Capítulo 1: Muchos encuentros


Las cosas no siempre pasan como uno quiere que pasen. Normalmente, esto a Eriol le agradaría, pero esta vez no, porque él no llevaba el control de las cosas. Esta vez era otra persona quien llevaba el control. Esta vez él era sólo un peón del enorme ajedrez. Esta vez tendría que probar de su propia medicina...

Como todas las mañanas, la pequeña, dulce y alegre Sakura Kinomoto, se levantó al oír el despertador, y como todas las mañanas tardó demasiado en prepararse (aún con la ayuda del fiel guardián Kerberos) y tuvo que tomarse el desayuno muy rápidamente y salir corriendo para alcanzar a su hermano Tôya y a Yukito.

-Nunca te levantarás a la hora, monstruo- dijo su hermano, con una sonrisa en la cara

- ¡No me llames monstruo!- dijo mientras Yukito se reía.

Ellos jamás hubiesen imaginado que ese día sería el día en el que las cosas cambiarían, y menos que la culpa la tendría un jovenzuelo que les espiaba desde una rama de un gran árbol mientras pensaba: “Tú serás quien me lleve hasta él”.

Pero antes situémonos en la historia. Sakura, después de convertirse en la ama de la cartas y transformarlas a todas en Cartas Sakura, creó la carta amor, y más tarde se enfrentó a vacío (no me acuerdo del nombre), la carta más poderosa de todas que había sido sellada por la casa de Clow. La casa al ser destruida, liberó a la carta, y Sakura tuvo que hacer uso de todas sus fuerzas para poder vencerla. Más tarde se juraría amor eterno con Shaoran. Aquí es donde termina la historia y donde yo la retomo, así que sigamos con el relato...

Un chico nuevo había llegado a la preparatoria, y dio la casualidad de que iba a la misma clase que Tôya y que Yukito. Cuando el tutor lo anunció a la clase, hizo una entrada propia de alguien muy serio. Caminó despacio hasta la mesa del profesor, y dijo muy alto y claro, sin ningún tipo de nerviosismo:

-Me llamo Najey.

Era un chico alto, tan alto como lo era Tôya, de piel muy pálida y de unos ojos grises muy fríos. Sus labios eran finos y su nariz recta, y su pelo era negro azabache muy lacio y muy fino que le llegaba  a la mitad de las orejas.  Todas las chicas empezaron a susurrar mientras pasaba al lado de ellas. Y no era de extrañar, era un chico muy guapo y realmente tenía un gran físico. El profesor le había mandado sentarse detrás de Tôya y Yukito, y cuando llegó a su sitio se acercó al oído de Yukito y dijo en un susurro y la boca torcida en una sonrisa:

-Hola, Yukito, o quizás prefieres que te llame Yue.

Yukito no pudo más que sorprenderse y girarse para mirar a los ojos el muchacho, unos ojos que le recordaron algo, pero de lo cual no se pudo acordar del todo. Cuando estaba en el almuerzo con Tôya, lo comentó y Tôya reaccionó muy bruscamente.

-¿De qué conoces a ese tipo? ¿Y cómo sabe lo de Yue?

-No lo sé, pero eso no me preocupa. Me preocupa más lo que he visto en sus ojos-dijo Yukito mientras comía un gran bocata

-¿Y qué has visto?- inquirió Tôya

-No lo sé......

Mientras, en China, Shaoran Li, se encontraba inquieto, al igual que su madre, sentían algo. Algo demasiado fuerte. Así que Shaoran fue enviado de nuevo a Japón. En Inglaterra ocurría algo parecido, Eriol se sentía aún más inquieto, como se sentían Ruby Moon y Spinel Sun, por lo que decidió volver y avisar a Sakura. Algo que también decidió una mujer de pelo castaño largo, Kaho. Mientras, unos ojos grises miraban a través de un espejo a todos y una sonrisa se dibujaba en la cara de Najey:

-Todo va como quiero....Clow....y esta vez no vas a poder hacer nada para evitarlo...Ni siquiera la nueva ama podrá hacer nada....

Demasiada casualidad sería que todos hubiesen decidido visitar Japón en la misma época y que llegasen todos el mismo día, pensaron Eriol, Shaoran, Kaho, Ruby Moon y Spinel Sun cuando se vieron en el aeropuerto.

-¿A qué habéis venido?-preguntó Shaoran.

-A lo mismo que tú-sonrió Eriol.

-No creo que este momento sea el más propicio para una sonrisa, Eriol-comentó con el rostro severo Kaho.

-Estoy de acuerdo con ella-dijo un peluche desde un bolsillo del pantalón de Eriol.

-Será mejor que vayamos todos al mismo hotel, Eriol, y que llamemos a Sakura para que nos venga a ver.

Sakura recibió la llamada de Shaoran muy contenta, pero cuando oyó que tenía que ir a un hotel y que tenía que llevar al día siguiente a Yue, no se quedó muy contenta. Llamó a Tomoyo y al día siguiente llamaron a la puerta de Yukito y se transformó en un ser de alas de ángel y cuerpo de humano, que accedió a acompañar a su ama.

Estaban todos en la habitación de Eriol, la más grande del hotel, todos demasiado preocupados oyendo a Yue hablar de Najey.

-Pero es muy raro que yo no haya tenido un sueño premonitorio, ni que no sienta nada-dijo con voz ahogada Sakura.

-No sé lo que pasa, pero parece que todo es demasiada casualidad-dijo Shaoran

Eriol movió negativamente la cabeza y agregó:

-Siento algo muy fuerte, pero no entiendo porque Sakura no lo siente, dentro de muy poco tendrá más poder que yo, y eso me preocupa.

-Quizás ese chico lo que hace es mandarnos la señal a posta, y no le conviene que Sakura sepa de él-comentó Kaho

-Eso no tiene lógica, mi querida señorita Mizuki-dijo Spinel-Entonces no hubiese mostrado su existencia a Yue

-Quizás está jugando con nosotros.-dijo Yue

-Eso está bien claro- dijo con el ceño fruncido Ruby Moon

-¿Pero entonces que haremos?-preguntó asustada Tomoyo

-Esperar- dijo Eriol- Sólo nos queda esperar a ver que sucede, y eso me frustra. Creo que eso es lo que quiere ese tipo

“En eso tienes razón” pensó un chico que estaba sentado en la cornisa del hotel escuchando la conversación. “En eso tienes razón”. Y se dejó caer al vacío.