que su dulcesito se encontraba...

Lágrimas de desesperación comenzaron a correr por las mejillas de Steven mientras sin saber con certeza que hacer tomaba la nota que había escrito esa mañana; solo para que un par de segundos después sus ojos se iluminasen al notar las palabras que estaban escritas y que sin embargo no habían salido de su puño... ¡SI HABÍA LEÍDO LA NOTA!... y decía que iba a regresar luego, pero... ¡¿Qué tan luego?!. Ya era de noche y se notaba que él había dejado la habitación temprano, puesto que ni siquiera el desayuno había tocado. Una vez más Steven comenzó a desesperarse... ¿y si algo malo le había pasado a su amor?... ¿Y si se había desmayado por falta de fuerzas?... ¿Si algún coche lo había atropellado?... ¿Dónde había ido?... ¿Donde estaba su amor el aquel momento?. Desesperantemente para Steven esta vez no había una sola pista del paradero de Kamatari, así que el rubio no tenía la más mínima idea de donde salir a buscar.

Impotente y por completo desesperado, Steven se sentó en la oscuridad de su habitación haciendo lo único que podía hacer en aquel momento... esperar... y rezar.

**********

Steven seguía tratando de respirar lo más pausadamente que podía para tratar de no perder la calma. Habían pasado ya casi 2 horas desde el momento que encontrase la nota de Kamatari justo debajo de la que él mismo había escrito esa misma mañana y aún no había una sola noticia de su pequeño tesoro de Oriente.

Por la mente del chico rubio habían pasado mil y un cosas durante esas dos horas; primero había pensado salir a buscar a su Kamy, pero no tenía la más mínima idea de donde encontrarlo. Luego pensó en preguntar a alguno de los chicos si sabía algo... pero acababa de llegar de las habitaciones de ambas parejas, y era obvio que de haber sabido algo le hubiesen dicho siquiera antes de dejarlo hablar... esa idea también fue descartada. Por último solo le quedó ser paciente y esperar que su Kamy volviese, pero la espera lo estaba matando, así que terminó por hacer las cosas que hacía cotidianamente para mantener la cabeza en su lugar. Hirvió algo de agua, y luego otro tanto... y una olla más; ahora tenía suficiente agua caliente para hacerle té a todo el edificio... luego comenzó a preparar comida porque de seguro su Kamy regresaría hambriento, pero al paso que iba acabaría con todas las provisiones de comida para el mes. Finalmente Steven no tuvo otra opción más que sentarse a esperar, y ya llevaba sentado cerca de 10 minutos... ¡Y SE ESTABA VOLVIENDO LOCO!. Steven solo quería una cosa, y eso era a su pequeño Kamatari bien apresado entre sus brazos.

Pronto un ruido a sus espaldas lo hizo volver a la realidad, era la puerta de entrada abriéndose; y estuvo a punto de gritar de felicidad y encerrar entre sus brazos a su querido amante al darse cuenta de que era este quien estaba abriendo la puerta, de no ser porque se quedó casi paralizado al ver el estado en el cual Kamatari se presentaba ante él.

Kamatari se encontraba mojado, algo azulado, cubierto de lodo y tiritando hasta los huesos de frío, y además no parecía capaz de dar un paso más. Steven se acercó lentamente con una mezcla de terror y preocupación a su pareja, hasta que al fin cerró sus brazos alrededor del tembloroso y más pequeño cuerpo que al parecer en aquellos momentos estaba a punto de desplomarse, y luego alzándolo en vilo lo llevó con cuidado hasta el sillón de la sala.

- "¿Kamy?, ¿Qué te paso?... Cariño contéstame."- insistió suavemente Steven mientras trataba infructuosamente de sacarle el húmedo abrigo a Kamatari, así que comenzó a tratarle de infundir algo de calor al frotarlo de manera enérgica por encima de la ropa.

Entonces Kamatari movió los labios como tratando de decir algo, más ninguna palabra salió de estos, por lo menos no una audible. Steven se acercó entonces un poco más para tratar de entenderlo aunque fuese un poquito; tal vez leyendo sus labios. Entonces un casi imperceptible 'Ayúdala' flotó en el aire.

