Úrsula x Angie

La prometida

Por: Sailor Rukawa


Advertencia: Esta es una historia demasiado extraña, no apta para mentes impresionables.


Úrsula caminaba por el enorme departamento, pensativa, y triste. Los primeros rayos del sol habían comenzado a filtrarse a través de las ventanas. No se escuchaba ningún ruido, a parte de las continuas pisadas de la joven. De pronto el ambiente, que era normalmente cálido, se había vuelto solitario y extraño. Úrsula se abrazó a sí misma. Además sus ojos estaban cerrándose, no había dormido en toda la noche. Había estado esperando a Angie, a esa misteriosa mujer, de la que siempre emanaba un agradable olor a rosas. El departamento pertenecía a Mike y a Angie, ambos eran hermanos. Sin embargo, ninguno de los dos había regresado la noche anterior, y Úrsula había tenido que dormir sola en el gigantesco departamento. ¿Dónde estaría Angie? Además, había algo en Mike que la perturbaba, era un hombre peligroso; Úrsula por fin comprendió que había algo siniestro detrás de su hospitalaria y amable imagen de decano de la preparatoria Ohtori.

-Angie...-suspiró Úrsula, cerrando los ojos.

Había tantas cosas que no podía comprender. Su vida se había vuelto demasiado extraña últimamente. Los continuos duelos, los acontecimientos extraños, las sortijas...De esa manera había conseguido a Angie, la prometida de la rosa, el codiciado trofeo, un ser tan frágil y a la vez tan oculto dentro de sí mismo. Úrsula no entendía el significado de los duelos ni la importancia de poseer a la prometida de la rosa...¿Por qué Angie tenía que serlo?

-¿Por qué tienes que ser la prometida de la rosa...Angie...?-Murmuró la joven de cabello rosado, mientras sus ojos se entristecían.

De cualquier manera, la misteriosa Angie nunca revelaba su secreto, ni ningún otro. Úrsula la reprendía continuamente, pero la prometida de la rosa no cedía. “¡¿Qué significado tiene el que te hayas convertido en mi ‘novia’!? ¡¿Por qué tienes que hacer todo lo que digo?! ¡¿Y esa espada...!?”, increpaba Úrsula continuamente. Pero Angie simplemente respondía: “Significa que estamos comprometidas, señorita Úrsula. Y los demás son misterios que no puedo revelarle”. Y eso era todo, la conversación entre ellas siempre se estancaba en esa parte. Además Angie se negaba a hablar de su hermano, nunca iba más allá de lo esencial. Úrsula trató de pensar en la relación de ambos hermanos y sintió un escalofrío. Poco después, sacudió la cabeza y caminó hacia al planetario. No sabía por qué, pero tenía que dirigirse de inmediato a ese lugar. Al entrar, Úrsula tomó una expresión de sopresa, pues descubrió a Angie, tumbada sobre el piso. El pequeño Chu-chu estaba a su lado, tratando de despertarla.

-¡Angie!-Gritó Úrsula, corriendo hacia ella y sujetándola entre sus brazos. El diminuto ratón la miró fijamente, casi suplicante-¡Despierta, por favor! ¡¿Qué tienes!?

Úrsula miró a su prometida, aún tenía el uniforme puesto y un poco desarreglado, sus largos y suaves cabellos púrpuras resbalaban sobre su rostro y espalda. Úrsula tuvo que apartarlos para poder ver a Angie a los ojos. No traía puestas las gafas. Un extraño olor, parecido a las rosas cuando se secan, era exhalado de su cuerpo. Su respiración era débil.

-¿Qué te sucedió...?-Preguntó Úrsula con voz temblorosa, y después estrechó fuertemente a su prometida.

