Capítulo 6: Tu traición, mi rencor


Despierto en medio de la oscuridad, tú sigues a mi lado durmiendo, la pasión de los pasados momentos se ha ido, ya no siento el calor de nuestros cuerpos, mi mente se aclara, las nubes que oscurecían mis pensamientos y no me dejaban ver más que lo que mi corazón y mi deseo quería, ya no están, ahora esta ante mí la cruda realidad, la realidad de amarte pero a la vez no saber cómo perdonarte la traición, lo injusto de tu infidelidad, sí, hice el amor contigo, apoyé mi cabeza en tu pecho, acallé mis reproches para dar pie a mis gemidos de deseo y pasión, pero ahora que todo eso se ha ido, me queda lo que grita mi razón y mi orgullo, se que el amor verdadero lo perdona todo, y sé que mi amor es verdadero, pero como todo ser humano tengo orgullo, y tú lo pisoteaste, tengo dignidad y la pasaste por alto tengo corazón y le hiciste daño, sé que tú como yo tienes uno y también tienes deseo, pero el deseo sólo, muere si no hay amor; Al final te quedas sin nada, quiero perdonarte, lo deseo pero no sé si pueda de verdad hacerlo...Si amas debes prepararte a saber perdonar, si amas debes ser capaz de dejar el orgullo a un lado, si amas, pero aunque ame sigo siendo ser humano, aunque te quiera los recuerdos no se borran por completo, aunque te quiera, lo que hiciste seguirá siempre ahí, como la espina de nuestro amor....

Me levanto, ¿cómo actuar? ¿Qué decir? ¿Perdonarte? Pienso en lo que te hice, en cómo te traté en un pasado, pienso en cómo te sentiste cuando tomaste aquella drástica decisión y sabes se me encogen mis sentidos, se me aprieta el corazón, siento que la vida nos ha dado otra oportunidad pero sabes es ella tan frágil, que se puede quebrar en cualquier momento...Y quizás ya lo hizo.

Mm, pronto saldrá el sol, como actuar, divago en mi mente, me dirijo al baño, a ducharme, quizás el agua limpie mi orgullo ya que tú lo manchaste... Siempre dicen que éste es malo, pero no puedo dejar de ser humano...

Entro a la habitación, ya despertaste, creo que esta mañana comienza una nueva etapa, no sé que pasará, no sé pero siento que no todo tiene un final feliz como uno desearía...

Abre sus ojos, han pasado muchas cosas no, al parecer se puede volver a intentar, pero como volver a amar cuando se siente que ya se ha perdido aquella capacidad...puedo intentarlo, pero nadie me asegura que lo que resultará será lo mejor para ambos y sobre todo para ti, puedes decir que no te hice daño que tu entrega fue voluntaria, pero no puedes sacar de mí la sensación, el sentimiento de estar dañándote, eras lo que más amaba en el mundo, y yo lo estaba lastimando obligando, ¿es aquello amor? Cuando el dolor te lleva a cometer aquello errores, es aquello una demostración de amor cuando sabes que quien comparte esos momentos contigo lo hace obligado, presionado...contra su voluntad, puedes decir que no fue así, pero yo así lo sentí, lo siento y no sé si algún día deje de sentirlo así...

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Comenzar de nuevo no fue nada fácil, si bien nunca habían sido pareja formal, lo que Hana le hizo a Kaede en su propia casa ambos lo sentían como una traición, y eso junto con la mentira es lo que destruye a una pareja y empezar así, sería muy complicado...

Te amo susurraba a su oído, pero ya no podía ser el mismo ser cariñoso que se entregó para cambiar la expresión de su rostro...

Pero no todo era tan incómodo, si bien comenzaron su relación, a pesar de compartir la misma casa, no compartían el mismo dormitorio y menos se entregaban el uno al otro haciendo el amor, en el fondo comenzaban de nuevo uno a esforzarse en demostrar lo que sentía y en luchar por arrancar el rencor de su corazón, y otro a recuperar su salud física y el amor que alguna vez sintió...

Las piernas de Hana se recuperaron lentamente, pero de forma exitosa; pudo volver a la preparatoria atrasado, pero con la ayuda de sus amigos y algunos profesores que aprendieron a estimarle desde que asumió como capitán del equipo pudo sacar el año adelante, pero el equipo quedó atrás aunque la esperanza de volver a tomar un balón seguía latente. El volver a sus estudios al gimnasio le hicieron notar lo que necesitaba a su deporte, en el fondo sentía que era lo que le ayudaría a aplacar un poco aquel vacío que no le abandonaba...

