Segunda parte


No debí haberle dicho. ¡Al menos no así! Sólo yo soy tan estúpido como para elegir tan mal momento para decir algo así de importante. Debe odiarme.

"Sendoh."

Y no puedo culparlo.

"Sendoh."

O sea, su reacción fue bastante normal, ¿no?

"¡Sendoh!"

"¿Ah?" El grito de Hikoichi lo obligó a volver a la realidad. "¡Hikoichi, me asustaste! ¿Qué quieres?"

"Avisarte que se canceló el entrenamiento de hoy." Hikoichi lo miraba atentamente, tratando de averiguar lo que le ocurría a su ídolo, "Sendoh, ¿qué te--"

"¿Por qué?" Temiendo esa pregunta, Sendoh se le adelantó con otra. "¿Por qué se canceló el entrenamiento?"

"El entrenador no quiso decirme, pero creo que es porque..."

Al parecer seguía hablando, pero el estudiante de segundo ya no lo escuchaba. Le había caído del cielo. Ya no soportaba ver aquella indescifrable expresión en el rostro de Koshino. Tampoco le hablaba, y evitaba abiertamente mirarlo siquiera. Aunque ya habían empezado los murmullos y rumores, nadie le había dicho nada directamente. Era un alivio, porque no habría sabido qué decir. Pero no creía tener la misma suerte en el entrenamiento. Ahí sí que tendría que dar algún tipo de explicación, ¿no? Apuesto a que también Koshino debe estar aliviado, pensó Sendoh aun más triste. Levantó un poco la vista y le pareció que Hikoichi había terminado su historia y esperaba una respuesta, así que se las arregló para mascullar un "Es una lástima" y al ver que la respuesta parecía haber complacido al muchacho más bajo, preguntó lo que en verdad quería saber, "¿Ya le avisaste a Koshino?"

"Eso quería, pero cuando me lo encontré ni pareció notar mi presencia. Estaba completamente en las nubes."

"Oh." Justo lo que pensé.

"¿Podrías decirle tú?"

"¡¿Qué?! ¿Decirle yo?" Tiene que estar bromeando...

"Sí. Yo ya no tengo tiempo, así que..." Y le dirigió una 'inocente' mirada.

Si no acepto tendré que explicarle porqué... "Lo intentaré."

"Gracias, Sendoh." Dijo a modo de despedida antes de desaparecer, dejando a Sendoh aun más sumido en su depresión.

***

A la salida de clases, Sendoh vio cómo Koshino tomaba sus cosas y se iba, aun sin dirigirle la palabra.

Recordando en lo que había quedado con Hikoichi, Akira Sendoh decidió alcanzarlo, contento de tener una excusa para hablarle.

Cuando finalmente lo alcanzó fue en el por el momento concurrido patio y para no alimentar a los rumores, decidió simular que los hechos de la mañana nunca sucedieron y adoptó su habitual expresión de que nada le preocupaba.

"¡Koshino! ¡Koshino!" Gritó para llamar su atención.              

Pero Koshino no se dio por aludido y siguió caminando. Bastante decepcionado, pero sin dejar su habitual (hasta esa mañana) sonrisa, Sendoh corrió para alcanzarlo. Para evitar que lo ignorar se adelantó y se detuvo justo frente a él, listo para afirmarlo con los brazos si era necesario.

"Oye, Koshino, ¿adónde vas? La práctica de hoy fue cancelada. ¿Qué no te dijo Hikoichi?"

"¿Ah, sí?" Felizmente para Sendoh, Koshino volvía a hablarle. Lástima que fuese del tema que menos le preocupaba en ese momento. "Pero no iba a ir al entrenamiento de todos modos."

De pronto, Sendoh notó lo cerca que estaban de la salida, que era un camino completamente distinto al del gimnasio. "Jeje, es cierto." Dijo un poco avergonzado.

"Oye, Sendoh..." Akira sonrió al notar que el tono de Koshino al decir su nombre volvía a ser el de antes, "¿podríamos hablar en un lugar más... privado?"

Sendoh miró a su alrededor. Eran el centro de atención de los que estaban ahí, que miraban descaradamente lo que sucedía entre ellos. "Claro. ¿Adónde quieres ir?"

"Da igual, pero que podamos hablar a solas."

"Muy bien. Vamos."

***

En un principio, Sendoh pensó en llevar a Koshino a una cafetería. Pero pensándolo dos veces, sería mejor un lugar en el que estuvieran completamente solos y no hubiera tantas cosas que pudieran ser lanzadas en su contra. Así que decidió llevarlo a su casa y esperar ahí lo que vendría. Ojalá no fuera lo peor...

