Capítulo 2: Sentimientos que comienzan a aflorar


Un nuevo comienzo de clases para Hanamichi Sakuragi...Reincorporarse a la escuela después de tanto tiempo no era una tarea nada fácil pero era el siguiente paso de su rehabilitación. El profesor Ansai había hablado por él en la escuela para que no perdiera el año así que estudiando con ayuda de Haruko se había puesto al día.

El otoño ofrecía un espectáculo lleno de colores ocres y rojos. Una suave brisa mecía las hojas que caían tapizándolo todo, entonces Hana decidió cortar camino por el parque. Muchos se habían ofrecido a acompañarlo en aquel día pero él se había negado, quería rehacer su vida y debía empezar como se había quedado...Caminando lentamente avanzaba cruzando aquel parque, aun no podía desplazarse con rapidez, porque le retumbaba toda la espalda, así que con un paso lento pero seguro se acercaba hacia la escuela...De repente el sonido de una bicicleta lo había hecho voltearse, para quedarse frente a frente con unos zorrunos ojos azul cielo que lo miraban fijamente.

-- ¿Zorro? ¡Qué raro, tú por aquí! -- Decía sorprendido.

-- ¿Yo?...Qué raro tú, doaho. No sabía que te pensabas reincorporar hoy a la escuela...

-- Algún día tenía que pasar ¿No? ¿O es que acaso creías que el tensai no volvería a la escuela? ¡¡¡jajajajajaja!!!! -- Decía mirándolo fijamente con su risa burlona de siempre.

-- Veo que no has perdido tu sentido de la humildad...  --

-- ¡¡¡Jajajajaja!!! Veo que te sigo molestando, como siempre... --

-- ¿Tú crees?--

-- Me parece que en el fondo has extrañado a este tensai talentoso --

-- ¿Quieres que te lleve? -- Le ofreció sin pensar, pero él se había quedado muy sorprendido como para contestar, desde ya que el zorro estaba cambiado, es más, casi no lo reconocía...

-- Gracias...pero creo que es mejor caminar... -- Decía con vergüenza.

Rukawa había refunfuñado para sí muy enojado y empezaba a pedalear con furia, pero Hanamichi le había gritado de repente para que se detuviera.

-- ¡¡¡Kitsuneee!!!...Espera... -- Decía dándole alcance -- ¿Por qué te has enojado así?--

-- Me enoja tu desconfianza, hemos estado por mas de un año en el mismo equipo, llevándonos mal, no lo niego...Pero estoy ofreciendo llevarte para que llegues temprano... ¡¡¡¡Mahh sí, al demonio!!!...Has lo que quieras Doaho... No me preocupo más por ti... -- Decía volviéndose a subir a la bicicleta con los ojos encendidos de rabia.

El pelirrojo se había quedado helado y sin saber que hacer. ¿El zorro preocupado por él? ¿Desde cuando? El comportamiento de Rukawa lo extrañaba bastante, este cambio para con él era un tanto incompresible...Si se suponía que se odiaban a muerte, el nunca había querido acercarse y ahora se mostraba hasta amable.

-- "¡¡Maldita sea Baka Kitsune!!... No te entiendo, ¿qué demonios está pasando contigo?"-- Se decía Hanamichi comenzando a enojarse con aquel zorro.

Entretanto Rukawa se alejaba confundido de allí...No entendía por qué él se sentía tan defraudado por la actitud del pelirrojo, no sabía qué era lo que lo molestaba tanto, el que no confiara en él o el haber rechazado su compañía...  

