Capítulo 9: Un corazón que arde de amor y de pena


Al fin había llegado en tan temido lunes, del cual ambos sabían que serian el centro de miradas de toda la escuela, si es que el rumor había corrido...

Y si...  así había sido... Ahora llegaba el momento de enfrentar la verdad.

Aparentemente, sumida en un estado de shock por lo que había visto, Haruko le había confesado a una de sus amigas lo que había pasado con Hanamichi y ella “sin querer”... había cometido la indiscreción de comentarlo... lo suficiente para que toda la escuela se enterara, comenzando una oleada de comentarios malintencionados e hirientes...

Al llegar, muchas miradas inquisidoras se posaron en uno o en otro de los chicos, si bien habían llegado por separado, eso no había evitado los cuchicheos y señas inconscientes cuando el pelirrojo o el “súper lucky” caminaban por los pasillos.

Rukawa había decidido ignorar las molestias, y no le era muy difícil, ya que mayormente, el ignoraba todo y a todos, así que no había variado demasiado su comportamiento.

El pelirrojo en cambio, si parecía algo afectado...

Si bien sabia lo que él sentía por su zorrito y eso era lo más importante para él, lo cierto es que hasta parte de su propia “Gundam” parecía esquivarlo y eso le dolía. Tanto tiempo juntos y en este momento no podía contar con ellos... Se había cruzado, con Noma, Takamiya y Okus y ellos simplemente lo habían evadido sin siquiera tratar de mirarlo, no sabiendo como dirigirse al antiguo líder de la banda...

A Yohei no lo había visto y Hanamichi empezaba a sentirse bastante mal.

Ya había llegado la hora del almuerzo y el  prefirió huir de todos para refugiarse a solas en la terraza de la escuela. Por otro lado, el joven de ojos azules dormitaba tranquilamente en una banca del gimnasio, no tenia hambre, al fin y al cabo el pelirrojo le hacia unos desayunos tan grandes y deliciosos, que casi nunca tenia hambre...

Estaba sentado en la terraza, tomándose las piernas con ambos brazos, ovillado, con los ojos cerrados y la cabeza apoyada contra la pared descansándola, mientras el sol bañaba su rostro dándole calor en aquel mediodía frío.

La ligera brisa invernal se colaba por su ropa, recorriendo su espalda sin invitación, haciéndolo por momentos tiritar de frío.

Su mente se encontraba muy lejos de allí... Su ojo aun estaba morado, evidenciando la pelea con Tatenori Akagi, el hermano de Haruko, era mudo testigo de que los cuchicheos eran ciertos y no una mera mentira...

Su cara estaba surcada por algunas telas adhesivas cubriendo parte de los rasguños que todavía no terminaban de cicatrizar...

Había bajado la cabeza apoyándola en sus rodillas y empezaba a dormitarse como un gatito, provocado por la luz del sol que calentaba su cuerpo adormeciéndolo.  De pronto, algo... una sombra, le había tapado el sol incomodándolo...  Fue abriendo sus ojos lentamente mientras en su cabeza se producían un sin fin de insultos posibles para propinarle al que se había atrevido a molestarlo despertándolo de su sueño...

Sus ojos se habían abierto grandes como platos y su boca se había desencajado...

-- Espero que quien te ha dejado la cara de esa forma, haya quedado cuando menos algo golpeado-Expresaba en tono burlón

-- ¿Huuuhhhhh? ¡¡¡YOHEI!!! -- Exclamaba sorprendido Hanamichi

Yohei no parecía estar enojado, mas bien se le veía contento.

Se había acomodado a su lado apoyándose con la espalda contra la pared mientras tarareaba una melodía que ambos conocían bien.

Cruzándose de brazos espero y espero que el pelirrojo iniciara la conversación, pero fue en vano, ya que este parecía estar muy retraído ese día, porque no podía mascullar ni media palabra...

-- ¿Es que no piensas decirme nada Hanamichi? -- Indagaba suavemente intentando que él le respondiera de una vez, pero este solo había exhalado con fuerza antes de continuar, como si no supiera que esperar de este encuentro. Era la hora de las explicaciones...

-- ........ ¿Y que quieres que te diga Yohei?... ¿Que no es verdad?... ¿Que no paso?... ¿Qué sigo enamorado de Haruko, aunque sea la más absoluta mentira? -- Cuestionaba por fin, casi sin tomar aire.

-- No... no quiero eso... Solo quisiera saber porque no has confiado en mi... creí que éramos amigos...  ¿Porque he tenido que enterarme de algo tan delicado, por boca de todas las chismosas de la escuela y no por mi mejor amigo?... --

-- Es - es que... Es que no sabia como te lo tomarías... algo tan delicado... no podía decírtelo así no mas... ¿Me entiendes?... --

-- La verdad... me has asombrado, nos criamos prácticamente juntos, pasamos mil cosas... Y cuando tomas una decisión de ese calibre... ¿Tu no has sido capaz de confesármelo?... ¡¡Kiaaaaaaaahhhh!!...  De veras que estoy enojado contigo, Hanamichi... -- Le reñía Yohei golpeando con el puño cerrado la pared contraria

-- Bueno, ahora ya lo sabes... ¿Que mas te da?... Tu mejor amigo se enamoro de otro hombre... Y lo peor de todo es que no pudo evitarlo, aunque quisiera eso es lo que siento... Si quieres irte lo entenderé perfectamente... Los muchachos me evitan así que no me extrañaría que lo hicieras tu también... --

-- ¿Lo quieres Hanamichi?... ¿Realmente estas enamorado de ese tipo?... ¿Qué le ves a ese zorro apestoso?...  -- Preguntaba curioso, mientras que el pelirrojo mirándolo por un momento a los ojos, había bajado la cabeza asintiendo y reafirmando así, su relación con el Kitsune. Yohei sonreía complacido mientras le contestaba, solo para seguir diciendo -- ¿Entonces porque demonios estas tan paranoico?... No me importa que te hayas enamorado de el... Tu eres mi amigo y eso es suficiente para mí... no me importa tu sexualidad... --

Yohei se había puesto de inmediato de pie, tendiéndole la mano de manera amistosa, con una gran sonrisa que le surcaba el rostro. Hanamichi aceptaba de buena gana la mano que le tendía su amigo incorporándose.

