Capítulo 3: Una tarde con lluvia
El entrenamiento había empezado...Hanamichi se levantaba todas las mañanas muy temprano para salir a correr con el que alguna vez había considerado su peor enemigo...
El zorro le tenía más paciencia de lo que él mismo creía, al principio el pelirrojo sólo podía caminar fuerte, pero de a poco había ido subiendo la velocidad, ahora trotaban a la par...
Nadie sabía de esta nueva amistad entre este dúo otrora problemático, nadie lo hubiera creído tampoco...
Hana había enterrado gran parte de su agresividad para con él para convertirla en una sincera amistad, en cambio aquel joven de ojos zorrunos había descubierto en Hanamichi algo más que un amigo, se estaba interesando de verdad en él...Ya no podía negarlo, Hanamichi estaba empezando a gustarle...
Se encontraban muy temprano por la mañana para correr, luego se iban a la Preparatoria y después de que el zorro salía del entrenamiento del equipo, se encontraban nuevamente...Esta vez para practicar lentamente pases y tiros a la canasta en las canchas del parque.
El pelirrojo se iba recuperando lentamente, sus músculos parecían volver a tomar fuerza y su espalda prácticamente ya no le dolía...Era increíble, pero en dos meses casi ya estaba recuperado, claro que no sabía cuando volvería a jugar.
Haruko había notado un gran cambio en Sakuragi y se estaba empezando a preocupar, si bien veía que Hana se estaba recuperando y se rehabilitaba también, sentía que cada vez más, se alejaba de ella...y no sabía por qué... Sólo le decía que iba a rehabilitación, pero no sabía ni donde ni cómo ni con quién...
Ella estaba un poco ocupada para pensar demasiado, en poco tiempo empezarían los partidos de preliminares y les faltaban dos jugadores que alcanzaran como mucho un mínimo nivel, en comparación del que tenían su hermano Akagi y ni hablar de Hanamichi...
Rukawa tampoco estaba jugando con sus mejores luces, se lo veía distraído, pensativo, desganado y se notaba que le faltaba con quien pelearse constantemente, la falta del Pelirrojo sé hacia cada día más evidente......
Luego de las clases de la mañana Hana se había colado sigilosamente al gimnasio escondiéndose, no quería que nadie lo viera pero se había estado ocultando hacia varios días para mirar el entrenamiento a escondidas de todos. Pero claro lo que no se esperaba es lo que había visto desde su escondite...
Era bastante temprano y el único al que había visto entrar era a Mitsui, le había restado importancia hasta que el ruido de un pequeño golpe lo sobresaltó, asomando lentamente su roja cabellera se había dado cuenta que Micchy no estaba solo...
Mitsui estaba besándose muy apasionadamente con alguien en la puerta del gimnasio, aprisionando a la otra persona con su cuerpo contra la puerta, Hana se sorprendió bastante pero mucho más cuando aquella persona habló.
--¡Basta Hisashi!...Alguien puede entrar en cualquier momento-- Suspiraba una voz melosa.
--¿No te gusta? Vamos si lo disfrutas tanto como yo...Amor, por qué vienes a torturarme...
-¿No te alcanza saber que ya no puedo compartir todos los buenos momentos contigo? Demonios... Es mi culpa...Podríamos estar ambos en la universidad...--Decía con un tono de voz entre enojada y anhelante.
En ese momento alguien abría las puertas del gimnasio obligando a aquella pareja a separarse. Una voz femenina saludaba contenta acercándose.
--¡Superior Kogure! ¡Cuánto tiempo sin verte!
--Hola Ayako...Sólo he venido a saludar...-Decía el joven sonriendo y acomodándose los lentes...
El pelirrojo ya no podía escuchar nada más, en su cabeza sólo daba vueltas aquel beso apasionado y la imagen de Mitsui besando así a Kogure...El shock lo había hecho caer de rodillas al suelo, sin entender qué estaba pasando.
Su cabeza no dejaba de dar vueltas cuando se escuchaba una voz más que se acercaba, el resto de los jóvenes lo saludaba y él sólo contestaba con un gruñido, se imaginó por la respuesta que el que había entrado era el Kitsune.
Rukawa se puso a rebotar el balón una y otra vez...Encestándolo, mientras llegaban los demás y se reunían a charlar con Kogure quien había venido de visita.
Rukawa vio con disimulo las incipientes mechas rojas que se asomaban atrás de los asientos y se sorprendió.
--"Doaho...¿Qué estará haciendo escondido allí?"--Se preguntaba intrigado.