- "¿Ayudarla?... ¿Ayudar a quien?"- Steven estaba en realidad confundido, ayudarla... a una ella... ¿A quién?, Steven no sabía de que le hablaba Kamatari, más se guardó el comentario al ver los ojos llorosos de su pareja quien de pronto abrió los brazos que hasta hacía unos segundo habían estado herméticamente cerrados contra su pecho, dejando caer entonces el cuerpo de un gatito todo cubierto de lodo y que se notaba respiraba con bastante dificultad.

- "Ayuda... a mi Princess..."- exhaló Kamatari en un débil susurro- "No la... dejes morir."- terminó de decir con lo último que le quedaba de aliento antes de tener que ser una vez sujeto por su Steven para evitar que se escurriese hasta el suelo.

Steven por su lado miró al animalito y su corazón comenzó a latir con fuerza... Princess, la traducción a su idioma de Hime... Steven tomó entonces al animalito y miró a Kamatari, quien le devolvió una mirada nublada por las lágrimas y el cansancio; y por último, luego de darle una revisión rápida, puso al exhausto animalito en el regazo de su igualmente exhausto amante y alzándolos a ambos en vilo se dirigió al baño donde despojó por fin de la húmeda ropa a Kamatari y lo metió en la bañera vacía, la cual llenó prontamente con toda el agua que había calentado previamente y ahora se encontraba perfecta para evitar que el oriental cayese en el estado de hipotermia que Steven tanto estaba temiendo. Por último tomó de nuevo al animalito y lo puso en una tinajita pequeña que por lo general usaban para darse baños en los pies, y llenándola con algo del agua caliente metió a pequeña felina, haciéndo que pronto esta maullase débilmente en alivio ante la cálida sensación, Steven sonrió... era tan solo una cachorra y había tenido suerte de sobrevivir de lo que fuese que su Kamy la hubiese salvado, aunque algo le decía que 'Princess' no era la única que se había salvado ese día. Entonces frotando delicadamente la piel del animalito para quitarle poco a poco el lodo y luego poder buscar con tranquilidad las pulgitas que de seguro tenía, Steven tomó un banquillo y se sentó en este con la tinajita en sus rodillas y se alivió al ver que Kamatari se había quedado profundamente dormido en la bañera, así como se alivió al ver que éste había recuperado de a pocos el color. Steven dejó al animalito entonces fuera del agua y dentro de una toalla, y procedió a asear con delicadeza a Kamatari con cuidado de no despertarlo para luego dejarlo durmiendo mientras se hacía cargo de la gatita... porque si era gatita hembra, Steven se había asegurado luego de sacarla del agua.

Steven enjuagó varias veces al animalito, con poquísima agua para que no pescase una pulmonía, hasta dejarla por completo limpia; y luego le buscó las pulgitas que como supuso eran muchas. Por último la secó y miró bien. Era una gatita pequeñita y atigrada, de no más de unas tres a cuatro semanas tal vez; con una orejita dañada y con las patitas maltratadas y restos de fibras en las garritas, y de pronto Steven se imaginó como fue que Kamatari llegó en aquellas condiciones... al parecer alguien había querido dar cuenta de la gatita con muy pocos escrúpulos y Kamatari lo había visto, y entonces... Oh, Dios; su querido Kamy, si algo le hubiese pasado en realidad. Steven suspiró al arropar a la aún durmiente gatita en una toalla limpia y la llevaba a la habitación, dejándola en la cama para luego volver donde su Kamatari.

Steven sacó a Kamatari del agua que había comenzado a enfriarse con cuidado de no despertarlo, más al depositarlo en la cama y tratar de ponerle un pijama, Kamatari abrió los ojos con lentitud y demoró un tanto en enfocar la mirada en Steven, quien se maldecía a si mismo internamente por no haber tenido la suficiente delicadeza a la hora de pasar la parte superior por el hombro herido.

- "Prin... cess..."- susurró despacio Kamatari al lograr recordar por fin donde se encontraba, ante lo cual recibió un roce gentil en los labios por parte de Steven y de pronto un bultito cálido era colocado entre sus brazos, y al enfocar mejor la mirada, Kamatari pudo ver un mechoncito de pelitos asomando por entre la toalla. Kamatari entonces no pudo evitar el que un par de lágrimas rodaran por sus mejillas, pero no le importó mucho... estaba tan cansado.

