Capítulo 2: Ojos verdes


-¡Pareces un ángel, Sakura!-Exclamó Tomoyo, con emoción.

Ambas estaban en la Torre. Kinomoto traía puesto un hermoso vestido que Daidouji había confeccionado especialmente para la ocasión. Kero las miraba desde el bolso de Sakura, sin mucho interés, mientras mordisqueaba un pastelillo.

-Qué rico...-Pensó.

De pronto, una conocida pareja apareció: Haruka y Michiru. Tomoyo las vio pasar y murmuró:

-¡Vaya!

-¿Qué sucede?-Preguntó Sakura.

-Es Michiru Kaioh. La joven prodigio-Respondió Daidouji, sonriendo, y volviendo a filmar.

-Ah...-Dijo Kinomoto, sin confesar su ignorancia. No conocía a Michiru y mucho menos sus habilidades.

La pareja se detuvo a unos cuantos metros de ellas. Sakura las vio, por primera vez, con atención. La joven Kaioh estaba mirando a través de una de las ventanas, cuando los ojos verdes de su pareja descubrieron a la pequeña Kinomoto.

-¿Y esa niña?-Pensó Haruka.

-¿Sakura?-Preguntó Tomoyo.

-Esa persona...Me parece conocida...-Murmuró Kinomoto.

-¿¿Quéé?? ¿Quién? ¿Dónde?-Chilló el pequeño Kero, saliendo de su escondite.

-¡Noooo!-Gritó su dueña, saltando sobre él y encerrándolo nuevamente en el bolso.

Sakura miró a su alrededor y se dio cuenta de que todas las personas que estaban ahí la estaban viendo. Se sintió apenada y decidió que era hora de irse.

-Pero antes vayamos por un helado flotante, ¿si?-Preguntó Tomoyo.

-¡¡SÍÍÍ!!-Chilló Kero desde su encierro.

-Está bien...-Murmuró Sakura, mientras una gota de sudor resbalaba por su cabeza.

Mientras ellas se iban, Haruka dijo:

-Pero qué niñas tan extrañas.

-Sí-Murmuró Michiru, con aire pensativo. Quizá podía percibir algo ‘extraño’ en el ambiente.

***

Kinomoto y Daidouji salieron de la Torre, cruzaron tranquilamente la calle y dieron varios pasos cuando...

-Sakura...¿No traías un bolso cuando salimos?-Preguntó Tomoyo.

-¡¡Aaaaa!! ¡Es cierto...! ¡Y KERO ESTÁ ADENTRO!-Exclamó Sakura, con terror; se dio la vuelta y vio el pequeño bolso tirado en la acera de enfrente-¡Iré por él!

-¡Pero...!-Dijo Daidouji, el semáforo estaba en verde.

Sakura corrió entre los autos, ágilmente, sin pensar en el peligro...¡Sólo podía pensar en Kero! Y entonces, un enorme camión estuvo a punto de atropellarla...

-¡WAAAAAAAAA!-Gritó la pequeña Kinomoto, cerrando los ojos y dispuesta a recibir el golpe, cuando alguien la tomó entre sus brazos y la llevó, sana y salva, hasta la acera.

-¿Estás bien?-Preguntó esa persona, con preocupación.

Sakura esperó varios segundos para contestar, pues la impresión había sido bastante fuerte; así que no se dio cuenta de que estaba abrazando desesperadamente a su salvador, que resultó ser Haruka (?). Poco después abrió los ojos, y dijo:

-Sí..Gra...Gracias...

El semáforo se puso en rojo y Tomoyo corrió hasta donde estaba su amiga.

-¡¡SAKURA!! ¡¿Estás bien?!

-Sí, no te preocupes...-Dijo Sakura, después vio a Haruka, se sentía tan bien en sus brazos-Muchas gracias por haberme salvado...

-Fue un placer-Dijo Tenoh, mostrando una de sus coquetas sonrisas, pues le encantaba ser la sensación entre las mujeres.

De pronto apareció Michiru, cargando el bolso de Kinomoto.

-No las había visto antes-Dijo la joven peliverde, entregando el bolso a su dueña-¿De dónde vienen?

-Gracias...Ehhmmm...Venimos de la ciudad de Tomoeda...-Murmuró Sakura, un poco avergonzada ante la extraña mirada de Michiru.

-Hace poco visitamos la Torre Tokio-Dijo Tomoyo.

-Sí, recuerdo haberlas visto en ese lugar-Dijo Haruka-¿Qué les parece si vamos a algún café?

Tomoyo miró a Sakura, sus ojos brillaban por la emoción, y no pudo negarse:

-Está bien, iremos.

-Entonces vamos-Dijo la varonil chica rubia.

Pero Michiru dijo:

-Lo siento. Yo no puedo ir.

-Pero...-Murmuró Haruka.

-Hoy tengo ensayo.

-¿Tocarás el violín?

-Sí.

-Te llevaré.

-No, me iré en taxi.

-Pero...

-No te preocupes.

-Iré por ti en la tarde.

-No, yo regresaré sola a casa.

-Pero...

-Adiós.

Michiru sonrió como despedida y caminó hacia el frente, sin mirar atrás. No podía evitar esos enormes ataques de celos, cada vez que su Haruka le coqueteaba a alguna mujer, pero sabía que aquello era una de las tantas diversiones de su pareja y, por lo tanto, no podía hacer nada.

-Haruka...-Pensó Michiru, con un poco de tristeza, mientras caminaba.

-¿Vamos?-Insistió Tenoh, pues sus dos nuevas amigas se habían quedado sin palabras.

-Ehhh...Sí-Dijo Sakura, sonriendo.

Las tres caminaron hacia el café más cercano.