Tercera parte


"Muy bien. Empezaremos el entrenamiento de hoy con un leve calentamiento." Gritó Taoka mientras aplaudía para atraer la atención de todos los que estaban en el gimnasio. "Veinte minutos de trote, estiramiento y seguimos con los piques. ¡Empiecen!" Obedientemente, todos los hicieron.

Así empezaba la semana para el equipo de basketball de Ryonan. Tanto Sendoh como Koshino habían tenido lo que les sobró de sábado y domingo para recuperarse de la conversación que habían tenido en casa de Sendoh. Pero obviamente no había sido suficiente.

***Recuerdo***

"¿Y, Hiroaki? ¿No vas a juntarte con ese niño Sendoh hoy?"

"No, papá." Respondió el aludido dando un suspiro, "Hoy no."

"¡Pero si se van todos los domingos a jugar basketball!"

"Pero no hoy, papá." Koshino contestaba bastante desanimado, pero sabía que el interrogatorio de su padre seguiría.

"¿Se pelearon?" A pesar de la pregunta, el Sr. Koshino sonreía.

"No, papá. Sólo... sólo preferimos no jugar hoy. Es todo."

"Me alegra que estés tomando distancia de ese niño. No me agrada la influencia que tiene en ti."

Sabiendo a qué se refería, Hiroaki aclaró cada vez más molesto, "Papá, fue sólo una vez y ellos nos buscaron pelea."

"Aun así no debiste haberte involucrado. No quiero recordar la vergüenza que pasé cuando tuve que ir a buscarte a la cárcel."

"¡Pero no presentaron cargos--"

"La destrucción de propiedad privada es un grave delito, hijo. Y nunca pensé que tú cayeras en eso." Viendo que Hiroaki intentaba reclamar, se le adelantó, "Y la única razón por la que no presentaron cargo es porque los Takahashi te conocen de pequeño y saben que no volverá a ocurrir." Acentuó esa última parte con una severa mirada.

Koshino sólo suspiró. No tenía caso pelear con su padre, que era tan cerrado de mente como cualquier otro policía*.

***Fin del Recuerdo***

Desde aquella vez que tuvo que ir a buscarlo a la cárcel, Reiji Koshino, el padre de Hiroaki, había declarado a Sendoh persona no grata en su casa. La única razón por la que aceptaba que su hijo siguiera frecuentándolo era porque a su esposa el chico de cabello en punta le parecía sumamente simpático y agradable. Pero ni eso hacía que su propia opinión del mejor amigo de su hijo cambiara. En cuanto al incidente que hizo que Sendoh y Koshino hubiesen estado detenidos, lo que había ocurrido fue que el hermano de una chica a la que Sendoh había roto el corazón dejándola por otra y sus amigos comenzaron una pelea en el café en que el par de amigos solía comer. Estos respondieron a los golpes y en un momento en que la contienda era especialmente violenta, rompieron las ventanas y mesas del local y un hombre que también comía en el lugar llamó a la policía. Imaginarán el resto. Y francamente esa era una de las cosas que Koshino consideró cuando debía responder a Sendoh lo que sentía por él: por culpa de Akira ya había estado en la cárcel, experiencia muy desagradable que haría todo lo posible por no repetir. Por culpa de Akira y su manía de salir con cualquier falda que se le pusiera delante. Lo que hacía que fuera más confuso para él el hecho de que su amigo estuviera enamorado de él...

"Oye, Koshino." Interrumpió sus pensamientos Fukuda, quien trotaba a su lado, "¿Qué le ocurre a Sendoh?"

"No tengo la más mínima idea." Mintió descaradamente Koshino. "¿Por qué?"

"Porque le pregunté si nos acompañaba a tomar algo esta noche y ni siquiera pareció escuchar. Y considerando que él es siempre el primero en aceptar, me preocupé."

"Pues no, no sé qué le ocurre entonces." Volvió a mentir Koshino. "Pero cuenta conmigo. Yo iré con ustedes a tomar algo."

***

Quizá debería hablar con él. Aunque lo más probable es que sólo empeore las cosas. Pero si sigue actuando así todos comenzarán a hacer preguntas y comentarios.

"Oye, Koshino, ¡nos vamos!" Le gritó Hikoichi desde la salida de los vestidores.