Su cuerpo era frágil, delgado y extrañamente liviano; como el de un pájaro. Los ojos de Úrsula se humedecieron un poco, y entonces aceptó que nunca antes había estado tan preocupada por alguien. Esa mujer era Angie, su novia, su prometida (en teoría); su amiga, su compañera de clases (en la realidad). Debía protegerla, defenderla con todo su corazón. Por fin entendió cuánto quería a esa misteriosa mujer, de cabellos púrpuras y tez oscura. Nadie, ni siquiera el príncipe de su infancia, significaban tanto para ella como la prometida de la rosa. Úrsula se secó las lágrimas, con rabia, y después acarició el rostro de Angie. Era tan suave, y sus facciones perfectas, sus pestañas larguísimas y ojos conmovedores. Úrsula se inclinó sobre ella y rozó sus labios contra la tersa mejilla de su prometida, después se acercó más a su boca, y le dio un tímido beso, mientras una lágrima solitaria se desprendía de sus ojos.

-Señorita Úrsula...-Murmuró Angie, después del beso.

La ‘chica revolucionaria’ sonrió, aliviada, cargó a la prometida y la acostó en el sillón.

-¿Qué te sucedió?-Preguntó Úrsula.

Angie dudó un poco, finalmente no dijo nada. Movió la cabeza y humilló la mirada. Úrsula tomó la mano izquierda de la prometida entre las suyas, y murmuró:

-Vamos Angie...Hace poco prometiste que me contarías todo lo que te pasara...¿No lo recuerdas? Puedes confiar en mí. Soy tu amiga...tu prometida...tu príncipe...

La expresión de la joven morena se turbó un poco, comenzó a pensar...Un minuto después, sus labios insinuaron una sonrisa. Colocó su mano derecha sobre las manos de Úrsula, estuvo a punto de confesar lo que había sucedido la noche anterior, de cómo Mike, su  hermano mayor, la había sometido en el planetario y había abusado cruelmente de ella. Pero no lo dijo, nunca se atrevería a hacerlo. En cambio, se acercó más a Úrsula, su ‘príncipe’; y cerró los ojos. La joven de cabellos rosas suspiró, y besó a Angie en la frente. Aún tenía curiosidad por saber lo que estaba sucediendo.

* * *

Una semana después, Úrsula esperaba a su prometida en la habitación. Las dos camas estaban vacías, mientras la joven caminaba de un lado a otro. Las luces estaban apagadas.

-Esto es muy extraño-Pensó.

Y nuevamente sintió deseos de ir al planetario, como en la mañana que encontró a Angie tumbada sobre la alfombra del mencionado lugar. ¿Acaso ella estaría ahí? Úrsula suspiró y decidió caminar lentamente hacia el planetario, se escondió junto a la puerta y miró al interior. Descubrió a Mike y a Angie sentados en el sillón, mirando las constelaciones que se reflejaban en el techo.

-Veo que Úrsula y tú se llevan ‘demasiado bien’ últimamente-Murmuró Mike, de pronto.

Angie asintió débilmente, en la oscuridad. Úrsula miraba todo, sin parpadear, tenía un mal presentimiento.

-Debo irme, hermano-Dijo la prometida, haciendo un ademán de despedida e incorporándose, pero antes de que pudiera dar un paso, Mike la detuvo por la muñeca, y dijo:

-Espera.

El decano se incorporó, también, se colocó frente a su hermana y la abrazó fuertemente, mientras murmuraba, con voz extraña:

-Ven acá...¿Cómo te atreves a enamorarte de Úrsula cuando sabes muy bien que debes ser mía...? ¡Sólo mía!

Los ojos de Úrsula se abrieron de par en par, por fin comprendió lo que estaba sucediendo, pudo verlo con sus propios ojos, ¡tenía que hacer algo, tenía que defender a Angie, debía liberarla! La joven revolucionaria hizo un esfuerzo sobrehumano y logro sacar la espada de su pecho, la tomó fuertemente con ambas manos y corrió hacia Mike, que ahora estaba de espaldas. Úrsula lanzó un grito, Angie cerró los ojos y el decano fue atacado.

Pocos minutos después, el cuerpo perfecto de Mike se desangraba sobre la alfombra. Angie había caído de rodillas, y observaba la muerte de su hermano, confundida. Úrsula se acercó a ella, la jaló por el brazo y la sacó de ahí.

Angie fue liberada, y Úrsula causó una gran revolución en la preparatoria Ohtori. Ambas desertaron, y nunca más se volvió a saber de ellas, aunque se dice que alcanzaron la eternidad, en forma de amor eterno.

Fin