Capítulo 8


-Esos dos conmigo? Mierda, no es justo! Mitsui-sempai, protesto!- rugió Ryota cuando le tocaron Rukawa y Hanamichi juntos en su equipo para la práctica, más Matsuda e Ikegami mientras que en el otro estarían Mitsui, Akagi, dos chicos más y Kogure, con Ayako de árbitro.

-Deja de quejarte, Ryota.- se burló Mitsui.

-Pero es que es injusto. Uno nunca sabe que van a hacer. O hacen un numerito o se agarran a patadas. Y es injusto, Mitsui-sempai.

-Con suerte juegan en equipo y ganan el partido.

-Y porque no los pusiste en tu equipo?

-No me gustan las probabilidades.

-Ryota, cállate y empieza a jugar.

-Pero Ayako.,.

PLAF

-Lo que tu digas, Ayako.

Fue un partido muy bueno. Venciendo a las probabilidades, Hana y Ru jugaron en equipo magistralmente. Mitsui se arrepintió cada minuto de no haberlos puesto en su equipo, mientras Ayako se afirmaba en la pared de tanto reírse, porque a pesar de que estaban jugando en equipo, esos dos tenían un dialogo todo fraterno tan chistoso, que Ayako más se reía que arbitraba el partido. Baka kitsune, do’aho varios, zorro imbecil, zorro egoísta, mono-ladrón, mono-manos-chicas, mono-deberías-cortarte-la-cola-porque-te-afecta-el-equilibrio, mono-porque-no-la-agarraste-con-la-cola, mono-saca-tu-cola-que-me-tropiezo, mono-abre-los-ojos-que-la-pelota-no-muerde, y otras cosas por el estilo.

Era tanta la frustración de Mitsui que no le temblaron las manos para hacerle una pequeña faltita a Rukawa. Sabía que no ayudaría mucho, pero se podría desquitar un poco. Y como del dicho al hecho hay poco trecho, Ru probó que tan bien aguantaba el piso las caídas.

No le hizo mucho daño, salvo otro cototo en su dura cabeza. Se levantó, aceptando la cola que le tendía cierto mono, y se preparó para tirar el tiro libre.

Estaba en posición, rodillas flectadas, brazos en alto, cuando dejó caer el balón, absolutamente pálido, hiperventilando. El equipo lo quedo mirando extrañado, y Ayako corrió a preguntarle si estaba bien. Ru no escuchaba. Lentamente se dio vuelta y miro hacia la puerta del gimnasio. Estaba abierta, con Haruko y sus amigas mirando, y no había rastros de la Ru-shinatai o de la Hana-shinatai (desde ese partido ya no iban a los entrenamientos). Respiro fuerte para calmarse y pidió permiso para retirarse.

-Que sucede Rukawa?

-Nada, Ayako, creo que me pegué más fuerte de lo que pensé.

-Estas bien Kaede?

-Para tu desgracia si, tarado.

-Capitán Akagi, me retiro

-Con calma Rukawa, es solo de práctica. Chicos, la práctica se acaba. A LAS DUCHAS TODOS!!!!!

-Gracias por el partido.

-BUENAS NOCHES A TODOS. A LAS DUCHAS.

Ru se dio una lucha larga, consoladora. Hana lo espiaba preocupado. Ese golpe fue muy suave comparado a otros que se había dado, y nunca se había puesto así. Pasaría algo?

Ru salió de la ducha. Se vistió, a pesar de los intentos de Hana de vestirlo el mismo.

Y cuando iba a buscar su bolso a los casilleros, se desmayó.

Todos corrieron a verlo, muy asustados. Ru nunca se había desmayado antes. Despertó a los pocos minutos, y Hana se encargó de llevarlo a casa, ayudado por M&M, sobre todo por Mitsui, que se sentía muy culpable.

