Capítulo IV: Adiós a la inocencia


Advertencia: Este es un fanfic del tipo yaoi, lo que quiere decir relaciones chico-chico, y además contiene escenas lemon (descripción de escenas sexuales), no es apto para menores de edad; si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.


Kamatari se encontraba esperando a Matt y Kate en el tercer piso junto a la ventana por donde generalmente subía al techo desde hacía casi 20 minutos; estaba ya bastante frío pues la noche estaba bastante avanzada, y además ya empezaba a darse cuenta que sus amigos no vendrían.

*Tal vez Matt-san decidió hacer alguna otra cosa; tal vez se distrajeron con algo; o tal vez...*- Kamatari sonrió con picardía ante este último pensamiento. Matt-san tenía razón, tenía una mente muy pervertida, sobre todo teniendo en cuenta que él nunca...movió la cabeza con una ligera sonrisa, pero que ahora demostraba una honda tristeza; después de todo, eso ya no podría ser, pues ese era su regalo especial para él...pero ya no estaba. - *¡Ya deja de pensar tonterías Kamatari no baka! Piensa mejor que hay una noche especial aguardándote* - y tras este pensamiento se levantó y se dispuso a volver sobre sus pasos a su rinconcito cerca de la laguna; cuando el sonido de unas pisadas venidas desde atrás de su espalda le hicieron poner instintivamente con la guardia arriba, pero el sonido de una voz demasiado familiar hizo que todo su ser se estremeciera, y que su guardia se desmoronara cual castillo de naipes alcanzado por un fuerte viento.

"Pero Kamatari...¡Qué sorpresa encontrarte por aquí! ¿Qué se supone que haces en este lugar y a estas horas, sobre todo teniendo en cuenta lo frío que está?"- Steven como siempre usó su elocuente tono de voz, ese tono tan confiado, tan seguro y fuerte, que hacía que Kamatari se sintiera del todo indefenso.

"Stev- Steven-san...¿Q-qué está haciendo usted aquí?- preguntó Kamatari sin saber muy bien como reaccionar debido a la sorpresa del inesperado encuentro.

"¡Hey! Yo pregunté primero"- dijo Steven con una de sus acostumbradas y arrebatadoras sonrisas- "pero si te hace sentir mejor, te recuerdo que mi habitación está en este piso, así que supongo que no es tan extraño que yo me encuentre paseando por aquí, es que sentí ganas de caminar. Pero bueno, creo que con eso ya respondí tu pregunta, así que te toca responder la mía; entonces, ¿qué estás haciendo por aquí?"

Kamatari, quien hasta ese momento había estado sentado en el alféizar de la mencionada ventana, se levantó rápidamente diciendo que no importaba pues ya se iba; pero en ese momento una brisa fría llegó por la ventana haciéndolo temblar de pies a cabeza como una hoja; tras lo cual Steven le hecho una mirada clínica y acercándose a él puso el torso de una mano sobre la mejilla derecha de Kamatari, tras lo cual frunció el ceño pues Kamatari volvió a estremecerse, aunque esta vez definitivamente no era por el frío.

"Hmmmm, estás helado, hombre. ¿Cuánto tiempo has estado aquí? ¡¡¡¡Pareces un pedazo de hielo de lo frío que estás!!!!"

*¡FRÍO! ¡Pero si eso es lo último que tengo ahora! * - pensó de manera involuntaria Kamatari; y estaba en pleno inicio de huida cuando un cálido abrigo fue puesto sobre sus hombros, dándose con la sorpresa de que Steven se había quitado el abrigo que llevaba puesto y se lo había colocado encima, junto a uno de sus brazos, mientras comenzaba a guiarlo hacia algún lugar; tras lo cual Kamatari miró interrogante a Steven.

"No voy a dejar que te resfríes, por andar por allí, todo hecho un cubo de hielo"- dijo Steven por toda respuesta - "ven que te invito algo caliente".

Y sin dejar que Kamatari replicara ni un "A", Steven guió a un completamente atontado y hechizado Kamatari hacia su habitación...cual cobra real guía a su presa directamente hacia sus fauces.

