Capítulo 4


- Ayako, ya termine de batir la crema!, y me duelen las manos!!

-Y le echaste la azúcar Haruko?

Azúcar?

-...-

-Y tengo que batir de nuevo?

-...

-Hana, has visto a Ryota?

-Si, se ve taannn lindo con ese delantal de ositos, además que ese color le queda tan lindoooo!!!

-...

-Fue con Michy a comprar el agua mineral y los jugos de fruta...

-Y Kogure-sempai? Poniendo los globos y las serpentinas en el living.

-Ayako, ya termine la crema!!

-Entonces ayúdame a decorar la torta.

-...

-Haruko?

-HARUKO!!!!

-H_A_R_U_K_O!!!!!

-...

Unos 40 minutos después estaba todo listo. Una muy linda torta de frutillas y crema, un living lleno de serpentinas y globos, comida para un regimiento y suficiente cerveza para aplacar la sed del ejercito alemán. Además de una radio bien provista y una pila de regalos amontonados en un rincón. Era el cumpleaños de Rukawa, y habían organizado una pequeña fiesta sorpresa en la casa de Ru.

**********

Después de la vuelta de Ru, Hana había vuelto a ser el de antes. O casi. Aún tenía un aire, un brillo distinto en los ojos, pero no era precisamente de tristeza. Sus habilidades eran sorprendentes en el basketball, y sin dejar de hacer estupideces, estas ya eran mucho menos frecuentes y mucho más chistosas. Rukawa también había cambiado. Estaba mucho más sociable, eso sin olvidar quien era, y a veces las estupideces de Hana lo hacían esbozar una muy leve sonrisa. Y ahora eran capaces de jugar en equipo, mejor dicho en pareja. Era increíble, pero tenían una comunicación tal jugando que parecían telépatas.

Después de que Hana fue a disculparse con Ru, se quedo abrazándolo hasta que se calmó. Y siguió abrazándolo aún cuando estaba dormido. Y amaneció y aún lo mantenía abrazado. Y Ru despertó con unos fuertes brazos morenos abrazándolo.

Tan delicado como siempre, despertó a Hana de la manera más suave que pudo. De un cabezazo en el suelo. Sencillamente se levantó, y Hana, sin el apoyo de Ru, cayo de hocico en el suelo. Mientras se levantaba puteando a ese zorro desgraciado, se dio cuenta que estaba solo. Ru se había metido a la ducha. Con ojos soñolientos miro a su alrededor y vio un reloj. A menos que fuera sábado, estaba un poco atrasado. Y no era sábado. Voló al baño, y eso casi le cuesta la vida. Casi se muere por deshidratación y anemia. Hana jamás había entrado al baño de Ru. Era grande, lindo, pero con un solo detalle. La shower-window era de cuerpo entero, transparente, traslucida, y no se empañaba por el vapor. Era un baño absolutamente adecuado al estilo de la casa de Ru, pero ver a esa maravilla de shower-windows en acción lo dejo catatónico. Ru estaba de espaldas, y Hana podía claramente como cada gota corría desde el cuello de Ru hasta el talón. Y todo su recorrido, cada centímetro. Se apoyó contra la puerta y tomó aire. Ru estaba de espaldas, a sí que no lo veía, y Hana si podía verlo a él. Se preparo a disfrutar el espectáculo. Las clases podían esperar.

Lo vio enjabonarse lentamente, deseando cada segundo que algún milagro lo convirtiera en ese jabón. Memorizó cada detalle. El lunar que tenía al final de la espalda lo sedujo. Miles de pensamientos le enredaban la mente mientras seguía inspeccionando al enemigo.

Ru ya había dejado el jabón y comenzó a enjuagarse. Hana no se perdía un solo detalle. Excepto uno. La cara que tenía cuando Ru se dio vuelta y se miraron a los ojos. Estaba tan embobado que no se percató que Ru había cortado el agua, y que la toalla estaba atrás de él, colgada en la puerta. Era obvio que tenía que ira buscar la toalla, y Hana estaba en la mitad del recorrido. Hana no sabía donde esconderse, su pelo estaba pálido comparado a su cara.

- Si estabas esperando debiste avisar.

- ...

- Te vas a duchar?

- ...-

- Ducha? Agua? Ir a clases?

- ...-

Ru se aburrió de hablarle a la pared y salió del baño. Pero antes de salir, de espaldas a Hana, le tiro la toalla en la cabeza para despabilarlo (Solo había una toalla en el baño, y cierto zorro la tenía hasta hace unos segundos amarrada a su cintura).  Hana se enfureció hasta que se dio cuenta de que le había tirado el zorro. Si antes estaba rojo, ahora habría que definir ese color de nuevo. Se metió a la ducha.

Estaban en clases a la segunda hora. Ru estaba increíblemente despierto y Hana no podía despertar. Las cosas de la vida no?

Esa tarde no había entrenamiento, y Hana lo encontró a la salida de clases jugando contra el aire, practicando unos movimientos nuevos tan espectaculares que por recomendación médica se sentó en el suelo. Y cada vez que lo veía de espaldas, la vista se le iba a donde estaba ese lunar. Cuando recupero el aliento, una media hora después, jugaron su primer uno-a-uno desde ese día. Ru estaba muy sorprendido de las nuevas habilidades de Hana, y como Hana, o se concentraba en jugar o en Ru, no hacia ningún tipo de alarde. Por 1º vez jugaban en silencio. Y eso le gustó. Quedaron 15-14, a favor de unos ojos azules. Y jugaron todos los días siguientes.

