Capítulo 2: Nuevos vecinos


Hanamichi, Rukawa y el señor Kinomoto llegaron al mismo tiempo al vecindario. Fujitaka en su auto, y los otros dos en un taxi. Eran las 10:37 pm.

-¿Y dónde nos quedaremos, zorro?-Preguntó Hanamichi, bostezando, pues el viaje había sido agotador y no había tenido tiempo de dormir.

Su huraño acompañante murmuró:

-En una casa que está cerca de aquí, mis familiares la rentaron.

-Ahhhh...Espero que sea cómoda.

-Hmmm.

-¿Podrías dejar de gruñir tanto, zorro apestoso?

-Cállate, idiota.

Aquellas simples palabras desataron una animada pelea en el interior del taxi, y el conductor pensó:

-¿Por qué a mí?

Pocos minutos después, la fastidiosa pareja bajó del taxi. A pocos metros de ellos, el señor Kinomoto bajaba de su auto. Casualmente (ajá) los tres se habían convertido en vecinos, pues sus casas estaban una junto a la otra. Fujitaka Kinomoto estaba a punto de entrar a su hogar, cuando escuchó varios gritos:

-¡Muchachos insolentes, no se atrevan a subir a mi taxi nunca más!

El padre de Sakura y Touya fue a echar un vistazo, y encontró a un conductor furioso, lanzando varias maletas sobre la calle, y gritando como un endemoniado; también vio a un par de muchachos desconocidos.

-¡No me importa que vengan de fuera, eso no les da el derecho de hacer desastres!-Continuó el conductor del taxi.

Hanamichi no pudo controlarse más, y gritó:

-¡¡Ya cállate, viejo decrépito!!

Rukawa estaba junto a ambos, levantando las maletas del suelo. El taxista ignoró al pelirrojo y salió rápidamente de ahí.

-Grrrrr-Gruñó Sakuragi, antes de arrodillarse junto al zorro y ayudarle a cargar las maletas.

Fujitaka observó aquello con los ojos muy abiertos. Las protestas de los demás vecinos no se hicieron esperar.

-¡A ver si ya se callan!-Exclamó un señor de mediana edad, desde la ventana de su casa.

-¡Yo grito lo que se me dé mi gana!-Atacó Hanamichi.

-¡Ja, ja, ja! ¡Si como no!-Agregó otro vecino.

-¡Escandalosos!-Chilló una mujer.

-¡Quiero dormir!-Dijo una niña.

Rukawa ignoró aquello y entró en su nueva casa, sin detener a su pelirrojo, sería algo imposible. Por otro lado, Sakura y Touya salieron de su casa, para ver el desesperante espectáculo, como su padre. Como estaba algo oscuro, no pudieron ver bien al pelirrojo.

-¿Quién será?-Preguntó Sakura, pues nunca había visto a una persona tan agresiva.

-Creo que son los nuevos vecinos-Respondió Fujitaka.

Touya gruñó un poco, y dijo:

-Entremos.

Sakura y su padre hicieron caso a la recomendación de Touya, y no pudieron evitar sentirse decepcionados.

En fin, Hanamichi estuvo peleándose con los vecinos por un buen rato, hasta que el zorro lo llamó para cenar.

-Estuve viendo a los vecinos por la ventana-Murmuró Rukawa.

-¡¿Y eso qué, zorro apestoso!?-Respondió el pelirrojo, obviamente seguía molesto.

-Estaban sorprendidos.

-¡Ja, ja, ja! ¡Eso es porque nunca habían visto a un joven tan llamativo y talentoso como yo!

-Sí como no.

-¡GRRRRR!-Hanamichi se lanzó sobre su zorro y lo empezó a golpear.

Rukawa se lo quitó de encima como pudo, y decidió que había llegado la hora de dormir; pues al día siguiente tenían que levantarse temprano. El pelirrojo aceptó de mala gana y siguió al zorro, escaleras arriba.