"¡Ya voy!" Respondió éste mientras se ataba los cordones de los tenis. Mejor espero a ver qué pasa mañana.

 

Y se fue con el resto del equipo.

***

Sendoh notó como todos sus amigos se iban. Lo habían invitado dos veces más y ambas había respondido que se quedaría entrenando hasta tarde.

"¿Seguro que no quieres venir?" Uekuza lo intentó por última vez.

Koshino también va. Quizá deba... "No, gracias. Debo practicar mis tiros." Fue la vaga respuesta.

Una vez solo, Sendoh comenzó a practicar sus tiros de tres puntos. Pero en lugar de concentrarse en estos, su mente estaba en la expresión que Koshino había tenido toda la tarde. Completamente normal.

Es obvio que no te afecta tanto como a mí, Hiroaki. Parece que este fuera otro lunes común y corriente. Y no tienes idea de cuánto me duele eso.

Sendoh siguió con sus tiros. Sólo su cuero estaba ‘concentrado’ en eso, pues su mente seguía en el mismo tipo de pensamientos que había tenido todo el día.

“Tus tiros están pésimos, Sendoh.” Dijo de pronto una seria voz.

“¿Ah?”

“No estás tirando como sueles hacerlo. Estás como si tuvieras la mente en la luna.” Taoka se acercó lentamente al estudiante de segundo.

Por toda respuesta Sendoh bajó la cabeza.

“¿Problemas sentimentales?” Sugirió el entrenador.

Asombrado, Sendoh miró a Taoka directo a los ojos y preguntó, “¿Cómo supo?”

Taoka sólo sonrió.

***

El resto del equipo de basketball conversaba animadamente en un restaurant cercano a la escuela. A pesar de que Koshino intentaba solazarse, no lograba evitar que su mente se desviara a otros asuntos.

“Y, Uekuza, ¿cuánto llevas con tu novia? Porque sigues con la que llevaste el otro día a la fiesta, ¿no?”

Con un leve tinte rojo en las mejillas, éste contestó, “Sí, ya llevamos un mes.”

“Y es super bonita, ¡tienes que contar cómo lo hiciste!”

Entre risas y bromas cada uno contaba las novedades en sus vidas. Todos menos Koshino, quien daba gracias al cielo que Sendoh no hubiese ido también, ¡no lo habría soportado!

“¿Y, Koshino? ¿Cuándo serás tú el que nos tenga expectantes con tus hazañas con una chica?”

La pregunta lo trajo de vuelta a la realidad mientras que a la vez lo molestaba un poco: ¡si tan sólo se imaginaran por lo que estaba pasando ahora! “Mira quién lo dice, Fukuda. Yo tampoco te conozco a nadie.”

“Pero Fukuda acaba de contarnos en qué anda con Mariko, Koshino.” Dijo Hikoichi,

“¿Te sientes bien?” Preguntó al notar la expresión de a quién hablaba.

No, no se sentía bien y así lo expuso a sus compañeros antes de marcharse a su casa.

***

“¿Cómo lo supo, entrenador?”

“Yo también tuve 17 años una vez, Sendoh.” Respondió con una sincera sonrisa Taoka.

Sendoh se imaginó a su entrenador con 17 años y como intuyó que no podría contener la risa por mucho tiempo, borró rápidamente esa imagen.

“Y los problemas que se tiene a esa edad no cambian con el paso de los años, por mucho que te cueste creerlo.”

“Sí, pero an así, ¿cómo supo que tenía problemas amorosos?” Preguntó Sendoh aun sorprendido de la agudeza de su entrenador.

“Recuerda que ya te he visto con problemas en casa, Sendoh. Y afortunadamente no tienes la misma expresión que tenías en ese difícil momento.”

Akira entendió que se refería al divorcio de sus padres. Aunque Koshino había sido su principal apoyo, la ayuda del entrenador también había sido fundamental, tanto por su experiencia y muchas facilidades que le consigió en la escuela, como por los sabios consejos que le dio y la ayuda que prestó a toda su familia.

Ante el silencio de su alumno, Taoka siguió explicandose, “Así que no era eso. Tampoco son problemas en la escuela, pues he visto tus notas y no vas mal, Sendoh. Y obviamente tampoco son problemas por el basketball, así que...”

“Así que por descarte supo que eran problemas amorosos.”