Arrojando el balón con fuerza, pero disimuladamente lo hizo rebotar de tal forma que haciendo la parábola éste fue a dar nada más y nada menos que donde estaba Hana.
--¿Rukawa? ¿Qué te ha pasado?--Preguntaba Ayako al ver el error que no era común en él.
--Perdón...Estoy un poco distraído...Iré por el balón...--Decía subiendo a toda prisa por las escaleras...
Hana se había quedado congelado, entre el shock y el pelotazo...El cual había dado en el medio de su cabeza no había podido moverse. Ru llegó hasta allí y agachándose para que nadie lo viera le preguntaba suavemente.
--¿Qué estás haciendo allí escondido, Doaho?
--¡Kitsune!...Yo...--Decía susurrando también.
--Si vas a quedarte aquí escondido no asomes tu cabezota colorada por los asientos, yo mismo te he visto desde abajo...
-- .............
-- Bueno, quédate allí pero escóndete...Nos vemos luego en el parque...
-- Gracias Kitsune...
Ru no le había contestado, sólo le había extendido la mano dándole un pequeño golpe en el hombro, tomando el balón nuevamente se alejaba de allí dejando al pelirrojo sumamente confundido tomándose la cabeza con las manos repitiéndose una y otra vez.
--"Mitsui y el cuatro ojos son"...--En un dejo de prejuicio no cabía en su mente una idea así, entendía que había muchas preferencias sexuales pero esta era una que no comprendía...o mejor dicho que no quería comprender.
Ya había llegado el medio día cuando el pelirrojo y su pandilla habían llegado hasta la terraza de la escuela para ir a almorzar...Hana todavía se encontraba un tanto extraño, había huido de Haruko para poder estar un rato con su vieja pandilla. Yohei lo conocía bien y sabía que algo no andaba del todo bien, en aquella cara se reflejaba una sombra de confusión...Así que sentándose, se dispuso a charlar con Hanamichi
--¿Estas bien Hanamichi?
--¿Huhhhh?
--¿Me estás escuchando?
--Sí...¿Por qué preguntas...?
--No sé...Estás un poco alejado de nosotros, no entiendo bien que estás haciendo...
--Nada en especial, entrenando... aquí y allá.
--Ahhh, es que estás en cosas raras con Haruko--Se metía Noma muy divertido cuando de la cara del pelirrojo se había transformado y un golpe seco se escuchaba.
--¡¡¡¡Tonkkkkk!!!!--Sakuragi había vuelto a uno de sus conocidos cabezazos.
--¡¡¡¡Animal!!!!...¿Cómo te atreves a decirme una cosa así de Haruko?--Le recriminaba Hanamichi.
--Parece que Hanamichi está de muy mal humor hoy...--Reía Okus, pero al no encontrar respuesta tanto Noma, Okus y Takamiya decidieron dejar al pelirrojo por la paz, pero Yohei había visto una sombra en los ojos de su amigo y estaba preocupado por él, por lo que decidió quedarse a charlar.
--¿Té está pasando algo Hanamichi? Te noto un tanto tenso...Sabes que puedes confiar en mí...Cuando quieras hablar...ya sabes.
--Gracias Yohei, pero...No sé...¡¡¡¡Qué demonios!!!!...Si no te lo cuento voy a explotar...
--Dime...
--He visto a Mitsui y a Kogure...Be...besándose...--Decía tartamudeando.
--¿......?--Yohei por alguna razón no parecía muy sorprendido...
--Me ha sorprendido muchísimo...Nunca creí que esos dos pudieran ser ho...homo...
--Bueno Hanamichi, a mí no me parece raro, ya me parecía que había algo más entre ellos, siempre estaban juntos...Decían que estaban estudiando... tú sabes...
--¿Pasar mucho tiempo con una persona en particular te parece que implica que entre ellos haya algo?--Preguntaba muy serio tomando a Yohei completamente por sorpresa.
--Bueno no siempre...Pero...¿Por qué lo dices?
--¿Si te cuento algo juras que no lo revelarás?
--Sabes que no lo haré...
--Sabes que si lo haces no te lo perdonaré nunca en la vida.
--Lo sé. ¿Desde cuando me conoces? Sabes bien que nunca te traicionaría...
--Rukawa me está ayudando a entrenar para recuperarme de la lesión...--Decía casi sin aire.
