Capítulo 8: Te amo, Sakura
Era lunes por la tarde, Sakura estaba encerrada en su habitación, completamente deprimida. Kero estaba junto a ella, pero no se atrevía a hablarle. Había escuchado la conversación de su dueña y del hermano de ésta, por lo tanto sabía por qué la niña estaba triste. Finalmente decidió salir por la ventana y dar un paseo por la ciudad.
La pequeña Kinomoto quería estar sola y por lo tanto agradeció aquel gesto por parte de Kerberos.
De pronto, alguien tocó la puerta. La Card Captor no dijo nada. Esa persona insistió, así que Sakura dijo:
-Quiero estar sola...
Aquella persona respondió:
-Soy Tomoyo. Ábreme, por favor...
La pequeña Kinomoto abrió rápidamente la puerta y se lanzó a los brazos de su amiga. Realmente necesitaba apoyo moral. Tomoyo observó a Sakura, con ojos tristes, y la invitó a sentarse en la cama.
Ambas se sentaron. Sakura comenzó a hablar, entre lágrimas. Le contó todo a Daidouji...De su amor por Haruka...De su decepción...Pues él era...era...¡ELLA!
Cuando terminó, Kinomoto se echó a llorar con más fuerza. Tomoyo la abrazó y le acarició el cabello mientras le murmuraba palabras tranquilizadoras.
Cinco minutos después, la Card Captor se había tranquilizado. Se secó las lágrimas con ambas manos y le pidió perdón a Tomoyo por su actitud.
-No te preocupes, yo siempre estaré a tu lado para apoyarte en lo que sea-Dijo ésta, sonriendo ampliamente.
Sakura asintió y le dio las gracias.
-Por cierto...¿Qué sientes ahora por Haruka?-Preguntó la niña de cabello púrpura.
Kinomoto se encogió de hombros. No sabía qué responder...No entendía cómo una mujer había logrado cautivarla...
-¿Estás molesta porque en realidad es una mujer?-Continuó Tomoyo, con cierto brillo misterioso en los ojos, pues la respuesta era muy importante para ella, que sentía algo especial por Sakura.
La niña de ojos verdes lo pensó por un momento, negó lentamente con la cabeza, y después comentó, con aire pensativo:
-No...Más bien me molestó el hecho de que aparente ser algo que no es...
-¿Y si ella fuera femenina? ¿Sentirías lo mismo por ella?-Insistió su amiga.
-No lo sé...
Daidouji miró hacia el escritorio de Sakura, donde había un oso de felpa. Ella sabía que era un regalo de Syaoran, así que preguntó:
-¿Y Li?
Kinomoto sonrió tristemente, mientras decía:
-¿Sabes, Tomoyo...? Esta experiencia con Haruka me ayudó a darme cuenta de que...Lo que siento por él no es amor, porque si lo hubiera sido, nunca me habría fijado en Tenoh...El amor es algo diferente.
La niña de cabellos púrpuras miró a Sakura con emoción, mientras enrojecía un poco. Quizá algún día su amiga podría sentir amor por ella.
Ambas pasaron juntas toda la tarde. Y cuando Tomoyo se marchó, dijo las siguientes palabras:
-No olvides que yo siempre estaré a tu lado, y que tu felicidad es lo más importante para mí.
Esta frase quedó grabada en la cabeza de la Card Captor, y solía repetirla constantemente.
-Tomoyo...-Pensó-¿Por qué no me había dado cuenta?
***
Pasaron cuatro años. Sakura Kinomoto y Tomoyo Daidouji se convirtieron en un par de hermosas adolescentes. Tenían cientos de pretendientes, pero ellas no le hacían caso a ninguno.
Cierta tarde, ambas caminaban juntas por el parque Pingüino, después de clases. De pronto, Sakura preguntó:
-¿Te acuerdas...de...de lo que pasó con Haruka Tenoh?
-Sí-Respondió Tomoyo, algo sorprendida, pues su amiga no solía tocar dicho tema.
Kinomoto miró hacia el cielo, sonrió un poco, y dijo:
-En aquellos momentos me ayudaste bastante. Siempre has estado a mi lado...No sabes cuánto te lo agradezco...
-No tienes por qué hacerlo, yo lo hago con mucho gusto.
Sakura se detuvo de pronto. Su amiga la miró, confundida.
-¿Qué pasa?-Le preguntó.
La Card Captor la miró con sus expresivos ojos verdes, y murmuró:
-Recuerdo que hace tiempo dijiste algo sobre la persona que amabas...Dijiste que...Preferías ver a esa persona feliz, sin importar con quién estuviera, a ver su tristeza a tu lado todos los días...
La joven Daidouji se había quedado sin palabras.
-...Y cuando pasó lo de Haruka...-Continuó Sakura-...dijiste que lo más importante para ti era mi felicidad...-La miró fijamente-Tomoyo...¿Acaso tú...?
Tomoyo rió un poco, deslizó un dedo sobre los labios de Sakura, y murmuró:
-Al fin me descubriste...Te amo, Sakura. Siempre lo he hecho.
Sakura Kinomoto se sonrojó profundamente ante la confesión de su amiga, pero debía aceptar que ella sentía lo mismo.
Como respuesta, Sakura se acercó a Tomoyo, le tomó ambas manos y le dio un beso. Daidouji se sorprendió al principio, pero respondió al beso y no pudo evitar derramar varias lágrimas de felicidad. Su amiga las secó, y ambas se fueron caminando, tomadas de la mano.
Mientras tanto, en las afueras del parque, dos personas en un auto rojo las observaban, satisfechas. Haruka y Michiru, también se besaron, antes de desaparecer como el viento.
Fin