Pero antes que Yohei pudiera balbucear algo mas, el pelirrojo lo sorprendía estrechándolo en un tierno abrazo.

Por unos segundos se mantuvieron así, al mismo tiempo que Hanamichi le susurraba al oído un sincero y emocionado  -“gracias Yohei”-.  Increíblemente las palabras de su amigo habían apaciguado el dolor de su corazón torturado. Minutos mas tarde se había separado de el y se apoyaba en el barandal de la terraza

-- ¿Tu crees que los muchachos puedan entenderlo algún día? -- Indagaba el pelirrojo mientras se balanceaba peligrosamente sobre la baranda de la terraza.

-- No lo sé Hanamichi, creo que debes darles tiempo... No creo que estén enojados... Aun no he podido hablar con ellos, así que no sé que es lo que piensan del asunto -- Replicaba Yohei colgándose de la baranda también

-- En realidad... no se como tu si puedes entenderlo... ¿Cómo no te sorprendió una cosa así?... A mi si me hubiera extrañado si estuviera en tu lugar... --

-- Bueno... yo... yo... --  Balbuceaba visiblemente nervioso  -- Lo que pasa, es que tú a mí... -- Empezaba diciendo Yohei pero de repente alguien había saltado corriendo entre los dos, para tomar de la polera al pelirrojo por detrás y lanzarlo al suelo varios metros para atrás

-- ¿¿¿PERO QUE DEMO...??? ¿¡¿¡¿Zorro... ?!?!? -- Berreaba algo confundido, restregándose la cara confundido sin entender que acababa de pasar delante de sus ojos, mientras estaba tirado sobre Rukawa, aplastándolo.

--  ¡¡¡Baka!!!... ¿¿¿¿Qué cuernos creías que ibas a hacer colgándote así de la baranda pelirrojo irresponsable???? ¡Eres un baka torpe y no cambias!... ¡Maldita sea Dohao!... -- Gritoneaba enojado dándole un ligero empujón descargando su frustración a medida que su corazón latía más tranquilo.

-- ¡Oyeeeee!...  ¡Esta bien!...  Ya cálmate Kaede... No tenia pensado hacer nada raro, solo estaba charlando con Yohei... te lo juro, no iba a hacer nada -- Le recriminaba Hana, mientras se ponía de pie de golpe ayudando al Kitsune a incorporarse también

-- Bueno, yo ya tengo que irme... Nos vemos luego... -- Se despedía Yohei algo turbado mientras se encaminaba hacia la puerta entre tanto que el pelirrojo levantaba su mano despidiéndose así de su amigo

Yohei no había podido decirle la verdad y nunca se atrevería a hacerlo...

¿Cómo decirle al pelirrojo que lo entendía porque a el le estaba pasando exactamente lo mismo?... Se había enamorado de la persona equivocada.

Suspirando largamente, balanceando la cabeza a ambos lados, se alejaba tarareando una canción mientras sonreía tranquilo.

En la terraza, Kaede miraba Hanamichi algo avergonzado, solo se había acercado hasta él, abrazándolo por detrás hundiendo su cabeza en la espalda de su Dohao de manera tierna... Al mismo tiempo que su mano libre escudriñaba aquel uniforme hasta encontrar la piel cálida del pecho de Hanamichi...

-- ¿Qué hablabas con ese?... -- Curioseaba el joven de ojos azules

-- .............. --  Hana no hablaba, solo se mecía un poco disfrutando aquel suave abrazo, con los ojos cerrados y una mueca de satisfacción en el rostro

-- ¿Doaho?... ¿Estas bien?...¡Te estoy hablando!... -- Preguntaba el zorro 

-- Si, estoy muy bien... ¿Mmmmmmhhhh?... ¿Oye?... ¿Realmente creías que podía tirarme por la baranda?... --

-- En realidad no... pero cuando te vi ahí colgado, meciéndote como tonto  me asuste hasta los huesos... ¿Se te esta haciendo difícil, no?... Creo que los cuchicheos te están afectando -- Afirmaba

-- ¡Naaaaaaaaaaahhhhhhh!... ¡Para nada!... No me importan... Solo que me ha dolido un poco que mis amigos me den la espalda... --

-- Pero recién estabas hablando con uno de ellos... ¿El que estaba aquí acaso no era de tus amigos? --

-- Que si... ese era Yohei Mito, mi mejor amigo... -- Añadía el pelirrojo

-- .................. -- 

-- ¿Que pasa Zorrito?... Es que acaso... ¡¡Waaaaa!!...  ¿Estas celoso? --

-- Hmmmmffff... --

-- ¡JaJajajaja!... estas celoso, estas celoso... Nunca me lo hubiera imaginado, mi zorrito esta celoso... — Decía bromeando el pelirrojo.

-- Si... estoy celoso... Y es porque te amo, torpe... --

-- Yo también te amo, tonto zorrito...--

Hana se había dado vuelta, quedando frente a frente con el Kitsune y no pudieron reprimir besarse algo apasionadamente, jugando primero al rozarse con las narices, mientas unos labios tibios buscaban los otros con impaciencia, al fin de cuenta estaban solos y nadie podía verlos

La brisa de antes había cambiado, estaba tornándose algo cálida o por lo menos a Hanamichi ya no le parecía tan fría, al romper el beso él había quedado apoyando su cabeza en el hombro del Kitsune.

Kaede no dejaba de abrazarlo, mientras suavemente lo acariciaba con afecto en la cabeza...