Finalmente Steven observó a su ángel quedar profundamente dormido con aquel pequeño ser arrullado entre sus brazos, y no pudo el evitar pensar que después de todo, no era lo suficientemente bueno como para llenar por completo a su Kamy, pero la verdad era que aquello no importaba, porque si debía de compartirlo de aquella forma para hacerlo feliz, entonces estaba bien... entonces todo estaba bien. Steven finalmente se dio tiempo a si mismo para asearse un poco y cambiarse con algo más cómodo; y por último se acomodó junto a su pareja, sintiéndose feliz de dormir bajo el hechizo de aquel aroma que invadía cada uno de sus mejores sueños.

**********

Cuando Kamatari despertó a la mañana siguiente, poco era lo que recordaba. Se movió algo perezoso en la cama, pero tuvo que detenerse porque de pronto un terrible dolor corporal se apoderó de él haciéndolo mantenerse por completo inmóvil durante unos segundos... segundos en los cuales le llegaron de golpe imágenes de todas y cada una de las cosas que le habían sucedido el día anterior, y entonces todas las imágenes en su cabeza fueron suplantadas por una sola imagen que lo hizo moverse rápidamente aunque eso significase aquel gran dolor en todo el cuerpo.

Kamatari buscó entonces por toda la cama y se encontró solo, y una ola de miedo y desesperación lo inundó por completo, y de sus labios salió la palabra que encerraba todas sus preocupaciones.

- "¡PRINCESS!"

Y entonces unos mechones de cabello rubio se asomaron para ver que era lo que sucedía. Steven sonrió con alegría al ver a su tesoro despierto por fin, pues eso quería decir que por lo menos iban a almorzar juntos (ya que era casi medio día y justamente Steven estaba preparando el almuerzo en la cocina). Se acercó a su Kamatari con aquella misma sonrisa, pero esta sonrisa de pronto se le borró del rostro al darse cuenta de la expresión que Kamatari llevaba en el rostro.

- "Kamy... cariñito... ¿Qué sucede?."- Steven se sentó junto a Kamatari quien parecía estar buscando alguna cosa en la cama con suma urgencia.

- "¡Mi Princess... ¡Donde está mi Princess!."

- "Ay, cariño; está aquí en la toalla. mir..."- pero las palabras de Steven murieron allí al ver que la toalla con la que había envuelto a la gatita se encontraba vacía, y una gotita apareció en su sien.- "Bueno... tal vez se despertó y está reconociendo el terreno de la habitación; no puede haber salido de aquí."- comentó Steven aún mirando la toalla vacía en sus manos y luego alzando la vista hacia su pareja, y su gota se acrecentó aún más al notar que Kamatari ya no se encontraba frente a él.

Steven entonces buscó con la mirada y pudo ver a su amor revisando debajo de cada mesa, silla, alfombra y sillón; así como detrás del armario y cada mueble de la habitación, para luego dejar la habitación e ir a la otra.

Steven siguió a Kamatari, ahora preocupado porque con tanto movimiento podía volvérsele a abrir la herida, y al parecer Kamatari no estaba pensando en eso.

- "Kamy, cariño; descansa. Yo busco a la pequeñita mientras tu descansas, no puede haber salido de aquí, mira... la puerta esta cerra..."- pero la voz de Steven se quebró al ver la puerta de salida de la habitación... ¡Estaba abierta!... !Ay, no!, seguro que no la cerró bien cuando volvió de limpiar las habitaciones de las avecitas...

- "¡¡¡MI BEBÉEEEE!!!"

Kamatari salió a toda prisa de la habitación mientras prácticamente empujaba a Steven a un lado en el camino; pero luego se lanzó contra el pecho de un Steven que había mantenido el equilibrio de milagro y lo miró con los ojos vidriosos y desesperados.

- "Ayúdame a encontrarla."- susurró Kamatari desesperado- "No dejes que le pase nada a nuestra bebé."

A Steven casi se le congeló la sangre en las venas al escuchar a su Kamatari decir 'nuestra bebé', fue como si alguien le hubiese ofrecido el regalo más maravilloso del mundo. Por fin él estaba compartiendo aquello que consideraba tan importante, ahora lo estaban compartiendo todo.

- "Shh... la encontraremos, ¿de acuerdo?. Solo tenemos que pensar como un gatito... ¿Qué es lo que le gusta a un gatito?."