--¿¿¿¿¿¿Rukawa????? ¿¿¿Kaede Rukawa??? ¿Tu enemigo?...¿El zorro apestoso?--Preguntaba esta vez sí sorprendido de verdad, mientras que el Pelirrojo se ponía tan colorado como su pelo, mientras la mirada de Yohei se clavaba en el pelirrojo.
--Si... El zorro...Sé esta portando muy bien conmigo, según él, quiere que vuelva a jugar pronto para que esta vez si podamos ganar el campeonato, por eso acepte su ayuda.
--Puede ser...Por qué no, a ese tipo sólo le interesa el Basketball...Me alegra por ti, se té ve bastante mejor repuesto...
--¿Tú crees?
--El doctor te había dicho delante mío que la recuperación tardaría alrededor de seis meses y ya ves...En dos meses ya casi estás en forma...
--Igual todavía no estoy del todo bien, la espalda me duele a veces y no creo resistir un partido completo aún...
--Igual estás muy bien Hanamichi...
--¿Yohei?...¿Que opinas tú de lo de Kogure y Mitsui? ¿Crees que está mal?
--No lo sé...Nunca lo había pensado...Pero si se quieren de verdad creo que está bien...
--¿Te parece? No te resulta...No sé ni cómo llamarlo...
--Deja de torturarte con eso, que tu estés enamorado de tu dulce novia no quiere decir que otro no pueda enamorarse distinto...Ya, basta...Vamos que ya van a empezar de nuevo las clases--Decía Yohei poniéndose de pie y haciendo un gesto para poder bajar por las escaleras...
Hana terminó su día con un poco de confusión pero mucho más tranquilo. Una vez que había salido, esa misma tarde, había ido hasta el parque donde practicaba todas las tardes junto al zorro...Tenía que esperar a Rukawa...Quien llegaba poco después del entrenamiento en el gimnasio de la escuela. Hana había comenzado a calentar haciendo rebotar la pelota una y otra vez, cuando se escuchaba una bicicleta que se acercaba lentamente.
Luego de tragarse un árbol, la bicicleta había caído al piso despertando al zorro quien no entendía bien como había llegado hasta allí...Sakuragi se había acercado para ayudarlo pero al verlo todo enredado entre la bicicleta sólo se escuchaban las carcajadas del Doaho que retumbaban en los oídos del zorro.
--¡¡¡¡¡Jajajajajaja!!!!!! Kitsune, un día de estos vas a terminar mal si sigues durmiéndote en esa bicicleta...--Reía tendiéndole la mano para ayudarle, pero Ru se había enojado y la rechazó poniéndose de pie...
--Mira quién habla...El que se esconde para ver los entrenamientos...--Se burlaba.
--¡¡¡¡Baka Kitsune!!!! ¿Cómo te atreves a burlarte del gran basquetbolista Hanamichi Sakuragi?--Decía furioso.
--¿Me quieres explicar por qué en vez de esconderte no vienes a entrenar?...
--................
--Torpe...Mejor dejemos esto por la paz y vámonos a entrenar...--Decía fastidiado el zorro.
--Está bien, pero te aseguro que hoy te ganaré...
--Encima parece que estás muy optimista en el día de hoy.
--Jejejejejeje...--Reía Hana botando el balón y alejándose con rapidez de allí.
Había empezado a jugar...Hana casi parecía estar en su mejor forma y cuando el zorro había intentado encestar, una pared pelirroja había aparecido delante de él, golpeándole la pelota y arrebatándosela de las manos, como en su mejor época del Rey del rebote.
Pero al acomodarse para poder encestarla ambos habían quedado colgando de la canasta la cual al no soportar tanto peso, se había roto haciendo que los dos se cayeran irremediablemente al piso.
Hanamichi había caído arriba de Rukawa y ambos respiraban jadeantes por el cansancio, por un momento se quedaron mirándose a los ojos y ninguno era capaz de moverse...
Sus corazones latían con mucha fuerza, era una situación un poco incomoda pero fue interrumpida por una fuerte llovizna que empezó a caer de pronto...
Se habían refugiado con rapidez bajo un árbol, pero la lluvia se tornaba cada vez mas fuerte así que decidieron irse y suspender por ese día el entrenamiento...
Con la bici a cuestas se hacía un poco complicado, tanto que en un resbalón el zorro se había cortado un poco el brazo, no era una cortada grande pero si un poco profunda y sangraba bastante.
--¿Estás bien Kaede?--Preguntaba preocupado Hanamichi, sorprendiendo al zorro profundamente, jamás lo había llamado Kaede...