-- ¿Vamos a entrenar Hana?... Ya es hora... -- Expresaba apaciblemente el Kitsune... tratando de salir de la ensonación que le producía esa intimidad

-- ...... Mnnnnno zorrito, no tengo ganas de ir hoy... aparte... Ansai no me dejara jugar por lo de la caída, creo que seria mejor que regresara a casa a descansar... ¿Me disculparías con el profesor, Kae? --

-- Hmmmff... esta bien, pero... ¿Realmente estas cansado o no quieres enfrentarte con ella? --Indagaba curioso el joven de ojos azules

-- Ambas... hoy ha sido un día complicado y tengo ganas de volverme a casa... ¿Por qué no te vienes conmigo? --

-- Lo siento pelirrojo, ya el viernes falte y Ansai estará preocupado por los dos si no le cuento que estas bien, te prometo volver temprano a hacerte compania... --

-- Esta bien... mejor vete, si no te secuestrare y no te dejare ir de mi lado... --

-- ¿Huughh?... Eso suena interesante Doaho... tal vez decida quedarme contigo... --

-- Ya vete zorro apestoso, no pierdas mas tiempo... -- Con un  ligero beso en los labios lo despedía alegremente, dándole un ligero empujón para que se fuera,  mientras que Rukawa empezaba a bajar con prisa la escalera rumbo al gimnasio

Sakuragi lo acompaño con la vista hasta que lo había visto ingresar al gimnasio. En su corazón podía sentir un calor irreproducible, que solo sentía cuando Rukawa estaba a su lado, aunque todo le parecía ser malo, ese calor lo alentaba a seguir y el apoyo de Yohei le había dado cierta tranquilidad, mientras él trataba de seguir su vida lo más normal posible.

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Varios días después aun Hanamichi no regresaba a entrenar, en vano Rukawa le había reprochado rogándole que volviera, ya que el pelirrojo parecía no aceptar la presión de las habladurías... o por lo menos era lo que él creía.

La verdad era otra... Tras el hallazgo del primer telegrama, Hana había recibido otro cuando estaba en casa de Kaede, si bien no lo había abierto para no violar la correspondencia claramente se veía que provenía de Estados Unidos.

En cuanto le había entregado el telegrama al kitsune, este se había alejado algo nervioso manoteando el papel con manos temblorosas, haciéndolo un bollo, tras decirle que no era nada importante y que hiciera caso omiso de el... Hanamichi había empezado a sospechar que algo andaba mal... 

Pero esa tarde se le aclararía todo... Se había citado a charlar con Sendoh, se iban a juntar en el parque y por fin se iba a enterar la verdad...

Después del almuerzo, se había ido de la escuela lo más rápido posible porque no quería que el Kitsune se enterara de aquel encuentro, así que con la excusa de irse a la casa a descansar, desapareció tan mágicamente que nadie supo como lo había hecho

A medida que se iba acercando hasta el parque, su corazón se aceleraba cada vez mas, como intuyendo que algo malo podría pasar.

Lentamente se había ido aproximando hasta una de las canchas donde antes practicaba con Rukawa, allá cuando estaba recuperándose de la lesión. Suspirando, mientras su mente le traía buenos recuerdos, se dejaba caer en una de las bancas...

El sol de la tarde caía con suavidad, lo que le había provocado una ligera somnolencia. Apoyándose en la banca, había colocado la cabeza en el respaldo entrando así en un profundo sueño.

Él, que derrochaba energía, irónicamente ahora era capaz de dormirse en cualquier lado...

-- ¡Despiértate pelirrojo!... -- Chillaba una voz conocida sacudiendo del hombro a Sakuragi...

Hana abrió sus ojos con pereza, para encontrarse frente a frente con Sendoh, quien lo miraba con su usual sonrisa en los labios, vestido con el uniforme diario del instituto Kainan.

-- Siento haberme retardado... el tren se atraso por un accidente, así que por eso me demore -- Musitaba Sendoh disculpándose

-- Esta bien... De todas formas no importa, vayamos al grano, te llame porque quiero que me cuentes la verdad... --

-- ¿Realmente quieres saberlo?... --

-- Solo dime una cosa antes que nada... ¿Qué es lo que ganarías tu con decírmelo? --  Inquiría el pelirrojo poniéndose de pie algo serio

-- Eso es asunto mío y no pienso explicártelo... Si te interesa saber la verdad de esos telegramas te lo diré, pero nada mas... ¿Estas preparado? --

-- ¡¡¡Yaaaa!!!.... Déjate de tantas vueltas puercoespín y dímelo de una vez por todas... – Gritaba Hanamichi algo enojado, poniéndose tan rojo como su cabello, contrariamente de Sendoh quien parecía en extremo tranquilo -- ¿Tiene algo que ver con Estados Unidos? --

-- ¿....?  Jajaja... ¿Qué paso pelirrojo? Parece que estas algo informado después de todo... Si... Rukawa y yo hemos sido becados para ir a Estados Unidos a terminar los estudios para poder ingresar a algún equipo de la NBA... -- Hablaba sin respiro dándole un shock a Hanamichi, quien caía sentado en la banca ante la noticia...

-- E - entonces... él... el  e-esta... esta... -- Balbuceaba casi sin saber que decir

-- Si Sakuragi... el esta sacrificando esta gran oportunidad por quedarse aquí contigo, tu sabes bien que ese ha sido su sueño desde que iba en la escuela y hasta hace un tiempo atrás el tenia pensado viajar, pero desde que te metiste en su vida no quiere hacerlo, he intentado hacerlo desistir de su decisión pero no he podido lograrlo... ¿Ves pelirrojo?... tu que tanto lo quieres eres quién mas lo perjudica... --

Hanamichi se había llevado la mano al rostro como si no comprendiera la amplitud de la noticia que ahora sabia, pero su corazón parecía una muralla que se estaba derrumbado, dando paso a un intenso dolor que le atravesaba el pecho. Por muy fuerte que él fuera, esas palabras lo habían dejado sin defensas y sumamente vulnerable...

Entonces decidió que no iba a darle el gusto a Sendoh, permitiendo que él lo viera mal, tragándose su dolor intentaba seguir hablando naturalmente.

Pero en sus ojos se reflejaba la más absoluta tristeza que iba mas allá de su sonrisa aparente. Trago saliva para poder contestar pero nada quiso salir de su garganta, estaba conmocionado

Por algún motivo desconocido, Sendoh sintió que había metido la pata cuando Sakuragi lo miro a los ojos. Se arrepintió pero ya era tarde.

Hanamichi quería seguir hablando, pero solo había logrado balbucear un escueto “gracias”...  al mismo momento que salía corriendo del parque como si fuera un bombero por ir a apagar un incendio.