***

La habitación de Steven no podía decirse que fuera amplia, era ENORME; tenía de todo, desde su propia salita de estar hasta una cocina muy bien equipada con suficientes implementos para cocinar allí todo un banquete...¿No que estaba prohibido cocinar dentro de los cuartos? Pero eso no era en definitiva lo que tenía más preocupado a Kamatari, sino la graaaaaannn cama doble que se podía ver cómodamente instalada en la habitación contigua, y que estaba a la vista y paciencia de todos debido a que la puerta que comunicaba ambas habitaciones estaba abierta de par en par, al igual que otra más pequeña, o sea una simple al costado... ¡Cielos, con decir que era la única habitación que veía con dos cuartos era bastante! Kamatari volvió entonces su vista a la figura del hombre que estaba en ese momento con una tetera de agua hirviendo recién salida del fuego en una mano, y dos tazas de té recién preparado en frente él. La verdad era que Steven-san estaba siendo muy amable con él; lo cual no significaba que debía bajar la guardia...¿Qué guardia?...Decidido, no podía ser descortés ante tanta amabilidad, así que se tomaba la bebida lo más rápido que podía y se iba; así no ofendería a nadie y todo estaría bien. En ese momento Steven se acercó junto con las humeantes tazas hasta el sofá donde estaba sentado Kamatari, sentándose junto a él y ofreciéndole amablemente una taza de té junto a una de esas perturbadoras sonrisas.

"Espero que te guste el té Kamatari...Lo que pasa es que no acostumbro a beber café, me pone irritable y de mal humor, y no tengo por qué fastidiarle la vida a nadie. ¿Lo tomas con una o dos de azúcar"

"Con dos"- señaló un angustiado Kamatari, debido sobre todo a las perturbadoras sensaciones que le producía la cercanía de ese hombre.

Steven procedió a entregarle la taza de té a Kamatari, y se acomodó mejor; con lo que de alguna manera quedó indiscutiblemente mucho más cercano a Kamatari; quien a estas alturas del partido ya estaba sudando frío el pobrecito.

"Y entonces....¿Qué era lo que estabas haciendo deambulando por estos lares a esta horas de la noche?"- preguntó Steven con una voz...¿seductora?.

La verdad es que Kamatari no tenía ningún problema en responder esa respuesta, pero en sus ganas locas de zafarse de ese toque, fijó su vista en el gran librero que se encontraba empotrado en una de las paredes de la habitación, y el cual estaba dotado de una gran cantidad de libros; y entonces de manera casi inconsciente se paró y se dirigió hacia el librero, fijándose así mejor en el tipo de libros que se encontraban en él; dándose cuenta y con sorpresa de la gran variedad de libros que se encontraban en este; no solo había libros de leyes, los cuales por cierto eran de muy buena calidad, sino que había libros de literatura, arte, diccionarios de traducción de varios idiomas al inglés, incluyendo uno japonés-inglés, uno muy, muy grande por cierto...¡Y con lo que había sufrido él para encontrar su pequeño diccionario de bolsillo! Y mirando un poco más pudo ver con sorpresa libros en otros idiomas, incluyendo un par en su idioma natal, y los cuales no solo parecían ser antiguos, sino originales...¡¿Qué hacen esos fuera de un museo?!, se encontró preguntándose a sí mismo Kamatari cuando un tibio aliento tras su cuello hizo que la carne se le pusiera de gallina.

"¡Oye! No me gusta que me dejen hablando solo, ¿sabes?".

Kamatari podía sentir como la sangre se le subía a la cabeza, y trató de hacer conversación mientras ideaba como salir de allí, teniendo en cuenta que para llegar a la puerta tenía que pasar por sobre Steven, y llegar hasta el otro lado de la habitación.

"Errrr...Sí, lo siento; es que me impresionó la cantidad de libros que tiene, debe gustarle mucho la lectura, Steven-san"

"Hmmm, la verdad es que todos eso libros me los han enviado de mi casa; mi hermano mayor jura y rejura que de esa manera sacaré mejores notas...Como si un libro pudiese arreglarle a uno las notas..."

Ante tales palabras tan... tan... tan bakas!!! Kamatari olvidó su miedo y se dispuso a darle un supersermón acerca de los buenos libros, el estudio, las responsabilidades y la importancia de obtener buenas calificaciones; le habían tocado una fibra sensible y es que le molestaba mucho que alguien tuviese la osadía de decir algo como eso con todos esos maravillosos libros a la mano, cuando él y Matt-san tenían que arrastrarse por toda la biblioteca durante horas y horas todos los días para conseguir lo que necesitaban para hacer sus trabajos; y estaba en plena oratorio cuando se dio cuenta de la miradita que le había estado echando encima el sermoneado durante todo ese tiempo.

"Y-yo lo siento; no debí de haber dicho eso... es mejor que me vaya de una vez... con su permiso Steven-san..."

Pero en el preciso momento en que Kamatari estaba camino a la puerta, un fuerte brazo lo sujetó de la cintura al mismo tiempo que lo comenzaba a jalar para atrás, justo hasta quedar por completo junto a Steven, o sea con el pecho de Steven pegado a su espalda...junto a todo lo demás.