Algunos días jugaban hasta tan tarde que Hana se quedaba en la casa de Ru, teóricamente durmiendo en la pieza de invitados. En la práctica, se podría resumir diciendo que ahora era Hana el que no podía permanecer despierto en clases la mañana siguiente.

Eran amigos. Aunque Ru jamás le contaba algo, compraba comida para dos regularmente, y Hana ya tenía su cepillo de dientes con su toalla permanentemente en el baño. Pero aún Hana no le había dicho ni media palabra. Aunque estuvo a punto cuando Ru le tiro por la cabeza una copia del juego de llaves, pero Ru le advirtió que por comer gratis tendría que hacer el aseo los sábados. Todos los sábados. Hana sonrió.

Lo único que tenía triste a Hana era que Ru fumaba cada vez más. Aunque jamás andaba con olor a cigarrillo y su casa olía bien, Hana sabía que fumaba demasiado. Una vez intentó hablar de eso con Ru, pero Ru le dio una de esas miradas de antaño de ya-cállate-imbecil-o-lo-vas-a-lamentar y se acabó la conversación.

En lo referente al equipo, la nueva dupla Ru-Hana era famosa, tanto que el Rukawa-shinatai y el Hana-shinatai se disputaban la primacía de las chicas de la preparatoria. O eras de una, o estabas muerta. Akagi estaba preparando al equipo para el partido de práctica contra Ryonan y Kainan, los únicos equipos contra los cuales la dupla Ru-Hana aun no se enfrentaba.

Pero faltaba una semana, y la idea de celebrarle el cumpleaños a Ru les pareció una excelente excusa para aburrirse un rato.

Tenían pensado que Hana entretuviera a Ru mientras preparaban todo, pero no fue necesario. La práctica con Sakuragi el día anterior terminó temprano, mientras aún era de día, porque Ru tenía que hacer al otro día temprano. Pero le dijo a Hana que si quería podían seguir con el uno-a-uno cuando volviera, a eso de las 5. Hana acepto burlándose, diciéndole que necesitaba un día para reponerse de la paliza que le estaba dando. Lo cual era cierto en cierto modo, 14-15 a favor de Hana.

********

A las 5 todo estaba listo. Y a las 6. Y a las 7 ya se habían acabado las papitas, la torta pasaba peligro y la provisión de cerveza ya estaba por la mitad. Ryota estaba demostrado el buen gusto para la música que tenía, y Haruko trataba de que cuando bailaba con Hana este le prestara atención. Hana tenía la cabeza en otra parte...DONDE DIABLOS ESTABA ESE ZORRO DESGRACIADO Y MENTIROSO. Ya no se preocupaba tanto porque se durmiera en cualquier parte, Ru había dejado esa costumbre (ahora era Hana el peligroso).

A eso de las 8, Hana escucho el chirrido típico de la puerta de afuera. Apagaron las luces, y se prepararon para decir SORPRESA!. Pero los sorprendidos fueron ellos.

Cuando prendieron las luces, vieron a un Rukawa absolutamente distinto. A varios de los presentes el corazón les dio un brinco. A cierto pelirrojo se le detuvo.

Ru estaba en el dintel, espalda apoyada contra la puerta para cerrarla con su cuerpo, un cigarro ladeado en su boca y el encendedor con llama a punto de prenderlo en una mano, con la otra protegiéndola, en un gesto absolutamente sexy.

Sus largas pestañas se notaban mucho más que de costumbre, y algo se había hecho en los ojos, más oscuros, más profundos, más azules (Sol para Fox: se los había delineado y arreglado muy sutil pero efectivamente).

Llevaba unos pantalones de cuero negro muy ceñidos, entre la cadera y la cintura, con el botón desabrochado. Otro detalle absolutamente sexy.

Llevaba un beatle oscuro, en un tono gris, que en la oscuridad daba un brillo algo metálico, que se apegaba a su figura, mostrando veladamente cada contorno, cada músculo.

Y sobre todo un abrigo negro, seguramente de cuero, largo, hasta los tobillos. Y un pequeño signo egipcio de la eternidad en el cuello pendiendo de una cadena plateada.

Hana debió ordenarle a su corazón que latiera.

Ayako fue la primera en sobreponerse. Esbozando una de sus típicas sonrisas se acerco a Ru para abrazarlo y felicitarlo. Cuando puso su cabeza en su cuello, sintió un perfume tan delicioso que tuvo el impulso de besar el cuello de Ru para saber si sabia tan delicioso como olía. Soltó a Ru toda avergonzada y mirando el piso.

Tomó la torta y preguntó que si alguien quería. Pretecto perfecto para aliviar la tensión. Todos se acercaron a Ayako.

Ru devolvió el cigarro a la cajetilla, lo guardó junto al encendedor en un bolsillo del abrigo, lo dejo en una silla y se unió a la fiesta.

Fue una fiesta memorable. Afortunadamente Hana no sintió el olor de ese perfume.

Rukawa no dijo porque se había demorado o donde había ido. Y nadie preguntó.