Akirah Sendoh lo había seguido con la mirada hasta que el pelirrojo se había perdido entre las ramas de los árboles. Dejándose caer se desplomaba en la banca donde había estado durmiendo Sakuragi. Creyó que diciéndole la verdad al pelirrojo se sentiría liberado, tranquilo pero algo en la ultima mirada de Hanamichi le había llegado al lo mas profundo de su corazón  

Él entendía muy bien porque el súper lucky, se había enamorado así del pelirrojo, no era difícil comprenderlo, Hana destilaba inocencia por los cuatro costados, era simple y ocultaba toda su candidez en su vocabulario violento y su energía excesiva... Rukawa lo había descubierto hace mucho tiempo atrás  y ahora el se sentía como un gusano por haber herido a Hanamichi...

Hana entre tanto, había detenido su carrera en un callejón oscuro de la ciudad, era temprano, pero de todas formas era un lugar retirado, solitario y frío...  Tan frío como sentía en ese momento su corazón...

No sentía el cuerpo bajo su cabeza, sus piernas le temblaban con violencia y su corazón se resquebrajaba cada vez mas...

¿Era verdad? ¿Realmente él estaba arruinando la mejor oportunidad de su vida por él? ¿Cómo podía el zorro haberle ocultado una decisión así... ?

El pelirrojo se sentía realmente consternado, confundido... Estaba apoyado con la cabeza en la pared mientras la golpeaba con su puño una y otra vez hasta que sintió el dolor en sus dedos, en esta ocasión no podía ocultar sus lagrimas frenéticas llenas de frustración.

Estaba furioso, dolido, sentía que todo su mundo sé venia abajo como un castillo de naipes en una mesa, tanto que no sintió unos pasos temerosos que se le acercaban lentamente.

-- ¿Oye?... ¿Estas bien? -- Preguntaba una voz femenina suavemente...

Hanamichi pensaba no contestar, pero la vista a unos pequeños zapatos negros que se le hicieron ciertamente conocidos, lo había obligado a levantar la vista...

Su corazón se había detenido bruscamente, sus ojos se abrieron como platos... era ella.  Salida de la nada unos ojos cafés se perdían en su mirada inquisidora

-- Heyyy... ¿E - estas bien Hanamichi? -- Repetía ella algo trabada

El pelirrojo había quedado sin habla, pálido como un papel, tratando de apartar de su mente lo sucedido con Rukawa, había decidido contestarle  

-- Y - yo... Ha - Haruko... Yo... -- Balbuceaba sin poder siquiera mirarla a los ojos 

-- Esta bien, no hace falta que me contestes -- Explicaba algo seca –Solo te vi cruzando la calle algo turbado y decidí seguirte hasta aquí... --

-- ....................... --

-- Pero... pero...  que bueno que te encuentro... quería decirte dos cosas importantes antes de irme... --  Empezaba diciendo Haruko con voz decidida, mientras su vista se perdía en el suelo del callejón  -- Q - quiero... quiero que sepas que no tuve nada que ver... con el rumor acerca de ustedes... D - de... de echo... de echo no fui yo quien esparció ese rumor por la escuela... De verdad... lamento lo que te esta sucediendo... -- Explicaba levantando ligeramente la vista al momento que sus ojos encontraban los vidriosos ojos del pelirrojo, quien había escuchado sus palabras con detenimiento

-- Esta bien Haruko... no te preocupes, aparte... el rumor no me molesta, porque al fin y al cabo es la verdad ¿No?... -- Explicaba dejando esta vez sin habla a la chica quien solo lo miraba confundida

-- ¿Entonces?... ¿Entonces porque no vuelves a entrenar?... el equipo estará en problemas si no regresas, los días pasan y pasan, y no se sabe nada de ti en el gimnasio, Ayako ya me mira mal y no me gustaría que Ansai me culpara por lo sucedido... --

-- No te preocupes mas... No es tu culpa de todos modos... Mañana iré a hablar con él... -- Afirmaba el pelirrojo.

Ella asintió con la cabeza complacida con la respuesta, comenzando a alejarse lentamente, dejando a Sakuragi sumergido en sus propios problemas, pero al caminar unos cinco metros se había detenido

-- ¿Realmente estas bien Sakuragi?... Te ves algo pálido... -- Preguntaba preocupada

-- Si... estoy bien, no te preocupes... Gracias por tu interés... --  Respondía ruborizándose

-- ¿Puedo hacerte una pregunta antes de irme? – Lo cuestionaba ella diluyendo su voz en la lejanía

-- Sí claro... --

-- ¿Llegaste a sentir algo por mí?...  ¿Alguna... ? ¿Alguna vez me amaste antes deeee...? -- Preguntaba sonrojándose mientras sus ojos buscaban los del pelirrojo

 -- Sí... Alguna vez... --

Haruko giro sobre sus talones dándole la espalda a Hanamichi, mientras comenzaba a alejarse lentamente, deteniéndose antes de llegar a la salida del callejón. En ese mismo momento se había dado la vuelta, con los ojos inundados de lagrimas, sintiendo una enorme pesadez en el alma y con labios temblorosos le gritaba

-- P - porque... porque...porque yo... A - aun te amo... -- En ese momento desaparecía corriendo tan rápido como podían sus pies

El pelirrojo había quedado absolutamente paralizado, las palabras de Haruko golpearon con la fuerza de un bólido en su corazón, si algo le faltaba ese día, es seguir sintiéndose como un gusano culpable de la desdicha de las dos personas que más había amado.

Con Haruko no podía hacer nada... solo esperaba que algún día lo entendiera y encontrara el amor verdadero en otra persona

En cuanto a Rukawa... a eso no le encontraba solución posible por ahora, no podía convencerlo de irse si el mismo no le comentaba el asunto, el no podía tampoco decirle nada, su cabeza era un verdadero lío, una lucha interna entre lo que sentía y lo que era correcto

-- ¡¡¡¡¡Maldita sea Kitsune!!!! -- Se decía a sí mismo con rabia

Un ruido seco había retumbado en el callejón... “Stonkkkk” .