"Ya deja de tratarme de usted"- dijo Steven con la voz en un susurro al oído de Kamatari- "Quiero que me trates de tú".

"S-steven-san; ¿qué ... qué está haciendo?, por favor... sueltem...."

Pero Kamatari interrumpió bruscamente la frase que estaba profiriendo al sentir una mano acariciar sus caderas.

"Oh, no puedes hablar en serio, ¿verdad? ¿Tienes la más mínima idea de lo que me has hecho sentir desde la primera vez que te vi? No tienes idea de lo hermoso que eres, ¿no es verdad?"

*¡¿Hermoso yo?!, ¡¿Es que acaso no se ha visto en un espejo?!*- se encontró pensando para si mismo Kamatari; sintiéndose poco después realmente despreciable por este tipo de pensamientos, tras lo cual comenzó a forcejear para liberarse del íntimo abrazo, sin percatarse del todo que no estaba usando toda su fuerza, por no decir que no estaba utilizando ninguna fuerza.

"¡Yamete! (detente)" - fue lo único que atinó a decir Kamatari mientras continuaba en sus inútiles esfuerzos por liberarse.

"No, no me pidas eso por favor" - exclamó Steven entendiendo lo que Kamatari había dicho- "Por favor no me pidas algo así, si no te tengo ahora juro que me volveré loco"- la voz de Steven se estaba convirtiendo en un rugido cada vez más apasionado a cada palabra que pronunciaba.

Con un movimiento rápido Steven dio vuelta a Kamatari sobre su propio sitio, teniéndolo así frente a frente, tras lo cual y prácticamente sin dejar siquiera un segundo correr tomó los labios de Kamatari entre los suyos propios en un beso bastante apasionado, no dejando pasar tampoco mucho tiempo antes invadir la boca del joven oriental, haciendo que Kamatari perdiera no solo el aliento, sino también la noción de lo que estaba sucediendo; por lo que no se dio cuenta de que Steven le separó las piernas y alzándolo con una mano por los muslos y la otra sujetándole la espalda, lo estaba llevando de manera rápida hacia la otra habitación; hasta que fue soltado encima de la cama al mismo tiempo que el beso del cual había estado preso llegaba a su fin.

Inicio del Lemmon:

"¿Por...por qué?"- se encontró preguntando con sorpresa; recibiendo por toda respuesta una mirada llena de deseo de parte de la persona que estaba delante suyo...y que se estaba quitando la camisa....y los pantalones... haciendo que Kamatari perdiera una vez más el habla; no podía creer que todo eso le estuviese sucediendo en realidad, no a él...

Por su parte Steven, quien estaba prácticamente desnudo pues sólo le quedaba la ropa interior encima; se comenzó a acercar a un asustado Kamatari de manera lenta y peligrosa, acompasando sus movimientos como los de un gato salvaje a punto de saltar sobre su presa; y no paró hasta encontrarse apoyado sobre brazos y piernas, justo encima de Kamatari, quien lo miraba con los ojos abiertos de par en par, y una expresión mayúscula de terror pintado en el rostro; pero Steven no parecía notar en esto, o en todo caso no le tomaba demasiada importancia.

"Juro que será la mejor noche de tu vida; tanto así que cuando termine no volverás a sentir lo mismo con nadie más..."- dijo el joven rubio; al momento que volvía a besar ferozmente a Kamatari en los labios, al mismo tiempo que con una de sus manos comenzaba a desabotonar la camisa que llevaba puesta Kamatari, quien una vez más no se dio cuenta de nada hasta que sintió la piel desnuda de su pecho arder ante el contacto del pecho, igualmente desnudo de Steven; tras lo cual nuevamente volvió a forcejear para liberarse del contacto tan íntimo; pero paró de manera intempestiva al sentir una mano intrusa meterse dentro de sus pantalones y acariciar su miembro; ya duro debido a la excitación que recorría su cuerpo, sin que lo hubiese podido evitar, y para su completo disgusto.

"Hmmmm; jamás pensé que fueras tan dulce"- exclamó Steven entre besos y mordiscos en la curva del cuello , pues había dejado sus labios para comenzar a explorar el rostro y cuello de Kamatari; tratando de hacerle perder el control con caricias y besos repartidos por todo su cuerpo; aunque la verdad era que sin que él mismo se diera cuenta de lo que sucedía, también había comenzado a perder el control sobre sí.