Ambos estaban muy absortos en sus propios pensamientos como para entablar una conversación camino a casa de Sendoh. Éste pensaba en formas para evitar que Koshino dejara de dirigirle la palabra de manera definitiva, mientras que su compañero más bajo planeaba la mejor manera de decirle al chico de cabello de puerco espín la decisión a la que había llegado respecto a su situación. A pesar del poco tiempo que había tenido, Koshino lo había pensado mucho, aunque sabía que 'pensado' no era la mejor palabra para describir por lo que había pasado desde que Sendoh le había confesado su amor. Había sido una mezcla de pensamientos, sentimientos, recuerdos, desesperación... y hasta prejuicios. Algo así no puede ser explicado así nada más y Koshino lo sabía. Y aunque aun no había llegado a una decisión final, honestamente pensaba hacerlo mientras conversaba con Sendoh. Y si no... ahí tendría que ver. Pero por el momento no podía pensar siquiera en tratar de iniciar una conversación para romper el silencio que ahora lo rodeaba a él y a Sendoh. Y para ser honesto, lo más probable es que ni siquiera notaría si Sendoh intentaba hacerlo.

Y Sendoh sentía más o menos lo mismo. Así que en silencio llegaron a la casa del último, que tal y como esperaba éste, estaba desocupada a esa hora.

"Siéntete como en tu casa." Dijo Sendoh mientras pasaban al living. A pesar de que Koshino había ido muchísimas veces y conocía la gran casa al dedillo, ambos se sentían tan incómodos como si esa fuera la primera vez. "¿Quieres algo de tomar o comer?" Ofreció Sendoh dirigiéndose hacia la cocina, "Porque yo daría lo que fuera por un vaso de agua ahora mismo."

"No, gracias. No quiero nada." Fue la respuesta y viendo como Sendoh seguía su camino aun como si la respuesta hubiese sido la contraria, añadió, "De hecho, ¿podríamos hablar ahora mismo?"

Después de tragar un poco, Sendoh contestó, "Claro. Sólo déjame ir por ese vaso..."

Mientras tanto, Koshino se sentó en el sofá, dejando sus cosas a sus pies y se cubrió el rostro con las manos. Este ha sido un día muy largo, pensó. Y si esto no sale bien, será el día más largo de mi vida.

Sendoh volvió al cabo de unos segundos, y daba la impresión de que más que a beber un poco de agua, había ido a darse ánimo a sí mismo para seguir adelante. Se sentó frente a Koshino y con su mirada más seria, empezó él a hablar, "Sé que a pesar de todas las cosas que te he hecho o te he hecho hacer (que han sido bastantes), esto ha sido por lejos la más difícil, pero sentí que por nuestra amistad debía decirte lo que siento por ti, por difícil que fuera."

"Lo sé, Sendoh--"

"Sé que estás incómodo, porque también yo lo estoy, y te juro que eso es lo último que quería hacer y--"

"Sendoh, deja que yo hable ahora, ¿sí?"

Akira se sonrojó un poco y asintió.

"Bien. No sé cómo empezar..." Dijo Koshino mientras se rascaba la cabeza, "Lamento mi comportamiento durante todo el día, pero estuve pensando mucho en..." Hizo una breve pausa, "en lo que me dijiste y--"
"No tienes que decir más, Koshino." Dijo Sendoh triste, "Sé que te puse en una situación difícil y..." Tragó fuertemente y miró a otro lado, "Entiendo si no quieres volver a hablarme." A pesar de que lo decía en serio, en el fondo esperaba que Koshino dijera que eso no era necesario, que él también lo amaba, que siempre estarían juntos... Pero Koshino no decía nada, sólo evitaba mirarlo directamente a los ojos. Y el chico con cabello en punta decidió volver a hablar, "Lo entiendo. No te preocupes."

"No, Sendoh." Dijo de pronto el otro, "No es eso lo que quiero." Un brillo de ilusión hizo resplandecer los ojos de Sendoh por unos momentos, ¡quizá aun había esperanza!, pero la voz de Koshino lo hizo volver a la realidad, "Sólo quiero que olvidemos todo lo que pasó hoy y que sigamos como si este día nunca hubiera existido."

Hiroaki se sorprendió a sí mismo cuando se escuchó decir aquellas palabras. Fue más fácil de lo que había esperado, pensó. Pero al ver la dolida expresión de Sendoh lo hizo sentir mal también. Pero tenía que ser fuerte. ¿No había decidido que a lo que llegara en esta charla con Sendoh sería lo que haría? Entonces debía cumplirlo. Y si lo había dicho sin pensarlo, era porque es lo que su corazón quería, ¿no? Debía ser consecuente con sus decisiones. Pero Sendoh se ve tan triste... tras otra breve batalla interna, dijo, "Creo que es mejor que me vaya."

"Quizá sea lo mejor." Sendoh hablaba muy lentamente, como si no sólo dos, sino tres veces cada palabra que decía, "Y gracias por no hacer la gran alharaca por esto."

"No te preocupes." Y le regaló una breve sonrisa antes de marcharse.

Una vez solo, Akira volvió a agradecer el tener la casa sólo para él. ¡Su madre haría un gran escándalo si veía en que estado se encontraba su único y adorado hijo! "No sé si pueda hacerlo, Hiroaki." Dijo mientras las lágrimas bañaban su hermoso rostro.