Llegando a la escuela Hanamichi divisaba la figura de Haruko que se le acercaba presurosa sonriéndole y mirándolo con ternura...con ojos de enamorada. Rukawa estaba guardando la bicicleta cuando vio que la chica se abalanzaba sobre Hanamichi, colgándose de su cuello y abrazándolo con cariño. Un sentimiento de malestar recorrió su cuerpo. Peor al reconocer en ella a la ayudante de Ayako, aquella niña delgada que se pasaba mirándolo en los entrenamientos como embobada. No podía quitar la vista de aquella pareja, parecían muy felices, una rabia inconsciente lo llenaba de ira ¿Sería acaso que estaría sintiéndose atraído por aquel doaho?  Moviendo la cabeza, negándose esa opción sólo se limito a salir de allí mientras la pareja no se había percatado de su presencia...

-- ¿Cómo te sientes Sakuragi? -- Preguntaba Haruko asiéndose del brazo de él.

-- Ahora que te veo mejor...Pero ya deja de preguntarme cómo me siento que me haces sentir incómodo, ya estoy bien, sólo tengo que hacer mi rehabilitación...-- Decía él un poco fastidiado.

-- Perdóname...en serio. Me alegra que estés bien ¿Vendrás luego a la practica de Baloncesto? --

-- No -- Contestaba él con un poco de brusquedad, pero al ver la cara de asombro de Haruko respondió nuevamente, esta vez con suavidad -- Es que no me gustaría ver que juegan pero que yo no puedo hacerlo --

-- ¿Ni siquiera para venir a verme? --

-- Por favor Haruko, no me hagas ir allí... -- Le rogaba.

-- Deja de compadecerte.. Primero me retas por que te pregunto cómo estás y ahora te compadeces a ti mismo... --

-- Pero Haruko yo... --

-- Vamos Hanamichi, los muchachos se alegraran de verte y el profesor Ansai se emocionara en cuanto te vea tan repuesto...Piénsalo -- Hana no contestaba, sabía que ella tenia razón pero él no encontraba aún la forma de enfrentarse a algo a lo cual temía no poder regresar jamas...

-- Tienes razón, aunque sea iré a saludar... --

-- Muy bien dicho -- Decía sonriendo y chequeando si nadie los observaba se acercó a darle un pequeño beso en los labios, haciendo sonrojar al pelirrojo tanto como su pelo.

-- Aquí no, alguien pueden vernos y tendríamos problemas -- Le decía él avergonzado.

-- No importa...igual nadie nos ha visto -- Reía picara ella

--Vamos que ya va a empezar la clase --

Tomándose del brazo fuerte de él, entraban a la escuela, sin darse cuenta que eran vistos desde una ventana por un par de fríos ojos azules...

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El día había transcurrido con tranquilidad para Hanamichi, hasta las clases le habían parecido divertidas a la hora de volver a sus cosas...hasta que llegó la tarde, al fin el momento de enfrentar nuevamente la cancha de Basquet había llegado...Podía sentir desde afuera que estaban practicando, se sentía a la perfección el golpear de la pelota en la duela, tomando una gran bocanada de aire se había decidido a entrar...

-- ¡Hola! ¡Hola! ¡Hola!....¿A que han extrañado al Tensai? ¡¡¡¡Jajajajajaja!!!! -- Gritaba el pelirrojo haciendo así su entrada triunfal en la duela.

Todos habían girado la cabeza hacia aquella voz escandalosa que no oían hace tiempo, reconociendo por fin a Hanamichi, quien estaba parado a pasos de la puerta con su mejor sonrisa y aire de superioridad en el rostro.

-- ¡¡¡Sakuragi!!!... ¡Qué bien te ves!...¿Regresarás pronto? -- Preguntaba Mitsui extendiéndole la mano para saludarlo.

-- ¡¡¡Hisashito Mitsuito!!! Ya té hacia en la universidad con el cuatro ojos... -- Reía Hanamichi sin darse cuenta que éste se había puesto un poco rojo.

-- Perdí unos exámenes en la época de... tú sabes. Ahora debo recuperar un año más -- Decía resignado excusándose...

-- ¿Así que vuelves para poner mi equipo patas arriba? -- Le decía una voz conocida, riendo.