"Ie (no)"- fue todo lo que, nuevamente, atinó a decir Kamatari, con lo último que le quedaba de aliento...sabía que debía de resistirse, sabía que debía irse; pero algo más fuerte que él se lo impedía, y ese algo era todo ese deseo reprimido que había estado acumulando durante años mientras trataba de ganarse el amor de Shishio-sama al estar entre los Juppon Gatana y luchar por realizar el sueño del hombre que tanto amaba...*¡¡Shishio-sama!!* pensó de manera intempestiva entre los besos y caricias que Steven ahora repartía sobre su pecho, al tiempo que, ahora se daba cuenta Kamatari, estaba quitándole el pantalón pues ya lo había despojado de los zapatos y las medias, al igual que el mismo Steven ya se había librado de toda prenda de ropa; y nuevamente comenzó a forcejear por librarse del que ahora estaba encima suyo, pero esta vez con fuerza; no podía entregarle a ese hombre el regalo que había guardado tan celosamente para Shishio...¡¡Y ahora que él estaba muerto no se lo entregaría a nadie más!!

Al notar el brusco cambio de actitud en su compañero, Steven se desesperó; nunca había obligado a nadie a tener relaciones con él, y más de una vez se había detenido, pues abusar de otra persona era algo fuera de discusión para él; pero esto era diferente, era algo que estaba más allá de su voluntad. Si perdía ahora a esa hermosa joya de Oriente, si no compartía esa noche con él, algo en su interior le decía que se volvería loco, que moriría en el acto y sin remedio; tenía que poseerlo, tenerlo para él, hacerle olvidar a cualquier otra persona con la que hubiese estado; aunque la verdad es que no entendía muy bien el por qué de su desesperación, pero en ese momento muy poco le importaban los porqués; sólo sabía que debía de hacerlo, y eso era todo lo que importaba. Con desesperación ante la perspectiva de perderlo todo, con movimientos ágiles y que daban a notar su experiencia, pues si algo era verdad es que no era un santo, aunque tampoco los rumores que se decían de él eran del todo verdad, no había tenido más de 100 personas diferentes en la cama, pero si más de una docena hasta donde él recordaba; bueno, regresando a lo que estaba sucediendo, Steven terminó de sacarle la ropa por completo a Kamatari, al tiempo que evitaba con desesperación que este se escapara de debajo suyo debido a los nuevos intentos que sucedían por parte de Kamatari para huir de allí. Nuevamente y con gran destreza, comenzó a explorar el pecho de Kamatari, esta vez mordiendo y succionando las tetillas de este, al tiempo que de manera desesperada y a la vez inconsciente comenzó a buscar un contacto aún más intimo entre los dos; todo control ejercido por Steven sobre sí mismo se había esfumado por completo, y si la respiración de Kamatari era agitada e irregular, la de él no lo era menos. Mientras la boca de Steven se deleitaba en el pecho de Kamatari, quien había comenzado a proferir gemidos cada vez más fuertes para completo placer de su compañero; Steven comenzó a mover inconscientemente su sexo contra el de Kamatari, sintiendo un gran placer al hacerlo; necesitaba cada vez más, así que cada vez se movía más rápido. Mientras que Kamatari sin poder evitarlo comenzó a seguirle el ritmo al rubio, mientras que de manera innegable él también se excitaba cada vez más, mientras que su cuerpo era inundado por sensaciones que nunca había experimentado antes; olvidándose por completo de todo lo que había estado pensando momentos atrás, incluyendo a Shishio; pues su mente estaba completamente nublada, y lo único que sabía era que su cuerpo comenzaba a pedir más, aunque su mente le dijera que debía de detenerse, y su corazón llorara por el acto que estaba a punto de cometer, aún sin estar muy seguro de en que consistía este.

Steven comenzó a sentir la antesala que tan bien conocía, aquella que le dice que está a punto de llegar al punto más alto del momento de placer; pero que alguna manera podía sentir que esta vez era diferente; esta vez toda sensación estaba muy por encima de cualquiera de sus expectativas; al igual que podía sentir que su pareja estaba llegando a tal punto junto a él *Oh! ¡Por Dios! ¡Esto es increíble!* pensó al momento que reclamaba nuevamente un furioso y apasionado beso de los labios del hombre con quien ahora se encontraba; y justo un momento después de que se separara del beso dos gritos unidos en uno sólo inundaron la habitación, al tiempo que el joven rubio caía satisfecho sobre el pecho de su amante; pero no se dio tiempo para un descanso, con pasión reclamó otro beso de los labios de Kamatari, mientras que con una de sus manos acariciaba ambos miembros ahora húmedos debido a la explosión de pasión momentos antes ocurrida.