Kamatari se tranquilizó y comenzaron a enumerar algunas cosas entre los dos.

- "Pues... no sé, no he tenido nunca un gatito..."- empezó Kamatari- "Pero creo que les gusta comer ratones..."

- "Si..."- rió Steven abrazándolo- "Y les gusta jugar con hebras, y pajitas, y plumitas, y... estoooo... plumitas... les gusta cazar pajaritos... no recuerdo si cerré bien las puertas de las habitaciones o las dejé entreabiertas como siempre..."

Y entonces tanto Steven como Kamatari se miraron durante menos de un segundo y luego fueron preocupados hacia donde estaban las habitaciones de las aves. Y se preocuparon aún más al notar que una de las habitaciones, la que tenía las jaulas de las rapaces y las aves cantoras, así como donde estaban la gallinita y el gallito; estaba entreabierta.

- "Ay, no!... por favor que no se haya acercado a los halcones... por favor, por favor..."- comenzó a murmurar Steven con preocupación mientras abría la puerta.

Ambos entraron a la habitación y comenzaron a buscar, y a Kamatari casi le dio un ataque al ver una atigrada colita salir del nido de paja de la gallinita blanca balanceándose de vez en cuando.

Por su lado Steven miró la escena escéptico y algo divertido... ¿Desde cuando los gatos se meten a los nidos de las gallinas y se quedan allí?... y lo más importante, ¿Desde cuando las gallinas empollan gatitos?. Y mientras Kamatari recuperaba su ritmo normal de respiración al tiempo que salía de su sorpresa, Steven se acercó al nido y alzó a la gallina que dormitaba, solo para encontrarse con un par de gatunos ojitos que lo miraron aún más fastidiados cuando Steven sacó a Princess del nido. Incluso una pequeña e inofensiva garrita lo amenazó en señal de protesta. Steven tuvo que reír... una gatita a la que le gustaba ser un ave... de seguro que se llevaría muy bien con el Barón.

- "Aquí esta nuestra hija."- dijo cada vez más divertido Steven mientras entregaba a la refunfuñona gatita a Kamatari depositándola en sus brazos.

- "A... arigatou (gracias)..."- fue todo lo que pudo decir Kamatari antes de que la gatita lo mirara, lo olfateara, y por último se metiera dentro de la bata de Kamatari en busca de un lugar caliente para dormir, mientras dejaba una vez más como lo único visible una balanceante colita atigrada.

Steven entonces le plantó a Kamatari un besito en la sien y lo guió fuera de la habitación, asegurándose esta vez de cerrar bien la puerta; para luego llevar a Kamatari al cuarto y sentarlo en el sofá.

- "Bien, ya va a ser hora de almorzar cariño, pero primero te quiero revisar esa herida que tienes allí..."- dijo Steven mientras desataba el cinturón de la bata y dejaba expuesto el torso de Kamatari, ganándose así una nueva protesta felina de Princess al haberle quitado nuevamente el lugar calientito donde se había acomodado a dormir. Steven rió de nuevo por lo bajo- "Creo que vamos a tener que conseguirle una canastita bien forrada para que duerma, porque no creo que acepte menos que eso."

Kamatari observó entonces a Steven, y recordó todo aquello en lo que había pensado el día anterior, y ahora una vez más, allí estaba su compañero junto a él, soportándole las más grandes tonterías con toda la paciencia del mundo.

- "Steven..."

- "¿Hmmm?... un momento, voy a traer vendas limpias y algo de agua, necesito cambiarte estas de aquí"

Steven demoró menos de un minuto en volver a lado de Kamatari, y éste último decidió que era hora de decir aquello que tenía que decir.

- "Steven... yo..."

- "¿Si?"- murmuró Steven de manera distraída.

- "Respecto a mi actitud d durante los últimos días, yo..."- pero Kamatari no pudo seguir hablando, pues unos posesivos labios se apoderaron de su boca durante un eterno instante.

- "No tengo idea de lo que me estás hablando amor... mejor no te esfuerces, tienes que descansar."- dijo Steven algo insinuante y entre besos una vez que dejó libres los labios de Kamatari, y luego volvió a su tarea con el hombro de su pareja.