Incapaz de analizar acerca de lo que le estaba sucediendo, Hanamichi había azotado con toda su fuerza la cabeza contra la pared, rememorando los viejos tiempos de líder en la gundam...

Al parecer el golpe había surtido efecto porque de inmediato se ponía en marcha, echándose el bolso en los hombros, comenzaba a recorrer la ciudad sin paradero fijo...

Había llegado hasta una solitaria cabina telefónica perdida en una avenida céntrica, ingresando en ella para empezaba a marcar lentamente un numero que sé sabia de memoria

-- ¡Hola! ¿Yohei?... Soy yo, Hanamichi...  tengo que pedirte el favor más grande de tu vida... -- Empezaba diciendo, mientras al otro lado de la línea su amigo le respondía aparentemente de forma afirmativa -- No puedo explicártelo por teléfono, te lo diré en tu casa... -- Decía con voz algo triste y ahogada – Ya salgo para allá, espérame -- 

El pelirrojo abandono la cabina con un suspiro alejándose rápidamente de allí poniéndose en camino a la estación de tren...

Estaba decidido, ESA... era la única salida posible al asunto

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Ya casi terminaba la tarde y Rukawa acababa de abandonar el gimnasio con el bolso al hombro. Estaba algo cansado, pero deseaba con toda sus fuerzas regresar a su casa para encontrarse con su Doaho.

Lo extrañaba horrores, quería sentir sus labios contra los suyos y su cuerpo cálido albergando su corazón cansado...

Se sentía tranquilo y estaba contento, una mueca de profunda satisfacción surcaba aquel rostro de facciones casi perfectas que antes solía ser frío e incapaz de demostrar algún sentimiento. Pensando en reencontrarse con él había empezado a apurar el paso en dirección de su casa, intentando como siempre no dormirse en su bicicleta para no terminar estrellándose contra ningún auto, como seguía siendo su costumbre.

Había llegado hasta el parque cuando el sonido insistente de un balón rebotando, lo había abstraído de sus pensamientos. Alguien  parecía estar llamándolo con cada dribleo... Siguiendo el sonido sincrónico de los rebotes, había llegado hasta una alta figura musculosa y  bronceada que se jugaba incansablemente como una sombra, al mismo tiempo que encestaba el balón una y otra vez, con una habilidad muy similar a la suya...

Lentamente el sol había empezado a esconderse tras los cerezos,  tiñendo el cielo de los colores más asombrosos, algunos tan rojos como el cabello de aquel jugador talentoso, cuya silueta se recortaba para el deleite de unos sesgados y magníficos ojos azules... tan azules y profundos como el propio cielo...

Acercándose lentamente casi hipnotizado por la situación... sin ser visto por el pelirrojo, había arrojado a un lado el bolso y la bicicleta, quitándose con celeridad el saco del uniforme, para correr hasta aquella figura alta e imponente, robarle el balón de sus manos y encestarlo de inmediato de manera fantástica.

El pelirrojo se había quedado congelado en el lugar dedicándole una sonrisa juguetona

-- A veces olvido lo bueno que puedes llegar a ser, Kitsune --

-- Tu también eres bueno Doaho... Muy bueno aunque me pese decirlo... Y por lo que acabo de comprobar con mis propios ojos...  estas perfectamente bien y ya puedes jugar...-- Decía regalándole su sonrisa que solo era para él, mientras hacia girar la pelota, el cual parecía estar atada a su dedo -- ¿Que estas haciendo solo aquí? --

-- ¿Tu que crees?...  -- Bromeaba el pelirrojo divertido...  -- Vine a retarte antes de ir a casa... ¿Qué te parece un uno a uno... a 15 tantos? --

-- ¡¡¡JAJAJAJAJAJAJA!!! ¿Todavía con eso?... Yo creí que te habías olvidado de esa tonta rivalidad... -- Expresaba rebotando el balón cerca de sus pies como provocándolo

-- ¿Hughhh?... ¡¡Naaaaaahhhh!!  ¡¡¡Ahora veras baka Kitsune, por burlarte del tensai!!! -- Reía Hanamichi arrebatándole el balón de las manos y corriendo hacia la canasta para terminar la jugada con una sensacional clavada.

-- Oye... Tensai... ¿Te das cuenta que no quieres volver al gimnasio... pero en realidad estas en muy buena forma? -- Lo retaba enojado

-- Esta bien, tu ganas... mañana mismo me voy a hablar con Ansai...  te lo prometo... esta vez solo quiero un uno a uno contigo -- Gritaba jadeante

-- Esta bien Hana, juguemos... El que pierde paga la cena en Danny´s --

-- Ok... pero te aseguro que no me dejare ganar tan fácilmente... Te derrotare Zorrito... --

Ambos comenzaron a jugar de manera alegre, demostrando las grandes cualidades que cada uno tenia, y el gran amor que ambos compartían por ese deporte, al mismo tiempo disfrutaban una vez más un partido.

De echo iban 14 a 14 cuando en un dribleo majestuoso, Kaede lo había burlado robándole el balón de las manos, conquistando así su canasta numero 15 y ganándole automáticamente el partido al derrotado pelirrojo, quien se dejaba caer agitado en el suelo por el cansancio.

Rukawa se había echado a su lado respirando pesadamente, sudado pero feliz, mientras pasaba su polera por el rostro secándose la cara.

Entre jadeos de cansancio, como un gatito pequeño, Kae se fue acercando despacio para besar seductoramente el cuello del pelirrojo. Sakuragi se estremeció profundamente, había estado todo el día preocupado entre sus problemas y ese beso estaba devolviéndole las ganas de vivir... de amar... de no darse por vencido.

-- ¿Vamos a tu casa Hana? -- Expresaba algo impaciente Rukawa mientras apoyaba con cariño su cabeza en el hombro del pelirrojo, acariciándole con impaciencia la espalda...

-- Mejor a la tuya Kae... en casa no hay nada de comer... -- Contestaba casi en un gemido porque las caricias ya estaban perturbándolo... pero recordando algo y siguió -- Aunque... te debo la cena en Danny´s zorrito --

-- Otro día vamos... Hoy no tengo hambre... bueno, no de ese... ¿Vamos? --

Ambos recogieron su ropa y sus bolsos para emprender el regreso, esta vez fue el pelirrojo quien dirigía la bicicleta mientras el zorro descansaba en su espalda.