-- ¡¡¡¡Ryotita!!!!  ¡Cuánto tiempo sin verte!...¿O debo llamarte Capitán? -- Bromeaba el pelirrojo.

-- Un poco de respeto no me vendría nada mal...-- Reía el aludido.

-- ¿Dónde esta el Gordito? -- Preguntaba Hana a la vez que con sus ojos recorría el gimnasio.

-- ¡Hanamichi Sakuragi!...Sigues siendo un irrespetuoso... -- Lo retaba Ayako dándole un pequeño golpe con el abanico.

-- ¿Ayako? -- Preguntaba sin reconocer a aquella joven, que ahora estaba mucho más bonita que antes...

-- ¿Quién creías que podía ser? -- Decía golpeándole la cabeza con el abanico una vez mas en una señal de cariño.

-- Nadie más que tú golpea así mi cabeza...estás muy bonita --

-- Hey!!!! Cálmate si no té las veras conmigo -- Lo retaba Ryota enojado.

-- El profesor Ansai esta esperando para hablar contigo -- Le decía Haruko acercándose para robar a Hana del resto del equipo...  -- Cuando te vea a solas te voy a matar por ese comentario, has oído pelirrojo irrespetuoso... -- Lo retaba Haruko dándole un pellizco en el brazo.

-- Auchhhh -- Contestaba frotandose el brazo, pero riendo por los celos de su Haruko.

Los ojos del pelirrojo se posaron en una delgada figura que estaba solo en la cancha, encestando, como si no le interesara otra cosa, no se había acercado a los demás y seguía ensimismado en su mundo. Pasando por al lado suyo Hanamichi lo había saludado amablemente dejando a todos con la boca abierta sin entender nada.

-- Hola Kitsune... --

-- Hola Doaho...  -- Contestaba él en una mueca, pero sorprendiendo a sus compañeros que habían notado que desde que Sakuragi entró nuevamente allí, los ojos del zorro volvían a tener brillo. Es que...¿Acaso se odiaban tanto que en el fondo se necesitaban?...

El profesor Ansai lo había recibido con un gran abrazo, en realidad le había tomado un cariño sincero y estaba preocupado por su salud. Sin embargo estaba al tanto de las limitaciones que él tenía, pero confiaba en su fuerza de voluntad y sabía que superaría los problemas con facilidad, si sólo se lo proponía. Tuvieron una conversación muy amena donde lo incitaba a salir adelante...Hanamichi prefirió alejarse del gimnasio mientras estaban practicando, aún no era capaz e enfrentar su propio destino y prefería mantenerse lo mas lejos de allí...

-- Amigo... ¿Qué haces solo por aquí? -- Le preguntaba un joven de cabello negro que se le iba acercando.

-- ¡Yohei!...Pensé que estarías con los muchachos...-- Le decía el pelirrojo.

-- Sí que estás cambiado Hanamichi...parece que Haruko te ha cambiado bastante--

-- Shhhhhhhhhh... ¡No seas bocón!...Que aun no quiero que se sepa... --

-- ¡¡¡¡Jajajajajaja!!!! No puedo creer que estés tan cambiado por una mujer --

-- No creo que haya sido ella, más bien creo que fue el golpe en la espalda... --

-- A propósito del golpe... ¿Cuándo volverás a jugar? --

-- A ti no puedo mentirte, tal vez este año no pueda jugar --

-- ¿Tan así Hanamichi?... --

-- Si pudiera volver a entrenar lo haría, pero no me lo permiten, la verdad es que me duele mucho la espalda cuando me esfuerzo --

-- Vamos...Eso nunca te había detenido antes...Te he visto jugar sin dormir, golpeado por todo el cuerpo y hasta has hecho una gloriosa clavada con la espalda totalmente adolorida, la gente te ovacionaba...¿De verdad no te importaría volver a jugar en este año? --

-- Mmmmm... No lo sé... --

-- Piénsalo, verás que tengo razón...Te conozco hace tanto tiempo que sé que no te quedaras de brazos cruzados... ¿A propósito, quieres venir con nosotros? -- Preguntaba invitándolo. 