Pero Kamatari quería decirlo todo, disculparse de una vez... había sido él quien había puesto la relación en un punto tan difícil al fin y al cabo.

- "Es en serio Steven... lo siento."- terminó de decir Kamatari antes de que Steven pudiese volver a callarlo, y poniendo una mano en el pecho del rubio para evitar que lo callase, Kamatari continuó- "No he sido un ejemplo de pareja en estos días... te culpé por cosas de las que tu no tuviste culpa alguna, te hice pasar momentos difíciles y bastante incómodos, y tu no me has reclamado nada cuando tenías todo el derecho de hacerlo... yo... no te merezco... no te culparía si tu quisieses... "

- "¡Basta!."- Steven suspiró pesadamente- "Basta... no me importa nada de lo que me has dicho, ¡te amo!... ¿Qué no es eso suficiente para ti?, ¿para los dos?... porque para mi si lo es. Déjalo todo como esta por favor, ¿si?, comencemos otra vez todo si con eso arreglamos este asunto... es todo lo que te pido."

Steven se abrazó a la cintura de Kamatari mientras aspiraba el aroma de su amante, ahora todo estaba bien. Por su parte Kamatari empezó a acariciar los cabellos dorados de Steven, estaba seguro de que nunca podría volver a encontrar a alguien tan maravilloso como su dulce amante... entonces ahora todo estaba bien.

- "Bueno..."- se escuchó entonces la voz de Steven subir suave hasta los oídos de Kamatari- "entonces mejor te alimento y cuido bien porque de lo contrario no podrás hacer el viaje en las mejores condiciones... solo tengo 2 días para hacerte descansar."

*¿Viaje?... ¿Dos días?... ¡¿VIAJE?!... ¡¡¡¿¿¿QUE VIAJE???!!!*

- "¿El viaje?"- murmuró Kamatari con la voz en un hilo.

- "Pues el viaje de dos semanas que vamos a hacer a mi casa... estoy seguro que les caerás maravillosamente a todos, te encantará conocer a la familia... también está el Barón... apuesto que se enamorará de Princess a primera vista... y de seguro que con quien mejor te llevarás será con Max... con todos en realidad, y es que tú eres irresistible... todos se enamorarán de ti."- dijo Steven más que risueño con el rostro aún apoyado en el vientre de Kamatari

Por su lado a Kamatari estaba a punto de darle un ataque a algo... Co... co... ¡CONOCER A SU FAMILIA!!!!. Eso debía de ser una pesadilla o algo parecido, entonces recordó...

- "Pero... ¿Y mis bebés...?"

- "Ah, si; Josh y el enanito ya me prometiron cuidarlos bien, nuestros bebés están en muy buenas manos. Ya le di todas las indicaciones a Josh para la alimentación y limpieza de cada uno de ellos."

o__o

- "Pero Matt-san y Kate-san..."- comenzó a decir desesperado Kamatari.

- "Si, ellos también deben estar haciendo maletas en estos momentos... apuesto a que Kate se llevará muy bien con mis hermanas. Un viaje es justo lo que todos necesitamos, ¿No te parece?."x__x

Ahora si que Kamatari se había quedado sin habla... de pronto no tenía ningún argumento para no ir... nada. Mientras tanto, Steven aprovechó para darle un besito a Kamatari, terminar de acomodarle las vendas, cerrarle la bata y quedarse un rato más abrazado a la cintura de Kamatari, que era el mejor lugar para estar en aquellos momentos. Todo había salido mejor de lo que él incluso pudo planificar... ahora todo estaba de maravilla.


Y ahora "El loco mundo de la autora"

=@izardneko (como presentador): ¡Hola de nuevo con todo el maravilloso público que nos sigue capítulo a capítulo!. Una vez más estamos en este show de variedades donde el invitado de hoy seráaaaaaaa..... (redoble de tambores) ¡Démosle la bienvenida a Joooooshua Hicking!.

Una multitud de aplausos se dejan escuchar al ver a la iluminada, alta, fornida y masculina figura de Josh entrar al escenario; aunque entra con el rostro agachado debido a que nunca había estado en una situación parecida y la verdad que lo hace sentirse incómodo.

wizardneko: Y como la entrevistadora de hoy tenemos ni más ni menos que a una de las favoritas de todos... démosle un fuerte aplauso a la bella ¡kawaiineko!