-- ¿Oye? -- Preguntaba Rukawa -- ¿Por qué todavía traes el bolso? ¿No era que  ibas a irte para casa? --

-- ¿........? Oh si... E... es que... me cruce con Yohei  Y... y... me pidió que lo acompañara a hacer unas cosas... se hizo tarde así que decidí venir a esperarte aquí -- Mentía el pelirrojo con todas sus ganas, sintiendo que las mejillas se enrojecían por la mentira que acababa de decir, aunque el Joven de ojos fríos no se había dado cuenta ya que iba en la parte de atrás de la bicicleta  

Para cuando Sakuragi termino de contestar Rukawa estaba adormilado en su espalda, apenas asido a el por la cintura y no había dado importancia a lo dicho por el pelirrojo. Hanamichi tenia una expresión algo triste pero definitivamente no iba a dejar que el Kitsune se diera cuenta de ello.

Había estado toda la tarde dándole vueltas al asunto, tratando de tomar una decisión que no pensaba cambiar por nada en el mundo

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Una vez en el departamento, mientras el pelirrojo cocinaba algo, Kaede estaba dentro de la tina descansando del día de agotadoras practicas.

El pelirrojo había preparado Ramen, su favorito. Rápido y sencillo aunque él estaba completamente inapetente, mas bien tenia el estomago bastante revuelto y cerrado. Para el también había sido agotador solo que mentalmente, un día pésimo... primero lo de Sendoh y después Haruko, demasiadas emociones para un solo día...

El pensar en perder al zorrito lo angustiaba pero no podía dejar de especular con eso...

¿Realmente perdería la persona que más amaba en el mundo?...  El solo pensar en ello había estremecido con fuerza su cuerpo, pero de todas formas no iba a permitir que el zorro sospechara que él estaba al tanto de la verdad... Un par de lagrimas traicioneras huyeron de sus ojos mojando sus mejillas... Enjuagándolas con rapidez con el revez de su mano quería impedir que fueran vistas por Kaede...

Había apagado el fuego tan solo quedaba poner los fideos, el zorro estaba demorando demasiado ¿Qué estaría haciendo?...

Con impaciencia se dirigió al baño para encontrarlo muy dormido dentro de la bañera... El pelirrojo no pudo evitar sonreír a pesar de todo... Increíble... se podía dormir en cualquier lado... Entonces tubo una idea... casi media hora mas tarde había regresado a verlo y seguía exactamente en la misma posición,  no quería despertarlo así que corrió puerta de vidrio que separaba la ducha para evitar molestar a Rukawa

Había comenzado a ducharse para quitarse la traspiración que le había quedado del partido y para tratar de calmar la molestia que sentía en todo su cuerpo mientras el agua caliente golpeaba su piel relajándolo 

El pelirrojo se había terminado de duchar y el zorrito seguía durmiendo placidamente. Una vez seco,  se había colocado la bata de baño color bordeaux mientras su pelo aun goteaba al mismo tiempo que se agachaba a un lado de la tina para despertarlo

--¿Oye?... Zorrito dormilón... ¿Es que ya no estas bastante arrugado dentro del agua?... Llevas casi una hora durmiendo allí... -- Susurraba suavemente al oído del Kitsune mientras lo mordisqueaba seductoramente

-- ¿Mmmm? Oye... ¿Y tu? ¿Por qué estas mojado? -- Preguntaba este mientras el cabello mojado goteaba frío en su rostro obligándolo a abrir sus ojos para contemplar el rostro divertido de su amante

-- Porque me acabo de bañar... después dices que el tonto soy yo... Jajajajajaja -- Reía estrepitosamente el pelirrojo, tratando también de levantarse pero el Kitsune de un jalón lo tiraba dentro de la tina empapándolo nuevamente, mientras lo abrazaba con cariño... -- ¡Hey Kitsune!... Aun tenia la bata puesta... -- Gruñía algo enojado

-- No te preocupes por ella Doaho... yo te la quito -- Decía Rukawa mientras desanudaba torpemente el cordón dejando al pelirrojo tan desnudo y mojado como estaba él...

La bata cayo a un lado abandonada, completamente empapada mientras ambos trataban de acomodarse en el pequeño lugar que quedaba. Empezaban a besarse con cariño, casi con suavidad. Que estaban muy enamorados era algo que nadie podía negar. Se notaba en sus besos, en sus miradas en la forma tan especial que se comunicaban, tan solo con mirarse y el otro sabia perfectamente que querían y que necesitaban...

-- ¡Kit... Kitsune! ¿No, no piensas cenar?... Te prepare Ramen... -- Gemía casi sin aire mientras el joven de ojos fríos se encendía cada vez mas de pasión

-- Mmmmmno, a menos que te pueda cenar a ti... -- Reía acariciándole la mejilla con la nariz de manera juguetona

-- Si eso es lo que quieres, me tendrás después... te cocine algo delicioso, no seas así...  no me desprecies... ven a comer lo que te prepare... -- Decía Hana a medida que se ponía de pie tratando de clamar su propia excitación, extendiéndole también la mano para ayudarlo a incorporarse...

-- Hmmmfff... -- Refunfuñaba el zorrito malhumorado  -- Esta bien... Solo lo haré por ti –  Explicaba mientras salía del agua para secarse con la toalla...

El pelirrojo había salido con rapidez del baño para terminar de preparar la comida, o por lo menos eso parecía, Kaede en cambio había manoteado la otra bata, la verde petróleo que estaba seca, colocándosela encima. Había recogido la mojada del suelo, extendiéndola para que se secara.

El cabello oscuro que destilaba ligeros tonos azulados, caía sobre sus ojos cabiéndolos, lo había apartado con torpeza, no importa cuanto lo peinara o desenredara siempre parecía desordenado. Se sentía como nuevo, ese baño le había sentado a la perfección, eso y la siesta lo habían dejado freso como una lechuga al mismo tiempo que los mimos de Hana lo habían encendido.