"Aún no estoy satisfecho"- dijo Steven con voz ronca entre besos a Kamatari- "Aún deseo mucho más de ti"- le dijo con pasión, aún cuando sabía que hasta ese momento nunca había sentido algo parecido con persona alguna en su vida.

Luego de sus ardientes palabras, Steven separó la mano con la que había estado acariciando su miembro y el de su pareja, en especial el de este último, la cual ahora esta húmeda y resbalosa; y sin dejar de besar a Kamatari, comenzó a acariciar la espalda de este con la otra mano, mientras bajaba suavemente efectuando un lento recorrido por la columna vertebral del joven japonés, hasta llegar a los muslos de este; y de manera suave y fuerte a la vez, le separó las piernas poniendo una a cada lado de sí, mientras que con la mano húmeda comenzó a tantear el trasero de su pareja hasta encontrar el orificio que había estado buscando, introduciendo así y de manera paulatina uno, luego dos y por último un tercer y húmedo dedo al interior de su pareja, quien comenzó a proferir gemidos de protesta ante la invasión; pero que eran acallados debido al beso del rubio.

Luego de unos minutos, los cuales pasaron de manera lenta y demasiado rápida a la vez; Steven retiró tanto su mano como su boca del cuerpo de su pareja, y mirándolo de manera salvaje a los ojos le regaló una sonrisa cargada de pasión, deseo y la promesa de algo inentendible para Kamatari.

Tan sólo un momento después Kamatari puedo sentir la presión de algo duro contra sí mismo, algo que amenazaba con entrar en su cuerpo; y entonces pudo entender qué era lo que estaba a punto de pasar, pero no pudo detenerlo, pues el ingreso de Steven a su cuerpo fue recibido con un grito ahogado por parte del oriental, quien se encontraba en un mar de sensaciones divididas en especial entre el dolor y el placer que en ese momento se fusionaban en un solo e indescriptible sentimiento.

Por su parte, Steven trató de ingresar de la manera más lenta que su cuerpo impaciente le permitía; la sola idea de lastimar a Kamatari de manera alguna lo mataba; pero el hecho de estar consumando la unión de esa noche lo sacaba de sí mismo; y después de sentir la estrechez de su compañero no pudo soportar mucho tiempo antes de desear sentir todo aquello de una vez; hundiéndose así de una sola embestida, disfrutando un momento de ese primer instante, para luego comenzar con el delicioso ritual del acto sexual en si; sintiendo a cada embestida estar a la vez en el mismo cielo, y ser abrazado por las más cálidas llamas del infierno; era un placer y a la vez una tortura estar poseyendo a ese regalo que había venido de manera exclusiva para él desde el misterioso país del sol naciente. Poco después, algo parecido a lo que hoy se conocería como una corriente eléctrica recorrió el cuerpo de Steven; él ya sabía lo que eso significaba, pero igual se sorprendió aún dentro de su delirio, pues siempre había podido controlarse muy bien, y ese día todo estaba por completo fuera de control. ¡Él quería darle más placer a Kamatari! ¿Cómo era posible que esto estuviese sucediendo? Pues poco era lo que podía hacer, pues un momento después y con un gruñido ronco llegaba al clímax del acto, sintiendo en ese momento aún más placer del que había sentido cuando explotó por primera vez esa noche; y para su sorpresa, también esta segunda vez Kamatari llegó al clímax junto a él, con lo cual con una sonrisa satisfecha y aún dentro de su amante cayó sobre el pecho de este, al momento que salía de manera lenta hasta acomodarse mejor para darle un húmedo y tierno beso a Kamatari, quien tenía cara de no saber muy bien en dónde se encontraba en ese momento, y aún tenía las mejillas rojas. *Tan rojas como dulces y maduras fresas silvestres* pensó para sí Steven, al momento que lo abrazaba fuertemente, esperando que la respiración de ambos volviera a ser normal.

Fin del Lemmon

Steven pensó para si que una vez que tuviese a ese lindo muchacho oriental una vez se le pasarían los efectos de lo que fuese que había estado actuando sobre él; y que lo hacía desear a Kamatari; pensó que luego de eso ya no desearía nada más de él como ya le había pasado anteriormente; pero para su sorpresa no fue así, pues mientras sostenía a Kamatari entra sus brazos esperando que recobrara su respiración normal sintió la terrible necesidad de pasar toda la noche junto a ese lindo chico de cabello oscuro; y no sólo para seguir con la apasionada sesión...Oh, no; sino para dormir juntos durante toda la noche, y que al despertar lo primero que viese fuese el rostro sonriente de su amante que lo recibiría con un suave beso de buenos días, sólo para volver a amarse de nuevo por la mañana. Era raro, nunca había deseado eso con otra persona, y algo en su mente le decía que debía averiguar el por qué; pero con Kamatari entre sus brazos en ese momento, poco le importaban esos pensamientos, pues no pensaba que algo diferente a lo que él deseaba pudiese suceder.