--No te preocupes Doaho no es nada...--Pero Hanamichi había sacado el pañuelo de su bolso y había envuelto su brazo para detener la sangre.
--Vamos hasta mi casa...Es aquí cerca y te aseguro que tengo vendas de sobra...--Le decía.
--Esta bien...No es nada no te preocupes...
--Nada...No pienso aceptar un no por respuesta...¿O vienes o te llevo por la fuerza?...Vamos ya...
Hana lo ayudaba llevándose la bicicleta y ambos habían partido rumbo allí. Está claro que la casa de Hanamichi no era precisamente un ejemplo de orden y limpieza, pero la verdad es que si reflejaba el carácter cálido de su habitante...
Era un departamento pequeño, un poco desordenado pero muy acogedor.
Al entrar allí Ru se había sentido como en su casa...Pero a diferencia de ella, aquí se sentía un extraño aroma a hogar. Había algunas prendas de ropa aquí y allá, los libros se veían desordenados y en la cocina había algunos platos apilados, pero igual le gustaba estar allí. Hanamichi había regresado luego de un momento con una toalla en la mano, luego de haber acomodado la bici del zorro.
--Toma--Le decía entregándole la toalla--Sécate un poco mientras busco las vendas y el desinfectante--Deslizaba sonriéndole de tal forma que había hecho que el corazón del zorro latiera con fuerza, esa sonrisa ya se le había metido en el alma
Luego de un rato el pelirrojo había vuelto con una toalla cubriéndole la cabeza y traía en ambas manos productos farmacéuticos.
Se había sentado a su lado y había extendido el brazo de Rukawa apoyándolo en su regazo mientras con un algodón desinfectaba su herida.
El joven de ojos azules tenía la vista clavada en él y no la podía apartar, sencillamente se sentía atraído como si entre los dos hubiera un imán. El pelirrojo no pensaba, sólo limpiaba la cortada y al ver una mueca de dolor en la cara del Kitsune sopló suavemente la herida, sumergiéndolo más a éste, en un sentimiento que le parecía que podía explotar en cualquier momento...Al terminar Hana lo había vendado con tranquilidad y luego se ponía de pie.
--Ya está...¿Quieres quedarte un rato? Afuera llueve mucho y te vas a mojar...--Le decía.
--No quiero molestarte Hanamichi...
--No me molestas Kaede, es más...Si quieres te presto ropa, así te cambias esa mojada que traes puesta...No será tu estilo, pero por lo menos estarás seco.
--Gracias...Oye, me gusta cómo me llamas Kaede, hace mucho que nadie me llamaba por mi nombre--Le decía el zorro sonriéndole.
--¿En serio? No me había dado cuenta, a mí también me gusta que me digas Hanamichi, como mis amigos...
--¿Realmente me consideras tu amigo?
-- ¿...? No lo había pensado...Pero sí, creo que ya eres mi amigo...
El pelirrojo había desaparecido nuevamente y regresaba con un pantalón, ropa interior y una sudadera, extendiéndoselas junto con un toallon...
Rukawa lo agradecía tomándolas mientras se metía al baño a cambiarse. Se había colocado ropa seca y mientras extendía la suya mojada allí para que se fuera secando, un aroma familiar llegaba a su nariz...Era el perfume de su Doaho, toda su ropa olía a él y eso invadía sus sentidos embriagándolo... ¿Es que acaso en este tiempo que lo había ayudado, se había enamorado de esa manera de él?
La respuesta le había llegado de repente, al abrir la puerta del baño y verlo sólo con ropa interior, su corazón empezó a latir con furia. Estaba secándose con la toalla la cabellera roja mientras su cuerpo semidesnudo se contorsionaba con los movimientos...
Las mejillas de Kaede se le habían puesto rojas de repente y había sentido un terrible hormigueo en el estomago...¿Aguantaría mucho tiempo más sin decirle que lo amaba con toda el alma?
Le dolía en el alma el saber que no iba a ser correspondido de la misma forma, pero su corazón estaba seguro que ya se había enamorado del pelirrojo...
--¿Tu novia no vendrá a verte?--Preguntaba el Zorro con un tono frío en la voz.
--¿Haruko?...No, no te preocupes...Como mañana es Sábado y no hay clases, creo que a la mañana va a viajar hasta la universidad donde estudian el Gorila y el cuatro ojos--Decía Hanamichi poniéndose un Pijama.
--¿Por qué estabas escondido allí en el gimnasio?