Había salido del baño dispuesto a convencer al pelirrojo que no tenia hambre, cuando al poner un pie en al pasillo se había visto absoluta y gustosamente sorprendido.

Un camino de velas encendidas lo dirigían hacia el living, el departamento estaba decididamente a obscuras, así que solo se veía iluminado por las tenues flamas de las velas...  El silencio era roto por una lenta y suave canción que sonaba en el equipo de música.

Anudando con firmeza la bata se encaminaba hacia el pelirrojo, quien lo aguardaba sonriendo, sentado en la mesa, con la camisa semi abierta y un Short azul, junto a dos platos de ramen humeantes y dos copas de vino bien frío... Rukawa solo podía sonreír mientras se acercaba a Hanamichi para abrazarlo con fuerza y bromear en su oído

-- ¿Qué paso pelirrojo?.... ¿No he pagado la cuenta de la Luz? -- Deslizaba divertido aunque la idea lo fascinaba

-- ¡Que zorro ruin eres! ¿Encima que quiero darte una sorpresa, me sales con esa tontería?... Arghhhhhhhh, nunca mas vuelvo a prepararte algo en la vida --  Gimoteaba Hanamichi disgustado, poniéndose de pie de repente pero fue apresado por unos fuertes brazos que lo contenían divertidos.

-- ¡No te enojes tonto! Era una broma,  me encanta mi sorpresa... -- Explicaba apoyando su cabeza húmeda en el hombro del pelirrojo -- Por eso te amo tanto... siempre me sorprendes... aparte me has preparado mi comida favorita... -- Le decía deslizando su mano por dentro de la camisa que había logrado ponerse Hanamichi en el apuro al salir del baño.

El pelirrojo intento refunfuñar cuando unos labios húmedos y expectantes cerraron su boca con un apasionado beso. Se estaba intensificando tanto que a Hanamichi comenzaba a faltarle al aire.

Rukawa se había sentado algo enojado ya que no quería separase de Sakuragi, y mucho menos para cenar aunque tubo que reconocer que la comida estaba absolutamente deliciosa, así que la disfruto con placer.

-- ¿Festejamos algo? ¿Me olvide de alguna fecha?... ¿Por qué todo esto Doaho? -- Curioseaba Kaede con un misterioso brillo en sus zorrunos ojos azules que lo miraban de soslayo

-- ¿Huhhh? Ah no... Solo quería prepararte algo especial... -- Admitía alegrándose que las velas no reflejaran la tristeza que traía escondida en sus ojos almendrados...

-- Definitivamente creo que hoy estas algo extraño... pero bueno no importa, gracias por esta cena tan espectacular... -- Agradecía tomando su mano con cariño

-- Aun no termina zorrito... -- Declaraba Hanamichi mientras trataba de sonreír de manera picara  -- Aun falta el postre... ¿Quieres helado o-o-o?... --

-- Mmmmmm... Helado... ¡Qué rico!... -- Gimoteaba Rukawa sorprendiendo al pelirrojo que no esperaba esa respuesta...

Hana se había puesto de pie sin decir una palabra, sirviendo dos copas de helado de chocolate, colocándole encima unas rojas frutillas de corazón dulce. Al terminar  había dejado una en su lugar extendiéndole con la mano la otra a Kaede, quien algo extrañado lo había jalado fuertemente hasta sentarlo en su regazo, mientras el pelirrojo refunfuñaba en vano

-- ¡¡¡¡Oyeeeee!!!! -- Protestaba Sakuragi sin entender esta acción, pero los fríos ojos azules de su compañero se habían encendido de pasión una vez mas... dentro de ellos una pequeña flama ardía juguetona

Con la mano que le quedaba libre le iba desprendiendo uno a uno los botones de la camisa dejando su piel tibia al descubierto, solo para untar una parte de helado de chocolate en ella. El pelirrojo exhaló largamente al sentir la fría crema que se deslizaba hacia abajo sobre su piel... pero enseguida una calor extraño lo estaba invadiendo, porque una lengua ardiente le limpiaba el cuerpo de los restos de chocolate...

Hanamichi suspiro divertido al mismo tiempo que Kaede le ponía una roja frutilla en los labios... su jugo goteaba en su pecho dejando el largo camino de su recorrido pegajoso y rojo...  Estaba estimulándolo a lo loco, parecía que ese Kitsune tenia la misma idea que el en mente, ya se conocían lo suficiente para saber lo que querían del otro sin necesidad de palabras

-- ¿Zo... zorrito?... Yo creí que querías helado de postre... -- Bromeaba divertido, mientras con su mano masajeaba la nuca de su amante de manera inquietante revolviendo la sedosa cabellera negra azabache.

-- Claro que quiero tonto... solo que en otro recipiente... -- Contestaba terminando de quitarle la camisa, mientras otra cucharada de crema helada resbalaba nuevamente por la piel cálida de Hanamichi, esta vez por su largo cuello, volviéndolo completamente loco.

Una boca fría buscaba la otra, mientras dejaba caer dentro de la suya una crema fresca con sabor a chocolate, eso realmente lo había excitado

Con verdadero hambre respondía el beso hasta que había hecho gemir al zorro manera desesperada, rogándole más.

Los labios de Hana ardían de pasión y no dejaban prácticamente respirar al Kitsune, no quería darle tregua... En realidad no quería pensar, definitivamente recordar la charla con Sendoh seria remover un dolor que estaba tratando de ocultar en lo mas profundo de su alma atormentada...

No supieron de que manera llegaron hasta la cama, solo algunas imágenes de cómo se habían arrastrado por el pasillo sin dejar de besarse y acariciarse llegaban hasta ellos, solo para dejarse caer sobre las sabanas azules que los esperaban.

El kitsune traía puesta aun la bata que el pelirrojo estaba desanudando con torpeza y desesperación, mientras que su cuerpo que solo estaba cubierto por el Short terminaba de desnudarse también.

Sus piernas estaban enroscadas entre las de Kaede. mientras que gemía con fuerza por culpa de los pequeños mordiscones en su cuello que su amante sabia que lo volvían loco, mordidas que estaban perturbándolo...