Cuando se paro a buscar el bolso del zorro, se dio cuenta que se había desmayado frente a su casillero. Menos mal, porque un poco más atrás se habría azotado la cabeza contra una punta de la banca, y su cabeza no era tan dura para soportar ese golpe. Cabeza de Ru/esquina de banca de metal-no eran una buena combinación.

Cuando miró el casillero, vio una pequeña margarita en la juntura de la puerta.-Ummh, otra admiradora más-. Tomó el bolso, botó la flor y se fue a casa.

**********

Hana se encargó de acostar a Ru, de prepararle una rica sopita.

-Pero si ya terminamos ese capitulo

-Calla y come, zorro tara-..,amor.

No estaba nada de mal la sopa, pero Ru tenía puesta la cabeza en otra parte.

**********

Espero a que Hana se durmiera, y con una gran facilidad salió sin hacer ruido. No era la primera ni la ultima vez que dejaba a Hana durmiendo solo y volviendo al amanecer, porque Hana no se daba cuenta de nada, y abrazaba lo que tenía a mano, muchas veces la almohada en vez de su cintura. Una vez más no le haría daño a nadie.

******

Caminó bajo un cielo nocturno muy iluminado. Las estrellas brillaban como nunca y el mar estaba muy tranquilo. Caminaba por la playa, acercándose a un antiguo muelle, abandonado ya. El único ruido que escuchaba era el de las piedrecillas cuando caminaba y el de su corazón.

Se sentó en el extremo del muelle, tratando de que su corazón tomara un ritmo más normal, mientras muchos recuerdos bullían en su mente. Hace cuanto que no venia?, dos años?

Muchas cosas habían cambiado desde entonces. Porque había dejado de venir?: Ya no quería recordarlo. Encendió un cigarrillo y dejó que los recuerdos volvieran.....

-Me puedo sentar?

-Cómo me encontraste?

-Hable con Mei. Le pregunte por ti.

-Que le dijiste?

-Al principio nada. Después decidí que era mejor jugar con todas las cartas a la vista.

-Se lo contaste?

-Todo.

-Que te dijo?

-Me deseo suerte. Y me dijo que tenías pareja.

-Sakuragi Hanamichi. Somos compañeros de clases y de equipo.

-...Nunca te deje del todo.

-Nunca es mucho tiempo.

-Recibiste mi mensaje?

-Me desmayé, me creerías?. Creí que nunca volvería a ver una margarita en mi casillero.

-Creí que nunca más te dejaría una margarita en tu casillero. Deja verte.

-No, así esta bien.

-Me puedo sentar?

-No, aún no.

-...-

-Tengo todas las revistas y diarios donde se hablaba de ti o de tu equipo. Creo que soy el fan n º 1.

-Tu no cuentas como fan.

-Lo sé. Era la única forma de saber de ti.

-Yo no supe más de ti.

-Nunca te deje del todo... Kaede, mírame...

Le sujetó la cara con las manos. Kaede sentado y él de cunclillas. Los ojos de Kaede estaban tratando de no llorar. Los de él también, pero con menos éxito. Kaede lo empujó lejos de si, y se levantó bruscamente, respirando muy fuerte.

-Porque volviste?

-De veras no lo sabes?

-Vete.- Ya estaba llorando.

-No.

Kaede sintió unos brazos que rodeaban su cuerpo, y un corazón que latía muy rápido. Sintió su boca que buscaba la suya. Sintió esas manos que tanto lo conocían, que sabían donde y cuando tocar, que lo abrazaban como antes. Esas manos, ese cuerpo, esa boca, sabían tocar cada una de las fibras de su ser. Logró lo que Hana jamás había podido, hacer que vibrara todo su ser con solo un toque. Era solo caricias. Ya no podía más. Entre ese torrente de sentimientos en el cual se perdía, recordó algo que hace mucho tiempo le dijo su padre. Que el destino de los hombres estaba escrito en el devenir de las estrellas. Por eso es inexorable. Entendió y asumió cada una de esas palabras. Porque ese nombre estaba escrito a sangre y fuego en su destino. Tawashi Akito.Y se dejó llevar.