Por su parte Kamatari ya casi había recuperado su pulso normal; pero lo que si había recuperado por completo era la perspectiva de lo que había pasado. Allí, con el rostro apretado contra el pecho de Steven Wildfire; el joven guerrero se sentía completamente miserable, y deseaba que la tierra se lo tragase, quería huír de allí de inmediato y lo más pronto que se pudiese...*Shishio-sama...Perdóneme por favor, perdí lo único que me quedaba para usted*; y mientras pensaba en esto de sus ojos comenzaron a salir lágrimas que se mezclaron con el cálido sudor que bañaba ambos cuerpos; y entonces sin previo aviso se separó del hombre que estaba a su lado y se incorporó, levantándose así de la cama y separándose de ésta.

"¡¡Espera!!"- dijo con turbación Steven al ver a Kamatari salir de su abrazo de forma tan intempestiva- "No tienes porque irte, puedes pasar la noche aquí conmigo"- lo último que quería era que Kamatari se marchara de su lado; quería... no, necesitaba que Kamatari se quedara a su lado esa noche, lo necesitaba de manera desesperada.

Pasó un momento pero Kamatari no respondió; sino que siguió dándole la espalda como lo había estado haciendo desde el momento en el que se incorporó. Un momento después se movió del lugar en donde había estado, pero no hacia Steven, sino hacia donde estaba desperdigada su ropa, lo que vale decir por toda la habitación, pues Steven había tirado la ropa por todos lados. Un momento después comenzó a vestirse en silencio ante la azorada mirada del rubio.

Steven no podía creer lo que estaba viendo...¡Se iba! ¿Acaso no habían pasado una increíble noche? ¿es que había hecho algo mal?. Debía de hacer algo para detener a Kamatari y pronto.

"¡Espera! ¿Qué no me oyes? No tienes por qué irte..."- entonces Steven miró a la otra cama de la habitación y un pensamiento surcó por su mente- "Si crees que alguien podría venir, te equivocas, el único que vive en este cuarto soy yo"- pero al ver que Kamatari no hacia mucho caso, y que estaba colocándose la camisa se desesperó- "Si crees que alguien dirá algo al verte salir del cuarto en la mañana también te equivocas; el único que vive en todo el tercer piso soy yo; alquilé todo el lugar....¡Así como las habitaciones del piso de abajo que están directamente debajo de nosotros! ¡Nadie oyó nada!"

Kamatari paró por un momento lo que estaba haciendo, aunque ya tenía la camisa casi totalmente abrochada, respiró hondo y continuo. Esto desesperó aún mas a Steven, quien ya no sabía que recurso utilizar.

"¡¿Por qué haces esto?! ¿Es que acaso no te gustó lo que paso entre nosotros? Apuesto que ninguno de los que estuvo antes contigo fue tan bueno como yo."

En ese momento Kamatari estaba a punto de ponerse la ropa interior; pero las palabras de Steven hicieron que se detuviera en seco y se volteara mirándolo con dureza. Ante esa mirada Steven se sintió de pronto como un pequeño gusano...¿Por qué lo miraba así? Pero la necesidad que tenía por que Kamatari se quedara esa noche a su lado lo vencía todo; y nuevamente a la ofensiva volvió a decir...

"Estoy seguro que yo tengo razón y que ninguno fue tan bueno como yo...y tu cuerpo que está empezando a responder de nuevo con sólo pensar en lo que pasó confirma lo que estoy diciendo."

Kamatari miro entonces su cuerpo que aún estaba desnudo de la cintura para abajo y deseo vestirse lo más rápido posible, molesto consigo mismo por esa involuntaria y por completo fuera de lugar reacción. Pero entonces miró el rostro complacido de Steven y un fiero deseo de hacerle ver que el no gobernaba su vida hizo que aún de frente a él continuara vistiéndose con toda la tranquilidad del mundo.

Steven reconocía un desafío cuando lo veía, y junto con la creciente desesperación un deseo de demostrar que no se podría ir tan fácilmente, si eso era lo que quería.

"¡Oh, vamos! Como si fueras un angelito...¡Por favor! ¿O me vas a decir que eras virgen?"- dijo Steven con un desdén bastante subrayado; solo que no esperó la reacción de Kamatari; osea el súbito sonrojo de sus mejilla junto con una mirada acusadora para con él.