Rukawa besaba con verdaderas ganas su cuello, estaba muy impaciente, pero en cambio el pelirrojo estaba muy relajado y porque no decirlo excitado, parecía estar disfrutando como nunca... Sus almendrados ojos cafés estaban perdidos en el placer de las caricias.

El pelirrojo estaba boca abajo mientras Kaede escudriñaba su cuerpo con verdadera maestría, sus mejillas hervían tanto como su piel volviéndose rojas... entre gemidos placenteros se había atrevido a pedirle lo que venia deseando hace un tiempo pero que no sabia como decírselo.

-- K-ka – Kae... tómame... -- Le pedía entrecortadamente mientras se arqueaba de placer temblando.

-- ¿Q - qué?... Tu quieres que yoooo... --Balbuceaba deteniéndose por un momento intentando entender es petición que lo halagaba.

-- Quiero que me hagas tuyo... por favor... -- Le rogaba girando su cabeza un momento para verlo a los ojos bastante sonrojado.

Los sesgados y zorrunos ojos azules se abrieron como platos, estaba completamente asombrado, no podía negar que lo había pensado pero tampoco el se había atrevido a confesárselo... Se sentía algo turbado y temeroso pero Hanamichi despejaba sus dudas y aumentaba sus deseos cuando al darse vuelta, cerraba su boca con un beso mas que apasionado, mientras comenzaba a recorrer su cuerpo con su lengua.  Sin detenerse a reflexionar mas sobre esto,  había vuelto a recostarse sobre él para susurrarle muy despacio al oído

-- Esta bien... Solo te dolerá un poco, trata de relajarte... -- Le decía mordisqueándole suavemente la oreja -- Te amo Hanamichi... --

-- No te preocupes, y yo también te amo Kaede... -- Le respondía ocultando unas lagrimas, aprovechando su posición,  que se habían escapado de sus ojos al sentir el súbito miedo a perderlo, miedo que había gobernado todo su día...

Increíblemente el pelirrojo estaba bastante relajado y muy excitado, de echo después de encontrarse con Yohei para charlar, no había estado pensando en otra cosa que en lo que iba a pasar esa noche.

Aunque Kaede era bastante cuidadoso, no había podido evitar la primer oleada de dolor que arremetió en los mas profundo de su ser.

Había ocultado su rostro nuevamente en la sabana, creyendo que era la excusa perfecta para encubrir aquellas lagrimas, que mezclaban el dolor de su cuerpo con el dolor de su alma.

Con una de sus manos libres el Kitsune lo ayudaba a descargarse mientras el movimiento aumentaba, volviéndose mas violento y desesperado, cuando en un grito ahogado Rukawa se desplomaba así sobre la espalda del pelirrojo, quien se había arqueado al sentir que su cuerpo explotaba también.

Hana estaba acurrucado entre los brazos de Kaede mientras ambos intentaban recuperarse, jadeando casi al unísono y con los corazones sumamente acelerados... 

Las mejillas del pelirrojo estaban tan rojas como su pelo, sentía un inmenso calor que lo invadía, su piel ardía por todos lados y solo podía  sentía las caricias suaves de las manos de Rukawa.

-- Oye Hana... ¿Estas bien?... -- Preguntaba algo preocupado porque su compañero no había dicho una sola palabra  

-- ¿Mmmmm? ¿Eh?... Ah si... solo descansaba... -- Admitía luego de un rato mientras giraba su cara para quedar frente a frente con el Kitsune

-- Que rico estaba mi postre... -- Canturreaba juguetonamente

-- ¿Si no?... Un Hanamichi con frutillas y chocolate... -- Reía divertido --¡¡¡Waaaaaaa!!! ¡Me olvide del helado! -- Aullaba el pelirrojo levantándose con rapidez camino al living...

Pero era demasiado tarde, en las copas solo quedaban densas lagunas de crema de chocolate en las cuales flotaban olvidadas algunas frutillas... Sonriendo satisfecho había tomado una de las más grandes limpiándola de chocolate en su boca, mientras emprendía el regreso a la habitación... Todo había salido mejor de lo que había imaginado, le había gustado, sentir al zorrito dentro suyo, siendo uno solo, lo había hecho muy feliz...

-- ¿Dónde estabas Doaho? -- Preguntaba curioso mientras miraba divertido a su compañero...

-- Demasiado tarde... el helado se convirtió en un río de crema donde flotan las frutillas -- Bromeaba el pelirrojo

-- No importa... Gracias por mi cena, estuvo deliciosa... aunque estuvo mas rico el postre... -- Decía Kaede mientras el pelirrojo se ponía algo rojo  

Hana se dejaba caer suavemente a su lado mientras saboreaba la frutilla de manera juguetona y despreocupada, entretanto el zorrito se acomodaba nuevamente sobre su pecho 

-- ¡Hey! dame un poco... -- Pedía Rukawa arrebatándole de un mordisco parte de la frutilla de su boca de manera muy sexy...

-- ¡Oye Kitsune!... ese era mi postre... -- Rezongaba Sakuragi

-- Yo soy tu postre... -- Repetía el zorrito poniéndose arriba suyo volviendo a empezar con las provocaciones -- A menos que estés cansado para eso --

-- Nunca estoy cansado para ti... ¿Acaso lo dudas? --

-- Nop... entonces dame el mejor de tus besos -- Repetía  en forma burlona mientras lo espiaba a través de la cortina que formaban sus cabellos sobre sus ojos azules

-- Esta bien – Asentía Hana devolviéndole el beso entretanto tomaba en un pase rápido la posición arriba de el con tal rapidez que parecía cuando pasaba algún pase a alguno de sus compañeros en un partido de la final

Ambos estaban muy felices, en ese momento nada importaba, solo sabían que se tenían uno al otro y nada más. Luego de invertir los papeles por un buen rato ambos cayeron exhaustos en la cama adormeciéndose casi al momento.

El resto de la noche los encontraba uno en brazos del otro, en un abrazo eterno, compartido lleno se sentimientos encontrados. Rukawa dormitaba tranquilamente mientas Sakuragi sabia que pasara lo que pasara después, él amaría a ese Zorrito por toda la eternidad...