-- ¿Adónde van? --

-- ¿A dónde crees?...A Danny's, como en los viejos tiempos --

-- Bueno vamos... --

Ambos se dirigieron hasta el lugar de reunión del ejercito de Sakuragi, todos parecían muy contentos de tener a su líder de nuevo con ellos. El pelirrojo se sentía muy a gusto con su antigua banda, pero por sobre todo sentía que estaba recuperando poco a poco su vida de nuevo y eso lo animaba...sólo le faltaba lo más difícil, volver a jugar... 

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Había anochecido...cuando alguien entraba silenciosamente al gimnasio...pero quien entraba no estaba solo...Una figura alta, atlética dribleaba la pelota y cada tanto la arrojaba intentando que entrara en el aro...Tratando una y otra vez sin lograrlo. Quejándose cada tanto de un dolor que parecía torturarle, pero seguía intentándolo con los ojos fijos en el aro...El joven de ojos zorrunos había terminado de entrar, escondiéndose entre las sombras del gimnasio. Él estaba mirando la escena con una creciente pena en el alma. Estaba por hablarle, pero algo lo detenía, así que sólo se atrevió a seguir observándolo mientras aquella pelota seguía sin querer entrar en la canasta. De pronto sintió que algo se quebraba. El Pelirrojo había caído sobre sus rodillas golpeando la cancha...Rompiendo el silencio con un llanto ahogado. A Rukawa le habían llamado la atención aquellas lágrimas y para sus adentros sólo podía pensar en el dolor que estaba sintiendo Hanamichi en ese momento.

--"Doaho... qué te pasa doaho... "-- Se decía con tristeza.

Con la forma sigilosa que lo caracterizaba había llegado hasta al lado de Hanamichi en un momento, se había agachado hasta quedar paralelo con él, apoyándose en su hombro como si quisiera ayudarlo y lo llamó con una suavidad que ni él era capaz de creer que le pertenecía...

-- ¿Estás bien doaho? --

Hanamichi no le respondió, sólo lo había mirado a los ojos y en un gesto de ira tomándolo por la ropa como si quisiera golpearlo asiéndose de él, pero aquellos ojos de Hanamichi estaban llenos de lágrimas, realmente lágrimas de sufrimiento...Su actitud lo sorprendió aún más cuando en vez de golpearlo sólo ocultó su rostro en el pecho de Rukawa, tomándose de su brazo, para seguir llorando hasta descargarse...

El zorro no sabía qué hacer, primero pensó en apartarse, pero en cambio cerró sus brazos sobre él para protegerlo y lo había dejado llorar hasta cansarse. Una extraña sensación de cariño lo invadió haciéndolo sentir como en las nubes, definitivamente algo le estaba pasando con aquel doaho ¿Sería tal vez que se estaba enamorando de él?....

Hana se apartó luego de un rato, recordando de pronto quién era el que lo abrazaba, muy sonrojado, sintiéndose avergonzado...entonces se sentó en la duela y Rukawa se sentó al lado de él.

-- ¿Qué te pasa Doaho? ¿Por qué estás tan triste?...No soy la mejor persona para que confíes en mí, pero si quieres te escucho... --

-- Perdóname Kitsune, estoy un poco deprimido no quería...no era mi intención... --

-- Está bien torpe, pero no creo que sea eso lo que importa en este momento... --

-- Es que yo... --

-- Está bien, si no quieres no me digas nada... -- Decía el joven de los ojos fríos mientras se ponía de pie en un salto, con la mirada vacía y un tanto enojada, seguía doliéndole que no confiara en él, aunque entendía perfectamente porque no lo hacía

--.........-- Hana era incapaz de contestarle .