“Sí. Y veo que no me equivoqué.” Breve pausa, “¿Quieres que conversemos de ello?”

Sendoh midió sus posibilidades. Por un lado, sabía que su priblema era un tema delicado y que no podía ser hablado con cualquiera, pero por otro sabía que necesitaba hablar con alguien. ¿Y por qué no su entrenador? Decidió contarle pero ocultando todo detalle que pudiera ocasionarle problemas. Después de todo, Taoka no era tan astuto como para decifrar también de quién hablaba, ¿no?

“Es que yo... no sé cómo empezar.” Confesó Sendoh.

Comprendiendo que debía facilitarle las cosas, Taoka comenzó la conversación, “He escuchado comentarios sobre la ruptura con tu última novia.”

“Natsuko. Así es.”

“Y también hay rumores sobre que aun no tienes otra novia.” Las múltiples conquistas de éste y su ajetreada vida sentimental eran de dominio público, incluido del de los profesores.

“Eso también es cierto.”

“Y he ahí tu problema, ¿me equivoco?” El silencio de su jugador estrella le confirmó sus suposiciones, “Y a la vez es lo más hermoso que hay: estás enamorado.”

La sorpresa de Sendoh llegó a límites insospechados para él, “¿¿Có-cómo supo??”

“Akira,” Comenzó a explicar Taoka, sorprendiendo aun más a Sendoh, quien nunca había sido llamado por su nombre por el entrenador, “cuando tengas mi edad y experiencia reconocerás de inmediato el brillito especial en los ojos que tienen las personas que están enamoradas.”

Sendoh se sonrojó como niño pillado en falta, “¿Es tan obvio?”

Taoka se encogió de hombros, “Como te dije, con mi experiencia es fácil saber quién está enamorado y quién no.”

¿Habrá visto lo mismo en los ojos de Koshino? Se preguntó Sendoh. Pero una pregunta repentina le quitó el interés en eso, “¿Con su experiencia? ¿Qué ha estado enamorado muchas veces?”

Ahora fue el turno del profesor de sorojarse, “No, no muchas veces. ¿Conoces a mi esposa, Sendoh?”

Sí la conocía. Había ido un par de veces a buscar a Taoka al entrenamiento y aparte de hermosa era bastante agradable. Eso le respondió.

“Pues ella es el gran amor de mi vida. Cuando conocí a Ritsuko sufrí el mayor cambio de mi vida. Yo era, “Se sonrojó un poco más, “bastante popular entre las chicas. Algo así como tú: un verdadero casanova.”

Sendoh nunca pensó que estaría escuchando algún día ese tipo de confesiones de su profesor. Y menos que éste había sido un casanova en su época. De hecho, nunca había pensado en la juventud de sus profesores.

“Y luego llegó ella.” Prosiguió su interlocutor, “y ninguno de mis trucos de conquista sirvió, hasta que descubrí que mi obsesión por ella era en realidad amor. ¿Y sabes cómo lo descubrí?”

Sendoh negó con la cabeza.

“Porque mi madre me hizo notar un brillo especial en los ojos. El mismo brillo que tienes tú ahora.”

“¿Y cómo la conquistó?” Quiso saber Sendoh.

“Primero la novedad me sorprendió tanto que estuve varios días así como estás tú ahora, pensando, analizando, preguntándome que cómo y cuándo había sucedido. Y luego hice lo que tú debes hacer ahora.”

“¿Qué?”

“La conquisté. Cuando le demostré que lo que sentía por ella era verdadero, cambió su actitud hacia mí y me confesó que ella también estaba enamorada de mí. Y ahora nos ves: llevamos 17 años de un feliz matrimonio.”

Sendoh suspiró hondamente, “Pero mi caso no es tan fácil, entrenador.”

“¿Por qué dices eso? No creo que sean muchas las personas que resistan tus encantos, Sendoh.” Lo animó Taoka.

“Pues ésta se cuenta entre esas pocs.” Contestó desanimado Sendoh.

“Yo no estaría tan seguro en tu lugar.” Taoka se puso de pie, “Piensa bien las cosas y recuerda que si tú estás enamorado, esa persona también tiene sentimientos por ti. El amor es recíproco, no lo olvides y lucha por tu amor. ¿Lo prometes?”

“Lo prometo.” Terminó Sendoh, sonriendo finalmente.