Su relación caminaba, lenta, pero firme, tal vez las cosas se arreglarían...tal vez...Los meses pasaron y ya no era necesario usar las muletas, la recuperación fue todo un éxito y él sabía perfectamente a quién se debió, sí, a ese muchacho que le perdonó tantas cosas y que le seguía dando amor aunque todo lo que pasaba, la actitud de él le dijeran lo contrario...

Tomó un balón, y fue a unas canchas, era tarde, Kaede le avisó que llegaría tarde porque necesitaba arreglar unos asuntos, como siempre no peguntó nada sólo le besó, aquel beso frío que siempre se daban que duraba menos que decir “lo siento” y lo vio partir...Para qué seguir así, lo mejor era recuperar su vida, tratar de volver a ser él, aunque, cuando el tiempo pasa cuando nos equivocamos, cuando nos hacen daño, cuando la vida nos sorprende, nunca volvimos a ser los mismos, nunca más, aunque lo intentemos ya no será igual, el ser humano siempre cambia, puedes detener tu reloj, puedes mantener tu nombre pero siempre a cada momento todo al igual que tú seguirá cambiando. Ahora era una nueva persona, que deseaba recuperar parte de lo que perdió, y una de esas cosa era la confianza en sí mismo, puedes confiar en muchas personas y tal vez nunca te defrauden, pero aunque siempre falles y siempre tengas que limpiar el polvo de tus caídas no puedes dejar de creer en ti...

La decisión estaba tomada, junto con aquellos rebotes tomó la decisión, dio el ultimo tiro y se marchó...

Cuando Rukawa llegó a la casa era ya media noche, sintió durante todo el camino que debía apurar el paso, su demora fue producto de una charla con el profesor Ansai que por su poco tiempo le atendió tarde pero valió mucho la pena, de aquella conversación sacó dos respuestas a sus dos más grandes preguntas, amaba al básquetbol y amaba a Hanamichi, a pesar de todo, y la segunda a quien escoger, como respuesta tuvo a los dos, si se iría a EE.UU. pero no lo haría solo, Hana no tenía a nadie, su nivel deportivo bajó si pretendía seguir estudiando tendría que postular a becas a facilidades o trabajar, por lo que la oferta que le daría sería irresistible, bueno con esto trataba de convencerse que la aceptaría...

Pero no, cuando entró a la habitación del pelirrojo, notó el por que de su preocupación, él ya no estaba se había marchado...una nota en medio de la cama...

“Sólo puedo darte las gracias, sé que me he portado como un canalla, pero ya no quiero seguir haciéndolo, creo que te mereces a alguien mejor que sepa valorarte y respetarte, tuve mi oportunidad, pero no supe como afrontarla, la desperdicié, gracias por todo, sé que no aceptarías un peso de mí, incluso el que lo mencionara siempre te alteraba, por tu ayuda muchas gracias, se despide deseándote lo mejor, en toda tu vida, y por supuesto en tu carrera deportiva...Hanamichi Sakuragi...es lo mejor para los dos...”

Sí, tal vez tenía razón, era lo mejor para los dos...

Hana no asistía ya a los entrenamientos, el equipo quedó a tras y aunque se toparon en la preparatoria ninguno quiso mirar al otro, menos hablarse...

El año acabó, el futuro de Kaede ya estaba decidido, viajaría a EE.UU. en busca de cumplir uno de sus sueños, por lo menos este, puesto con el otro al parecer ya no se podía hacer nada...

Hana, con la ayuda de unos maestros logró conseguir unos buenos beneficios en una universidad de la región, no tendría que cambiarse de casa para asistir a ella, y encontró un buen trabajo con un horario adecuado en una gasolinera, la del papá de Yohei, comenzaba de nuevo a creer en él...

-Estás seguro de no querer despedirte de él...quizás nunca más vuelvas a verle, Hana..

-Gracias Haruko por tu preocupación, pero creo que es mejor así

-Yo creo que no, mira aceptar lo que tu sentías fue muy duro para mí, me hice aun lado, no puedo creer que seas tan cobarde y dejes que todo terminé así.

-Tú no entiendes, tú no sabes es lo mejor.

-¿Lo mejor? ¿Es lo mejor quedarse escondido fingiendo que todo está bien, siendo cobarde incapaz de aceptar que te duele? Te duele el saber que se va.

-Es lo mejor, yo...

-Sí, ¿lo mejor? Lo mejor para alguien tan cobarde como tú.

-No es justo, yo lo hago por ambos yo creo que él no quiere verme y...

-¿Y tu quieres verle? Aunque sea por esta vez, por esta tarde deja de fingir que estás bien y que ya no sientes nada por él, a veces mentimos tanto que caemos presas de nuestras propias mentiras, a veces deseamos tanto que las cosas sean diferentes que creemos ciegamente que ellas cambiaron, que estamos vacíos pero en realidad estamos llenos de sentimientos que gritan por ser liberados, demostrados, Hana el vacío en nuestro interior no existe porque somos personas vivas y llenas de sentimientos...