Rukawa había comenzado a botar el balón una y otra vez, mientras Hanamichi lo miraba sin decir nada, pero algo que tenía en el corazón le oprimía el alma, sin prisa poniéndose de pie tomando una gran bocanada de aire se dispuso a hablar con él y confesarle su dolor...

-- ¡Tengo miedo Kitsune!... --

-- ¿Cómo? -- Pregunóo sorprendido ante tal confesión ¿Él tenia miedo? Imposible si tenia una voluntad a toda prueba, nunca se había rendido...¿Qué estaba diciendo?

-- Tengo miedo de ya no poder volver a jugar...De no poder volver a ser el Tensai, como antes... Que mi habilidad se haya perdido -- Decía Hana perdiendo la voz hacia el final.

Rukawa estaba nuevamente sorprendido, pero muy a gusto con la confesión del Doaho, sus ojos estaban fijos en los de Hanamichi como tratando de entender que le pasaba dentro de su corazón...

-- Adelante...Búrlate de mí...te estoy esperando...Debe ser muy gracioso oír una confesión así ¿Verdad? -- Decía Hanamichi arrepintiéndose de habérselo confesado.

-- No me burlare de ti, torpe...No creo que no puedas volver a jugar...  --

-- ¿....? --

-- Toma la pelota... -- Le ordenaba extendiéndosela -- Tira hacia la canasta --

Hanamichi lo obedeció sin chistar y cuando la pelota llegó hasta el aro golpeó en un costado y cayó rebotando al suelo, el pelirrojo volvía a sentirse un poco devastado...El Zorro volvió a tomar la pelota y se la volvió a extender hacia las manos.

-- Esta vez...Inclina un poco el cuerpo, así, y extiende tu brazo completamente -- Decía mostrándole la posición de tiro.

Otra vez lo obedeció, lanzó la pelota sintiendo un leve temblor en los músculos de la espalda, pero la pelota había seguido su parábola y de repente ¡¡¡¡¡Suissss!!!!! entraba con suavidad al aro, dejándolo con la boca abierta. Sakuragi no podía creerlo, lo intentaba una vez más y nuevamente volvía a encestar, mudo miró al Kitsune quien le devolvía la mirada con la misma seriedad y algo que le habría llamado la atención al más valiente, le esbozaba una pequeña sonrisa.

-- Sólo tienes que volver a entrenar Doaho...Tu habilidad no ha sido afectada por el golpe... --

-- ¿Zorro?... Rukawa...yo... --

-- Si quieres entrenaré contigo hasta que te recuperes -- Decía sin pensar.

-- ¿QUEEEEE? -- Gritaba Hanamichi sin entender nada.

-- ¿......? --

-- ¿Té estas burlando de mi Baka Kitsune? -- Rezongaba enojado.

-- ................ --

-- ¿Que ganarías tú con esto? ¿Porque estarías dispuesto a ayudarme? --

-- Tratar de competir en las nacionales, el equipo te necesita en la cancha, no podemos solos...Akagi ya no está y Kogure tampoco, cuesta mucho reemplazarlos pero mucho más ha costado reemplazarte a ti -- Yo te necesito en la cancha pensaba Rukawa para sí.

-- O sea...que ganaríamos los dos --

-- Algo así --

-- ¿No le dirás a nadie que me has visto llorando? --

-- No, no tienen porque saberlo. ¿Verdad? --

Hana lo pensaba por unos segundos y decidía aceptar con felicidad, necesitaba ayuda, aunque esta le fuera brindada por el zorro.

--De acuerdo...Pero tienes que entender que no podré seguirte el paso por un tiempo...

para ti no será demasiado entrenamiento, al contrario creo que terminaras odiándome aún más... --

-- Yo no te odio torpe...sé que será difícil pero si te recuperas serás mejor entrenamiento para mí que cualquier otro...A parte tenemos un duelo pendiente...¿O acaso no lo recuerdas? -- Hanamichi pensé por un segundo y sonrío.