Esta vez las luces iluminan a la pequeña figura que pasa arrastrando una canastita por todo el escenario justo hasta pararse frente a alguien de la primera fila a quien le entrega la canastita.

kawaiineko: Hola, hice unas galletitas y quiero opiniones para saber si debo mejorar algo... ¿Podría coger una galletita y luego pasar las otras?, mi hermanita cyber-chan dice que hará una encuesta al final del programa.

El espectador mira a kawaiineko y le sonríe haciendo lo que le piden, después de todo lo que le piden es casi como un premio más que un favor.

Luego kawaii se dirige hacia el sillón que esta frente al otro en el que se sentó Josh y lo mira con un poquito de recelo, como imaginando la mejor manera de subirse a aquel lugar taaaaannn alto, por último suelta un bufidito y al parecer ya ha decidido algo. E increíblemente se da media vuelta y ante el asombrado publico comienza a hacerle súplica con sus patitas delanteras a Josh, quien ahora un poco más sonrojado la levanta del suelo y la pone sobre sus piernas, donde la dulce gatita se acomoda a gusto.

kawaiineko: Bueno, esto está mucho mejor, y es que Josh es taaaaaaannnn lindo. Hola Josh, me encanta que estés aquí.

kawaii mira con ternura a Josh, quien se sonroja y balbucea un saludo a medias tintas; aunque en realidad eso es más que suficiente para la pequeña gatita.

kawaiineko: Ay, Josh!, que lindo eres en verdad, eso era justo lo que conversaba con Ryan el otro día. Estuvimos hablando de ti tooooooodo el día. Dime Josh, ¿Es cierto que quieres mucho a Ryan?, yo creo que si... dime si es cierto.

Josh (quien ya no tiene ni idea de donde meterse): Hmm... si.

kawaiineko (mirando hacia el público) : ¡¿Qué no les dije yo que era liiiiiiinnnndooooo?!. (mirando una vez más a Josh) A ver Josh, vamos a hablar un poco de ti porque la chibi me dijo que de eso se trataba esta conversación. Ryan me contó que tu tienes 23 añitos, y que entonces eres mayor que él... ¿Es cierto eso?.

Josh: Si.

kawaiineko: Wow!, tu si que eres grande... pero yo también lo soy, ¡Ya tengo 11 meses 5 días y 18 horas de edad!... solo 3 horas menos que chibi... pero tu eres más alto que yo... ¿Cuánto mides Josh?.

Josh mira a kawaiineko en sus piernas un poco incómodo... la verdad que no había hablado tanto con alguien desde hacía años (a excepción de Ryan claro está), ni siquiera con su padre...

Josh: Un... un metro y ...hmmm ... 82...

kawaiineko: Vaaaayaaaaa... eres muuuuuyyyy alto, Ryan tenía razón; así como es cierto que se te ve muuuuuuyyyy fuerte también, y debes serlo para andar llevando a Ryan de un lugar a otro. Eso te hace más lindo =n.n=

Josh: *-__-*

kawaiineko: Ryan también me contó que tu solo tienes a tu papito... ¿Es cierto?.

De pronto Josh suspiró, era cierto... su madre había muerto cuando él era solo un pequeño, y su padre se había encargado de criarlo solo... aunque criarlo no fue exactamente lo que hizo su padre, puesto que estaba de viaje siempre debido a que él era...

kawaiineko: ¡¡Jooosh!!

Josh despertó de su ensimismamiento al escuchar la pequeña y chillona voz de kawaii.

kawaiineko: ¿Me escuchaste?... te pregunté que hace tu papito...

Josh: Es coronel... militar... y hacendado...

kawaiineko: ¡Eso parece mucho trabajo!... ¿Cómo hacía para hacerlo todo a la vez?

Josh: Yo... llevaba las cuentas de la hacienda... lo hice desde niño.

kawaiineko: ¡¿En seriooooo?!... ¡Con razón y sabes arreglar todo tipo de asuntos!... eres muy trabajador Josh.

Josh: *-__-*

kawaiineko: ¿Y qué dice tu papito de Ryan?

Josh tembló en ese preciso instante. Él no le había dicho nada de Ryan a su padre... él no le había dicho nada de su vida a su padre desde que tuvo razón de edad... Josh siempre había mantenido sus asuntos aparte de la vida de su padre... simplemente estaba 100% seguro de que nunca lo entendería.

