Capítulo 1: Perder la inocencia significa...¿Experiencia?
Yo muero extrañamente No me mata la Vida,
No me mata la Muerte, no me mata el Amor.
El cielo amenazaba con descomponerse otra vez. Grandes nubes grises entristecían el panorama. Ni un rayo de sol se atrevía a asomar su fulgor sobre la ciudad de Tomoeda. Esa mañana no había en el parque Pingüino ni un alma, sólo él. El otoño ya había hecho su entrada acompañado de un viento fresco que jugueteaba entre las ramas de los árboles robándoles sus hojas, ya secas. Sentado en uno de los columpios Yukito se mecía con suavidad. Su mirada estaba perdida en la nada. Ni siquiera la voz que escuchó tras de sí lo hizo salir de la oscuridad en que se encontraba.
-¿Yuki ? Yuki ¿Estás bien?
Touya hizo a Yukito esa pregunta con el poco aliento que le quedaba. Había pedaleado con todas las fuerzas que sus piernas le daban para llegar al parque lo más pronto posible. Le había asustado la llamada de su amigo. No, no la llamada en sí, porque cuando Yuki lo llamó ésa mañana sólo articuló las palabras necesarias para pedirle a su amigo que se vieran lo más pronto posible en el parque. No, no habían sido las palabras, sino la forma en que le habían sido dichas. Sin tono, sin ritmo, sin emoción alguna. Sin el saludo jovial y alegre que Yukito siempre le dirigía cuando se encontraban e incluso cuando se comunicaban por teléfono.
Yukito seguía meciéndose en el columpio. El viento otoñal acariciaba su rostro, sus cabellos plateados. Touya lo miró con atención, como tantas veces antes lo había hecho. Le gustaba ver cómo el viento jugueteaba con el cabello de Yuki. Lo hacía verse tierno, inocente. Ese era su Yuki, el chico alegre, risueño, platicador Pero en medio de su observación pudo advertir que en ése momento no había en su rostro sonrisas, no había ternura, ni alegría Ni inocencia.
-¿Alguna vez has hecho el amor con alguien To-ya?
En otras circunstancias Touya se habría sonrojado al escuchar semejante pregunta de labios de su amigo. Se habría puesto nervioso, su voz temblaría. Pero por alguna inexplicable razón nada de eso sucedió.
-No. Nunca pero ¿Por qué me preguntas eso?
-¿Alguna vez soñaste en cómo querrías que fuera tu primera vez?
Touya no respondió. No era que no lo hubiera pensado. Lo hacía, y muy seguido. Tampoco era que no le quisiera responder. Desde hacía mucho tiempo Touya ya había decidido confesarle a Yukito sus sentimientos. Había arraigado ya en él la certeza de que era correspondido. Ya muchas veces Yukito le había insinuado que lo amaba. Pero había sido paciente. Esperaba. Sólo esperaba a que él fuera el que diera el primer paso. Conocía a Touya tan bien que sabía que adelantársele no era una buena idea. Touya estaba acostumbrado a tomar decisiones, a decir ésa boca es mía, a tomar la iniciativa.
-Yo sí. Muchas veces.
Yukito se respondió a sí mismo mientras seguía meciéndose y hablando con la mirada perdida en algún punto de la lejanía. Touya se acercó lentamente hacia él, se inclinó suavemente para verlo más de cerca. Trató de encontrarse con su mirada. Incluso pasó su mano frente al rostro del chico, pero éste no parecía reaccionar. Comenzaba a asustarse. Sin pensarlo dos veces clavó su rodilla izquierda en el suelo cubierto de tierra, mientras que con la pierna derecha mantenía el equilibrio de su cuerpo frente a Yukito, al tiempo que con ambas manos sujetaba las cadenas de acero que sostenían el columpio. No le importó que su ropa se ensuciara, ni que su rodilla se raspara con las pequeñas piedras que se incrustaban en su piel. Tampoco le importó mojarse con la lluvia que en ésos momentos volvía a desatarse, inclemente, sobre ellos. Sólo le importaba una cosa en ese instante. Saber qué pasaba por la mente de quien era su más grande amor.
-Yuki ¿Me podrías decir qué es lo que te pasa? Ésta actitud tuya me está
-Es triste ¿Sabes? Yukito lo interrumpió. Que a veces lo que uno más desea es lo que menos se cumple. Que a veces las cosas no resultan como uno las imaginaba
-Yuki ¿Acaso ? Touya no pudo, no quiso terminar la pregunta. De pronto recordó el sueño, Yukito corriendo bajo la lluvia, huyendo de algo O de alguien. Una creciente angustia amenazó con dejarlo poco a poco sin respiración. Sintió una repentina punzada en el pecho. La forma en que Yukito le estaba hablando, su mirada perdida La forma en que le planteaba esas preguntas
-¿Te gustaría saber cómo he soñado siempre que sería mi primera vez?
-Por favor Yuki Dímelo.
-Siempre pensé que sería algo muy especial To-ya. Algo único, algo maravilloso. Una deliciosa cena romántica a la luz de las velas
-Sigue Yuki, por favor. No te detengas
- Claveles blancos esparcidos sobre una gran cama cubierta con blancas sábanas. Velas aromáticas alumbrando tenuemente nuestra habitación La luz de la luna danzando en nuestra ventana, invitándonos a la pasión...
-Yuki
-Y lo más importante El ser amado. Aquél a quien yo amara más que a mi propia vida Aquél que me amara más que a su vida misma A quien yo conociera más que a mí y que igual me conociera Aquél a quien no pudiera ocultarle nada, porque mi alma y mi corazón serían transparentes para él. Música suave To-ya Gemidos suaves acompañados de te amos Dos cuerpos hechos uno sólo Dormir descansando sobre su pecho, arrullado por el latir de su corazón. Despertar en la mañana con los primeros rayos del sol acariciando nuestros rostros. Un buen desayuno Un largo paseo tomados de la mano Más te amos y besos en cada rincón Algo realmente inolvidable. Ése era mi sueño To-ya. Hasta anoche
-¿Hasta anoche ?