-- Sendoh... --

-- Akira Sendoh, exacto...¿Estás de acuerdo?... --

-- Está bien, acepto... --

-- Sólo una cosa doaho...Nadie debe saber que te ayudo...  --

-- Está bien, igual nadie me creería...¿Kaede Rukawa ayudando a Hanamichi Sakuragi? Nadie me lo creería...no te preocupes por eso... --

--Está bien, bueno ya es tarde mejor que nos volvamos a nuestras casas, mañana comenzaremos con el entrenamiento a la mañana temprano...--Decía tomando el bolso para irse pero Hanamichi lo había detenido una vez más.

-- ¿Puedo abusar de tu bondad una vez más antes de irte? --

-- ¿Huhhh? --

-- ¿Me ayudas con el vendaje? Sé que no eres una enfermera ya me lo habías advertido pero...te lo agradecería...eres el que mejor me ha ayudado con las vendas... --

-- Mmmmm...Está bien...siéntate en aquella banca -- Le señalaba Rukawa con la mano mientras volvía a dejar en el suelo el bolso.

Hana se había acomodado en la banca quitándose la ropa deportiva y dejando su torso desnudo, Rukawa tomaba las vendas con cuidado retirándolas, luego volvió a enrollarlas con el mismo cuidado y con mucha suavidad rozando el pecho del Doaho con sus manos, al sentir el contacto de sus manos esta vez fue el pelirrojo quien se estremeció, sin embargo el zorro se sentía extrañamente feliz...Una vez que había terminado de vendarlo Sakuragi había sentido que la cabeza de Rukawa se apoyaba con suavidad en su espalda, Hana se había sobresaltado pero creyó que se había dormido como era su costumbre, así que suavemente lo llamó:

-- Oye Zorro...¿Por qué no nos vamos?...Seguro que estás cansado debes tener sueño --

-- ¿Mmmm? -- En realidad así era, pero se sentía tan cálida la espalda del doaho que había empezado a dormitarse sin quererlo.

-- Ya es bastante tarde, mejor nos vamos a descansar...A parte tengo frío, déjame vestirme... -- Decía él retirándose lentamente para volver a colocarse la ropa.

El zorro se retiraba con suavidad y sé llevándose la mano a la cara se restregaba los ojos a manera de despertarse cuando el pelirrojo ya se había parado y se dirigía hacia la puerta del gimnasio. En él más absoluto silencio ambos comenzaban a alejarse de la escuela, ya había anochecido y la luna alumbraba sus rostros. Al llegar hasta el parque se iban a separar para ir cada uno rumbo a su propia casa, con la mano extendida ambos se despedían. Pero antes de alejarse lo suficiente Hanamichi sintió que debía darse vuelta. 

-- Gracias Rukawa... -- Decía sin pensar, el zorro se había sorprendido de verdad, al final de cuentas el pelirrojo no era tan malo como creía

-- De nada, Sakuragi...Nos vemos mañana a las 6... -- Decía alejándose con la mano en alto sin darse cuanta que era la primera vez que le decía Sakuragi...

Hanamichi caminaba hacia su casa cabizbajo y pensativo, la actitud del zorro no tenía mucho sentido pero estaba muy agradecido con él, se estaba mostrando muy comprensivo y amable ¿Sería que sólo le interesaba que él regresara a la cancha? Sea como fuera la verdad es que se sentía muy a gusto con él y si lo ayudaba a recuperase...No tendría con que pagarle

Rukawa sin embargo había empezado a darse cuenta que se sentía atraído por aquel Doaho, sin saber cómo había entrado a su corazón, aquel que no había dejado entrar a nadie por años hoy latía con fuerza cada vez que el pelirrojo estaba cerca, debía admitirlo...se estaba enamorando de él, pese a que sabía con seguridad que él lo rechazaría...