Josh: ... no mucho...

kawaiineko: Que raro, Ryan es demasiado lindo como para que no se diga mucho de él... bueno. Ahora dime Josh, ¿Es cierto que te gusta mucho comer?... Ryan me dijo que tu comes mucho en verdad.

Una vez más Josh se sintió incómodo... no estaba acostumbrado a que se hablara tanto de él... y obviamente no estaba enterado de que alguien aparte de Ryan supiera tanto de su persona (y encima ahora todos los lectores estaban enterándose un demasiado sobre su persona)... Algo le decía que tendría que tener una conversación muy seria con Ryan luego. En fin... Josh suspiro.

Josh: ... Si...

kawaiineko: Y tu peso es de 85 Kg... jijijiji... ¿Y cual es tu postre favorito?

Josh: Hmmm... chocolate.

kawaiineko: Ya lo sabía =n.n= por eso te tengo una torta de chocolate reservada para luego del show.

Josh: *-__-*

kawaiineko: ¿Y que es lo que más te gusta aparte de Ryan?

Josh: Leer.

kawaiineko: También lo sabía, por eso estudias Literatura en la Universidad... Ryan me contó que vas a ir de pueblo en pueblo, y reunirás en un libro todos los mitos y leyendas y el folcklore de los Estados Unidos... todos las historias congregadas en cada lugar donde están aquellos que vivieron aquí desde el inicio de los tiempos y aquellos que vinieron de otros países e incluso otros continentes trayendo su propia historia. Eso también me lo conto Ryan =*n.n*= y creo que es muy lindo de tu parte; eres una de las personas más tiernas que he conocido jamás en mi vida Josh.

Josh: *¬__¬*

kawaiineko: Y además eres mucho más lindo aún porque estás aprendiendo como cuidar a Ryan con un curso de enfermería que estás tomando durante tus vacaciones. Y es por eso que además de la torta de chocolate te hice una colchita para las noches que te quedes cuidando a Ryan sentado en tu sillita o en el sillón; y es que a Ryan le preocupaba mucho que te diera un resfrío o algo peor.

Josh: *¬__¬*... err... gracias...

kawaiineko: Bueno, gracias a todos por haber venido hoy y haber compartido esta maravillosa conversación entre Josh y yo. Un gran bechito a todos y no olviden votar en la encuesta que esta pasando mi hermanita cyber-chan acerca de si le falta algo a mis galletitas. ¡¡¡Hasta pronto!!!

Las luces del Set se apagan mientras se escuchan una gran cantidad de aplausos para el invitado que en aquel momento se retiraba llevando a la entrevistadora en brazos; quien justo en la salida es recibida por un muchachito de contextura delgada quien parado en puntillas da un dulce beso al amor de su vida.

Notas de Autor:

Konnichiwa minna!

Bueno, hoy quiero dar a todos los que siguen este fic las gracias por seguir leyéndolo aún... no se preocupen que pienso terminarlo a como de lugar, y espero que me disculpen de verdad por todas las tardanzas que experimento.

Bueno, primero quería agradecer a mi amiga Yersi-san, yo sabía que iba a tener que cortárle el cabello a Kamatari porque era algo que iba a hacer de todas manera, ¡Pero no sabía como iba a quedar mi Kamy y no lo hubiese sabido si no es por ti!. Luego un agradeciemiento como siempre a mi querida ama hechicera Mikki-chan por su colaboración en la sección de pics, ella hace los mejores pics de toda la historia... jejeje, es mi idola y la quiero mucho; y por eso se que estará feliz con el próximo capítulo que ella tanto ha esperado desde hace casi 10 meses creo yo... ¡Nos vamos a la casita de Steven!!!, será algo para recordar, no lo duden.

Por último quiero dedicar este capítulo a la memoria de alguien que fue y es muy importante en mi vida, a mi querida Obaa-chan (4-Marzo-1920/1-Mayo-2002) que me brindó los últimos 18 años de su vida y que fue y será siempre la luz que se encuentra alumbrándo cada paso que doy en el oscuro camino de la vida... OBAA-CHAN DAI SUKI!!!! =*^.^*=

Este capítulo fue terminado el 21 de mayo del 2002