*Oh, por Dios*- fue todo lo que atinó a cruzar por la mente de Steven...Si había algo de lo que él siempre se había asegurado era de nunca meterse con un virgen, fuera él o ella; pero debido a los primeros rumores que escuchó sobre Matt y el joven con quien había pasado la noche, no se preocupó mucho; ni siquiera aún después de descubrir que esos rumores habían sido falsos, aún a sabiendas de que descubriendo la falsedad de los rumores era lo primero que debía de haber hecho, pero en ese momento su deseo era tan fuerte que simplemente lo dejó pasar, y era la primera vez que eso le sucedía; aún no podía creer lo que le estaba sucediendo.

"Entonces... tú... "- no pudo terminar la frase, la vergüenza estaba comenzando a invadirlo.

Por su lado Kamatari terminó de vestirse con la mirada de desprecio clavada en los ojos de Steven; y tras terminar de hacerlo se dio media vuelta y se dirigió a la puerta que conectaba con la otra habitación, pero antes de cruzarla dijo en voz baja y llena de resentimiento ... "No quiero que te me vuelvas a acercar nunca más", tras lo cual salió de la habitación y poco después cruzó la puerta de salida del cuarto de Steven.

Por su parte Steven aún estaba sentado encima de la cama, con solo una sabana cubriendo su desnudez y una sensación de vacío que nunca antes había sentido.

***

Camino a las escaleras que lo conducirían al segundo piso, Kamatari va arrastrándose por los pasillos del tercer piso con la cara llena de lágrimas y la letra de la canción "Innocence" sonando de fondo. Una vez que salió de la habitación de Steven, toda aquella máscara de fortaleza que había construido a su alrededor se desmoronó de manera instantánea; y el dolor y la vergüenza que su corazón sentía en ese momento estaba saliendo a flote de manera estrepitosa. A cada paso que daba su corazón se estrujaba cada vez más sintiendo la traición que había cometido esa noche al entregar su virginidad a un hombre como Steven Wildfire, quien era obvio que sólo lo había utilizado como un juguete para satisfacer sus propios deseos y nada más; y peor aún cuando se había prometido a sí mismo que luego de muerto el hombre a quien tanto había amado, nunca más volvería a dejar que su cuerpo o su corazón fueran tocados por nadie; y esa promesa había sido rota de la manera más humillante.

Sin darse cuenta del rumbo que estaba tomando, Kamatari pisó el primer escalón de bajada y resbaló, cayendo de manera estrepitosa y quedando tirado en el suelo del segundo piso durante un buen rato mientras lloraba desconsoladamente. De pronto llegó a su mente como un rayo el recuerdo de todos y cada uno de sus compañeros del Jupporn Gatan, y la pregunta de *¿Qué sería lo que Soujiro-chan haría en este momento?* cruzó por su mente... Cuando comenzó a llamarlo Soujiro-CHAN, no tenía idea; pero eso no le importó mucho, sino buscar la respuesta a su pregunta...*Sonreiría de seguro* pensó para si mismo, a la vez que trataba de dibujar fallidamente una sonrisa en sus labios, pero solo consiguió seguir llorando de manera convulsiva durante un buen rato.

Un momento después se paró de nuevo y siguió caminando; y sin darse cuenta llegó hasta el frente de la puerta de su habitación, y aún entre las lagrimas que nublaban su vista pudo notar que la luz de la habitación estabas prendida, y quiso alejarse para no molestar a la pareja que se encontraba en el interior, pues oyó sus voces. Pero las piernas ya no le daban para más, y de manera abrupta se sentó en el suelo y comenzó a sollozar; y fue entonces cuando la puerta se abrió y las piernas de Matt, quien se había quedado conversando con Kate hasta esa hora siguiendo el consejo de Kamatari de conocerse un poco mejor, chocaron con la espalda de su amigo; y al voltear Kamatari, pudo ver el rostro de este cubierto de lagrimas. Matt se agachó hasta quedar a la altura de su amigo, cuando Kamatari sin previo aviso le echó los brazos al cuello y comenzó a llorar entonces aún más amargamente de lo que había estado llorando momentos antes. Con la ayuda de Kate, Matt trató de tranquilizar a su amigo y sacarle algo de lo que había pasado; pero al notar Kate las inconfundibles marcas de mordidas en el cuello de Kamatari; Matt no tuvo que imaginar demasiado para saber que era lo que había sucedido; para completo horror de Kate, quien sin embargo no se alejó esa noche de su pareja y el amigo de éste, a quien ahora también consideraba un amigo.

Con muestras de apoyo, mucha paciencia, y toda una larga noche; la pareja de amigos del joven oriental logró sacar la suficiente información como para enterarse de que era lo que había sucedido; mostrando así los dos un gran disgusto ante lo que habían averiguado.