--¿Yo escondido? Naaaaaaaaahhhhh...
--Si no hubiera visto tu pelo, yo tampoco te hubiera encontrado...¿Por qué no regresas de una vez a los entrenamientos?
--Ya lo sabía Kitsune...Te has cansado de mí...Ya no quieres seguir entrenando conmigo, ¿no es verdad?--Le contestaba un poco enojado.
--No es eso, Doaho...--Nunca me cansaría de ti, pensaba Kaede pensaba para sus adentros--Simplemente creo que ya estás en condiciones de volver a las practicas con el equipo.
--¿Tú crees?--Le preguntaba acercándole una taza humeante de té.
--Estoy seguro...¿Qué es esto, Doaho?...
--¿Que parece que es, Zorro estúpido?--Decía más en modo de burla, que de insulto...Tan así que hizo reír a Rukawa...
--Un té, torpe...¡Jajaja!
--Pues eso es...Un té...--Reía Hanamichi mientras él había empezado a beberlo.
Rukawa le había sonreído, realmente estaba queriendo mucho a ese Doaho. En ese momento había empezado a sonar el teléfono, así que el pelirrojo había ido a contestarlo. Cuando por fin había regresado al lado del zorro, este se había dormido profundamente en la mesa, apoyándose en el brazo sano y usándolo de almohada. Hanamichi al verle solo podía reír...Esa capacidad de dormir en cualquier lado era única realmente...
--¡Kaede despiértate!...Rukawa...Zorro...Zorrito...--Llamaba sin éxito, por lo cual compadeciéndose de él, lo había alzado entre sus fuertes brazos para llevarlo hasta su cama dejándolo que descansara.
Él sólo tenía una habitación, pero lo acostó igual allí, se veía tan indefenso y hermoso que algo dentro suyo lo había llevado a pasar sus manos entre el pelo húmedo de él...
Sin saber por qué también estaba acariciado con suavidad su rostro, sintiendo aquella piel suave y tibia rozando con la suya, en un impulso había acercado su cara a la de él y apenas había rozado sus labios con los suyos, cuando tomando conciencia de lo que estaba haciendo se retiró rápidamente de allí maldiciéndose a sí mismo.
--Maldición...¿Qué demonios estoy haciendo?...--Pero antes de abandonar la habitación había sentido que Kaede lo llamaba entre sueños.
-- "Doaho...Hanamichi...
Sin saber por qué se acercó nuevamente a su lado y se recostó durmiéndose al instante a su lado. La cama no era muy grande, pero los albergaba bien a los dos, quienes tras el cansancio de los entrenamientos dormían profundamente
Un par de horas después fue Rukawa quien se despertó dándose cuenta de que no estaba en su cama, pronto quiso incorporarse pero se vio atado por un brazo y una pierna que lo tenían rodeado. No estaba solo allí...
Reconoció enseguida el dueño de aquel brazo y esa pierna, suavemente giró para encontrarse con Hanamichi quien dormía muy profundamente y había pasado un brazo por arriba de su pecho y una pierna que entrelazaba la suyas. Su corazón latía con fuerza ante la proximidad de su amado, podía sentir su respiración en su cuello, sintiéndose totalmente en la luna...
Lo habría movido pero se encontraba tan a gusto bajo ese abrazo inconsciente, que no quería moverse. Aunque esa fuera la única forma que él podría sentir los brazos de Hanamichi estrechando los suyos.
Girando lentamente, sin mover aquel brazo o la pierna, habiendo quedado frente a frente con el pelirrojo, sintió la necesidad de acariciarlo con suavidad acercando sus labios a los de él, dándole un pequeño beso, sintiendo esos labios tibios con los cuales soñaba en las noches cuando estaba solo, deseaba de corazón que algún día pudieran contestar su beso
Con el temor de despertarlo giró nuevamente para volver a darle la espalda y colocarse como al principio para tratar de volver a dormir, sólo que esta vez Hanamichi, todavía dormido, había pasado su mano bajo la sudadera de Kaede, acariciando su piel con ternura, el zorro sentía un escalofrío que lo hizo temblar de la cabeza a los pies, cerró con fuerza los ojos disfrutando aquellas manos cálidas...Un fuerte cosquilleo en el estómago lo atormentaba, estaba sintiendo deseos que hasta ese entonces había tratado de reprimir.
Por suerte las caricias cesaron, el doaho ni siquiera se había dado cuenta, dejando a Rukawa respirar tranquilo y volver a dormirse allí abrazado por su pelirrojo...