-Yo...

Sí era verdad, nunca estuvo vacío, no por completo, siempre aquello que sintió estuvo guardado en su corazón esperando ser liberado...

Apresurado pidió permiso en el trabajo y sin siquiera cambiarse su uniforme partió a la casa de Kaede, por la hora debería seguir ahí...

Tal vez debería llamarle, mm o dejarle algo para que le contactara, pero él, bueno ambos se habían vuelto tan indiferentes el uno con el otro que no le extrañaría que Sakuragi no supiera que viajaba dentro de tres horas.

Todo arreglado, las maletas hechas, pero aunque lo intentara no podría alivianar su equipaje dejando algunos recuerdos en aquellas frías paredes que supieron de tantas cosas, de tantas lagrimas, de tantos secretos...

Sentado en el sillón, tal vez por ultima vez, esperaba que el reloj le diera la orden de partir...pero antes de eso, sonó el timbre.

Se extrañó, abrió la puerta y sinceramente quedó en shok, tuvo que admitir que en el fondo esperaba con todo su deseo que aquello sucediera pero no pensó que sucedería de verdad...

Hana miraba a Kaede sin decir nada, fue como que al estar un tiempo sin verle casi un mes, y volver a hacerlo, era mirarlo por primera ves y descubrir en él tantos detalles, hermosos detalles.

-Pasa-dijo de forma fría aunque sentía que el corazón se le quemaba...

-Gracias-respondió y entró al departamento..

-He yo.

-¿Es tu uniforme para trabajar?

-¿Qué?

-Lo que llevas.

-Ah, o olvidé sacármelo jeje.

Qué gracioso pareció con ese detalle, que volvía a ser ese tonto que le cautivó, y a quien le hizo daño.

-Hem, disculpa pero hem, jeje.

-No importa, puedes sentarte.

Sacó los últimos refrescos que pensó quedarían sin dueño y se sentó a su lado.

-Vine, porque creo que debo despedirme.

-Mm.

-Hem, de verdad te deseo lo mejor.

-Mm.

-Cuídate mucho y entrena harto.

-Sí, lo haré...

Pareció que volvía a ser ese sujeto frío de quien se enamoró. Se miraron, el reloj le dijo a Rukawa que ya era hora, y este se paró, Hana también lo hizo, y...

-Te acompaño, ¿quieres que te acompañe al aeropuerto? Uf creo que mis vestimentas no aportan mucho

-Bueno.

-Sí, seguro.

-Ya dije que bueno.

Unos pasos, y tantas emociones, tantos recuerdos, cuántas veces le dijo te amo, cuantas veces le susurro a su oído su más bello sentir, dejando de lado el orgullo el rencor...Se volteó para mirarlo, Hana detuvo su paso, quedaron a uno centímetros, Kaede soltó las maletas, anuló el espacio entre ambos, quedando juntos, separados sus labios por centímetros, y dejando que la magia de recordad bellos momentos, de saberse capas de amar lo condujera se acercó...volvió a probar sus labios ...

Sus labios, aquellos que tanto deseó, volvían a entregarse dulcemente, volvían a demostrarle que era un canalla, incapaz de amar sin hacer daño, pero...

Correspondió el beso, se fundieron en uno que tenía sabor a despedida, a reproche, ¿a amor? Tal vez lo dulce del beso era el amor..

Fue una eternidad, una vida, no sólo unos segundos, que se fueron, porque aunque detengas tu reloj, la vida sigue su curso, y hay cosas que no podemos detener y cosas que no queremos detener, pero esta era...

El beso y luego un abraz0o, uno fuerte, tratando de devolver la esperanza a aquellos corazones, uno que quiere volver a amar y otro que quiere volver creer que las cosas pueden terminar bien...

Le acompañó al aeropuerto, fueron algunos del equipo, el profesor Ansai, Ayako...llegó la hora, Ru se acercó al pelirrojo que también caminó hacia él, estrechó su mano, y le entregó un papelito, teléfono dirección...

Partió, tantas cosas se quedaban atrás, pero aunque intentara, aunque se arrancara el corazón y lo dejara en tierra no podría deshacerse de aquel sentimiento, no ya no, quizás algún día las cosas podrían arreglarse y ¿por qué no?, terminar bien.

Lo vio alejarse, desaparecer de su vista, marcharse, miró el papel, la opción de poder volver a verlo, de escuchar su voz, quizás lo mejor era deshacerse de él, tal vez, pero si Haruko tenía razón, quizás no estuvo tan vacío como el pensó, mejor conservarlo...