"Grrrrr, esa Eve...¡Esperen no más a que la vuelva a ver y le arranco todos los cabellos de un solo tirón!"- decía una muy enfadada Kate, quien ya no cabía en sí del disgusto.

"¡Y yo le romperé la cara a ese aprovechado apenas se atreva a acercarse a Kamatari de nuevo, si no es que lo veo antes!- prácticamente gritaba Matt mientras que mantenía los puños tan cerrados por la rabia que sus nudillos comenzaba a ponerse blancos.

Kamatari miró a sus amigos con una mezcla de alegría y tristeza por lo que estaba viendo; alegría por sentirse entre verdaderos amigos en ese momento, tristeza por el tipo de momento que los estaba haciendo pasar.

"Solo olvídenlo. ¿Quieren? Lo único que quiero ahora, es dormir.... un poco"

Tanto Matt como Kate miraron sorprendidos a Kamatari, pero terminaron por prometerle no tomar ninguna represalia al respecto, y luego de que Matt le preparara algo caliente a Kamatari, ya que tenían una pequeña cocinita para hervir agua; y Kate le ayudara a acostarse y le diera un pequeño beso en señal de amistad en la frente, Kamatari se quedó profundamente dormido; en parte porque llorar tanto lo había agotado, en parte porque ya estaba bastante agotado luego de haber salido de la habitación de Steven. Tras esto la pareja decidió quedarse velando toda la noche a su amigo, y así fue hasta que llegó la mañana siguiente.

Por su parte, en su habitación, Steven había pasado una terrible noche de insomnio, el la cual había pensado en todo lo que había ocurrido y lo que había estado sintiendo desde el momento que conoció a Kamatari hasta lo que ocurrió anoche; llegando a la más inesperada de las conclusiones.

*¡Oh, no!, no puede ser. ¿Acaso será posible que yo....? Pero y si es así...¡Entonces lo he perdido para siempre!...*- pensó aterrorizado Steven, al tiempo que escondía su rostro debajo de la almohada, pero en ese momento algo más fuerte que él volvió a resurgir y correr de manera estrepitosa por todas y cada una de sus venas al mismo tiempo que su sangre, y con una nueva decisión pintada en el rostro exclamó en voz alta y para si mismo.

"Pues en ese caso, lucharé hasta el final y las últimas consecuencias; no debo dejarme ganar."

Fin del cuarto capítulo


Notas de la autora:

Errr....bueno, primero que nada les contaré que este es el primer lemmon que escribo, así que onegai...no sean muy duras conmigo.

Bueno, ahora en cuanto a lo que esta pasando...Kamatari, como es obvio no quiere volver a ver a Steven nunca, lo que es nunca; pero si alguno de ustedes ya descubrió que es lo que le pasa a Steven; como que no va a estar muy de acuerdo sobre este tipo de decisión por parte de 'su' hombre. Por otro lado descubriremos otra de las cosas que Kamatari solía hacer en el pasado, así como lo fue su afición por criar aves, aunque en este caso es algo un poco más personal.

En cuanto a la música de fondo que emplee para este capítulo, es una canción de la serie Rurouni Kenshin y se usa generalmente como fondo para escenas donde sale Soujiro en un especial de TV de la serie, es una canción suve y muy bonita, y aquí les va la letra:

Innocence
(Tema del Especial de TV)

Hora, abunai yo

Boku ni ima fureta nara kireru kara

Kimi wa mada

Boku yori mo tsuyoku nai

Wakaru yo ne

Aoi honoo ga ima

Koori no naka de

Shizuka ni moete iru yo

Ah! Hohoemi wo ukabeta

Shounen ga hitori

Tooku ni mieru

Kaze, itai ame,

sakebi-goe,

kireta ito,

fuyu no sora

Boku wa naze

Waratteru no?

Wakaranai

Nakushita yo

Aoi honoo ga ima

Koori no naka de

Shizuka ni moete iru yo

Ah! tatta hitotsu kiri no

Kotae wo boku wa

Shitte iru kara

Ki wo tsukete

Kimi wa yowai kara ne

Mou sugu boku ga

Keshite ageru yo kitto!

Ah! aoi honoo ga ima

Koori no naka de

Shizuka ni moeru

Interprete: Noriko Hidaka

Bueno, supongo que tendremos que esperar a ver que es lo que sucede, así que hasta la próxima. Cualquier sugerencia o comentario escríbeme por favor a [email protected], que estaré esperando con impaciencia.

Hasta la próxima.

Un bechito felino para todos.

Chibineko =^.~=